martes, 3 de julio de 2018


242. Makarismos, la dicha de santificar con el Reino a la Iglesia y el Mundo, Hch 20, 35


    01. En todas las formas posibles, πάντα les he mostrado que trabajando se debe recibir a los débiles, haciendo memorial de las palabras, λόγων del Señor Jesús que dijo, la Bienaventuranza está más en dar que recibir. Μακάριόν ἐστιν μᾶλλον διδόναι ἢ λαμβάνειν La verdadera Μακάρια revelada es bienaventuranza, felicidad, bendición y dicha paradójica, trabajando y dando en desde y para Dios en su Reino. En la Escritura aparece con frecuencia. En el Antiguo Testamento hay más de 70 como ´ashére,  אַ֥שְֽׁרֵen contexto sapiencial, o baruq, ברוק en contexto de alianza. Los Evangelios muestran que la macária era propia del estilo oral de Jesús. Además del Sermón de la Montaña, Mt 5,3-12 y de la Llanura, Lc 6, 20-23  hay varias otras. Mt 11, 6. 13, 16.16, 17. 24, 46. Lc 7, 23. 10, 23. 11,27-28. 14,14. Jn 13, 17. 20, 29. Hech 20, 35 y Ap 1, 3. 14, 13. 16,15. 19, 9. 20, 6. 22, 7. 14 Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho a participar del Árbol de la Vida y a entrar por las puertas de la Ciudad. El Árbol Siempreverde, Ícono o Mensaje Bíblico de Legislar Profetizar Sapienciar. Siguiendo la línea del EMI, la Colcha Maternal de Retazos y el Laberinto

    Nos ponemos al socaire de mezclar ingenuidad con sofisticación. Y queremos respetar las infinitas e inescrutables facetas interpretativas que tienen las Bienaventuranzas cual toda Palabra de Dios. Pero podríamos decir que Jesús busca establecer la diferencia entre felicidad y bienaventuranza. En la Nueva Alianza nos pide ir al encuentro del bien o del mal. No es errado, sin embargo, traducir makárion, κατὰ τὸ εὐαγγέλιον τῆς δόξης τοῦ μακαρίου θεοῦ, ὃ ἐπιστεύθην ἐγώ, 1 Tim 1, 11 por felicidad, εὐδαιμονία, ἐυτυχία, εὐφρανεῖ, pues en la misma Revelación se interligan. La Trinidad nos colma con toda clase se bienes, empezando por Ella misma entrelazándose con nosotros. Benedic, anima mea, Domino, et omnia, quae intra me sunt, nomini sancto eius, qui replet in bonis aetatem tuam, renovabitur ut aquilae iuventus tua. Sal 103. ὁ λόγος σου ἐμοὶ εἰς εὐφροσύνην καὶ χαρὰν καρδίας μου. Jer 15, 16 Él nos creó liberándonos de todo mal. No hizo la muerte ni se complace en la perdición de los vivientes. Por envidia del demonio, y por el pecado original, entró la muerte en el mundo. Sab 1, 1. Rom 5, 12 El problema no está en el sano bien sino en el mal. La simple aprehensión del bien nos produce amor, la del mal odio. Si es futuro el bien nos produce deseo, el mal rechazo. Si está presente el bien nos llena de gozo, el mal de tristeza. Cómo enfrentar el mal llenándonos de amor, deseo, gozo, esperanza y audacia en vez de desesperación, miedo y enojo. En lugares pobres de Argentina se ha vuelto al trueque, evitando el dinero por la inflación galopante, como en el 2002. Y la vida se repite, saliendo del Fondo Monetario Internacional o volviendo a solicitarle su ayuda.
    That is the Question a la que responden la gracia sobrenatural de las Bienaventuranzas. Jesús no nos quita la felicidad, al contrario al desapegarnos nos agrega el ciento por uno en casas hermanos hermanas madres hijos y campos. Mc 10, 28-31 No obstante, en este mundo de equivocaciones, pecados y muerte, será con persecuciones, en la perspectiva del mundo futuro de la Vida Eterna. No quiere que cesemos de tener amor gozo y paz, ὁ δὲ καρπὸς τοῦ πνεύματός ἐστιν ἀγάπη χαρὰ εἰρήνη, Gal 5, 22 cuando nos sobrevienen los vaivenes de la pobreza, la aflicción, las injusticias, los insultos, las calumnias por el Reino. Ἰδοὺ μακαρίζομεν τοὺς ὑπομείναντας, τὴν ὑπομονὴν Ἰὼβ ἠκούσατε. Sant 5, 11 Es ese Reino de Dios, clarísimo en los gestos y palabras de Jesús, quien tiñe esta peregrinación, y la otra Dimensión, con el Gozo de participar en las llagas del Dios Bienaventurado. Esas Llagas Gloriosas son el único trofeo que los pecadores le hemos otorgado a nuestro Redentor. No lo dejará jamás, manifestando la importancia suprema de nunca dejarnos vencer por el mal sino vencer al mal con el Bien. Rom 12, 21 Sólo haciendo el Bien podemos vencer al mal y la maldad ética.


