viernes, 26 de julio de 2013

172. La fe es una experiencia de Lógos Ágape Zoé, Palabra Amor Vida: Jn 12, 44-50



    El que tiene fe en mí, en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió. Y el que me ve, ve al que me envió. El que no recibe mis palabras, rémata ya tiene quien le juzgue, la palabra, lógos que yo he anunciado lo juzgará. La luz de la fe es el gran don traído por Jesucristo, que en el Evangelio de Juan se presenta como Luz que ha venido al mundo, y así, el que cree en Él no quedará en tinieblas. Y a través de Pablo nos dice, el Dios que dijo brille la luz del seno de las tinieblas, ha hecho brillar la Luz en nuestros corazones. 2 Co 4, 6 En el mundo pagano, hambriento de luz, se había desarrollado el culto al Sol invictus, invocado a su salida. Pero, aunque renacía cada día, resultaba claro que no podía irradiar su luz sobre toda la existencia del hombre. El sol no ilumina toda la realidad; sus rayos no pueden llegar hasta las sombras de la muerte, allí donde los ojos humanos se cierran a su luz. No se ve que nadie estuviera dispuesto a morir por su fe en el sol, decía san Justino. Conscientes del vasto horizonte que la fe les abría, los cristianos llamaron a Cristo el verdadero Sol de Justicia que ilumina a los muertos.
   Sin embargo, al hablar de la fe como luz o verdad, podemos oír la objeción de muchos contemporáneos nuestros. En la época moderna se ha pensado que esa luz podía bastar para las sociedades antiguas, pero que ya no sirve para los tiempos nuevos, para el hombre adulto, ufano de su razón, ávido de explorar el futuro de una nueva forma. En este sentido, la fe se ve como una luz ilusoria, que impide al hombre seguir la audacia del saber y de las ciencias. El joven Nietzsche invitaba a su hermana Elisabeth a arriesgarse, a emprender nuevos caminos con la inseguridad de quien procede con autonomía. Y añadía. Aquí se dividen los caminos del hombre; si quieres alcanzar paz en el alma y felicidad, cree; pero si quieres ser discípulo de la verdad, indaga. Con lo que creer sería lo contrario de buscar. Nietzsche critica al cristianismo por haber rebajado la existencia humana, quitando novedad y aventura a la vida. La fe sería entonces como un espejismo, una ilusión una fábula, que nos impide avanzar como hombres libres hacia el futuro.
    La fe se ha visto así como un salto que damos en el vacío, como un sentimiento ciego, o una luz subjetiva, capaz quizá de enardecer el corazón, de dar consuelo privado, pero que no se puede proponer a los demás como luz objetiva y común para alumbrar el camino. La fe sería una fábula, desconectada de la razón. Pero la fe no es contraria a la razón, no es un absurdo irracional, sino una Verdad transracional.
    Lo contrario de la fe no es sólo la incredulidad sino la idolatría. El ídolo es un pretexto para ponerse a sí mismo en el centro de la realidad, adorando la obra de mis manos. Perdida la orientación fundamental que da unitotalidad a su existencia, el hombre se disgrega en la multiplicidad de sus deseos; negándose a esperar el tiempo de la Promesa, se desintegra en los múltiples instantes de su historia. Por eso, la idolatría es siempre politeísta, ir sin meta alguna de un señor a otro. La idolatría no presenta un camino, sino una multitud de senderos, que no llevan a ninguna parte y forman más bien un laberinto. Quien no quiere fiarse de Dios se ve obligado a escuchar las voces de infinitos ídolos que le gritan, fíate de mí y muere en la dispersión, no creer en Dios no significa creer en nada; por el contrario significa creer en todo, en cualquier cosa. Chesterton
    La sublime experiencia de la fe, distinta de la corporal o psicológica, pero análoga, debe ser razonada, pues la fe que no se razona no sirve, San Agustín, De praedestinatione sanctorum, 2, 5 luego profesada, celebrada, vivida y rezada. La fe sabia amorosa viva y orada nos abre el camino y acompaña nuestros pasos a lo largo de nuestra historia. Sí, nosotros hemos conocido y creído que Dios Es Amor, Jn 4, 7-16 Como Palabra, Amor y Vida; Dios, Ser y Amor son inseparables. Existimos amando y amamos existiendo según Dios. No hay vida saludable ni salvación en bienestar pascual, si no somos amados y amamos en la Verdad. Amándonos los unos a los otros, existimos y nuestras vidas adquieren pleno sentido. El que no ama ni existe ni conoce al Dios que es Amor. El ser o la existencia pueden parecernos difusos etéreos, el amor jamás.
