242. Makarismos, la dicha de santificar con el Reino a la
Iglesia y el Mundo, Hch 20, 35
01. En
todas las formas posibles, πάντα les he mostrado que
trabajando se debe recibir a los débiles, haciendo memorial de las palabras, λόγων del Señor Jesús que dijo, la Bienaventuranza está más en
dar que recibir. Μακάριόν ἐστιν μᾶλλον
διδόναι ἢ λαμβάνειν La verdadera Μακάρια revelada
es bienaventuranza, felicidad, bendición y dicha paradójica, trabajando y dando en desde y para
Dios en su Reino. En la Escritura aparece con frecuencia. En el Antiguo
Testamento hay más de 70 como ´ashére,
אַ֥שְֽׁרֵen contexto sapiencial, o baruq, ברוק en contexto de alianza. Los Evangelios muestran que la macária
era propia del estilo oral de Jesús. Además del Sermón de la Montaña, Mt 5,3-12 y de la Llanura, Lc 6, 20-23 hay varias otras. Mt 11, 6. 13, 16.16, 17. 24, 46. Lc 7, 23. 10, 23. 11,27-28.
14,14. Jn 13, 17. 20, 29. Hech 20, 35 y Ap 1, 3. 14, 13. 16,15. 19, 9. 20, 6. 22,
7. 14 Bienaventurados los que lavan sus vestiduras para tener derecho a participar del Árbol de la Vida y a entrar por las puertas de la Ciudad. El Árbol Siempreverde, Ícono o Mensaje Bíblico de Legislar Profetizar Sapienciar. Siguiendo la línea del EMI, la Colcha Maternal de Retazos y el Laberinto.
Nos ponemos al socaire de mezclar ingenuidad con
sofisticación. Y queremos respetar las infinitas e inescrutables facetas
interpretativas que tienen las Bienaventuranzas cual toda Palabra de Dios. Pero
podríamos decir que Jesús busca establecer la diferencia entre felicidad y
bienaventuranza. En la Nueva Alianza nos pide ir al encuentro del bien o del
mal. No es errado, sin embargo, traducir makárion, κατὰ τὸ εὐαγγέλιον τῆς
δόξης τοῦ μακαρίου θεοῦ, ὃ ἐπιστεύθην ἐγώ, 1 Tim 1, 11 por felicidad, εὐδαιμονία, ἐυτυχία, εὐφρανεῖ, pues en la misma Revelación se interligan. La Trinidad
nos colma con toda clase se bienes, empezando por Ella misma entrelazándose con
nosotros. Benedic, anima mea, Domino, et
omnia, quae intra me sunt, nomini sancto eius, qui replet in bonis
aetatem tuam, renovabitur ut aquilae iuventus tua. Sal 103. ὁ
λόγος σου ἐμοὶ εἰς εὐφροσύνην καὶ χαρὰν καρδίας μου. Jer 15,
16 Él nos creó liberándonos de todo mal. No
hizo la muerte ni se complace en la perdición de los vivientes. Por envidia del
demonio, y por el pecado original, entró la muerte en el mundo. Sab 1, 1. Rom 5, 12 El problema no está en el sano bien sino en el mal. La
simple aprehensión del bien nos produce amor, la del mal odio. Si es futuro
el bien nos produce deseo, el mal rechazo. Si está presente el bien nos llena
de gozo, el mal de tristeza. Cómo enfrentar el mal llenándonos de amor, deseo,
gozo, esperanza y audacia en vez de desesperación, miedo y enojo. En lugares pobres de Argentina se ha vuelto al trueque, evitando el dinero por la inflación galopante, como en el 2002. Y la vida se repite, saliendo del Fondo Monetario Internacional o volviendo a solicitarle su ayuda.