    02. Cuando ha sacado a todas sus ovejas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz. Todos los que han venido antes de Mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado. Jn 10, 1-10 Escuchar la Voz del Resucitado, eso es discernir los espíritus, para que en medio de tantas tinieblas, donde se introducen leones rugientes y lobos rapaces disfrazados de ovejas, tanto en el mundo como en la Iglesia, 1 Ped 5, 8. Hech 20, 29 brille la Luz de la Vida y su Espíritu nos guíe. Ovejas y cabritos no pueden ser separadas sino en la Consumación Universal. San Agustín La ONG Semáforo Delictivo alertó que antes de la declaración de la guerra al narco en 2008, las ejecuciones atribuidas al crimen organizado eran de 2 mil por año, ahora son 2 mil por mes. Mayo, 2018 Las Bienaventuranzas son una Felicidad Total, divina humana cósmica. La expresan desde la Encarnación Pascual Trinitaria, con un desparpajo realista de cruz y resurrección. Responden al deseo natural y sobrenatural de Felicidad o Dicha puesto por Dios en el corazón de cada ser humano para atraerlo hacia Él, el Único que puede satisfacerlo, y superarlo al Infinito, en todas las direcciones. Nos introducen, en su sabia autorevelación de lo que es el claroscuro de lucha propia de la felicidad terrenal. Con el bautismo, don del Espíritu Santo que nos da la fuerza para combatir al malo y al mal. En su Reino que ya está en el Cuerpo histórico y transhistórico de Jesús Crucificado y Resucitado. En la visión relacional con la Trinidad. Y en el Dinámico Descanso sin Fin en un Universo Nuevo. Ventura es lo que vendrá. Las Bienaventuranzas nos aseguran que, suceda lo que suceda, lo que se viene es la  Bondad y la Dicha Total  en Aquel que es אָֽנֹכִ֖י֙ יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֑֔יךָ, Ex 20, 2. Κύριος Ἰησοῦς Χριστὸς. Fil 2, 11 

