jueves, 21 de febrero de 2013


156. Presencias y ausencias de la experiencia del Dios Trinidad: Cant 2, 2-5

    Reconfórtenme con pasteles de pasas, reanímenme con manzanas, porque estoy enferma jodoth de amor. San Bernardo explica este contacto con Dios diciendo, la persona que ha tocado la presencia de Dios, su Amado, siente ahora su ausencia. Tomó incremento el amor porque tuvo ocasión no sólo de verlo sino de dialogar con él. Además la hizo entrar en la casa del vino, de donde es imposible que haya salido sedienta, pero a pesar de todo quedó con sed, porque los que beben de Dios siempre tendrán más sed. Cuando, según su costumbre, el Amado se ausenta, la persona enferma de amor. Cuando más llena de Gracia es la experiencia de su presencia, tanto más molesta será su ausencia. El amor es fuerte cuando Dios está cerca; cuando se ausenta, se debilita,  desfallece, enferma cual enferma a los enamorados. SCant, 51
    Somos seres finitos, pecadores, con múltiples pulsiones corporales, psicológicas, espirituales, familiares, comunitarias y mundiales. Estamos inacabados e insatisfechos, en eterno Deseo peregrinante hacia la Trinidad. Y Dios Padre, en el Misterio de sus proyectos no tiene porqué hacer que los dones de su Espíritu operen modo divino de idéntica forma y en todo momento con nosotros. No puede resultarnos extraño entonces que se produzcan presencias y ausencias más o menos prolongadas e intensas, y que ambas tengan sus objetivos de crecimiento espiritual aunque nos hagan sufrir. Aprender a vivir sumisos ypomoné a estos vaivenes, por más dramático que sea, es emprender el Camino Místico del Misterio Pascual de Jesús, donde vida y muerte se enfrentan sin parar. Donde hay que subir a la montaña de la transfiguración y bajar para fracasar al querer curar a un epiléptico por nuestra falta de oración. Donde las ausencias están previstas para que Marta retome el evangelio del trabajo y no se quede abstraída en éxtasis con María. Somos tan complicados y retorcidos que podemos hacernos adictos y manipuladores de las presencias, olvidando a los pobres, al Cuerpo Místico doliente de Cristo, indesligable de su Cuerpo Resucitado.
    Las alternancias experimentables de presencias y ausencias de la Trinidad, de quien nada ni nadie podrá separarnos, son así parte de la pedagogía bíblica de Jesús que, en su humanidad, las sufrió más que nosotros. Son desarrollos saludables del Deseo y del Gozo de Dios en la Fe Esperanza y Amor. Lo enfermizo estaría en no buscar las presencias o no mantener la sabiduría en las ausencias. Ambas alternancias no son sólo personales sino que pueden abarcar épocas y países enteros. Karl Rahner pensaba que occidente tiene que madurar probando el trago amargo de la ausencia de Dios. Tal como en nosotros, al Día en que Dios está al alcance de la mano, sucede la Noche de los sentidos y del alma; eso mismo puede pasar en la historia de los pueblos. Y el hecho de que esto ocurra por nuestros pecados, podría resultar en la felix culpa del Pregón Pascual. 
     Dios parece estar cada vez más ausente de las ciudades y del campo manejado con maquinaria computarizada, de las ciencias y de las artes, de las leyes, de los gobiernos y universidades, y hasta de los fieles que no tienen interés en sus presencias, pues nunca han sido llevados a la Luz del Tabor, del Calvario y de la Tumba vacía. No sabemos bien cuándo el Espíritu está más Presente, si en la desolación que nos deja su ausencia, o en consolación de su presencia. Lo importante es seguir firmes en la voluntad del Padre.
