6. El siglo XIX, el resurgimiento y la odisea de los Trapenses. Con la segunda abdicación de Napoleón en 1815, su confinamiento en la isla de Santa Elena y el Congreso de Viena para la reorganización de Europa, donde la Santa Sede denunció la Secularizazión como un robo, pero renunció a la restitución del patrimonio eclesiástico, resurge la gracia de la pobreza. Los procesos históricos fueron tan fuertes que los monjes remanentes del arrasador cambio de época, con mayor o menor sabiduría, se dieron cuenta que no podrían ni convenía restaurar las formas del antiguo Císter que había nacido como una pujante renovación espiritual monástica mariana, se había convertido en una pequeña y privilegiada potencia socioeconomicopolítica, y en 700 años se había desvanecido. El monje del siglo XIX hasta nuestros días, paria del medioevo entre el romanticismo capitalismo y marxismo, es un pauper cum Christo paupere, perdido y extraño entre millones con ideologías diferentes, cargando con humildad el Ordo noster Crux Christi, en el Jesu Christi Desiderium sine fine de san Bernardo. Si un historiador del Medioevo no puede escribir sin hablar de los monjes; uno de los siglos XIX-XXI puede ignorarnos sin que nadie se dé cuenta.
Agustín de Lestrange, 1754-1827 traía en su sangre la tragedia de la alta política civil y eclesiástica y de las contradicciones de su tiempo. Fue el decimocuarto hijo de Luis Enrique, importante empleado de Luis XV, y de Juana de Lalor, hija del noble irlandés que acompañó al destierro a Jacobo II, 1633-1701 rey católico de Inglaterra y amigo de Rancé, cuando fue destronado por Guillermo de Orange en 1688. Acabados los estudios de Humanidades, estudió filosofía y teología y fue ordenado presbítero en 1778. Vicario parroquial en París, el arzobispo de Vienne dos años después lo nombró vicario general de su diócesis y lo propuso para obispo auxiliar. Esto lo hizo temblar, no quiso asumir esa responsabilidad y a los 26 años entró en la Trapa. Hizo el noviciado y dada su formación y seriedad en 1781 los votos solemnes. Nombrado maestro de novicios, no se quedó aislado como otros monjes, ni perdió contacto con la alta sociedad, manteniéndose al tanto de lo que estaba sucediendo. Con su perspicacia genética al estallar la Revolución se dijo, o huimos o nos matan. Expuso su plan a Gervasio, quien dirigía el monasterio desde el fallecimiento del abad Pedro Olivier y moriría mártir, y le contestó que era mejor sufrir en silencio, esperar que la Trapa se librara de la supresión, y que la emigración era un sueño irrealizable. Así como de Rancé veía todo lo cisterciense a través del prisma de la penitencia, Lestrange lo veía todo desde salvar lo que podamos y como podamos contra viento y marea, aun poniendo en práctica lo del fin justifica los medios que Dostoiewski olería en algunos católicos del siglo XIX. Enseguida puso en práctica su método que nunca dejaría hasta su muerte antes de que terminara su proceso en Roma ante el papa León XII; actuar de acuerdo a su consciencia, que solía confundir con la santa voluntad de Dios, con indescriptibles líos políticos, arbitrariedades, fundaciones irrealistas, faltas de discreción, autoritarismo, administración discutible, mortificaciones exageradas, rigorismos más allá de Rancé y de cualquier resistencia humana, innovaciones nunca vistas cual la Tercera Orden de La Trapa, e independencia de los obispos. No obstante el que los monjes durmieran poco y en el suelo, con una dieta de pan agua y verduras, trabajaran seis horas y oraran hasta 12 en las solemnidades; en un siglo de reparación al Sagrado Corazón de Jesús marcado por Paray Le Monial, y ante lo horrores de la devastación revolucionaria, hace algo más comprensible la mentalidad de Dom Agustín.
Actuando con la aprobación que obtuvo a último momento de Trouvé y de Rocourt, abad de Claraval y padre inmediato de la Trapa, con unos 23 monjes, huyeron a Friburgo en Suiza iniciando la aventura monástica más espectacular en la historia del monacato. La autoridades le cedieron una antigua cartuja de Valsainte fundada en 1295, secularizada en 1778, en un valle boscoso. Entre 1791 y 1798 en que Napoleón invadió Suiza, Lestrange que había sido elegido abad en 1794, y a quien el gobierno de Friburgo le había dado permiso para 24 personas, estaba rodeado de 254, entre monjes, monjas refugiadas, desertores del ejército, y cien niños más el personal de la Tercera Orden. Cuando aceptó la invitación del Zar Pablo I de asilarse en Rusia, salió con todos ellos, en una abadía rodante, proeza logística que dejó atónito a Napoleón de quien huía.