    Jesús explicó con divina sabiduría qué es ser santos, y lo hizo cuando nos dejó las Bienaventuranzas, que son la Revelación de practicar, con las virtudes del Espíritu de Jesús, las Diez Palabras, y forman el carnet de identidad del cristiano. Mt 5, 3-12 y Lc 6, 20-23 Clemente de Alejandría, 150-215 ya las presentaba como una escala de ascensión hacia Dios. Los monjes seguimos esta exégesis y unimos la Montaña de la Ley de Moisés, Ex 19-20 con la Montaña de las Bienaventuranzas de Jesús. San Bernardo, Sermón I de todos los santos. Μακάριοι, אַ֥שְֽׁרֵי, ברוך, Beati y εὐλογήσω τοὺς εὐλογοῦντάς σε, benedicam benedicentibus tibi, práctica de la Alianza y Promesa de Bendición o Bienaventuranza. Gen 12, 3 y Dt 7, 12-13 Las Diez Palabras de quien nos hizo salir de la esclavitud de Egipto, y nos liberó con sus tres relaciones con Él, las seis con el prójimo y la última con todo lo creado, no podía sino plenificarse en las Bienaventuranzas. La liturgia, al menos desde fines del siglo VII las colocó In Festivitate omnium Sanctorum, cual programa de liberación y santidad. Santo Tomás culmina y sintetiza Ley y Espíritu, uniendo en la Summa las tres virtudes teologales y las cuatro morales, con los siete dones del Espíritu, sus Frutos y Bienaventuranzas, con los mandamientos.
    Si alguno se plantea la pregunta, cómo se hace para llegar a ser un buen cristiano, la respuesta es simple y difícil. Es necesario guardar, custodiar o practicar, praktiké cada uno a su modo, lo que dice Jesús en las Bienaventuranzas, cual síntesis de toda su enseñanza. En ellas se dibuja el Rostro del Maestro y de su Reino, que estamos llamados a transparentar en lo cotidiano de nuestras vidas. Bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la practican. Lc 11, 28 Bienaventurado pasa a ser sinónimo de santo, liberado en el Creador de todo apego desordenado a las creaturas, porque expresa que la persona que es fiel a Dios y vive su Palabra alcanza, en la entrega de sí, la verdadera dicha humana y divina, en su tremendo realismo pascual. Aunque las palabras de Jesús puedan parecernos poéticas, son paradójicas y van a contracorriente de lo que se valora en la sociedad. Y, si bien este mensaje de Jesús nos atrae, en realidad el mundo nos lleva hacia otro estilo de vida. Las Bienaventuranzas de ninguna manera son algo liviano o superficial. Al contrario, ya que sólo podemos vivirlas si el Espíritu nos invade con su poder y nos libera de la debilidad egolátrica, de la comodidad y del olvido de la Trinidad y del Reino de Dios. Sin percepción del Reino, que es nuestra transfiguración en la Encarnación Pascual Trinitaria, las Bienaventuranzas se diluyen para edificar este mundo, reformar la Iglesia, y correr hacia el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva de la Jerusalén Celestial.

    03. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. El Evangelio nos invita a reconocer la verdad de nuestro corazón, para ver dónde colocamos la seguridad de nuestra vida. Por lo general, el rico se siente seguro con sus riquezas, y cree que cuando están en riesgo, todo el sentido de su vida en la tierra se desmorona. Jesús mismo nos lo dijo en la parábola del acaudalado insensato, de ese hombre seguro que, como necio, no pensaba que podría morir ese mismo día. Lc 12, 16-21 Las riquezas no te aseguran nada. Es más, cuando el corazón se siente rico, está tan satisfecho de sí mismo que no tiene espacio para la Palabra de Dios, para amar a los hermanos ni para gozar de las cosas más grandes de la naturaleza y la vida. Así se priva de los mayores bienes. Por eso Jesús llama felices a los pobres de espíritu, que tienen el corazón pobre, donde puede entrar el Señor con su constante novedad.
    Esta pobreza de espíritu está relacionada con aquella santa indiferencia o desapego que propone Iñaki, con la cual alcanzamos la libertad interior. Es menester hacernos indiferentes a todas las cosas creadas, en todo lo que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido, en tal manera, que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás. Lucas no habla de una pobreza de espíritu sino de ser pobres a secas. Así nos invita también a una existencia austera, sobria, despojada y minimalista. De ese modo, nos convoca a compartir la vida de los más necesitados, la vida que llevaron los Apóstoles, y en definitiva a configurarnos con Jesús, que siendo rico se hizo pobre. 2 Co 8, 9 Nació y murió en la calle, cual 'am haaretz al lado de los esclavos de su tiempo. Jamás tuvo nada de su propiedad, ni donde reclinar su cabeza. Ser mártir, desapropiado de todo. Bienaventurados los que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, de ahora en adelante, ellos pueden descansar de sus fatigas, porque sus obras, las que hace el Padre en nosotros, los acompañan.  Ap 14, 13 Eso es santidad. 