    Relata el padre Paicio del Monte Athos. 1924-1998 Una vez durante la oración nocturna, me comenzó a llenar una inigualable alegría celestial. Mi celda, cuya oscuridad era iluminada por el trémulo pabilo de una vela, comenzó a llenarse poco a poco de una bella y misteriosa Luz muy fuerte y distinta. Pero sentía que mis ojos aguantaban su intensidad. Era la Luz Divina increada, que vieron tantos monjes. Muchas horas estuve en el brillo de ese Sol, no sintiendo los objetos terrenales y encontrándome en el mundo espiritual. Cuando cesó y salí afuera desolado eran las 10 de una mañana bien soleada, mas a mí me parecía una noche de plenilunio.
     En Camille Claudel 1864-1943, se hace patética la mística en su lenguaje secular de la situación humana, lo desconocido y la búsqueda de la felicidad, donde todo placer quiere eternidad. Panikkar Apasionada de la escultura, hermana de Paul Claudel, +1955 embajador en Estados Unidos, Japón y Bélgica, dramaturgo y poeta, convertido al catolicismo; se encontró con Rodin a los 19 años y a los 20 empezó a trabajar en su taller. Camille colaboró en sus trabajos, posó para él y fue su conflictiva amante y codependiente por varios años. Su obra es parecida a la de Rodin, pero nunca una copia. Rodin no dejó a su pareja Rose Beuret con quien se casaría en 1917 poco antes de la muerte de ambos. Probó otra relación amorosa con Debussy, quien tampoco dejó a su pareja, y de ambos quedó embarazada. Esto desequilibró a Camille, se encerró en su taller, y en 1905 realizó su última exposición. Sufrió sucesivas crisis nerviosas cada vez más agudas y destruyó 90 de sus obras. En 1912, mientras sus esculturas en bronce eran expuestas en Roma, ella vivía en la miseria vestida de harapos junto al Sena. Su padre, que la apoyaba y quería, se negó a internarla. Pero al morir en 1913, Paul por quien su hermana sentía adoración, la hizo encerrar en un psiquiátrico. Su familia nunca fue a verla y prohibió que recibiera visitas. A pesar de su lucidez y ruegos para que la sacaran permaneció encerrada durante 30 años hasta su muerte a los 78 años. Fue enterrada en una tumba sin nombre con el número 1943-n392, en el mismo psiquiátrico. Su tumba desapareció por remodelaciones. Todos vamos al silencioso funeral, al funeral de nadie, pues no hay nadie a quien enterrar. Y ahora calla y deja sobre ti la tiniebla, que será la tiniebla de Dios. Eliot
     Santa Teresita narra cómo Dios permitió que, al final de su vida, se viera invadida por densas tinieblas que le gritaban, burlándose de ella, sueñas con la Luz y el Creador de Ella. Crees que podrás salir un día de las negras brumas que te rodean. Adelante, gózate con la muerte que te dará, no la Patria que esperas, sino una noche más tenebrosa todavía, la noche de la nada. 
     Motovilov, el discípulo de san Serafín de Sarov, cuenta cuando éste lo tomó por los hombros y le dijo, mírame. Motovilov replicó, no puedo hacerlo padre, relámpagos salen de tus ojos; tu rostro se ha vuelto más radiante que el sol, y mis ojos no pueden aguantar el dolor. Serafín respondió, no tengas miedo, tú también estás tan radiante como yo, envuelto en la Luz del Espíritu Santo, de otra manera no podrías percibir en mí su Luz.
    Realistas, soñadores y nihilistas, cuya fe sólo Dios conoce; en medio de malestares y fracasos,  bienestares y éxitos; no son ajenos al Misterio Pascual. Paicio, Camille, Teresita y Serafín con Motovilov exploraron su espacio interior o conciencia llena de realidades, sueños y nada, donde anida la Trinidad interconectada con todo el cosmos, eran enamorados enfermos de Amor con las presencias y ausencias de Jesús.  