Dios actúa a través mío que soy un pecador, sin ninguno de los carismas de san Pablo que se consideraba el peor, y lo mismo pasa con todos los miembros de la Iglesia, menos la Virgen. A Dom Agustín le debemos Spencer, fundado en 1825 por Vicente de Paul Merle, y Darfeld en 1795 que tuvo cerca un grupo de monjas venidas de la Valsainte. En 1816 las monjas dejan Darfeld y fundan Laval y Laval fundará Ubexy en 1841. Spencer fundará Azul en 1958 y Ubexy El Encuentro en 1971. Esto parece Lost en la sexta temporada completa, así es el Memorial de la Pascua. Blog 28
Al morir Agustín, arropado por las monjas trapenses de Lyon Vaise, la Congregación para Obispos y Regulares de Roma nombró a Dom Saulnier abad de Mellery cual superior y visitador de los trapenses que se habían dividido en dos observancias, la de Laprade estilo de Rancé en Darfeld,
Vieja Reforma, y la de Lestrange estilo Valsainte,
Nueva Reforma. Las cosas se fueron complicando más, teníamos La Común y la Estrecha Observancia dividida en cuatro grupos autónomos de abadías, la Congregación Belga de Westmalle y Casamari en Italia que no se identificaban con las tres anteriores. El Vaticano I produjo otra clase de fricciones en 1869. Según los reglamentos, los superiores generales debían ocupar su lugar en el Concilio, por lo cual Dom Cesari abad general de los cistercienses fue invitado, pero no los Vicarios de las Congregaciones trapenses, la Rama más numerosa de la Orden. Pío IX a último momento ordenó dos lugares para ellos. En 1878 se pidió a Roma que las Congregaciones trapenses tuvieran un superior general independiente. El consultor dominico Bianchi de buen criterio, remitiéndose a la Carta de Caridad y que la Trapa no tenía un fin y unos medios distintos de Císter, no estuvo de acuerdo con un cisma dentro de la Orden, mas le pareció bien que las cuatro Congregaciones tuvieran un Vicario general y un representante ante la Santa Sede, manteniendo que todos reconocieran al abad general como única cabeza de la Orden. Esto no gustó a la Congregación de Sept Fons.
León XIII convocó un capítulo extraordinario para 1892 de la cuatro Congregaciones trapenses incluyendo a Casamari. El papa había dejado claro al capítulo, que duró doce días bajo la presidencia del cardenal Mazella, que tenía plena libertad para elegir un Vicario general con plenos poderes bajo la jurisdicción de Císter, o convertirse en una Orden independiente. Sebastián Wyart,
1839-1904 ex oficial del ejército papal, muy estimado por Pío IX y León XIII, era abad de Sept Fons desde 1887. Casamari siguió desligada de las otras tres, Mellery Westmalle y Sept Fons, que se reunieron en una Orden autónoma de los
Cirtercienses Reformados de Nuestra Señora de la Trapa. Wyart recibió 28 votos sobre 50 y fue elegido primer abad general. Su elección fue ratificada de inmediato por el papa. De manera apresurada, Wyart fue elegido abad de Císter y sucesor de Trouvé en 1899. Esto debió dejarse años después ya que dos abades generales, residentes en Roma, no podían ser el abad de Císter. La madeja de los hechos desde Arnolfini hasta hoy está tan enmarañada que resulta todavía difícil un discernimiento justo sobre la autonomía final de la Estrecha Observancia. Lo cierto es que desde la supresión de Cîteaux en 1791 la unidad canónica del
Ordo cisterciense no se restableció más. No es correcto que después del restablecimiento de la Común Observancia en 1868 y 1891, con sus primeras Constituciones, pretendiera ser la única heredera del Císter primitivo, como no lo somos nosotros ni algunas de las otras Ramas. La comunión que recuperamos no es jurídica ni de uniformidad de observancias. Deriva del don de la vocación cisterciense, de nuestro común carisma y de crecer más en amistad.
La Observancia Media fue fundada por el presbítero diocesano Lucas Barnouin en 1849. En 1854, declaración del dogma de la Inmaculada de allí el escapulario azul, compró el monasterio de Senanque, y en 1869 se les ofreció el de Lerins que pasó a ser sede del movimiento que postulaba el mismo tiempo para estudiar y trabajar. Fue aprobada de manera definitiva también en 1892. Hoy es la Congregación de la Inmaculada Concepción de las 12 que tiene la Sagrada Orden de Císter. No es deseable esta desunión entre diferentes observancias dentro del Único Císter. Así son los hechos, los podemos narrar, nunca construir según nuestros gustos y planificaciones.
Entre los benedictinos aparecieron monjes de nuevo cuño,
románticos que buscaban inspiración en el Medioevo pero liberados de ataduras y constituciones anteriores a la Revolución. Dom Próspero Guéranger,
1805-1875 apodado
Guerroyer, como con Lestrange, y otros, no se podía ser neutro con quien estaba rodeado de fanáticos y detractores; levantaría Solesmes en Francia. Los hermanos Wolter, Beuron en Alemania.
1863 El altar es el corazón del coro, el coro o presbiterio el complemento del altar. En ambos como en un teatro celestial se representa el drama de la redención. Maredsous en Bélgica,
1872 Pietro Casaretto,
*1810 y la Congregación casinense, Juan Bautista Muard,
*1809 y La Pierre qui Vire, las Congregaciones en Estados Unidos, la refundación de San Anselmo,
1888 y la Confederación benedictina con su abad primado.
1893
Los acontecimientos históricos nos desbordan,
Lost se queda corto cuando nos sumergimos en el
Monachatus quaerens, no manejamos la historia y el siglo XIX, con sus equivocaciones, estuvo cargado de iniciativas y logros.
Porque es grande la sabiduría del Señor va edificando con buenas piedras o ladrillos deformes, y poco a poco todos aportamos en construcción o destrucción, mal que Él permite para extraer nuevos bienes.