That is
the Question a la que responden la gracia sobrenatural de las
Bienaventuranzas. Jesús no nos quita la felicidad, al contrario al desapegarnos
nos agrega el ciento por uno en casas hermanos hermanas madres hijos y campos. Mc 10, 28-31
No obstante, en este mundo de equivocaciones, pecados y muerte, será con persecuciones,
en la perspectiva del mundo futuro de la Vida Eterna. No quiere que cesemos de
tener amor gozo y paz, ὁ
δὲ καρπὸς τοῦ πνεύματός ἐστιν ἀγάπη χαρὰ εἰρήνη, Gal 5, 22 cuando nos sobrevienen los vaivenes de la pobreza, la
aflicción, las injusticias, los insultos, las calumnias por el Reino. Ἰδοὺ μακαρίζομεν τοὺς ὑπομείναντας, τὴν ὑπομονὴν Ἰὼβ ἠκούσατε. Sant 5,
11 Es ese Reino de Dios, clarísimo en los
gestos y palabras de Jesús, quien tiñe esta peregrinación, y la otra
Dimensión, con el Gozo de participar en las llagas del Dios Bienaventurado.
Esas Llagas Gloriosas son el único trofeo que los pecadores le hemos otorgado a
nuestro Redentor. No lo dejará jamás, manifestando la importancia suprema
de nunca dejarnos vencer por el mal sino vencer al mal con el Bien. Rom 12, 21 Sólo haciendo el Bien podemos vencer al mal y la maldad ética.
02. Cuando ha sacado a todas sus ovejas, va delante
de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz. Nunca seguirán a un
extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz. Todos los que han
venido antes de Mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han
escuchado. Jn 10, 1-10 Escuchar la Voz del
Resucitado, eso es discernir los espíritus, para que en medio de tantas
tinieblas, donde se introducen leones rugientes y lobos rapaces disfrazados de
ovejas, tanto en el mundo como en la Iglesia, 1 Ped 5, 8. Hech 20, 29 brille la Luz de
la Vida y su Espíritu nos guíe. Ovejas y cabritos no pueden ser separadas sino
en la Consumación Universal. San Agustín La ONG Semáforo Delictivo alertó que antes
de la declaración de la guerra al narco en 2008, las ejecuciones atribuidas al
crimen organizado eran de 2 mil por año, ahora son 2 mil por mes. Mayo, 2018 Las Bienaventuranzas son una Felicidad Total, divina
humana cósmica. La expresan desde la Encarnación Pascual Trinitaria, con un
desparpajo realista de cruz y resurrección. Responden al deseo natural y
sobrenatural de Felicidad o Dicha puesto por Dios en el corazón de cada ser
humano para atraerlo hacia Él, el Único que puede satisfacerlo, y superarlo al
Infinito, en todas las direcciones. Nos introducen, en su sabia autorevelación
de lo que es el claroscuro de lucha propia de la felicidad terrenal. Con el
bautismo, don del Espíritu Santo que nos da la fuerza para combatir al malo y
al mal. En su Reino que ya está en el Cuerpo histórico y transhistórico de
Jesús Crucificado y Resucitado. En la visión relacional con la Trinidad. Y en
el Dinámico Descanso sin Fin en un Universo Nuevo. Ventura es lo que vendrá.
Las Bienaventuranzas nos aseguran que, suceda lo que suceda, lo que se viene es
la Bondad y la Dicha Total en Aquel que es אָֽנֹכִ֖י֙ יְהוָ֣ה אֱלֹהֶ֑֔יךָ, Ex 20, 2. Κύριος Ἰησοῦς Χριστὸς. Fil 2, 11
Jesús explicó con divina sabiduría qué es ser santos, y lo hizo cuando nos dejó las Bienaventuranzas, que son
la Revelación de practicar, con las virtudes del Espíritu de Jesús, las Diez
Palabras, y forman el carnet de identidad del cristiano. Mt 5, 3-12 y Lc 6, 20-23 Clemente de Alejandría, 150-215 ya las presentaba como
una escala de ascensión hacia Dios. Los monjes seguimos esta exégesis y unimos
la Montaña de la Ley de Moisés, Ex 19-20 con la Montaña de las
Bienaventuranzas de Jesús. San Bernardo, Sermón I de todos los santos. Μακάριοι, אַ֥שְֽׁרֵי, ברוך, Beati
y εὐλογήσω τοὺς εὐλογοῦντάς σε, benedicam benedicentibus tibi,
práctica de la Alianza y Promesa de Bendición o Bienaventuranza. Gen 12, 3 y Dt 7, 12-13 Las Diez Palabras de quien nos hizo salir de la
esclavitud de Egipto, y nos liberó con sus tres relaciones con Él, las seis con
el prójimo y la última con todo lo creado, no podía sino plenificarse en las
Bienaventuranzas. La liturgia, al menos desde fines del siglo VII las colocó In
Festivitate omnium Sanctorum, cual programa de liberación y santidad. Santo
Tomás culmina y sintetiza Ley y Espíritu, uniendo en la Summa las tres
virtudes teologales y las cuatro morales, con los siete dones del Espíritu, sus
Frutos y Bienaventuranzas, con los mandamientos.