lunes, 18 de febrero de 2013


155. El Papa Benedicto da un sorpresivo golpe de timón a la Barca de Pedro: Jn 21, 15



    Jesús dijo a Pedro. Simón, hijo de Juan, me amas más que estos. Él le respondió. Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dijo, apacienta mis corderos. Le sentí decir a Pablo VI que había meditado varias veces y en profundidad sobre este Plus Amoris que Jesús le pide a Pedro, amor que no puede separarse de la verdad y de su fugaz vida. Es estar preparado para morir mártir, por amor a Cristo, la humanidad y el y universo. Jn 13, 36-38
    Aunque mis padres y abuelos me contaron mucho de Pío IX, León XIII, Pío X en especial por su santidad, y Benedicto XV; y sentí y leí bastante de Pío XI; el papa que experimenté por vez primera fue Pío XII. Su muerte me tomó de sorpresa estando en la Facultad de Medicina en 1958. Lo mismo me pasó con Juan XXIII, apenas saludé a los dos hermanos de La Dehesa que me habían venido a buscar al aeropuerto de Santiago de Chile el 03/VI/1963, me dijeron vamos a rezar el Rosario pues acaba de morir el Papa. Estaba presidiendo una concelebración en la Misa de la Transfiguración el 6 de enero de 1978 cuando alguien se acercó y me susurró, Pablo VI ha muerto de pronto en Castel Gandolfo. Por desayunar un café cuando un hermano afligido, rompiendo el silencio me dijo bajito, el Papa ha muerto, le murmuré, sí el mes pasado. Él replicó, no Juan Pablo I fue encontrado muerto en su dormitorio. Preparaba la sacristía en la noche de la octava de Pascua del 02/IV/2005, cuando el padre José me avisó que Juan Pablo II había muerto. Íbamos a Migración en Morelia el 11 de febrero, y el hermano Alberto dijo, el Papa renunció. Mi impresión fue de orfandad, tristeza, desolación. Qué poderosa es la presencia de un Papa, tan lejos y tan cerca de toda la humanidad. Sentí mi vejez y también renunciar para entregarme más a orar, escribir y acompañar en Jesús. No me la aceptarían pues ya soy un emérito súper inútil, desaparecido por amor en la clausura monástica.
    Queridos hermanos cardenales. Los he convocado hoy 11/II/2013 a este Consistorio Ordinario Público, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicarles una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios de manera reiterada mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer de forma adecuada el ministerio petrino. Soy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no sólo con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice. Les doy gracias por todo el amor y el trabajo con que han llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Jesucristo el Señor, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
    El Papa no debe presentar su renuncia a nadie, ya que no tiene autoridad humana alguna sobre él, sino según el canon 332.2, sólo ser libre al hacerla y manifestarla de manera formal. No obstante hasta ahora, la renuncia de un papa ha sido excepcional, no se sabe con exactitud cuántos han renunciado en 2.000 años pero de los 265 no pasan de nueve. La de Benedicto a sus 85 años y casi 8 de pontificado, es la primera desde 1415 con Gregorio XII, quien dimitió en el Concilio de Constanza para poner fin al Cisma de Occidente, y la segunda desde 1294, con san Celestino V que retornó a su comunidad monástica. Benedicto en el 2010 peregrinó a los Abruzos para venerar las reliquias de Celestino, el cual murió en la fortaleza de Fumone encarcelado por Bonifacio VIII.