Eso sí, conoce las obras del hombre, a nadie le dio autorización para pecar, y cada uno recibirá según sus obras. Ecli 15, 18-20 y 16, 14 Los huracanes Ingrid y Manuel tocaron a 2 millones de
mexicanos, murieron 200 personas, miles quedaron sin casa, se desbordaron 79
ríos, ocasionó la pérdida de 700 mil hectáreas agrícolas, y afectó la
economía nacional; vinieron con el cierre del Gobierno en Washington y el millón de empleados sin goce de sueldo; y los miles de inmigrantes que siguen muriendo por alcanzar la Isla de Lampedusa. La alegría de la unión en la puriformidad, sin volver a confundir unanimidad con uniformidad, de la
Escuela del Amar es posible, pedirá sabios y santos con discernimiento monástico para emprender una tarea ardua y esperada en fe inquebrantable. Sólo Dios Autor principal de la Historia, sabe si se logrará, cómo y cuándo. Tal vez en su Providencia es un bien menor que estemos unidos pero en jurisdicciones diferentes. Es bueno que hayamos purificado nuestra memoria con estudios históricos serios y pedido perdón por las ofensas que ambas partes cometimos contra la espiritualidad de comunión. Es un logro la Familia cisterciense, con la Orden de Císter, la Estrecha Observancia, las Huelgas, Bernardinas de Esquermes y Oudernaarde, nuevas configuraciones de las antiguas Órdenes militares y los Laicos cistercienses, alrededor del
Signo de Cîteaux, Madre de todos.
7. Siglos XX-XXI, entre
guerras mundiales, bombas atómicas y químicas, el Postmodernismo,
la expansión mundial desde el boom a la sequía de vocaciones, la
Glocalización e Internet. La encarnación del Verbo que, en su misterio pascual nos hace morir y vivir en la Trinidad, es la Historia de la historia, de todo lo que sin cesar se deshace y se rehace, muere y resucita, la clave para encontrarle sentido al Drama de la Totalidad del Cristo Místico y Cósmico. La primera y segunda guerra mundial y las demás incontables guerras nos vapulearon por todos los costados. El aggiornamento y nuestras debilidades trajeron problemas, deserciones, fracasos y maravillas.
01. Sebastián Wyart,
1839-1904 primer abad general de la OCSO,
1892-1904 era abad de Sept Fons,
1887-1889 luego de Cîteaux pero residió en Roma. Trabajó en la aprobación de la nuevas Constituciones de 1894 y en poner en claro, a pedido del capítulo general de 1901, y con declaración de León XIII que nuestra autonomía no significaba haber salido de la Orden Cisterciense ni formado una nueva familia religiosa.
No obstante la autonomía de la Orden son hijos verdaderos de la misma Familia cisterciense, así como el abad general, los otros abades y monjes de la Común Observancia. Gozan de los mismos privilegios, gracias, indulgencias, facultades, prerrogativas e indultos que los que tienen y gozan el abad general, los otros abades y monjes de la Común Observancia, sin ninguna diferencia y con la misma autoridad y valor.
Non mediocri, 30/VII/10902 Visitó casi todos los monasterios, sin cruzar el Atlántico, y enfrentó con Dom Chautard la persecución religiosa en Francia. Dialogaba mucho con quienes lo consultaban, mostró amor y respeto, contestando con
buenas cartas a las que enviaban con reproches e insultos.
02. Agustín Marre,
1853-1927 segundo abad general de la OCSO,
1904-1922 era abad de Igny y obispo auxiliar de Reims. Al dimitir por enfermedad en 1922 fue hecho por Pío XI arzobispo titular. Pío X le envió una carta confirmando la
Non mediocri, exhortando a los monjes a vivir según la Regla de san Benito en oración y penitencia, discerniendo con sumo cuidado las vocaciones para nuestros monasterios, dando una formación seria a los que serían ordenados de presbíteros, y cumplir bien con las Visitas Regulares. Le tocó la emancipación de Mariannhill en Ciudad del Cabo,
1909 la muerte en olor de santidad de Dom Franz Pfanner dos meses más tarde, la primera guerra mundial y la crisis modernista, la destrucción de Igny por los alemanes y la cesión de la propiedad a Laval. En 1909 visitó los monasterios de Estados Unidos y Canadá. Marre se dio cuenta de la transformación que debía tener el carisma trapense para transmitir no sólo el modelo cisterciense sino nuevas formas sin perder su identidad. Sin embargo esto llevaría un siglo y no habría acabado, ni acabaría. Es propio del cortada reverdezco estar siempre transfigurándose. La tradición cisterciense no está sólo en el pasado sino en el hoy y en el futuro.