    Ese tú y nosotros y ellos para Medellín, Puebla, Santo Domingo y Aparecida es sobre todo El Pobre que busca vivir. Donde está el Pobre, está Jesucristo. De ahí que uno de los textos más estudiados y controvertidos de los evangelios, que el papa Benedicto vuelve a analizar en Spe salvi, sea Mt 25, 31-46. Es el protocolo del discernimiento Final, vengan benditos, εὐλογημένοι de mi Padre a poseer el Reino. Y aléjense de Mí, malditos, κατηραμένοι vayan al fuego eterno preparado para el demonio y sus ángeles. Ya Bartolomé de Las Casas leyó la situación de Latinoamérica y el Caribe a la luz de ese Juicio Universal. Habla de los indios como de Cristos, millares de veces azotados y flagelados, y del amor preferente de Dios por los últimos de entre los seres humanos. Para entender los hechos recuerdos y anécdotas del monasterio de Azul. Nota archivada en marzo 2008.
    La historia no es sólo mirada purificadora al pasado, desde el presente, sino también atisbo desafiante del futuro. Pobres con Cristo pobre. Amo porque amo, amo por amar, el amor es su propia recompensa. Amantes de Cristo, de los hermanos y del lugar. Cristo juzga la historia porque se solidarizó con los pobres y excluidos. Con Él tenemos que hacernos plenitud de vida, pues Él ama nuestra felicidad en la tierra, pero al servicio de la Vida en abundancia para todos. Orar leer Trabajar, p. 281 Serás bienaventurado. Serás un hombre feliz. Si tu compromiso es tamiz. De un corazón desapegado. Si vives esta pobreza. De espíritu y de corazón. Ten la segura certeza. Que el Reino será tu gran don. José Luis Martínez

    04. Bienaventurados los mansos, porque heredarán la tierra. Es una expresión fuerte, en este mundo que desde el inicio es un lugar de enemistad, donde se riñe por doquier, donde por todos lados hay odio, donde sin cesar clasificamos a los demás por sus ideas, por sus costumbres, y hasta por su forma de hablar o de vestir. En definitiva, es el reino del orgullo y de la vanidad, donde cada uno se cree con el derecho de alzarse por encima de los otros y mirarlo desde arriba. Sin embargo, aunque parezca imposible, Jesús propone otro estilo, la mansedumbre. Es lo que él practicaba con sus propios discípulos y lo que contemplamos en su entrada a Jerusalén. Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en una borrica. Mt 21, 5. Zac 9, 9
    Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán el descanso para su psiquis. Mt 11, 29 Si vivimos tensos y engreídos ante los demás, terminamos agotados. Pero cuando miramos sus limitaciones con ternura y mansedumbre, sin sentirnos más que ellos, podemos darles una mano y evitamos desgastar energías en lamentos inútiles. La mansedumbre es un fruto del Espíritu Santo. Ga 5, 23 Si alguna vez nos preocupan las malas acciones del hermano, acerquémonos a corregirle, pero con espíritu de mansedumbre. Pensemos que también nosotros podemos ser tentados. Gal 6, 1 Aun cuando uno defienda su fe y sus convicciones debe hacerlo con mansedumbre.1 Ped 3, 1 Hasta los adversarios deben ser tratados con mansedumbre. 2 Tm 2, 25 En la Iglesia muchas veces nos hemos equivocado por no haber acogido este pedido de la Palabra de Dios, contagiados con la cultura de la violencia, de la palabra ofensiva y del corazón esclerotizado.
    La mansedumbre es otra expresión de la pobreza interior, de quien deposita su confianza solo en Dios. De hecho, en la Biblia suele usarse la misma palabra anawim para referirse a los pobres y a los mansos. Alguien podría objetar, si yo soy tan manso, pensarán que soy un necio, que soy tonto o débil. Tal vez sea así, pero dejemos que los demás piensen esto. Es mejor ser siempre mansos, y se cumplirán nuestros mayores anhelos, los mansos poseerán la tierra, es decir, verán cumplidas en sus vidas las promesas de Dios. Porque los mansos, más allá de lo que digan las circunstancias, esperan en el Señor, y los que esperan en el Señor poseerán la tierra y gozarán de inmensa paz. Sal 37, 9.11 Al mismo tiempo, el Señor confía en ellos. En ese pondré mis ojos, en el humilde y el abatido, que se estremece ante mis palabras. Is 66, 2 Reaccionar con humilde mansedumbre, eso es santidad. Serás bienaventurado. Y poseerás la tierra. Si eres manso y sosegado. Y nunca buscas la pelea corajuda.