    Recibimos con respeto y obediencia el golpe de timón que le ha dado a la barca de Pedro. No nos introducimos en lo sociopolítico, otros lo harán estudiando diferentes informes como el de los cardenales Herranz, Tomko y de Giorgi, dos tomos de 300 páginas sobre los que trabajan en el gobierno central de la iglesia; o el del obispo Viganò acerca de la Gobernación y la economía vaticana. Justo la falta de energías del papa hace necesario uno nuevo para enfrentar las problemáticas. Lo diáfano es que en estos momentos en que no pocos buscan mantenerse en el poder, Benedicto prefirió seguir el Evangelio del servicio y el desprendimiento en el amor, y dió un paso histórico preservando la primacía de la espiritualidad propia del sucesor de Pedro. Menos nos detenemos en opiniones tales como que tiene miedo a la Curia que le rechazaría sus pedidos de transparencia; y a la que le echaría en cara su hipocresía religiosa, el comportamiento de algunos que buscan el aplauso y la aprobación del público en lugar de servir a Jesús, y la condición a veces desfigurada de la Iglesia por las divisiones internas y los VatiLeaks; lo que es sacar de contexto las intervenciones de su elevada talla intelectual y ética, y de sus repetidos agradecimientos a la Curia Romana y al Vaticano, que con los claroscuros propios de pecadores perdonados que somos todos, hace posible el ministerio petrino. O peor, desfigurando su vida de total entrega a la Iglesia, afirmar que en el fondo no fue más que un teólogo a quien le gustaba tocar el piano.
    Buscamos cuál es el alcance y sentido teológico de su gesto, dentro de la Pastoral de Pastores. Primero, ha roto con un tabú que venía desde hace 600 años. La renuncia de Benedicto resultará útil para futuros Papas que alcancen una edad avanzada por los ambiguos avances de la medicina, pero puedan no tener energía para continuar guiando a la Iglesia. Los sucesores de Benedicto se verán más libres para seguir, o no, en su servicio hasta la muerte. Segundo, parece debió discernir entre dos posibilidades. Proseguir su ministerio cada vez más enfermo y sufriente, con una posible prolongada agonía en la que el gobierno eclesial cae en un impasse. O renunciar, privilegiando la enorme eficacia pastoral del ministerio de Pedro, que requiere este nuevo cambio mundial de época. Su elección para mí ha sido valiente, brillante, razonada en la fe, y propia de un gran teólogo y pastor. Sufrir y orar, lo puede hacer en el monasterio María Madre de la Iglesia, en el Vaticano, donde se retirará; pero la dinámica eficacia pastoral la debe tomar otro. Tercero, volvió a mostrarnos que puede nadar contra corriente y resistir su empuje, pues es un hombre libre, valiente, servidor inútil del Resucitado, sin apegos, un simple y humilde trabajador en la viña del Señor.
    Sería provechoso, si es que no somos ancianos como yo, leer algo serio sobre el envejecimiento y su proceso multifactorial que conduce a una pérdida progresiva de funciones, y las repercusiones para nuestro cuerpo, psiquis y espíritu que produce el deterioro celular. Lewis Wolpert, Por ti no pasan los años. La sorprendente naturaleza del envejecimiento. Los presbíteros te abrazamos, padre de los cristianos y de la humanidad y, mientras esperamos a tu sucesor para seguir apacentando por un poco de tiempo, en comunión con él a la Iglesia Universal de Cristo, guardaremos lo último que dijiste a los sacerdotes de tu diócesis, aun cuando parta, permaneceré cerca de ustedes en oración, y estoy seguro que ustedes estarán junto a mí, aunque yo estaré escondido para el mundo.