Si alguno se plantea la pregunta, cómo se hace para llegar a ser un buen
cristiano, la respuesta es simple y difícil. Es necesario guardar, custodiar o
practicar, praktiké cada uno a su modo, lo que dice Jesús en las
Bienaventuranzas, cual síntesis de toda su enseñanza. En ellas se dibuja el Rostro del Maestro y de su Reino, que estamos llamados a transparentar
en lo cotidiano de nuestras vidas. Bienaventurados los que escuchan la Palabra
de Dios y la practican. Lc 11, 28 Bienaventurado pasa a ser
sinónimo de santo, liberado en el Creador de todo apego desordenado a las
creaturas, porque expresa que la persona que es fiel a Dios y vive su Palabra
alcanza, en la entrega de sí, la verdadera dicha humana y divina, en su
tremendo realismo pascual. Aunque las palabras de Jesús puedan parecernos
poéticas, son paradójicas y van a contracorriente de lo que se valora en la
sociedad. Y, si bien este mensaje de Jesús nos atrae, en realidad el mundo nos
lleva hacia otro estilo de vida. Las Bienaventuranzas de ninguna manera son
algo liviano o superficial. Al contrario, ya que sólo podemos vivirlas si el Espíritu
nos invade con su poder y nos libera de la debilidad egolátrica, de la comodidad
y del olvido de la Trinidad y del Reino de Dios. Sin percepción del Reino, que
es nuestra transfiguración en la Encarnación Pascual Trinitaria, las
Bienaventuranzas se diluyen para edificar este mundo, reformar la Iglesia, y
correr hacia el Cielo Nuevo y la Tierra Nueva de la Jerusalén Celestial.
03.
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los
cielos. El Evangelio nos invita a
reconocer la verdad de nuestro corazón, para ver dónde colocamos la seguridad
de nuestra vida. Por lo general, el rico se siente seguro con sus riquezas, y
cree que cuando están en riesgo, todo el sentido de su vida en la tierra se
desmorona. Jesús mismo nos lo dijo en la parábola del acaudalado insensato, de ese
hombre seguro que, como necio, no pensaba que podría morir ese mismo día. Lc 12, 16-21 Las riquezas no te aseguran nada. Es más, cuando el
corazón se siente rico, está tan satisfecho de sí mismo que no tiene espacio
para la Palabra de Dios, para amar a los hermanos ni para gozar de las cosas
más grandes de la naturaleza y la vida. Así se priva de los mayores bienes. Por eso Jesús llama
felices a los pobres de espíritu, que tienen el corazón pobre, donde puede
entrar el Señor con su constante novedad.
Esta pobreza de
espíritu está relacionada con aquella santa indiferencia o desapego que
propone Iñaki, con la cual alcanzamos la libertad interior. Es menester
hacernos indiferentes a todas las cosas creadas, en todo lo que es concedido a
la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido, en tal manera,
que no queramos de nuestra parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza,
honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo lo demás.
Lucas no habla de una pobreza de espíritu sino de ser pobres a secas. Así nos
invita también a una existencia austera, sobria, despojada y minimalista. De ese modo, nos
convoca a compartir la vida de los más necesitados, la vida que llevaron los
Apóstoles, y en definitiva a configurarnos con Jesús, que siendo rico se hizo
pobre. 2 Co 8, 9 Nació y murió en la calle, cual 'am haaretz al lado de los esclavos de su tiempo. Jamás tuvo nada de su propiedad, ni donde reclinar su cabeza. Ser mártir, desapropiado de todo. Bienaventurados los que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, de ahora en adelante, ellos pueden descansar de sus fatigas, porque sus obras, las que hace el Padre en nosotros, los acompañan. Ap 14, 13 Eso es santidad.