    Esta fue mi primera intuición cuando comencé a escribir en 1956 sobre El más excelente Camino del Amor, basado en 1 Cor 13, 1-3. Si no tengo amor no soy nada, outhén eimi si repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. oudèn ofeloûmai Deberíamos replantearnos la brillantez metafísica de esta revelación y darle toda su profundidad en antropología, filosofía y teología. Me di cuenta de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor es Todo, que abarca todos los tiempos y lugares, de ahí que en el corazón de la Iglesia, ni Madre, yo seré el amor, seré Todo. Santa Teresita, Manuscrits autobiographiques, Lisieux, 1957 Existo porque me aman y amo, si no hay amor no contacto ni experimento mi existir y al Amante Amado Amor. El amor se basta a sí mismo, agrada por sí mismo y por su causa. El amor es su propio mérito y su premio. El amor no requiere de ninguna causa fuera de sí mismo, ni ningún fruto, su fruto es amar. Amo porque amo, amo para amar. San Bernardo, SCant 83, 4
    Por eso, si queremos entender lo que es la fe, tenemos que narrar su recorrido, el camino de los hombres creyentes, cuyo testimonio encontramos en primer lugar en la Primera Alianza. En ella, Abrahán, nuestro padre en la fe, ocupa un lugar destacado. En su vida sucede algo desconcertante, Dios le dirige la Palabra, se revela como un Dios que habla y lo llama por su nombre. La fe está vinculada a la escucha. Abrahán no ve a Dios, pero oye su Voz. De este modo la fe adquiere un carácter personal. Aquí Dios no se manifiesta como el Dios de un lugar, ni tampoco aparece vinculado a un tiempo sagrado determinado, sino como el Dios de una persona, el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob, y cada uno puede agregar su nombre, capaz de entrar en contacto con el hombre y establecer una alianza con él. La fe es la cercanía absoluta de la Trinidad, la respuesta a una Palabra que interpela a cada persona, a un Tú que nos llama por nuestro propio nombre.
    Lo que esta Palabra comunica a Abrahán es una llamada y una promesa. En primer lugar es una llamada a salir de su tierra, una invitación a abrirse a una vida nueva, comienzo de un éxodo que lo lleva hacia un futuro inesperado. La visión que la fe da a Abrahán estará siempre vinculada a este paso adelante que tiene que dar, la fe  ve  en la medida en que camina, en que se adentra en el espacio abierto por la Palabra de Dios. Esta Palabra encierra además una promesa, tu descendencia será numerosa, serás padre de un gran pueblo. Gn13, 16; 15,5; 22,17 Es verdad que, en cuanto respuesta a una Palabra que la precede, la fe de Abrahán será siempre un acto de memoria. Sin embargo, esta memoria no se queda en el pasado, sino que, siendo memoria de una promesa, es capaz de abrir al futuro, de iluminar los pasos del presente a lo largo del camino. La fe, en cuanto memoria del futuro, está ligada con la esperanza y un Pueblo que la comparte.