jueves, 14 de febrero de 2013


154. Mística de la fe, la esperanza y el amor: Ef 2, 7-10



    Dios ha querido demostrar la inmensa riqueza de su Gracia por el amor que nos tiene en Cristo. Porque ustedes han sido salvados por su Gracia, mediante la fe. Esto no proviene de ustedes, sino que es un don de Dios. Y no es el resultado de las obras para que nadie se gloríe. Nosotros fuimos creados en Jesús, a fin de realizar aquellas obras buenas, que Dios preparó de antemano para que en ellas camináramos. La fe es la respuesta al Amor que la Trinidad nos tiene, y hay un lazo indisoluble entre fe, esperanza y caridad. Son virtudes teologales distintas pero no se pueden separar, y menos en la experiencia mística, de lo contrario nos será imposible aprender a mirar con los ojos de Dios.
    No podemos desligar u oponer, fe esperanza y caridad. Las tres virtudes teologales están unidas, aunque nuestros pecados las pueden desglosar. Es equivocado ver en ellas un contraste o una dialéctica. Por un lado representa una limitación la actitud de quien hace hincapié en la prioridad y el carácter decisivo de la fe; subestimando y despreciando con derrotismo la esperanza en la Vida Eterna, y los bienes terrenales que nos ayudan a llegar a Ella con el auxilio de Dios; y las obras concretas de caridad; reduciéndolas a un humanitarismo genérico. Por otro lado también es limitado sostener una supremacía exagerada de la confianza propia en las pequeñas y grandes esperanzas, y de la laboriosidad de la caridad; pensando que el optimismo y las obras pueden sustituir a la fe. Una vida espiritual sana huye tanto del fideísmo como del ilusorio optimismo trascendental y del hiperactivismo natural y enfermizo.
    Ser cristiano consiste en un continuo subir a la montaña de la transfiguración, al encuentro con Jesús, para volver a bajar, trayendo el optimismo y el amor que derivan de Cristo, a fin de servir a nuestros hermanos con el mismo amor y esperanza que le tenemos a Él. En la Biblia el celo de los apóstoles por el anuncio del Evangelio que suscita la fe está vinculado a la solicitud caritativa respecto al servicio de los pobres. Hech 6,1-4 En la Iglesia, contemplación, confianza y acción, simbolizadas en Marta y María, deben coexistir e integrarse. Lc 10, 38-42 La prioridad corresponde siempre a la relación con Dios y la espera y el compartir evangélico deben estar arraigados en la fe, pues sin ella no hay ni amor ni esperanza vivientes. Otrosí, sin amor sobrenatural por el pecado mortal, debemos seguir fuertes en la fe y la esperanza, Jesús está siempre a la búsqueda de nosotros pecadores.
    A veces se tiene la tendencia a reducir el término caridad a la solidaridad o a la simple ayuda humanitaria. En cambio, es importante recordar que la mayor obra de caridad es la evangelización o servicio de la Palabra. Ninguna acción es más benéfica y, por tanto, caritativa hacia el prójimo que partir el pan de la Palabra y el Sacramento, hacerle partícipe de la Buena Nueva del Evangelio, introducirlo en la relación con las Tres Personas de Dios. La evangelización es la promoción más alta e integral de la persona humana. El anuncio de Cristo es el primer y principal factor de desarrollo. La verdad originaria del amor de Dios por nosotros, vivida y anunciada, abre nuestra existencia a aceptar este amor haciendo posible el desarrollo integral de la humanidad y de cada hombre. En definitiva, todo parte del amor y tiende al amor. Conocemos el amor gratuito de Dios mediante el anuncio del Evangelio. Si lo acogemos con fe, recibimos el primer contacto con Dios, capaz de hacernos enamorar con confianza inalterable del Amor, para después vivir y crecer en este Amor y comunicarlo con paz y gozo a los demás. Es necesaria la prioridad de la fe, la convicción de la esperanza de que hay muchos más bienes que males y que Dios vence el mal, el pecado y la muerte; y la primacía absoluta del Amor que nunca muere, sin el cual la fe y la esperanza están informes, muertas.
    Cuando los dones del Espíritu, que actúan cuando Dios quiere y de modo divino, nos introducen en la mística del Misterio del Trino Dios, que envuelve a los hombres y el universo, nos liberamos de ser cronófagos, devoradores de tiempo en esta sociedad digital. Hasta los monasterios pueden contagiarse del frenesí de monjes o monjas abejitas neurotizadas al ritmo vertiginoso de las corridas detrás de las campanas, que ya no son la voz de Dios, de la Eternidad; sino del tiempo útil que expulsa a cualquier zángano que se atreva a detenerse en el deleite prohibido de la contemplación del bellísimo ocaso crucificado o el amanecer resucitado del Sol de Justicia.
    Como la mística toma todo nuestro ser, cuerpo psiquis y espíritu en el cosmos, vísceras, corazón y cerebro, hay matices en las formas concretas del misticismo personal de cada uno. Hay místicos de la fe, absorbidos por la Luz de la Gnosis que nos viene del Pasado; de la esperanza confiados con Optimismo inquebrantable en el Futuro; y del amor cual Servicio en el Presente. Gustar con armonía y quietud del tiempo que pasa, imbuido de Evo y Eternidad; detenerse para orar sin pensar pero nunca negando la razón, entregarse generosos en la Manos de la Providencia que guía nuestras vidas. Si se quiere de manera fenomenológica, hay místicos orantes, lectores o trabajadores.
    No obstante, en todos ellos el Salto es idéntico. Está en liberarse, soltar, desapegarse, dejar, abandonar, desaparecer amando. Es el salto que está dando Benedicto XVI, debido a la disminución de sus energías por el envejecimiento, que le impediría la enorme eficacia pastoral que requiere el servicio petrino, llevándolo a cabo con más vigor en el mundo actual, con todas sus exigencias y dinamismos, necesidad de máxima importancia para el bien de toda la Iglesia Universal.