03. Juan Bautista Ollitrault de Kéryvallan,
1862-1929 tercer abad general de la OCSO,
1922-1929 fue primero superior de Wood Barton en Inglaterra donde los monjes de Melleray se refugiarían en caso de ser expulsados de Francia, y luego elegido abad de Melleray. Tuvo una audiencia con Pío XI para rehusar la elección en 1922, debido a su mala salud y cansancio, pero el papa no accedió. Influenciado por el abad de Nuestra Señora de la Consolación en China, en 1923 Pío XI da su apoyo a la
Obra de oraciones para la conversión de China y del Extremo Oriente, Kéryvallan acepta que se ore pero no entiende lo de la propaganda en un Boletín trimestral. En 1924 la Santa Sede disuelve el monasterio en el Congo por haberse convertido en un Centro misionero, y aprueba las nuevas Constituciones de los monjes en 1925, y las de las monjas en 1926, se pasa de la pura
cura spiritualis al Padre Inmediato como superior con el peligro de limitar algo la autonomía de las monjas. En 1925 compran la isla de Caldey en Gales, a los benedictinos anglicanos que habían pasado al catolicismo. Se edita el nuevo libro de los Usos. En 1928 visita Getsemaní, New Melleray, Oka, Mistassini, San Romualdo y Calvario y termina con la Visita Regular de El Valle, luego
Spencer, en Rhode Island. Al embarcarse para Francia le avisan de la extraña muerte por intoxicación o envenenamiento de su sucesor en Melleray, el abad Ambroise Bec,
never underestimate the meanness in people's souls, even when they're being kind, especially when they're being very kind. Alice Munro Aceptó, sin que el capítulo general y él lo vieran bien, que la comunidad de las Catacumbas se trasladara a Frattocchie en 1929. Murió en Roma de bronconeumonía.
04. Hermán José Smets,
1875-1943 cuarto abad general de la OCSO,
1929-1943 era abad de Westmalle. De la humanista Amberes, hablaba con fluidez latín, francés, neerlandés, inglés, italiano y alemán. Temía que algunos trapenses se estuvieran cansando de hacer penitencia y optando por la futilidad de búsquedas alternativas.
Hay una tendencia a atenuar el carácter trapense de la Orden que no es sólo benedictina o cisterciense y no puede dar la espalda a la obra de Rancé, al silencio, la clausura y demás austeridades de la Regla.
Informe sobre el Estado de la Orden al capítulo general de 1931 De buena salud, su corazón comenzó a resentirse al año de su elección y de eso moriría. Inició la costumbre de escribir una carta circular a todas las comunidades de la Orden, a comienzo de cada año. Fundó la revista Collectanea que leía Pío XI, puso al día el Ritual cisterciense y el Menologio, y construyó la nueva Casa Generalicia del Aventino. Llevó con entereza la deposición del prior titular de Prairies y del abad Alexis Presse cuya experiencia en Boquen pasó a la Común Observancia; mas se fue saliendo más de cauce con su sucesor el prior Bernard Besret, depuesto por el abad general Sighard Kleiner en 1969, y suprimido en 1973, pasando la comunidad a la abadía de Lerins. Smets apuró además la muerte de los monjes de Viaceli en 1936, la guerra de Japón con China en 1937 y la hecatombe de la II guerra mundial que afectó a unos 400 monjes movilizados,
El monje soldado será reeditado por dom Le Bail, cientos de monjas y monjes huyendo de sus comunidades y durmiendo al borde de las carreteras, caídos en los campos de batalla o de concentración, usados sus monasterios por la Resistencia o los alemanes, requisados como hospitales de campaña, ocultando a aviadores y paracaidistas, hospedando a miles de refugiados en Europa, China y Japón, o destruidos como Tegelen, Mariawald y Oelenberg
05. Domingo Nogues,
1879-1958 quinto abad general de la OCSO,
1946-1951 era abad de Timadeuc. Nogues era Vicario de Smets, y al no poderse proceder a una elección siguió gobernando. Se queda en Cîteaux pues puede comunicarse con mayor número de monasterios que desde Roma bloqueada por alemanes y aliados. En 1946 el Capítulo General reunido en Cîteaux lo elige abad general y se estudian minutas para la adaptación de reformas sobre liturgia, régimen alimenticio, sueño y barbas. Domingo declara que deben estudiarse tanto para los monjes como para las monjas, pero que no pueden resolverse con apresuramientos imprudentes y no es el momento de mitigaciones a pesar de monasterios donde todas son excepciones. En 1947, año del martirio de los 33 monjes en China, y en vísperas de la guerra árabe israelí con Latroun en medio, se opone más. Nada de introducir laticinios, huevos, pescado, manteca y azúcar o una hora más de sueño. Hay que combatir el espíritu de independencia y crítica que se está filtrando. No se puede ir contra la Regla y los Usos. Si los novicios son débiles que busquen otra Orden menos austera. Hay tendencia hasta de restaurar el antiguo rito cisterciense, lo que se frena con el inicio de restauración de la Vigilia Pascual dada por Pío XII, la liturgia no es sólo algo estático del pasado sino presente en dinamismos de futuro. Con la
Sponsa Christi de 1950 todas nuestras monjas deben hacer votos solemnes y guardar la clausura papal. El boom de las vocaciones que había comenzado con y después de la guerra, y tendría su cumbre en 1965 para ir decayendo hasta nuestros días, lo confirmaban en influir para que el Capítulo no cediera a las reformas. Se piensa que su dimisión a los 72 años, aunque su salud declinaba, es que presentía que no podría seguir oponiéndose,
nadie me podrá reprochar que terminado mi servicio de abad general haya contribuido a cambiar lo establecido en las Constituciones.