    Logos Ágape y Zoé son indivisibles en la fe. La Palabra de Dios, aunque lleva consigo novedad y sorpresa, no es ajena a la experiencia del patriarca. Abrahán reconoce en esa voz que se le dirige una llamada profunda, inscrita desde siempre en su sexualidad, corazón y cerebro. Dios asocia su promesa a aquel lugar en el que la existencia del hombre se manifiesta desde siempre prometedora, el amor, la paternidad, la generación de una nueva vida, Sara te va a dar un hijo, lo llamarás Isaac. Gen 17,19 El Dios que pide a Abrahán que se fíe de él, se revela como la fuente de la que proviene toda vida. De esta forma, la fe se pone en relación con la paternidad de Dios, de la que procede la creación. El Dios que llama a Abrahán es el Dios creador, que llama a la existencia lo que no existe. Rom 4,17 Para Abrahán, la fe en Dios ilumina las raíces más profundas de su ser, le permite reconocer la fuente de bondad que hay en el origen de todas las cosas, y confirmar que su vida no procede de la nada o la casualidad, sino de una llamada y un Amor Personal. 1 Jn 4, 7-16; Francisco, Lumen fidei, 29 junio 2013 De ahí que todos estamos en el seno, kólpos de Abraham cual pobres Lázaros, Lc 16, 22 y el Nuevo Abrahán está en el seno del Padre, Jn 1, 18 y los discípulos amados descansamos en Él. Jn 13, 23-25 
    El Papa Francisco dijo en Río de Janeiro a un grupo de jóvenes argentinos. Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud. Espero  y quiero que la Iglesia salga a la calle. Quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, instalación, comodidad, clericalismo, estar encerrados en nosotros mismos. Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir. Si no salen, se convierten en una ONG, y la Iglesia no puede ser una ONG. Que me perdonen los obispos y los curas, si algún joven después les arma problemas a ustedes, pero es lo que aconsejo y gracias por lo que puedan hacer. Pienso que la civilización mundial se pasó de la raya. Porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero, que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos, los jóvenes y los ancianos. Podría haber una especie de eutanasia escondida. No se cuida a los ancianos, y no se los deja hablar ni actuar. Y la exclusión de los jóvenes está en el porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo y sin estudio es muy alto. Esta civilización nos ha llevado a excluir los dos extremos que son nuestro futuro. Los jóvenes tienen que salir a luchar por los valores, tienen que hacerse valer. Y los ancianos deben abrir la boca y enseñarnos, transmitirnos la sabiduría de nuestros pueblos. No claudiquen de ser la reserva cultural que transmite la justicia, la historia, los valores, la memoria del Pueblo. Y los jóvenes nunca estén contra los ancianos. Déjenlos hablar, escúchenlos, y lleven adelante con su fuerza la sabiduría de ellos.
    La fe en Jesucristo no es broma, es algo muy serio, es un escándalo. Que Dios haya venido a hacerse uno de nosotros es un escándalo. Y que haya muerto en la cruz, es un escándalo mayor, es el escándalo de la encarnación y de la Cruz. No licuen la fe en Jesucristo. Pueden tomar licuado de naranja, de manzana o banana, nunca tomen licuado de fe. La fe es sólida y entera, no se licua. Es la fe en Jesús, en la Trinidad, en la Pascua. Es la fe en el Hijo de Dios hecho hombre, que me amó, se entregó y murió por mí.
    Seamos discípulos misioneros, salgamos a las calles, sin el más mínimo asomo de proselitismo barato, a las periferias existenciales, cuidemos los extremos del Pueblo que son los ancianos y los jóvenes. No dejemos que sean excluidos. Vayamos con las Bienaventuranzas y Mateo 25, que es el protocolo con el cual Jesús nos va juzgar. En esos dos pasajes del Evangelio llevamos el programa de nuestra fe, la experiencia del Amor en el Dios que Es Amor. El que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios
    Y que los monjes y monjas contemplativos nos escondamos más en nuestras tumbas anástasis, y a nuestro modo, como san Antonio del desierto, ocultos y sentados en la cumbre de la montaña del Tabor, 2 Rey 1, 9; Vita Antonii, 93, 4 estemos llenos de fervor para encender a los que salen a las calles con el celo por la extensión del Reino de Dios, la salvación de los todos los hombres y el cuidado de la ecología. 