sábado, 9 de febrero de 2013


153. El misterio monástico vivido en la mística monástica: 1 Cor 15


     Les vuelvo a recordar el Evangelio que les he predicado, que ustedes recibieron, en el que permanecen fieles y son salvados. Les he transmitido, paradídomi en primer lugar lo que me fue transmitido a mí. Que Cristo murió por nuestros pecados, según la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, según la Escritura. Se apareció a Pedro y a los Doce, luego a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, a Santiago y a todos los Apóstoles, y por último también a mí. Si la esencia del cristianismo es el Misterio de la Encarnación del Verbo que por su Pascua nos revela a la Trinidad, de la que la Iglesia es su Ícono; la muerte y resurrección de Cristo fue la máxima experiencia mística de la transfiguración de su humanidad, que se diviniza y al divinizarse se humaniza cada vez más. El primer Adán fue psiquis viviente, el último Adán, Espíritu que irradia la Vida Nueva. En su muerte Cristo murió a nuestros pecados, con los que cargó, y nosotros morimos al pecado. En su resurrección, Él y nosotros, vivimos para Dios. Rom 6, 1-11 Ésta es la Gran Liberación del monacato cristiano, vivida con menor o mayor intensidad y conciencia, al abismarnos en el Christus Centrum et Circumferentia Omnipraesens.
    La mística es la el contacto cumbre del hombre peregrinante, cuando Dios le sale a su encuentro con el Misterio del Padre en Cristo por el Espíritu. No es privativa del cristianismo, está esparcida de formas diversas en las religiones y culturas cual Semina Verbi. Su constitutivo consiste en la actuación de los dones del Espíritu, al modo divino, I-II, 68, 1 con energías sobrehumanas sobrenaturales, que sobrepasan nuestro modo humano, y lo elevan a una experiencia de la Vida en la Verdad del Amor de Dios, del hombre y del cosmos; aun en instituciones orgánicas personalizantes no institucionalizadoras.  
    En el monacato universal hay un consenso, que será expresado  en distintas formas, y en el catolicismo adquiere su plenitud en la Singularidad de Cristo, pero cuyo denominador común es rotundo. Los hombres somos disfuncionales, es necesario que una Fuerza Sobrehumana nos salve, redima o libere, y entonces entramos en un proceso de irnos funcionalizándonos. Se necesita un entusiasmo muy especial, en Dios; una unción mesiánica, en Cristo; una inspiración, en el Espíritu, para romper con la disfuncionalidad del descentramiento enloquecedor, o esquizofrenia disgregante.
    La Revelación nos dice que somos concebidos en pecado original, cometemos pecados personales, y existimos en estructuras sociales de pecado. La fe, el bautismo y el encuentro con el Resucitado nos liberan, e iniciamos un camino de Amor. Éste camino puede ser transitado con las virtudes empujadas por la razón iluminada por la fe y las gracias actuales, modo humano; o con los dones, carismas y frutos del Espíritu empujados por el mismo Señor y Dador de Vida, modo divino. Las virtudes y los dones tienen la misma materia, el bien honesto más allá del útil y deleitable, pero los dones completan y llevan a perfección las virtudes y nos hacen dóciles para escuchar y poner en práctica con prontitud las inspiraciones divinas. Es como ser movido con gasolina o con energía de fusión atómica.
    Está en nuestro libre arbitrio hacer actos de fe esperanza y caridad. De los dones sólo podemos usar cuando la Trinidad quiere. Esto se nota bien en los místicos y los santos y tiene analogías con los héroes y los genios. Una cosa es escribir, y otra ser Doctor de la Iglesia o Nobel de literatura. Los dedos de la Madre me sacan el corazón. Sin Madre es imposible reintegrarse en la inocencia y amar; sin Madre es imposible morir. Los místicos son poetas sin versos, pintores sin pinceles y músicos sin notas. H. Hesse, Narciso y Goldmundo Así la mística entra en el desarrollo normal de la semilla de la Gracia que pide llegar a ser flor, fruto y bienaventuranza y clama por la divinización humana, lo superhumanum, el unum necessarium. No es fenómeno extraordinario de visiones, estigmatizaciones o inedias.
    Quien busca la verdad, sea consciente o inconsciente de ello, busca  a DiosE. Stein El homo monasticus, cual un arquetipo de la humanidad, creará a través de milenios, en las distintas politéias, culturas y jurisdicciones monásticas, una mística propia que gira alrededor de la liberación, iluminación, Moksha o bodi; huir del samsara y las ilusiones de maya y los sufrimientos inútiles de los apegos, o del pecado; para llegar a la unificación Mónos, simplicidad en la Unitotalidad de Jesús, Centro de la infinita complejidad. Unión con el Absoluto, suelto de todo en comunión con el Todo.
    La tradición del monacato primitivo benedictino cisterciense tiene la suya en Jesús Amor Humilde. Orar Leer Trabajar. El Padre del Silencio, el Verbo del Lenguaje, el Espíritu del Arte en Encuentro y Koinonía. Búsqueda, Presencia, Ausencia. Indesligar la fidelidad a la tradición de la reforma constante. Soledad, Deseo, Unión Esponsal Fecunda. Dulzura Suavidad Compunción. Serenidad o Hesijía en la clausura, anticipo del paraíso, hecha estabilidad y permanencia, méno en Cristo. Pascua en Alternancias ininterrumpidas. Encarnación, Crucifixión, y Resurrección despuntando en Transfiguración y Luz tabórica; luminosa, catafática por el conocimiento; y oscura, apofática por el amor, según la Escritura.