    05. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. El mundo nos propone lo contrario. El entretenimiento, el disfrute, la distracción, la diversión, y nos dice que eso es lo que hace buena la vida. El mundano ignora, mira hacia otra parte cuando hay problemas de enfermedad o de dolor en la familia o a su alrededor. El mundo no quiere llorar, prefiere ignorar las situaciones dolorosas, cubrirlas, esconderlas. Se gastan muchas energías por escapar de las circunstancias donde se hace presente el sufrimiento, creyendo que es posible disimular la realidad, donde nunca faltará la cruz. La persona que ve las cosas como son en realidad, se deja traspasar por el dolor y llora en su corazón, es capaz de tocar las profundidades de la vida y poseer auténtica felicidad. Esa persona es consolada, pero con el consuelo de Jesús y no con el del mundo. Así puede atreverse a compartir el sufrimiento ajeno y dejar de huir de las situaciones dolorosas. De ese modo encuentra que la vida tiene sentido socorriendo al otro en su dolor, comprendiendo la angustia ajena, aliviando a los demás. Esa persona siente que el otro es carne de su carne, no teme acercarse hasta tocar su herida, se compadece y experimenta que las distancias se borran. Así es posible acoger aquello de llorar con los que lloran. Rm 12, 15 Saber llorar con los demás, eso es santidad. Serás bienaventurado. Si lloras con los que lloran. Pues tú serás consolado. Con caricias que enamoran.

    06. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán saciados. Hambre y sed son experiencias muy intensas, porque responden a necesidades primarias y tienen que ver con el instinto de sobrevivir. Hay quienes con esa intensidad desean la justicia y la buscan con un anhelo muy fuerte. Jesús dice que serán saciados, ya que tarde o temprano la justicia llega, y nosotros podemos colaborar para que sea posible, aunque no siempre veamos los resultados de este empeño. Pero la justicia que propone Jesús no es como la que busca el mundo, tantas veces manchada por intereses mezquinos, manipulada para un lado o para otro. La realidad nos muestra qué fácil es entrar en las pandillas de la corrupción, formar parte de esa política cotidiana del doy para que me den, donde todo es negocio. Y cuánta gente sufre por las injusticias, cuántos se quedan observando impotentes cómo los demás se turnan para repartirse la torta de la vida. Algunos desisten de luchar por la verdadera justicia, y optan por subirse al carro del vencedor. Eso no tiene nada que ver con el hambre y la sed de justicia que Jesús elogia. Tal justicia empieza por hacerse realidad en la vida de cada uno siendo justo en sus propias decisiones, y luego se expresa buscando la justicia para los pobres y débiles. Es cierto que la palabra justicia puede ser sinónimo de fidelidad a la voluntad de Dios con toda nuestra vida, pero si le damos un sentido muy general, olvidamos que se manifiesta de manera especial en la justicia con los desamparados. Busca la justicia, socorre al oprimido, protege el derecho del huérfano, defiende a la viuda. Is 1,17 Anhelar la justicia con hambre y sed, eso es santidad. Serás bienaventurado. Si padeces hambre y sed. Por la justicia acuciado. Oirás, toma y bebe. Pues por Dios serás saciado.