06. Gabriel Sortais,
1902-1963 sexto abad general de la OCSO,
1951-1963 era abad de Bellefontaine. Conocí a estos últimos cinco. Lo que rezagó Domingo en reformas lo apuró al máximo Gabriel. Su vida, con un buen protagonista de 1,90 m de alto, un director como Alfonso Cuarón y su hijo Jonás en
Gravity y cual guionista Rowling, merecería un film, colmado de paradojas y apariencias que se van despejando;
a veces se saca provecho de la adversidad, y otras veces, la suerte acaba en desgracia.
Ecli 20, 9 Con su seriedad y fino tacto, sus desconcertantes accesos de coraje, su delicadeza y lucidez, resistió los embates de los que deseaban apurarse en exceso y apuró a los pachorrientos.
No nos fiemos de los razonamientos demasiado humanos, pues el monje por su vocación y profesión, ha sido establecido en el plano sobrenatural. Nació cerca de París y estudió arquitectura. Entró en Bellefontaine a los 22 años. Después del primer año de noviciado estuvo enfermo cuatro, hasta la profesión solemne. Elegido abad en 1936, a los 33 años, se sintió exhausto y debió descansar en el monasterio de Gardes. En 1939 es movilizado cual capellán militar. Herido, hecho prisionero y repatriado retoma el abadiato, pero está al límite de sus fuerzas con dispepsia. Predica en las parroquias alrededor de su abadía en favor de los prisioneros. En 1941 es asesinado el militar alemán encargado de Nantes y la represalia será la ejecución de 50 rehenes civiles. Gabriel va a hablar con el nuevo comandante y le ofrece su vida en vez de los inocentes. Es rechazado, pero esa misma tarde la radio anuncia que los rehenes han sido liberados. A los 50 años sentía el desgaste de los 75, fue intervenido siete veces y le sacaron un riñón. Cuando lo vi en Spencer, fornido y fuerte como un atleta de béisbol nunca hubiera imaginado que él mismo estuviera escribiendo,
he recorrido las clínicas de Roma durante el mes de julio y agosto, enfermo y sufriendo mucho. Sufrió crisis espirituales que no se avergonzó de narrar. Tentaciones de incredulidad, desesperación, abandono, desolación,
es duro tener una especie de evidencia de que el Cielo, en el que sigo creyendo, no está hecho para mí, y estoy abocado a estar separado de Dios. En 1946 era ya Vicario de Domingo, y a los dos meses de su muerte fue elegido abad general. Su actividad incansable durante doce años, si tenemos en cuenta sus cruces, fue prodigiosa. Toma contacto con las 96 comunidades extendidas en 17 países para ver si en ellas, las monjas y los monjes,
revera Deum quaerent.
RB, 58 Se cartea con cientos de sus hermanos y hermanas. Enviará 26 Cartas circulares, preocupándose en especial de los abades y abadesas. La era de los satélites artificiales había comenzado, los rusos mandaron a la perrita Laika con el Sputnik 2 en 1957, lo cual apresuró la carrera de la NASA para ver quien llegaría primero a la Luna. Con visión profética, Gabriel
Lost perdido a 100.000 kms de la Tierra,
sin gravedad ni cansinas peroratas,
castigado por basura chatarra, preparó la Orden para lo que vendría después del Vaticano II. Supresión del oficio parvo de la Virgen y reducción del oficio de difuntos. Equilibrio entre
Coro Lectio Trabajo y Tiempo Libre, inicio de reuniones de abades por regiones, participación de los conversos en el coro, promoción de los estudios con Monte Cistello y la nueva Casa Generalicia en terrenos de Tre Fontane desde 1958.Visitado por Juan XXIII en 1960.
Ratio institutionis et studiorum en 1960,
un hombre no llega a madurar sin cierta cultura intelectual. Durante su período los monasterios se expandieron más en USA, Genesee, Ava, Snowmass, Vina y Redwoods; a Camerún, Koutaba y Bamenda; al Congo, Mokoto, La Clarté Dieu y Emmanuel; a Kenia, Victoria; a Angola, Bela Vista; a Bénin, L'Etoile Notre Dame; a Madagascar, Maromby; a Indonesia, Rawaseneng; a Australia, Tarrawara; a Nueva Zelanda, Kopua; en Japón con Imari y Nasu; a Argentina, Azul; a Chile, La Dehesa. Se sale de Europa, donde habrá una sola fundación, Maria Frieden, y se implanta en otras sociedades y países de misión.
El monasterio debe aportar a toda cultura el testimonio de que la Iglesia no está sólo dada al apostolado, sino también entregada a la oración dentro de una vida fraternal. En 1963 seríamos sorprendidos por tres partidas. El 3 de junio muere Juan XXIII; el 13 de noviembre en un hospital de Roma, mientras el obispo Gran, trapense coadjutor de Oslo le da la absolución y la Unción, muere Gabriel; y el 22 de noviembre fue asesinado en Dallas Kennedy. Monseñor Gran anunció en el aula conciliar, durante la segunda sesión del Vaticano II, el fallecimiento de Gabriel, y en su funeral estuvieron presentes 120 obispos.