   

sábado, 13 de julio de 2013

171. Consagración a Jesús, María y José para entrar en comunión monástica: Mt 20, 20-28



    La Madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante Él para pedirle algo. Jesús le preguntó que quería. Ella le dijo, manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. No saben lo que piden, respondió Jesús, deberán beber el cáliz que yo beberé.  El que quiera ser grande que se haga servidor de ustedes; con el Hijo del hombre, que no vino para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud. Bienvenidos al Hogar, después de un largo camino de 28 años, iniciado en Metepec en 1985, hoy Casa de Silencio y Camino Contemplativo Nazaret, se asocia, adhiere o relaciona, cual Comunidad Autónoma, no en dependencia civil o canónica, sino en comunión espiritual monástica, con la Abadía Cisterciense Madre de Dios El Encuentro, de Rincón de San Jerónimo, en la Municipalidad de Ciudad Hidalgo, diócesis de Morelia. No quedan pues bajo la dirección jurídica de este monasterio sino sólo vinculados o adheridos, con sus propios Estatutos ad experimentum, en el carisma monástico mariano, en su caso para laicos, y según lo que en diálogo con sus obispos vayan determinando. c. 305
    Lo hacen en esta Eucaristía de la Memoria de la Virgen y Conmemoración del nieto de Carlomagno, san Enrique II, 973-1024 patrono de los oblatos benedictinos, educado en un monasterio, rey de Alemania y coronado emperador por Benedicto VIII el 14 de febrero de 1014 del Sacro Imperio Romano Germánico. 962-1806 Vivió con su esposa Gunegundis una vida impregnada del carisma monástico sin descuidar sus deberes matrimoniales, familiares, políticos y eclesiales. Autoritario y sin hijos por una enfermedad suya, fue amigo de san Odilón abad de Cluny. Impulsó la liturgia, los estudios, la fundación de monasterios y el servicio a los marginados, a veces imponiendo a diócesis ricas que entregaran gran parte de sus bienes a los descartados. Lo canonizó el papa cisterciense Eugenio III en 1146; y a su esposa, el papa Inocencio III en el 1200. Los dos están en un sarcófago de la Catedral de Bamberg, que en ese momento tenía adosada un inmenso monasterio benedictino.
    Cual audaces Santiago y Juan, ustedes piden ir por este sendero particular a sentarse con Jesús resucitado en su Reino. 19 reciben la Medalla de María de Guadalupe, Madre del Dios por quien vivimos, con la Cruz de san Benito, Luz de la fe, Francisco para deshacer los entuertos del demonio, del pecado y del mal; y otros 40 se preparan con el Escapulario. No saben lo que piden, pero lo atisban. Tendrán que beber el cáliz de la pasión y muerte de Cristo como combustible de su transfiguración para la Nueva Evangelización. Ustedes han creído que Dios es Amor, 1 Jn 4, 16 saben que el sufrimiento no puede ser eliminado, y Jesús le ha dado un sentido supremo convirtiéndolo, por el Espíritu, en una entrega servicial en las manos del Padre. El fruto de lo que hoy iniciamos podrá ser apreciado dentro de 70 ó 100 años. Dios no les dará vanos razonamientos explicativos, no los quiere teledirigidos sino libres en su Presencia que acompaña y abre un resquicio de Luz en la Noche de la fe, que vive unida a la esperanza y el amor. No se dejen robar jamás las tres virtudes teologales, no banalicen el camino de la Pascua en la Trinidad, vivan ocultos en la Tumba, Anástasis de Cristo.