Ese tú y nosotros y ellos para Medellín, Puebla, Santo Domingo y
Aparecida es sobre todo El Pobre que busca vivir. Donde está el
Pobre, está Jesucristo. De ahí que uno de los textos más estudiados y
controvertidos de los evangelios, que el papa Benedicto vuelve a analizar en Spe
salvi, sea Mt 25, 31-46. Es el protocolo del discernimiento
Final, vengan benditos, εὐλογημένοι de mi Padre a poseer el Reino. Y aléjense
de Mí, malditos, κατηραμένοι vayan al fuego eterno preparado para el demonio y sus ángeles. Ya Bartolomé de Las Casas leyó la situación de Latinoamérica y el
Caribe a la luz de ese Juicio Universal. Habla de los indios como de
Cristos, millares de veces azotados y flagelados, y del amor preferente de Dios
por los últimos de entre los seres humanos. Para
entender los hechos recuerdos y anécdotas del monasterio de Azul. Nota archivada en marzo 2008.
La
historia no es sólo mirada purificadora al pasado, desde el presente, sino
también atisbo desafiante del futuro. Pobres con Cristo pobre. Amo porque amo, amo por amar, el amor es su
propia recompensa. Amantes de Cristo, de los hermanos y del lugar.
Cristo juzga la historia porque se solidarizó con los pobres y
excluidos. Con Él tenemos que hacernos plenitud de vida, pues Él ama nuestra
felicidad en la tierra, pero al servicio de la Vida en abundancia para todos. Orar leer Trabajar, p. 281 Serás bienaventurado.
Serás un hombre feliz. Si tu compromiso es tamiz. De un corazón desapegado. Si
vives esta pobreza. De espíritu y de corazón. Ten la segura certeza. Que el
Reino será tu gran don. José Luis Martínez
04. Bienaventurados
los mansos, porque heredarán la tierra. Es una expresión fuerte, en este mundo que desde el
inicio es un lugar de enemistad, donde se riñe por doquier, donde por todos
lados hay odio, donde sin cesar clasificamos a los demás por sus ideas, por sus
costumbres, y hasta por su forma de hablar o de vestir. En definitiva, es el
reino del orgullo y de la vanidad, donde cada uno se cree con el derecho de
alzarse por encima de los otros y mirarlo desde arriba. Sin embargo, aunque
parezca imposible, Jesús propone otro estilo, la mansedumbre. Es lo que él
practicaba con sus propios discípulos y lo que contemplamos en su entrada a Jerusalén.
Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en una borrica. Mt 21, 5. Zac 9, 9
Aprendan de mí,
que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán el descanso para su psiquis. Mt 11, 29 Si vivimos tensos y engreídos ante los demás, terminamos
agotados. Pero cuando miramos sus limitaciones con ternura y mansedumbre, sin
sentirnos más que ellos, podemos darles una mano y evitamos desgastar energías
en lamentos inútiles. La mansedumbre
es un fruto del Espíritu Santo. Ga 5, 23 Si alguna vez nos
preocupan las malas acciones del hermano, acerquémonos a corregirle, pero con
espíritu de mansedumbre. Pensemos que también nosotros podemos ser tentados. Gal 6, 1 Aun cuando uno defienda su fe y sus convicciones debe
hacerlo con mansedumbre.1 Ped 3, 1 Hasta los adversarios deben ser tratados con mansedumbre.
2 Tm 2, 25 En la Iglesia muchas veces nos hemos equivocado por no
haber acogido este pedido de la Palabra de Dios, contagiados con la cultura de la violencia, de la palabra ofensiva y del corazón esclerotizado.
La mansedumbre
es otra expresión de la pobreza interior, de quien deposita su confianza solo
en Dios. De hecho, en la Biblia suele usarse la misma palabra anawim para
referirse a los pobres y a los mansos. Alguien podría objetar, si yo soy tan
manso, pensarán que soy un necio, que soy tonto o débil. Tal vez sea así, pero
dejemos que los demás piensen esto. Es mejor ser siempre mansos, y se cumplirán
nuestros mayores anhelos, los mansos poseerán la tierra, es decir, verán
cumplidas en sus vidas las promesas de Dios. Porque los mansos, más allá de lo
que digan las circunstancias, esperan en el Señor, y los que esperan en el
Señor poseerán la tierra y gozarán de inmensa paz. Sal 37, 9.11 Al mismo tiempo, el Señor
confía en ellos. En ese pondré mis ojos, en el humilde y el abatido, que se
estremece ante mis palabras. Is 66, 2 Reaccionar con humilde
mansedumbre, eso es santidad. Serás bienaventurado. Y poseerás la tierra. Si
eres manso y sosegado. Y nunca buscas la pelea corajuda.
05. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. El mundo nos propone lo contrario. El entretenimiento, el disfrute, la distracción, la diversión, y nos dice que eso es lo que hace buena la vida. El mundano ignora, mira hacia otra parte cuando hay problemas de enfermedad o de dolor en la familia o a su alrededor. El mundo no quiere llorar, prefiere ignorar las situaciones dolorosas, cubrirlas, esconderlas. Se gastan muchas energías por escapar de las circunstancias donde se hace presente el sufrimiento, creyendo que es posible disimular la realidad, donde nunca faltará la cruz. La persona que ve las cosas como son en realidad, se deja traspasar por el dolor y llora en su corazón, es capaz de tocar las profundidades de la vida y poseer auténtica felicidad. Esa persona es consolada, pero con el consuelo de Jesús y no con el del mundo. Así puede atreverse a compartir el sufrimiento ajeno y dejar de huir de las situaciones dolorosas. De ese modo encuentra que la vida tiene sentido socorriendo al otro en su dolor, comprendiendo la angustia ajena, aliviando a los demás. Esa persona siente que el otro es carne de su carne, no teme acercarse hasta tocar su herida, se compadece y experimenta que las distancias se borran. Así es posible acoger aquello de llorar con los que lloran. Rm 12, 15 Saber llorar con los demás, eso es santidad. Serás bienaventurado. Si lloras con los que lloran. Pues tú serás consolado. Con caricias que enamoran.
05. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. El mundo nos propone lo contrario. El entretenimiento, el disfrute, la distracción, la diversión, y nos dice que eso es lo que hace buena la vida. El mundano ignora, mira hacia otra parte cuando hay problemas de enfermedad o de dolor en la familia o a su alrededor. El mundo no quiere llorar, prefiere ignorar las situaciones dolorosas, cubrirlas, esconderlas. Se gastan muchas energías por escapar de las circunstancias donde se hace presente el sufrimiento, creyendo que es posible disimular la realidad, donde nunca faltará la cruz. La persona que ve las cosas como son en realidad, se deja traspasar por el dolor y llora en su corazón, es capaz de tocar las profundidades de la vida y poseer auténtica felicidad. Esa persona es consolada, pero con el consuelo de Jesús y no con el del mundo. Así puede atreverse a compartir el sufrimiento ajeno y dejar de huir de las situaciones dolorosas. De ese modo encuentra que la vida tiene sentido socorriendo al otro en su dolor, comprendiendo la angustia ajena, aliviando a los demás. Esa persona siente que el otro es carne de su carne, no teme acercarse hasta tocar su herida, se compadece y experimenta que las distancias se borran. Así es posible acoger aquello de llorar con los que lloran. Rm 12, 15 Saber llorar con los demás, eso es santidad. Serás bienaventurado. Si lloras con los que lloran. Pues tú serás consolado. Con caricias que enamoran.
06. Bienaventurados
los que tienen hambre y sed de justicia, porque quedarán saciados. Hambre y sed son experiencias muy intensas, porque
responden a necesidades primarias y tienen que ver con el instinto de
sobrevivir. Hay quienes con esa intensidad desean la justicia y la buscan con
un anhelo muy fuerte. Jesús dice que serán saciados, ya que tarde o temprano la
justicia llega, y nosotros podemos colaborar para que sea posible, aunque no
siempre veamos los resultados de este empeño. Pero la justicia que propone
Jesús no es como la que busca el mundo, tantas veces manchada por intereses
mezquinos, manipulada para un lado o para otro. La realidad nos muestra qué
fácil es entrar en las pandillas de la corrupción, formar parte de esa política
cotidiana del doy para que me den, donde todo es negocio. Y cuánta gente sufre
por las injusticias, cuántos se quedan observando impotentes cómo los demás se
turnan para repartirse la torta de la vida. Algunos desisten de luchar por la
verdadera justicia, y optan por subirse al carro del vencedor. Eso no tiene
nada que ver con el hambre y la sed de justicia que Jesús elogia. Tal justicia
empieza por hacerse realidad en la vida de cada uno siendo justo en sus propias
decisiones, y luego se expresa buscando la justicia para los pobres y débiles.