martes, 5 de febrero de 2013


152. Los monasterios, laboratorios de estudio diálogo y cultura: Ap 22, 6-21



    El Ángel me dijo, Dios que inspira a los profetas envió a su mensajero para mostrar a sus siervos lo que ha de suceder pronto. Cristo, sí volveré pronto. Bienaventurado el que guarde las palabras profética de este Libro. Juan, yo fui el que vio y oyó todo esto. Asamblea litúrgica, el Espíritu y la Esposa dicen, Ven; y el que escucha debe decir, Ven. Cristo, el que da testimonio de todo esto afirma, sí, vengo pronto. Asamblea, Amén, ven, Señor Jesús. Juan y el lector, la Gracia del Señor Jesús permanezca con todos. Amén. El epílogo apocalíptico es un diálogo litúrgico que muestra cómo la Asamblea, congregada por el Señor en su Día, escuchó la Palabra, la asimiló para vivir el ya pero todavía no de la Venida de Jesús según la Revelación, tiene la actitud fundamental, Ven, Señor Jesús; y mientras, que la Gracia del Señor permanezca con todos.
    La vida monástica sigue este modo apocalíptico de existir y es necesario conservarla con fidelidad en su espíritu genuino, manteniendo su oficio principal en la Escuela al servicio humilde de Jesucristo dentro de los muros del monasterio; sea consagrados de manera íntegra al culto divino in umbratili vita o asumiendo algún apostolado u obras de caridad; y renovando sus antiguas tradiciones para adaptarla a las actuales necesidades del hombre contemporáneo. PC, 9 Los monasterios han sido y siguen siendo, en el corazón de la Iglesia y del mundo, signo elocuente de comunión, lugar acogedor para quienes buscan a Dios y las realidades del Espíritu, escuelas de fe y verdaderos laboratorios de estudio, de diálogo y de cultura para la edificación de la vida eclesial y de la ciudad terrena, en espera de la celestial. VC, 6
    Un laboratorio puede ser una dependencia en cualquier centro docente para aprender lo que otros nos legaron, o un edificio especial habilitado, controlado, normalizado y asegurado, para investigaciones, experimentos, análisis, síntesis, y todo aquello que avance el desarrollo integral y creativo del hombre. Hay laboratorios de muchas especies, psicológicos, meteorológicos, clínicos, lingüísticos, nucleares, artísticos, informáticos. Al monasterio se le pide ser uno que, desde el Ven Señor Jesús escatológico y su Gracia en el tiempo, una la fe de la Escuela al servicio de Jesucristo con el estudio, el diálogo y la cultura; tanto para la edificación de la Iglesia como del Mundo, sin dejar de apuntar hacia la Jerusalén celestial.
    Nuestra historia ya ha tenido diferentes y complementarios. Comenzamos en los Laboratorios de Molesmes, Citeaûx, Julie y Tart. Fieles a la relectura que hicieron de la forma de vida monástica, los primeros cistercienses dieron un lugar peculiar e iridiscente a tres dimensiones. Fidelidad al espíritu y a la letra de la Regla de san Benito, una estricta soledad personal y comunitaria para favorecer la oración contemplativa, y el amor a Jesús pobre y humilde. El Verbo hecho carne, la Biblia De veritate hebraica, la Escuela del Amor, la libertad de quien es imagen de la Trinidad, la antropología De anima, la amistad espiritual, los Tratados de espiritualidad, el esplendor de la arquitectura y la ecología; hablan por sí mismos.
    Octavio Arnolfini, con Étienne Maugier y Abraham Largentier firmando el documento en 1606, la Regla sin ninguna dispensa, en el Collegium de San Bernardo en Paris. De Rancé y la Trapa del siglo XVII. Los abades Vital Lehodey de Bricquebec, 1893-1929 con Los Caminos de la oración mental y El santo abandono. Jean-Baptiste Chautard de Sept-Fons, 1858-1935 con El alma de todo apostolado, tan querido de san Pío X. Anselm Le Bail, 1878-1956 de Scourmont infatigable formador monástico, promotor entre otros de los Padres cistercienses. Thomas Merton, 1915-1968 impulsando el diálogo interreligioso y el anuncio y denuncia social, se sintió frustrado ante la pérdida de la contemplación que estaba ocurriendo por los años 60’s debido a la preocupación por los asuntos económicos y materiales; poner un sobre énfasis en costumbres insignificantes; y las diferencias de opiniones con su abad. Spencer y Getsemaní con Obrecht y su amistad con las tres hermanas de santa Teresita. REMILA despuntará de la Región Americana en 1976. Alexis Presse, abad de Tamié y fundador de Boquen. Pfanner, El rebelde obediente y Baba de Marianhill en Sudáfrica, W. Hünermann, Combonianas, Madrid, 1965, 390 p.  Charles Dumont, André Louf, Armand Veilleux, Martha Driscoll, Michael Casey, Juan María de la Torre y los abades generales desde Wyart a Sortais y a Fitzgerald; como la irradiación cultural de importantes revistas, libros, institutos, la Carta europea de las abadías, los Congresos Internacionales; los laicos cistercienses; Augusta Tescari y los santos y santas trapenses.
    No es algo del todo nuevo el ser semilleros que somos edificados y edificamos. Lo que pasa es que el desafío actual de la Nueva Evangelización, a partir del memorial, debe transfigurar en esperanza cierta la novedad ambigua del cambio de época. Opinamos que nuestros laboratorios tienen que reinventar tres contornos, un monacato total místico conciente. Total, que abarque, manteniendo la identidad propia de cada tradición, al monacato de oriente y de occidente ortodoxo, reformado y católico, en todas su formas, enriqueciéndose con el de las demás religiones, hacia un Ordo monasticus universalis que tiene más de 5.000 años. Místico, una experiencia del Misterio de Dios, el hombre y el cosmos, que nos transfigure en la Pascua de Cristo, stauróforos y pneumatóforos. Conciente, de la consciencia cual el más profundo centro de unión con la Trinidad, en el desapego, por Gracia de Jesús, del tráfago esclavizante de nuestras facultades.