    07. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. La misericordia tiene dos aspectos. Es dar, ayudar, servir a los otros, y también perdonar, comprender. Mateo lo resume en una regla de oro. Todo lo que quieran que la gente haga con ustedes, háganlo ustedes con ella. Mt 7, 12 El Catecismo nos recuerda que esta ley se debe aplicar en todos los casos, de manera especial cuando alguien se ve a veces enfrentado con situaciones que hacen el juicio moral menos seguro, y la decisión difícil. Dar y perdonar es intentar reproducir en nuestras vidas un pequeño reflejo de la perfección de Dios, que da y perdona con sobreabundancia. Por tal razón, en el evangelio de Lucas ya no escuchamos el sean perfectos, Mt 5, 48 sino sean misericordiosos como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados, no condenen y no serán condenados, perdonen y serán perdonados, den y se les dará. Lc 6, 36-38 Y agrega algo que no deberíamos ignorar, con la medida con que midan se los medirá a ustedes. La medida que usemos para comprender y perdonar se aplicará a nosotros para perdonarnos. La medida que apliquemos para dar, se nos aplicará en el Cielo para recompensarnos. No nos conviene olvidarlo.
Jesús no dice, felices los que planean venganza, sino que llama felices a aquellos que perdonan y lo hacen setenta veces siete. Mt 18, 22 Es necesario pensar que todos nosotros somos un ejército de perdonados. Todos nosotros hemos sido mirados con compasión divina. Si nos acercamos con sinceridad al Señor y afinamos el oído, escucharemos algunas veces este reproche. No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti. Mt 18,33 Mirar y actuar con misericordia, eso es santidad. Serás bienaventurado. Si eres misericordioso. Con el miserable apaleado. Pues, Dios te será fabuloso.

    08. Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios en Todo. Esta bienaventuranza se refiere a quienes tienen un corazón simple, limpio, sin suciedad. Porque un corazón que sabe amar no deja entrar en su vida algo que atente contra ese amor, algo que lo debilite o lo ponga en riesgo. En la Biblia, el corazón son nuestras intenciones verdaderas, lo que en realidad buscamos y deseamos, más allá de lo que aparentamos. El hombre mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón. 1 Sam 16, 7 Él busca hablarnos en el corazón, Os 2, 16 y allí desea escribir su Ley. Jer 31, 33 En definitiva, quiere darnos un corazón nuevo. Ez 36, 26 Lo que más hay que cuidar es el corazón. Prov 4, 23 Nada manchado por la falsedad tiene un valor real para el Señor. Él huye de la falsedad, se aleja de los pensamientos vacíos. Sab 1,5 El Padre, que ve en lo secreto, Mt 6, 6 reconoce lo que no es limpio. A saber, lo que no es sincero, sino solo cáscara y apariencia, así como el Hijo sabe también lo que hay dentro de cada hombre. Jn 2, 25

    Es cierto que no hay amor sin obras de amor, pero esta bienaventuranza nos recuerda que el Señor espera una entrega al hermano que brote del corazón, ya que si repartiera todos mis bienes entre los necesitados, si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría. 1 Co 13 Lo que viene de dentro del corazón es lo que contamina al hombre, porque de allí proceden los asesinatos, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios, y difamaciones. En las intenciones del corazón se originan los deseos y las decisiones más profundas que nos mueven. Mt 15, 17-20 Cuando el corazón ama a Dios y al prójimo, Mt 22, 36-40 cuando esa es su intención verdadera y no palabras vacías, entonces ese corazón es puro y puede ver desde ya un vislumbre, una maravillosa relación con Dios en Cristo. Ahora vemos como en un espejo de forma confusa. 1 Co 13, 12 Pero en la medida en que reine de verdad el amor, Dios nos hará capaces de verlo, conviviendo cara a cara con el Resucitado. Ya ahora, con el rostro descubierto, reflejamos la Gloria del Señor. Y nos vamos transformando de gloria en gloria en su Icono que actúa por el Espíritu. 2 Cor 3, 14-18 Mantener el corazón limpio de todo lo que pueda manchar al Amor, eso es santidad. Serás bienaventurado. Si es limpio tu corazón. Pues, si está purificado. Verás a Dios sin ficción.
 