Es cierto que la palabra justicia puede ser sinónimo de fidelidad a la voluntad
de Dios con toda nuestra vida, pero si le damos un sentido muy general, olvidamos que se manifiesta de manera especial en la justicia con los
desamparados. Busca la justicia, socorre al oprimido, protege el derecho del
huérfano, defiende a la viuda. Is 1,17 Anhelar la justicia con
hambre y sed, eso es santidad. Serás bienaventurado. Si padeces hambre y sed.
Por la justicia acuciado. Oirás, toma y bebe. Pues por Dios serás saciado.
07. Bienaventurados
los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. La misericordia tiene dos aspectos. Es dar, ayudar,
servir a los otros, y también perdonar, comprender. Mateo lo resume en una
regla de oro. Todo lo que quieran que la gente haga con ustedes, háganlo
ustedes con ella. Mt 7, 12 El Catecismo nos recuerda que esta ley se debe aplicar en
todos los casos, de manera especial cuando alguien se ve a veces enfrentado con
situaciones que hacen el juicio moral menos seguro, y la decisión difícil. Dar
y perdonar es intentar reproducir en nuestras vidas un pequeño reflejo de la
perfección de Dios, que da y perdona con sobreabundancia. Por tal razón, en el
evangelio de Lucas ya no escuchamos el sean perfectos, Mt 5, 48 sino sean misericordiosos
como su Padre es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados, no condenen y
no serán condenados, perdonen y serán perdonados, den y se les dará. Lc 6, 36-38 Y agrega algo que no deberíamos ignorar, con la medida
con que midan se los medirá a ustedes. La medida que usemos para comprender y
perdonar se aplicará a nosotros para perdonarnos. La medida que apliquemos para
dar, se nos aplicará en el Cielo para recompensarnos. No nos conviene olvidarlo.
Jesús no dice, felices los que planean venganza, sino que
llama felices a aquellos que perdonan y lo hacen setenta veces siete. Mt 18, 22 Es necesario pensar que todos nosotros somos un ejército
de perdonados. Todos nosotros hemos sido mirados con compasión divina. Si nos
acercamos con sinceridad al Señor y afinamos el oído, escucharemos algunas veces
este reproche. No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo
tuve compasión de ti. Mt 18,33 Mirar y actuar con misericordia, eso es santidad. Serás
bienaventurado. Si eres misericordioso. Con el miserable apaleado. Pues, Dios
te será fabuloso.
08.
Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios en Todo. Esta bienaventuranza se refiere a quienes tienen un corazón
simple, limpio, sin suciedad. Porque un corazón que sabe amar no deja entrar en
su vida algo que atente contra ese amor, algo que lo debilite o lo ponga en
riesgo. En la Biblia, el corazón son nuestras intenciones verdaderas, lo que en
realidad buscamos y deseamos, más allá de lo que aparentamos. El hombre mira
las apariencias, pero el Señor mira el corazón. 1 Sam 16, 7 Él busca hablarnos en el
corazón, Os 2, 16 y allí desea escribir su Ley. Jer 31, 33 En definitiva, quiere darnos
un corazón nuevo. Ez 36, 26 Lo que más hay que cuidar es el corazón. Prov 4, 23 Nada manchado por la falsedad tiene un valor real para
el Señor. Él huye de la falsedad, se aleja de los pensamientos vacíos. Sab 1,5 El Padre, que ve en lo secreto, Mt 6, 6 reconoce lo que no es
limpio. A saber, lo que no es sincero, sino solo cáscara y apariencia, así
como el Hijo sabe también lo que hay dentro de cada hombre. Jn 2, 25
Es cierto que
no hay amor sin obras de amor, pero esta bienaventuranza nos recuerda que el
Señor espera una entrega al hermano que brote del corazón, ya que si repartiera
todos mis bienes entre los necesitados, si entregara mi cuerpo a las llamas,
pero no tengo amor, de nada me serviría. 1 Co 13 Lo que viene de dentro
del corazón es lo que contamina al hombre, porque de allí proceden los
asesinatos, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios,
y difamaciones. En las intenciones del corazón se originan los deseos y las decisiones
más profundas que nos mueven. Mt 15, 17-20 Cuando el corazón
ama a Dios y al prójimo, Mt 22, 36-40 cuando esa es su
intención verdadera y no palabras vacías, entonces ese corazón es puro y puede
ver desde ya un vislumbre, una maravillosa relación con Dios en Cristo. Ahora vemos como en un espejo de
forma confusa. 1 Co 13, 12 Pero en la medida en que reine de verdad el amor, Dios
nos hará capaces de verlo, conviviendo cara a cara con el Resucitado. Ya ahora, con el rostro
descubierto, reflejamos la Gloria del Señor. Y nos vamos transformando de gloria
en gloria en su Icono que actúa por el Espíritu. 2 Cor 3, 14-18 Mantener el corazón
limpio de todo lo que pueda manchar al Amor, eso es santidad. Serás bienaventurado.