domingo, 3 de febrero de 2013


151. El Misterio de la vida monástica en la historia: Gn 28, 10-22



    Jacob se despertó del sueño donde había visto una escala entre la tierra y el Cielo, y exclamó. En verdad el Señor está en este lugar, maqom y yo no lo sabía. Y lo llamó Betel, Casa de Dios, aunque su nombre era Luz. Este viaje de Jacob desde Bersheba a Jarán en busca de una esposa puede haber tenido lugar en el SXVIII aC, y es uno de los prototipos de millones de hombres y mujeres que en nuestro tiempo se sienten rodeados de la ausencia de Dios; tienen una experiencia o contacto con su Misterio y exclaman, Dios está aquí y yo no los sabía. No fue Jacob quien saltando cada vez más alto alcanzó a Dios, sino Dios quien bajó hasta Jacob. No tenemos alas, ni podemos construir Torres que lleguen hasta el Cielo, Zigurat, nuestra única esperanza es que Jesús venga a nosotros, como fue al encuentro de Natanael, recordándole que la escala de Jacob está sobre Él, quien por el misterio pascual, es el Lugar, el Templo y la Casa del Encuentro entre la Luz de la Trinidad y el hombre en las tinieblas. Jn 1, 51
    Este es el Salto o Abajamiento Trascendental Absoluto propio de los monjes y monjas de todos los tiempos. No es casual que Benito coloque la escala en el c.VII de su Regla y Juan Clímaco del Sinaí le dedique un libro en 21 logoi o escalones que llevan a la transfiguración resucitada. Es el descubrimiento, despertar o iluminación de que aquí, ahora, en este mismo momento, sin que yo lo supiese, Dios la Bienaventuranza Infinita estaba conmigo. Tiempo y espacio siguen existiendo, pero se relativizan, me desapego del pasado y del futuro, el sacramento del Momento Presente me envuelve. Sin dejar de sentir los cambios que no cesan, ni la paradoja pascual que es existir, y el santo Humor de las Tres Personas que me inhabitan, tengo conciencia y creo en el Dios que es Amor, y es más grande que todas mis percepciones de las creaturas. Se produce el desgajamiento sin rupturas entre Dios que me observa y conoce con infinita ternura y cariño, y todo lo demás que mis facultades perciben, apegándose en esclavitud.
    En física, un salto cuántico es un cambio  instantáneo de un estado a otro. A esos niveles de energía, no se aplica el principio de Newton y Leibniz de que la naturaleza no procede a saltos. Así un electrón puede pasar de un nivel energético menor a otro mayor por la emisión o absorción instantánea de un fotón. Metáfora de la Luz Resucitada que cambió a Saulo en Pablo. Supergnosis que de disfuncionales nos hace funcionales.
    Varios siglos antes de Jacob, en el tercer milenio aC, en la India, como semillas del verbo monástico, hay ya sellos que nos muestran a ascetas, sentados en la postura de loto para llegar por la meditación sin formas, a la Sabiduría que salva del mal, me libera del falso yo y me hace pasar del atman-psiquis a Brahman-Dios, mi verdadero yo. Los monjes y monjas jainistas, que tendrían su origen remoto en la India prearia a fines del tercer milenio aC, con miles de monjas y monjes en el S VIII aC; y su estructura actual en Mahavir; S VI aC hacen cinco votos por los que deben renunciar, a la violencia contra cualquier tipo de vida, a la mentira, al robo, a todo acto sexual, y al apego a los bienes materiales; y cuatro promesas, la amistad universal, ver el lado bueno del próximo y complacerse en ello, la compasión universal, y la tolerancia de los malvados. Gandhi era jainista. Se distinguen en Desnudos y Blancos, según vayan por completo desnudos o vestidos de blanco.
    Una de las maneras en que Jesús muestra este Salto cuántico pneumatológico son las relaciones familiares, a las que el psicoanálisis clínico de nuestro ser asediado por el pecado personal y estructural, con los traumas subsecuentes, les da tanta importancia y con razón para sanar al paciente anquilosado en su psiquis que no logra trascender al Espíritu. A los doce años Cristo deja bien claro, aunque José y María lo buscaran angustiados y no lo entendieran, que su padre no es José sino Dios Padre de cuyos asuntos debe ocuparse, sin por ello dejar de amarlos y guardarles respeto y obediencia. Lc 2, 49 A los 37 años, cuando él está con sus discípulos, su Madre y sus hermanos quieren hablar con él. Enseguida vuelve a poner las cosas en su lugar. Quien hace la voluntad de su Padre que está en el Cielo, ese es su hermano, su hermana y su madre. Mt 12, 50 Alabanza a María con deslinde y claridad de valores trascendentales.
    Por el año 1204 en Asís, un joven rico y bien parecido de 21 años, llamado Francisco, hijo de Pietro y Pica que era francesa, frívolo, remilgado, dado a las aventuras y los romances, que huía de los pobres y enfermos, se enferma de gravedad él mismo y se convierte a Jesús. En una pequeña y semiabandonada capilla de los benedictinos siente que el Crucifijo le dice, repara mi Iglesia que se desmorona. Lo hace fácil, comienza a saquearle el dinero a su padre, y manos a la obra. Hasta que Pietro lo mete preso entre azotes y cadenas. Pica lo libera, y Pietro más enfurecido lo emplaza a comparecer ante el obispo en juicio público. Francisco en vez de pedir un abogado y un psicólogo para comenzar una defensa y una terapia, se desnuda, le entrega todo a su padre, mientras le dice, hasta ahora te he llamado padre en la tierra, pero ahora tengo un solo Padre que está en el Cielo
    El obispo lo cubrió con su capa y entendió que estaba ante un Misterio de Dios, nos cuenta Celano. Francisco, que fundaría un camino distinto del monacato, había comenzado en sus huellas. Los jainistas lo siguen haciendo, y nudi cum Christo nudo era una de las divisas cistercienses del siglo XII. Desnudo con el Desnudo en la Cruz se fue a servir a los leprosos, que tanta repugnancia le causaban. Ahora sabía dónde estaba Dios.