    09. Bienaventurados los que trabajan por construir la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Esta bienaventuranza nos hace pensar en las numerosas situaciones de guerra que se repiten. Para nosotros es muy común ser agentes de enfrentamientos o al menos de malentendidos. Así, cuando escucho algo de alguien y voy a otro y se lo digo, e incluso hago una segunda versión un poco más amplia y la difundo. Y si logro hacer más daño, parece que me provoca mayor satisfacción. El mundo de las habladurías, hecho por gente que se dedica a criticar y a destruir, no construye la paz. Esa gente más bien es enemiga de la paz y de ningún modo bienaventurada. Los pacíficos son fuente de paz, edifican la paz y la amistad social. A esos que se ocupan de sembrar paz en todas partes, Jesús les hace una hermosa promesa, serán llamados hijos de Dios. Él pedía a los discípulos que cuando llegaran a un hogar dijeran Paz a esta casa. Lc 10, 5 La Palabra de Dios exhorta a cada creyente para que busque la paz junto con todos, 2 Tm 2, 22 porque el fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz. Sant 3,18 Y si en alguna ocasión en nuestra comunidad tenemos dudas acerca de lo que hay que hacer, procuremos lo que favorece la paz, Rom 14, 19 porque la reconciliación en justicia y unidad es superior al conflicto.

    No es fácil construir esta paz evangélica que no excluye a nadie sino que integra también a los que son algo extraños, a las personas difíciles y complicadas, a los que reclaman atención, a los que son diferentes, a quienes están muy golpeados y traumatizados por la vida, a los que tienen otros intereses. Es duro y requiere una gran amplitud de mente y de corazón, ya que no se trata de un consenso de escritorio o una efímera paz para una minoría feliz, ni de un proyecto de unos pocos para otros pocos. Tampoco pretende ignorar o disimular los conflictos, sino aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso. Se trata de ser artesanos de la paz, porque construir la paz es el arte sanador que requiere serenidad, creatividad, sensibilidad y destreza curativa.
 

    Dunkirk de Christopher Nolan, nos da una idea en su film sobre la tragedia de Dunquerque. Se vieron sin escapatoria unos 400.000 soldados. Entre el 26 de mayo y el 4 de junio de 1940 se logró evacuar a 330.000. De los cuales 230.000 eran ingleses y 100.000 franceses. Fue la operación Dínamo que Churchill renombró un milagro de liberación. Muchos barcos eran simples lanchas de heroicos civiles que se aventuraron a rescatar a miles de patéticos soldaditos adolescentes aterrorizados ante la muerte. Una lástima que no se mostrara el mismo terror en los soldaditos alemanes. Land of Mine de Martin Zandvliet Sobre todo porque no era claro si Inglaterra iba a concretar un pacto o tratado de paz con Alemania. Mi padre que como buen refugiado sabía mucho más de las condiciones socioeconomicopolíticas de Europa que de Argentina, me lo dijo siempre. Lucharemos en las playas, en los lugares de desembarco, en los campos en las calles y en las montañas. No nos rendiremos nunca. Y por más que esta Isla, o buena parte de ella quede sometida y hambrienta, cosa que no creo ni por un instante, nuestro imperio de ultramar, armado y protegido por la armada británica, continuará la lucha. Hasta que , cuando Dios quiera, el Nuevo Mundo, con todo su poder y fuerza, dé un paso al frente para rescatar y liberar al Viejo. Pero las guerras no se ganan con evacuaciones. Churchill, 04.V.1940, ante la Cámara de los Comunes. Con su oratoria lanzó el rugido al corazón de León que anida en los británicos. Edificar la paz en medio de tantas guerras a nuestro alrededor es liberarse de Babel y caminar hacia la Esposa que baja de la Trinidad, eso es santidad. Serás bienaventurado. Si buscas y amas la paz. Y entonces serás llamado. Hijo de Dios sin disfraz.