    Les aconsejaría tres compromisos prácticos. Tomar cada vez más consciencia del vínculo que asumen con el Monacato ayer hoy mañana, Blogs 126 y 161 que ya lleva ahondando una huella ininterrumpida de 5.000 años. Tendrán que hacer un profundo estudio orante en especial del monacato universal, de la Regla de san Benito, nuestras Constituciones y el descomunal y encantador Patrimonio cisterciense.  El carisma monástico, no obstante, sólo se transmite por entrega de los que lo viven en el fervor de Jesús amor  humilde. Habrá que venir más al monasterio, no a platicar sino a huir, callar y aquietarse en el no lugar de la tempiternidad contemplativa. No a hacer Power Point sino a orar con la Biblia en la clausura, el silencio, la soledad y la koinonía del desierto. En la Capilla, los bosques y las celdas, cual laicas y laicos, solteros o casados, que sin perder nada de su condición laical, sino potenciándola busquen la santificación gestionando un inicio de mundo nuevo desde dentro de él mismo. Puede que así se cumpla my Mexican dream, que la Iglesia los reconozca como a una Asociación laical cuyo apostolado es la contemplación y su irradiación. Y como hemos visto en estos cinco últimos años siguiendo a Aparecida, no bastan los cursos de formación permanente para tocar al Dios Viviente, hay que ir a las periferias, por nuestras calles y Rancherías; salir al encuentro del Otro, que no es un extraño sino un , mi hermano. La oración, sola solipsista autocentrada en uno mismo, aburre asfixia y encierra. Hay tres salidas, o trascendencias de nosotros, que nos dan la Liberación Orante o la Oración Liberadora. Una hacia las llagas de Jesús. Otra hacia las llagas de nuestros hermanos necesitados, ignorantes, pobres, Gal 2, 10 y explotados. La última hacia las llagas que hieren nuestro planeta. Éste es el camino de la auténtica oración continua.
    El postmodernismo globalizado de la indiferencia, lo provisorio, el relativismo y la búsqueda maníaco depresiva de mi propio bienestar nos vuelve insensibles al llanto de Dios, los hermanos y el cosmos. Pidan con respeto a los ricos que se solidaricen con los descartados, 1 Tim 6, 18 transmitiéndoles a todos el Misterio del Orar Leer Trabajar consagrándose a Jesús, María y José orantes en Nazaret la escuela donde se entiende la vida de Jesús, cuya  primera lección es el Silencio de donde procede la Palabra y el Encuentro.

martes, 9 de julio de 2013

170. No informar sino formar en la magnanimidad de Benito por los pobres: Jn 14, 11-14


    El que tiene fe en mí, hará también las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Cristo es el Templo viviente de Dios y Él mismo edifica su Casa espiritual, no hecha sólo de piedras materiales, sino de piedras vivas, que somos nosotros, la Iglesia, Santuario del Espíritu Santo. Tenemos que hurgar en nuestra consciencia si somos piedras vivientes o piedras mortecinas, cansadas, olvidadizas, aburridas e indiferentes en el Orar Leer Trabajar monásticos. Una de las características del difícil entorno en que existimos, es el patológico fragmentacionismo informativo e informático más que la saludable y salvadora  Unitotalidad formativa. 
    Lo noto y escribo desde hace años y un detalle insignificante de estos 170 Blogs me vuelve a recordar el estropicio. Si se publica uno nuevo las estadísticas suben de forma vertiginosa por 3 ó 5 días, luego se apagan. Cual si se tratase de Noticias Cobertura Tiempo Real, y leída la última ya estoy cristificado, unitotalizado y transfigurado. Es como si la cultura se hubiese resquebrajado en aspectos parciales provisorios y descartables, alejándonos de esa comprensión transformadora por el misterio, significado y alcance de nuestra vida abierta a la Vida Divina. Nos alejamos del Memorial, de la Repetición que machaca hasta que la Espada de la Palabra se hunde en las entrañas de la psiquis y del cuerpo. Y de que los Hábitos  buenos se adquieren reiterando actos una y otra vez. Si tratáramos cada año de adquirir una virtud no nos alcanzarían los setenta ni los ochenta que vivimos, si somos bien robustos. Conferencia del Episcopado Mexicano, Educar para una nueva sociedad, 2012 
    Examinemos ahora una sola virtud clave de la vida espiritual fervorosa, hirviendo en el Espíritu; o tibia, esa que vomita Jesús. La Virgen que relee mil veces El Libro, recostado en la Biblioteca Infinita que es Jesús, la coloca al inicio de su Cántico Megalýnei, Magnificat, Magnificar, Engrandecer a la Trinidad y su creación. Se llama Magnanimidad, parte integral de la fortaleza, que enardece el apetito irascible para que no desista de conseguir el Bien arduo y difícil, ni siquiera poniendo en peligro nuestra vida corporal. Ni sospechemos que por leer una vez esta Consideración, y las otras 169, la podamos adquirir. Se trata de un Despertar Iluminación en Procesos de Relecturas Repetitivas inmersos en las Tres Personas de Yahveh.