07. Ignacio Gillet,
1901-1997 séptimo abad general de la OCSO,
1964- 1974 fue abad de Dombes y luego de Aiguebelle. Ignacio comienza cuando la expansión ha terminado, aunque se seguirán fundando monasterios a pesar de que cada vez habrá menos monjes y monjas, y entremos en un período de incertidumbre, que ni la euforria de la puesta en práctica del Vaticano II con sus períodos experimentales de pruebas errores y aciertos, ni la glocalización y las acertadas intervenciones de los papas, desde Pablo VI al nuevo estrenado Francisco, ha logrado disipar. La arqueologística vuelta a las fuentes y la renovación inculturizada han dado frutos, pero la sensación es que la generación que la hizo y está muriendo, tendrá que dejar el lugar a jóvenes que ya están viviendo eso y, sin desconectarse del Capítulo General y del consejo de sus ancianos en cada monasterio autónomo, encaminen el monacato hacia las nuevas supraformas de un posible muy copensado XXII Concilio Ecuménimo, que no será algo definitivo ni paradisíaco sino más adaptado al
Hoy de la Providencia y seguir construyendo en esperanza la Nueva Jerusalén que se nos prepara. Ignacio, nombre en honor de su admirada Compañía de Jesús, era doctor en teología por la Gregoriana, fue hecho prisionero en Bélgica durante la I guerra mundial, y en Alemania cinco años durante la II guerra. Entró en Dombes a los 19 años recibiendo el hábito de las manos de don Chautard. Apechugó entre
cumbres borrascosas los primeros huracanes que trasladaron a los trapenses de Trento al Vaticano II e Internet. Lo hizo olvidándose del protagonismo de Gabriel, asimilando la colegialidad y autoridad del Capítulo General, y jalándose del chambergo y la chamarra de Pablo VI. Fue el puente firmísimo y providencial entre el Capítulo General y el Papa que le evitó varios males a la OCSO. Pablo VI tenía un finísimo conocimiento y empatía con el monacato. En diciembre de 1964 al volver de Bombay les explicitaba una serie de valores a un grupo de abades que preparaban el Capítulo General.
Hablar a los trapenses significa tanto como evocar una vida de austeridad, de oración , de íntima unión con Dios. Encerrados en su clausura y separados del mundo no están al margen de la Iglesia, sino en su mismo corazón. Especialistas de la oración litúrgica, les pido que sean fieles a sus tradiciones y cuento con sus oraciones. Cuatro años más tarde, en septiembre de 1968, fue a Frattocchie.
La vocación de ustedes ha venido a ser un tanto rara, singular, excepcional y anacrónica; pero la Iglesia les expresa toda su estima y los defiende, pues han tomado en medio de la humanidad la obligación de proclamar con toda su vida que Dios existe y debe ser el Objeto de toda la atención del hombre. La vocación de ustedes es tan hermosa que si no existiera habría que crearla. Si el Señor no toma en su mano el timón de su barca, no sabemos adónde iríamos a parar, cuando hoy una marea de mundanidad quiere destruir el espíritu cristiano. Les suplico que me ayuden con sus oraciones. En diciembre del mismo año le escribía a su amado hijo Ignacio Gillet.
La vida contemplativa redunda en provecho de toda la Iglesia, si los contemplativos faltan, si su existencia languidece o se debilita, todo el Cuerpo Místico pierde fuerzas, y la teología, la predicación, el apostolado y la vida cristiana de los fieles sufrirán graves daños. La llama mística del contemplativo mantiene vivo en la Iglesia el conocimiento de Dios que se alcanza con la experiencia. Sin este conocimiento, faltaría una de las formas como el Pueblo de Dios tiene que conocer al Verbo. No hagan esfuerzos para ser comprendidos por los hombres, eso los conduciría a pérdidas deplorables. Y no entra en los planes de la Iglesia mandarles salir del monasterio para ayudar a sus contemporáneos. Mas bien los empuja a estar presentes de una manera más profunda en la entrañas de Cristo. Toca a la prudencia proveer ciertas acomodaciones para mantener la salud, pero procuren tener gran estima de las cosas duras y ásperas por las que se camina hacia Dios, RB 58 como la austeridad, la penitencia, las vigilias, los ayunos, el trabajo manual, el silencio riguroso, la vida común y la obediencia humilde que es como el carisma peculiar del monje. La unidad y pluralismo de la Orden exige que no se traspasen los límites establecidos por el Capítulo General. Se produjeron tensiones extremas entre el abad general y algunos abades que pidieron la dimisión de Gillet en el Capítulo de 1969. Tenían dos candidatos, Southey y André Louf. Ignacio sabía en secreto que Pablo VI no quería que renunciara, y si el Capítulo lo forzaba, el papa nombraría un Superior general extraño a la Orden. Contestó con calma a los que pedían informes y hasta leyó la carta que le había enviado al papa el 03/X/1968. Y de este Capítulo saldría la Declaración acerca de la vida cisterciense y el Estatuto de Unidad y Pluralismo. En 1970 hubo otras con el cardenal Antoniutti por la cuestión de los Capítulos Generales de las abadesas, cosa que llevaría 41 años resolver. En 2011, ya con Fitzgerald, se tuvo en Asís el 75º Capítulo General de abades; el 14º de abadesas; la 9º Reunión General Mixta y el 1º Capítulo General Único. El Capítulo de 1971 publicó documentos sobre Renovación espiritual, y el Capítulo mismo dejó de ser un órgano de control transformándose en uno de comunión y colegialidad. El de 1974 votó que se iniciara sin demoras, después de tantas experiencias, la redacción de las nuevas Constituciones. No es extraño que Ignacio
presentara su renuncia y le fuera aceptada dos días antes de cumplir
los 73 años. Le quedaban 23 años de vida. Regresó a Dombes y
desapareció entre
los monjes. Pocos años después se enfermó, conservando su lucidez, y en
1997 fue admitido en un Geriátrico a 7
kms de Dombes. La comunidad de Acey quiso tenerlo consigo en noviembre de 1997.