    10. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Jesús mismo remarca que este camino va a contracorriente hasta el punto de convertirnos en seres que cuestionan a la sociedad con sus vidas, personas que molestan. Jesús recuerda cuánta gente es perseguida y ha sido perseguida por la simple razón de haber luchado por la justicia, por haber vivido sus compromisos con Dios y con los demás. Si no queremos sumergirnos en una oscura mediocridad no pretendamos una vida cómoda, porque quien quiera salvar su vida la perderá. Mt 16, 25 No se puede esperar, para vivir el Evangelio, que todo a nuestro alrededor sea favorable, porque muchas veces las ambiciones del poder y los intereses mundanos juegan en contra nuestra. Juan Pablo II decía. Está alienada una sociedad que, en sus formas de organización social, de producción y consumo, hace más difícil la realización de esta donación de sí y la formación de esa solidaridad interhumana

    En una sociedad así, alienada, atrapada en una trama política, mediática, económica, cultural e incluso religiosa que impide un auténtico desarrollo humano y social, se vuelve difícil vivir las bienaventuranzas, llegando incluso a ser algo mal visto, sospechado, ridiculizado. La cruz, sobre todo los cansancios y los dolores que soportamos por vivir el mandamiento del amor y el camino de la justicia, es fuente de maduración y de santificación. Recordemos que cuando el Nuevo Testamento habla de los sufrimientos que hay que soportar por el Evangelio, se refiere a las persecuciones. Hch 5, 41. Fil 1, 29. Col 1, 24, 2 Tim 1, 12; 1 Ped 2, 20 y 4, 14-16. Ap 2, 10 Pero hablamos de las persecuciones inevitables, no de las que podamos ocasionarnos nosotros mismos con un modo equivocado de tratar a los demás. Un santo no es alguien raro, lejano, que se vuelve insoportable por su vanidad, su negatividad y sus resentimientos. No eran así los Apóstoles de Cristo. El libro de los Hechos cuenta con insistencia que ellos gozaban de la simpatía de todo el pueblo. 2, 47. 4, 21.33. 5, 13 mientras algunas autoridades los acosaban y perseguían. 4, 1-3. 5, 17-18 Las persecuciones no son una realidad del pasado, porque hoy también las sufrimos, sea de manera cruenta, como tantos mártires contemporáneos, o de un modo más sutil, a través de calumnias y falsedades. Jesús proclama que habrá felicidad cuando los calumnien de cualquier modo por mi causa. Mt 5, 11 Otras veces se trata de burlas que intentan desfigurar nuestra fe y hacernos pasar como seres ridículos e inferiores. Sin embargo, el Evangelio está en darse y darme al tú, él, nosotros, ustedes y ellos, en entrega perijorética trinitaria, al débil, al pobre, al excluido, al descartado y al encarcelado. Eso es más Bienaventurado que recibir. Me encuentro con el mal, desde en y hacia Jesús, mirándolo de frente. Ahora mi psiquis está turbada. Y qué diré, Padre líbrame de esta Hora. Si para eso he llegado a esta Hora. Padre glorifica tu Nombre. Jn 12, 27 Aceptar cada día el camino del Evangelio aunque nos traiga problemas, eso es santidad. GE, 63-94 Serás bienaventurado. Si, a causa de Jesucristo. Eres maltratado perseguido o insultado. Recibirás la primicia. Del Reino por ti heredado. José Luis Martínez