    Es un dinamismo humano y del Espíritu Santo, que nos empuja a acometer obras grandes espléndidas y dignas de honor en todo género de virtudes. Todas las virtudes necesitan de Jesús amor magnánimo, para no ser flores mustias o frutos secos. Tiene tres vicios por defecto y tres por exceso. Por exceso, presunción, acometo lo que es superior a mis fuerzas; ambición, procuro honores indebidos; vanagloria, busco el engrandecimiento de mi egolatría en vez de engrandecer a Dios como María. Por defecto, mediocridad, pusilanimidad y tibieza. Por ignorancia, debilidad o malicia no hago fructificar los talentos que recibo para edificar al Mundo, la Iglesia y el Reino; como si la Revelación no me pidiera incesantes procesos creativos de desarrollo para reencender las gracias y carismas de mis hermanos. El hombre líquido de Bauman aspira a mantenerse desatado, rehúsa vínculos y compromisos estables y, defiende, por encima de todo, su independencia social, sexual y económica, independencia que no está dispuesto a sacrificar por ningún tipo de amor. Desea tener relaciones íntimas, pero con fecha de caducidad y sin secuelas. Nieto de la liberación sexual, el ciudadano líquido vive, a sus anchas, el deseo erótico, pero evita enamorarse, perder la cabeza por otro ser humano y sobre todo, teme el engendrar vida, eso podría sacarlo de su estado de levedad gaseosa, estilo Milan Kundera. Francesc Torralba
    Fallo en mi colaboración con la Gracia y en mi autoeducación que consiste en una síntesis entre fe y cultura para llegar a ser cada vez más humano en el Resucitado, que pueda ser más y no sólo tener más, y en consecuencia con todo lo que soy, tengo y poseo, ponerme al servicio de los pobres. La falta de magnanimidad es uno de los síntomas putrefactos de la época globalizante que nos desafía y ha contaminado a millones de cristianos. Es el conformismo cómodo con un mínimo común denominador. Es la esclavitud a mi ego y sus antojos, al relativismo subjetivista y a la fijación patológica en mis fluctuantes estados anímicos. Es la falsa humildad y la neblina sulfurosa del zelo malo que ha entrado en las piedras vivas de la Iglesia y ahoga el zelo bueno del Amor Total. RB, 72   
    Observemos con qué magnanimidad servimos a los pobres que nunca faltan en los monasterios. La grandeza de la ternura de Benito es rotunda. Hay que recrear y aliviar a los pobres, RB, 4, 14 el mayordomo con toda solicitud cuide de los pobres, 31, 9 el hospedero dé acogida especial a los pobres porque en ellos se recibe a Cristo, 53, 15 al recibir ropa nueva den la anterior a los pobres, 55, 9  antes de su profesión solemne, si posee bienes tiene que distribuirlos a los pobres, 58, 24 en cuanto el portero escuche la voz de un pobre responda, demos gracias a Dios o bendíceme, 66, 3. Todo su fundamental capítulo séptimo está inspirado en los anawim, pobres humildes de Yahveh que culminan en Jesús Amor Humilde, junto a María y José. Hago esta Consideración mientras peregrino en Espíritu con el Papa Bergoglio a Lampedusa, la pequeña isla entre Italia y África.
    La primera pregunta que Dios dirige al hombre después del pecado es Adán, dónde estás. Es un hombre desorientado que ha perdido su lugar en la creación porque cree que es poderoso y puede dominarlo todo como Dios. La armonía se rompe, el hombre se equivoca y esto se repite también en la relación con el otro que ya no es el hermano al que hay que amar, sino el otro que molesta mi vida y bienestar. De ahí la segunda pregunta, Caín, dónde está tu hermano. El sueño de ser poderoso lleva a una cadena de equivocaciones que es cadena de muerte, conduce a derramar la sangre del hermano. Estas dos preguntas siguen resonando hoy. Muchos de nosotros, yo incluido, estamos desorientados, ya no estamos atentos al mundo en que vivimos, no cuidamos, no custodiamos lo que Dios ha creado para todos y ya no somos capaces ni siquiera de cuidarnos y apoyarnos unos a otros.