Allí falleció el 4 de diciembre y sus funerales se celebraron en Dombes.
08. Ambrosio Southey,
1923-2013 octavo abad general de la OCSO,
1974-1990 era abad de Mount Saint Bernard. Entró en el monasterio a los 17 años y murió a los 90. Al terminar su servicio como abad general, fue nombrado superior ad nutum de Bamenda,
1993-1996 luego de Scourmont,
1996-1998 y capellán de las monjas de Vitorchiano hasta retornar a su monasterio antes de su pascua hacia la Vida Eterna. Unos flashes o golpes de luz nos abren a su peregrinación. Así es nuestra fugaz existencia hecha de fogonazos, con flashforwards, flashbacks,
flashsides y flashbetwen que demuestran como la duración humana no es sólo lineal. Vivimos en un Todo donde se dan en simultáneo pasado presente, tal vez ese sea
otro ojo que se abre a
Lost. Licenciado en Derecho Canónico.
1953 Poseía capacidad para hacer abstracción de sus opiniones y abrazar la
mente en comunión con Cristo y los hermanos.
Como cristiano no soy por mí mismo una persona completa, ya que sólo con los otros formo el Hombre Nuevo que es Cristo. Un gentleman inglés sin sangre de horchata y menos artístico que Anthony Hopkins, tenía una alabanza antes de asestar sus clarividentes diagnósticos de cómo andaba la Orden, el monasterio la monja o el monje, aunque precavido en su trato con los necios.
Razonar con un necio es razonar con un somnoliento, al final dirá, no sé de qué se trata. Llora por un muerto, porque ha perdido la luz, llora por un necio, porque ha perdido la inteligencia.
Ecli 22, 10-11 En el conjunto de la Orden, parece se ha puesto el acento en la adaptación más que en la renovación espiritual. Las comunidades tendrán que examinar la calidad de su vida para ver si las adaptaciones dan fruto y si los valores monásticos son vividos y expresados en estructuras nuevas más flexibles.
1974 En algunas casas la proporción de sujetos poco equilibrados o no bien adaptados parece indicar que los criterios de selección no han sido buenos. Se me ha objetado que no se debería ser demasiado severo en la aceptación de las vocaciones, ya que la gracia siempre puede cambiar a las personas. Esto está en desacuerdo con lo que manda la Santa Sede que exige que el candidato posea todas las cualidades necesarias de alma y cuerpo, de naturaleza y gracia para abrazar la vida consagrada. Por lo demás la sana teología nos dice que la gracia construye sobre la naturaleza. Si Dios llama a una persona provee para que tenga las cualidades necesarias. Sería el colmo de la inconsciencia por parte de un monasterio aceptar candidatos con excesiva facilidad, por muy gran que fuese la penuria de la comunidad. En cuanto a la caridad fraterna, la mayor dificultad está en conseguir el deseable equilibrio entre silencio y palabra en nuestros monasterios. El equilibrio entre lectio, trabajo y oración se ve ha veces amenazado por el trabajo que afecta a la regularidad y al ritmo de nuestra vida, cuando bien organizado puede ser un elemento de paz. Se está abandonando la agricultura como principal fuente de ingresos. Donde se la mantiene, se convierte en una industria, que requiere preparación muy especializada.
1976 Podemos esperar de una buena comunidad que sea cuidadosa en el canto y en la liturgia; pero si no se tiene cuidado puede ser una cosa exagerada y nos encontraríamos con un coro que canta para la galería más bien que para el Señor, o tener el placer de cantar bien, lo que degenera en snobismo o fariseísmo.
1985 Pregúntense si la caridad fraterna ha progresado, si se considera el Oficio Divino como una verdadera oración y no como una obligación a cumplir, si la oración y la lectio son estimadas y respetadas, y si el trabajo se ha hecho de manera desinteresada y responsable. Si pueden responder que sí entonces los cambios que hemos hecho desde hace más de 30 años han supuesto mejoras.
1987 En 1974 una mayoría de abades, no los dos tercios necesarios, preferían que el mandato del abad general fuera por tiempo determinado. Como esto no pudo ser aceptado Ambrosio anunció luego de su elección que iría pidiendo un voto de confianza en los siguientes Capítulos Generales. Nunca se sintió fatigado, ni desanimado, ni enfermo o viejo, pero después de 16 años quería volver a sumergirse en la cotidianidad de un monasterio. Lo logró.