Si es limpio tu corazón. Pues, si está purificado. Verás a Dios sin ficción.
09. Bienaventurados
los que trabajan por construir la paz, porque ellos serán llamados hijos de
Dios. Esta bienaventuranza nos
hace pensar en las numerosas situaciones de guerra que se repiten. Para
nosotros es muy común ser agentes de enfrentamientos o al menos de malentendidos.
Así, cuando escucho algo de alguien y voy a otro y se lo digo, e incluso hago
una segunda versión un poco más amplia y la difundo. Y si logro hacer más daño,
parece que me provoca mayor satisfacción. El mundo de las habladurías, hecho
por gente que se dedica a criticar y a destruir, no construye la paz. Esa gente
más bien es enemiga de la paz y de ningún modo bienaventurada. Los pacíficos
son fuente de paz, edifican la paz y la amistad social. A esos que se ocupan de
sembrar paz en todas partes, Jesús les hace una hermosa promesa, serán llamados
hijos de Dios. Él pedía a los discípulos que cuando llegaran a un hogar dijeran
Paz a esta casa. Lc 10, 5 La Palabra de Dios
exhorta a cada creyente para que busque la paz junto con todos, 2 Tm 2, 22 porque el fruto de la justicia se siembra en la paz para
quienes trabajan por la paz. Sant 3,18 Y si en alguna ocasión en
nuestra comunidad tenemos dudas acerca de lo que hay que hacer, procuremos lo
que favorece la paz, Rom 14, 19 porque la reconciliación en justicia y unidad es superior al conflicto.
No es fácil
construir esta paz evangélica que no excluye a nadie sino que integra también a
los que son algo extraños, a las personas difíciles y complicadas, a los que
reclaman atención, a los que son diferentes, a quienes están muy golpeados y
traumatizados por la vida, a los que tienen otros intereses. Es duro y requiere
una gran amplitud de mente y de corazón, ya que no se trata de un consenso de
escritorio o una efímera paz para una minoría feliz, ni de un proyecto de unos
pocos para otros pocos. Tampoco pretende ignorar o disimular los conflictos,
sino aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de
un nuevo proceso. Se trata de ser artesanos de la paz, porque construir la paz
es el arte sanador que requiere serenidad, creatividad, sensibilidad y destreza
curativa.
Dunkirk de Christopher Nolan, nos da una idea en su film sobre
la tragedia de Dunquerque. Se vieron sin escapatoria unos 400.000 soldados.
Entre el 26 de mayo y el 4 de junio de 1940 se logró evacuar a 330.000. De los cuales 230.000
eran ingleses y 100.000 franceses. Fue la operación Dínamo que Churchill renombró un milagro de liberación. Muchos barcos eran simples
lanchas de heroicos civiles que se aventuraron a rescatar a miles de patéticos
soldaditos adolescentes aterrorizados ante la muerte. Una lástima que no se mostrara el mismo terror en los soldaditos alemanes. Land of Mine de Martin Zandvliet Sobre todo porque no era claro si Inglaterra iba a concretar un pacto o tratado de paz con Alemania. Mi padre que como buen refugiado sabía mucho más de las condiciones socioeconomicopolíticas de Europa que de Argentina, me lo dijo siempre. Lucharemos en las playas, en los lugares de desembarco, en los campos en las calles y en las montañas. No nos rendiremos nunca. Y por más que esta Isla, o buena parte de ella quede sometida y hambrienta, cosa que no creo ni por un instante, nuestro imperio de ultramar, armado y protegido por la armada británica, continuará la lucha. Hasta que , cuando Dios quiera, el Nuevo Mundo, con todo su poder y fuerza, dé un paso al frente para rescatar y liberar al Viejo. Pero las guerras no se ganan con evacuaciones. Churchill, 04.V.1940, ante la Cámara de los Comunes. Con su oratoria lanzó el rugido al corazón de León que anida en los británicos. Edificar la paz en medio de
tantas guerras a nuestro alrededor es liberarse de Babel y caminar hacia la Esposa que baja de la Trinidad, eso es santidad. Serás bienaventurado. Si buscas y amas la paz. Y entonces
serás llamado. Hijo de Dios sin disfraz.