    Dónde está tu hermano, la voz de su sangre grita hasta mí, dice Dios. Esta pregunta no está dirigida a los demás sino a mí, a ti que estás leyendo, a cada uno de nosotros. Los inmigrantes pobres trataban de salir de situaciones difíciles para encontrar un poco de serenidad y de paz; buscaban un lugar mejor para ellos y para sus familias, pero encontraron la muerte. En la literatura española hay una comedia de Lope de Vega, 1562-1635 uno de los más importantes del Siglo de Oro, casado y al enviudar ordenado sacerdote, con quince hijos entre legítimos e ilegítimos, apodado por Cervantes fénix de los ingenios y monstruo de la naturaleza; quien narra cómo los habitantes de la ciudad de Fuente Ovejuna matan al gobernador porque es un tirano, lo hacen de modo que no se sepa quién ha realizado la ejecución. Y cuando el juez del rey pregunta, quién ha asesinado al gobernador, todos responden, Fuente Ovejuna, señor. Todos y nadie.
    También hoy surge esta pregunta, quién es el responsable de la sangre de estos hermanos y hermanas. Nadie, yo no tengo nada que ver, serán otros no yo. Pero Dios nos pregunta a cada uno, dónde está la sangre de tu hermano que grita hasta mí, ya que todos formamos un Cuerpo.
    El cayado en forma de cruz que usó Francisco en Lampedusa, y también el altar y el ambón, fueron construidos con restos de barcas naufragadas; con esas mismas maderas de las barcas, a las que se aferraron hasta último momento los náufragos que no lograron tocar tierra y murieron en el mar. Sólo en la zona de Lampedusa hay más de 20 mil ahogados. Cuántos millones sumarán entre todos los mares y los pasos por tierra de migrantes, desplazados de sus tierras, prófugos, refugiados, fugados, perseguidos por motivos económicos, políticos o religiosos. Millones de migrantes secuestrados, vendidos ellos o sus órganos, desaparecidos, torturados, asesinados, niños, jóvenes, adultos y ancianos.
    Hoy nadie se siente responsable de esto; hemos perdido el sentido de la responsabilidad fraterna; hemos caído en la actitud hipócrita del sacerdote y del servidor del altar, del que habla Jesús en la parábola del Buen Samaritano, miramos al hermano medio muerto al borde del camino y seguimos, no es tarea nuestra, nos tranquilizamos y nos sentimos bien. No olvido a Bergoglio en 1995, joven obispo auxiliar de Buenos Aires, dándonos un retiro de un día con cuatro pláticas, brillantes por su espiritualidad y empuje pastoral, sobre el hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Lc 10, 29-37
    Demos gracias por lo que aquí, en El Encuentro en México, podemos hacer a través de la portería, la hospedería y el dispensario. Pero no olvidemos que estamos en una zona con bolsones de extrema marginalidad, analfabetismo, crimen organizado, enfermedades y hambre. Toda comunidad tiene estructuras inservibles que envejecen y es necesario rejuvenecerlas. La Iglesia lo ha hecho siempre a través del diálogo con la cultura. Desde el inicio se planteó si para ser cristiano se debía hacer todo el proceso judío. Se discernió que no, los gentiles pueden entrar como son, bastan la fe y el bautismo. Del mismo modo, los monasterios fueron adelante, dejando sin miedo que el Espíritu renovara su esqueleto de huesos muertos con el Resucitado, en un servicio efectivo, humanístico y orante, a los más pobres, aun desde las monjas y monjes contemplativos que no informan sino que adquieren e irradian, por Don de Dios, la Forma de Jesús Amor Magnánimo.