09. Bernardo Olivera,
*1943 noveno abad general de la OCSO,
1990-2008 era abad de Azul. Le tocó impulsar, y en algunos puntos superar por la aceleración de los tiempos, la nuevas Constituciones para los monjes y las monjas, que habían tardado 25 años en elaborarse y presentadas por Ambrosio, fueron aprobadas el 03/VI/1990 por la Congregación para los Institutos de vida consagrada. A Bernardo lo encontré por primera vez hace 50 años en Azul como hermano converso que había iniciado su postulantado el 2 de enero, luego pasó a corista. Eso lo marcó con la convicción de que el carisma cisterciense puede y debe ser participado de diversas maneras por monjes, legos, hermanas externas, oblatos y laicos. Fue un pastor sabio y prudente, narigón flaco y sonriente, de buena salud tendones jarretes y musculatura de hierro, atrayente serio seductor y tenaz con sentido del humor, buen diplomático administrador y político, parco divertido y travieso ocultando cuando llegaba y cuando se iba, cabeza dura inflexible e intrépido, a la vez que se adaptaba con elegancia coreográfica de ballet a lo que la Historia le ofrecía y los monasterios le permitían, sin dejar su batuta de director. Le costó conjugar al superior con el padre espiritual, ganando como no podía ser de otra manera ya que eso es lo que era y es, el superior. Polifacético y sutil en sus estados anímicos que lo dicen todo, orante silencioso y locuaz predicador capaz de hablar durante horas, viajero incansable y escritor prolífico con unos 30 libros publicados, más amado por las monjas que por los monjes, mucho menos leído y entendido de lo que él hubiera esperado, místico y observante de la Regla y del Patrimonio cisterciense con una planificación realista e imparable del futuro. Estimado por Juan Pablo, algo distante de Benedicto, y más de algunos miembros de la Curia Romana. Durante 18 años trabajó, con equilibrio pero sin suficiente descanso, lo que lo fue desgastando a ojos vista, hasta su accidente cerebro vascular que lo convenció, con otros signos, que había dado todo lo que habría podido ofrecer a la Orden, y era el momento de renunciar a sus 65 años, volver a su patria, proseguir en su búsqueda de Dios, y ser elegido por tercera vez abad de su monasterio, donde sigue al frente de una pequeña comunidad envejecida y dinámica que lo quiere y respeta, rodeado del cariño de cantidad de laicas y laicos que lo siguen en su amor a la Soledad de la Virgen. Enamorado de Cristo resucitado y los libros, me tocó catalogar cientos que regalaba a Azul, experto en formación permanente, dio un envión enorme a la unión integración y participación activa entre monjas y monjes en la Orden, y propuso la posibilidad de elegir una abadesa general, lo que hubiera convertido una Orden clerical en laical, salvo intrincados arreglos canónicos con la Santa Sede que no se llevaron a cabo. Sus esfuerzos para acercarse a la Sagrada Orden de Císter no alcanzaron del todo el objetivo deseado, resituar a la OCSO en la Familia cisterciense. Sí, en cambio, el abrir el carisma a los laicos. En su antropología relacional todo lo que sea amistad varón mujer lo fascina; sus estudios sobre la viuda fundadora mexicana Concepción Cabrera de Armida amiga del padre Félix Rugier y las místicas actuales y del medioevo; sin dejar de poner sobre el tapete, y con lujo de detalles en largas listas, los riesgos que encierran las amistades espirituales heterosexuales en el Resucitado. Riesgo cierto, mas don que hay que acoger y conquista que demanda constante ascesis. Ignorar la mitad de la humanidad femenina sería la más aberrante forma de desconocerse a sí mismo. Debe llegar la hora en que ellas nos relean, desde sus entrañas contemplativas de mujeres, el carisma y la identidad cisterciense con una espiritualidad y mística esponsal. La tragedia de los siete monjes de Atlas, en Tibhirine, decapitados en Argelia en mayo de 1996, le dio pie para volver a conectar más otra vez, vida monástica con martirio en numerosos escritos, conferencias y libros. Fue otro de sus grandes aciertos.
Y que nos sea concedido reencontrarnos, ladrones bienaventurados, en el Paraíso, si así lo quiere Dios, Padre nuestro, tuyo y mío. Amén, im Jallah.
10. Edmundo Fitzgerald,
*1945 décimo abad general de la OCSO,
2008 era abad de Mount Mellerray. Después de la personalidad arrolladora de Bernardo; algunos bromeaban que inundados por sus visitas y sugerencias, cual otros jesuitas estábamos danzando al ritmo de Viale Africa 33, en vez de ser monasterios autónomos en comunión por la Carta de Caridad; Edmundo optó por un perfil irlandés bajo, casi no escribiendo circulares, e introduciéndose al mínimo en la vida de las 97 comunidades con 2.100 monjes y las 77 con 1.700 monjas, repartidas en 44 países, cumpliendo de manera desapercibida sus múltiples servicios. Esta
Irish Green Peace fue bienvenida. En 2007 había sido reelecto por cuarta vez abad de su monasterio en County Waterford. En septiembre de 2010, al ser elegido Mauro José Lepori,
*1959 abad de Hauterive desde 1994, abad general de la Sagrada Orden cisterciense, Edmundo fue invitado dos días después al Capítulo General de abades, abadesas y delegados reunidos en Rocca di Pappa.
La personalidad, temperamento y carácter, influyen en la dinámica de la comunidad. Uno de los primeros objetivos del superior es trabajar por la unidad invitando a cada miembro a encontrar su lugar en la comunidad y a participar en el crecimiento y desarrollo de la misma. Sabe delegar y favorecer la colaboración, lo que se opone a un gobierno controlador que paraliza la responsabilidad y engendra tensiones e impide el crecimiento.