10.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el
reino de los cielos. Jesús mismo remarca que
este camino va a contracorriente hasta el punto de convertirnos en seres que
cuestionan a la sociedad con sus vidas, personas que molestan. Jesús recuerda
cuánta gente es perseguida y ha sido perseguida por la simple razón de haber luchado
por la justicia, por haber vivido sus compromisos con Dios y con los demás. Si
no queremos sumergirnos en una oscura mediocridad no pretendamos una vida
cómoda, porque quien quiera salvar su vida la perderá. Mt 16, 25 No se puede esperar, para vivir el Evangelio, que todo a
nuestro alrededor sea favorable, porque muchas veces las ambiciones del poder y
los intereses mundanos juegan en contra nuestra. Juan Pablo II decía. Está
alienada una sociedad que, en sus formas de organización social, de producción
y consumo, hace más difícil la realización de esta donación de sí y la
formación de esa solidaridad interhumana.
En una sociedad así, alienada,
atrapada en una trama política, mediática, económica, cultural e incluso
religiosa que impide un auténtico desarrollo humano y social, se vuelve difícil
vivir las bienaventuranzas, llegando incluso a ser algo mal visto, sospechado,
ridiculizado. La cruz, sobre todo los cansancios y los dolores que soportamos
por vivir el mandamiento del amor y el camino de la justicia, es fuente de
maduración y de santificación. Recordemos que cuando el Nuevo Testamento habla
de los sufrimientos que hay que soportar por el Evangelio, se refiere a las
persecuciones. Hch 5, 41. Fil 1, 29. Col
1, 24, 2 Tim 1, 12; 1 Ped 2, 20 y 4, 14-16. Ap 2, 10 Pero hablamos de las persecuciones inevitables, no de
las que podamos ocasionarnos nosotros mismos con un modo equivocado de tratar a
los demás. Un santo no es alguien raro, lejano, que se vuelve insoportable por
su vanidad, su negatividad y sus resentimientos. No eran así los Apóstoles de
Cristo. El libro de los Hechos cuenta con insistencia que ellos gozaban de la
simpatía de todo el pueblo. 2, 47. 4, 21.33. 5, 13 mientras algunas autoridades los acosaban y perseguían. 4, 1-3. 5, 17-18 Las persecuciones no son una realidad del pasado, porque
hoy también las sufrimos, sea de manera cruenta, como tantos mártires
contemporáneos, o de un modo más sutil, a través de calumnias y falsedades.
Jesús proclama que habrá felicidad cuando los calumnien de cualquier modo por mi
causa. Mt 5, 11 Otras veces se trata de burlas que intentan desfigurar
nuestra fe y hacernos pasar como seres ridículos e inferiores. Sin embargo, el Evangelio está en darse y darme
al tú, él, nosotros, ustedes y ellos, en entrega perijorética trinitaria, al
débil, al pobre, al excluido, al descartado y al encarcelado. Eso es más
Bienaventurado que recibir. Me encuentro con el mal, desde en y hacia Jesús,
mirándolo de frente. Ahora mi psiquis está turbada. Y qué diré, Padre
líbrame de esta Hora. Si para eso he llegado a esta Hora. Padre glorifica tu
Nombre. Jn 12, 27 Aceptar cada día el camino del Evangelio aunque nos
traiga problemas, eso es santidad. GE, 63-94 Serás bienaventurado. Si,
a causa de Jesucristo. Eres maltratado perseguido o insultado. Recibirás la
primicia. Del Reino por ti heredado. José Luis
Martínez