martes, 13 de septiembre de 2011

19. Lectio Divina en relación con la Collatio y la Operatio: Hech 15




    Los Apóstoles y los presbíteros se reunieron para deliberar si había que circuncidar a los paganos recién convertidos a Cristo y obligarlos a observar la Ley de Moisés. Después de un prolongado examen, zéteo, Pedro les dijo, saben que Dios me eligió de entre ustedes para anunciar a los paganos el Evangelio y les envió el Espíritu Santo; no podemos imponer a los demás un yugo que ni nosotros pudimos soportar. Y Santiago citando al profeta Amós les dijo, restauraré la Morada derruida de David para que todas las naciones busquen al Señor. Así con esta Carta les decimos que el Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles ninguna carga más que las indispensables. Este primer concilio de Jerusalén del año 46 nos muestra una Lectio Divina hecha en comunidad que no implica sólo la Lectura o Escucha, la Meditación o Acogida, la Oración o Plegaria y la Contemplación o Comunión con el Silencio, el Verbo y el Encuentro de las Tres Personas de Dios; sino además la Colación o Compartir la Palabra y la Operación o Testimonio que implican un propósito y acción concreta, en este caso el Decreto que es llevado a los cristianos de Antioquía por el que quedan libres de la circuncisión y de las leyes rituales.
    El monacato, desde sus inicios, no ha sido indiferente a estas dos fases ya que la Lectio no termina su proceso sino en el Amor cosmoteándrico, síntesis de la Biblia, que nos lleva a convertirnos en don de Vida Trinitaria para los demás. Lo que varía es donde deben colocarse esas dos fases. Por lo general, los monjes dedicados sólo a la contemplación las separamos de las otras cuatro fases; los que tienden al apostolado las unen.
    El Compartir el Pan de la Palabra, los contemplativos, lo dejamos para otros tipos de Encuentros comunitarios, donde el abad o la abadesa, u otras hermanas o hermanos peritos y bien preparados, comparten la Biblia, y muchos intervienen con sus preguntas o luces.
    Los propósitos de Testimonio o Acción los dejamos para la oración silenciosa, los exámenes y la revisión evangélica, donde se ofrece un texto bíblico y comentario a toda la comunidad, con días de anticipación, y luego en una reunión fraterna cada uno dice cómo lo vive con la ayuda del Espíritu. Los exámenes monásticos no son sólo exámenes de conciencia sino más bien una vigilancia o alerta místico de que me olvido de mí mismo y estoy con la Memoria de los Rostros de Dios; una mirada directa hacia la Trinidad con otra oblicua hacia mi pecado que me aleja del Creador, hundiéndome en la concupiscencia inútil de las creaturas. Cielo e infierno nos vigilan, ambos están empeñados en atraernos. SCant 58, 12
    O sea, los trapenses  creemos con la Tradición que la Colación y el Testimonio son fases importantes de la Lectio. La Colación, porque como explicaba ya san Antonio del desierto, las Escrituras bastan por sí solas para nuestra formación, pero es bueno exhortarnos unos a otros en la fe y alentarnos con las palabras. Y Esmaragdo +825, la Colación aumenta nuestro conocimiento, con los cuestionamientos que se plantean se ahuyentan las dudas, y por las objeciones aclaradas, se demuestra la verdad oculta. Lo que a la Lectura le puede resultar dudoso u oscuro, es clarificado por la Colación. Y el Testimonio, porque debemos aplicarnos a nosotros mismos lo que leemos, para que mientras nuestro espíritu se vea alentado por lo que escucha, nuestra vida  ponga en práctica la Palabra. Gregorio Magno , la Palabra de Dios es viva y eficaz, más cortante que espada de doble filo, penetra hasta la división entre la psiquis y el espíritu, y discierne los pensamientos e intenciones del corazón. Heb 4, 12 Pero esa espada está vuelta hacia mí, dándome la compunción del corazón, el consuelo, las lágrimas, la sabiduría, pues con mi vida interpreto las Escrituras. San Nilo, + sX 
    Y lo que los trapenses buscamos es que la Oración de la Palabra no se convierta en un medio o una clase, y menos en un intercambio de opiniones que no se pueda manejar. Queremos que se mantenga como una Morada Luminosa de vacío y plenitud, Albino Navarro donde se dé el Encuentro con la Trinidad en el Silencio que nos transmite su Verbo.

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