miércoles, 28 de septiembre de 2011

26. La Trilogía de Tolkien sobre El Señor de los anillos: Ap 19, 11 – 20, 13


    Vi el cielo abierto y apareció un caballo blanco, su Jinete es Fiel y Veraz y su nombre es Palabra de Dios, seguido de los ejércitos celestiales. En seguida vi a la Bestia y a los reyes de la tierra, con sus ejércitos preparados para combatir contra el Jinete y su ejército. Pero la Bestia fue capturada junto con el falso profeta, y ambos fueron arrojados vivos al estanque de azufre ardiente. Luego vi que un Ángel descendía del cielo, capturó al Dragón, la antigua serpiente que es el Diablo o Satanás y lo encadenó por mil años en el Abismo. Transcurridos esos mil años, será soltado por un breve tiempo. La última y quinta sección, de la segunda parte del Apocalipsis que va de 16, 17 a 22, 5, que es la condenación definitiva e irreversible del mal por parte de Dios mismo, tiene tres partes. La caída de Babilonia, la ciudad súper consumista, prostituta, guarida de demonios, que expulsa a Dios de su politéia y asesina a los testigos de Jesús; junto a la alegría de los santos ante el inicio del establecimiento del Reino y las bodas del Cordero con su esposa la Iglesia. El primer combate para que el Dragón no pueda, por cierto tiempo, seducir a los pueblos. Y el segundo y decisivo combate, cuando Satanás sea liberado de su prisión y reuniendo a billones, como las arenas del mar, estarán a punto de destruir el último campamento de los santos, la Ciudad amada donde resisten, pero caerá fuego del cielo y los consumirá, entonces la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén descenderá del Cielo y por fin, en la Skené de la Trinidad, entre gozoso todo el Pueblo de Dios. 21, 3
    Con Tolkien, 1892-1973 apellido de origen alemán, Tollkiehn de Tollkühn, Temerario, me sucedió lo que con Dostoiewski y Borges. Por años los comenzaba pero los dejaba al poco tiempo, al no engancharme y no entender la formidable riqueza que encerraban. Me picó fuerte en 1991 cuando un grupito de hippies ya maduros, de El Bolsón, no el de La Comarca sino la pequeña ciudad de Río Negro, Argentina, al lado de Chile y el Lago Puelo que compartimos, comenzaron a dialogar conmigo con gran entusiasmo, sobre este poeta y profesor de Oxford, en la línea de William Morris, Robert Howard y Eddison, amigo de mi entrañable C. S. Lewis, ambos miembros del grupo de debate literario llamado los Inklings, con la Cruz del Imperio Británico que le dio Isabel II, conectado con Birmingham y el Oratorio de Newman, muy católico que sufrió los cambios imprudentes que algunos hicieron al terminar el Vaticano II, enamorado de Edith Mary Bratt a los 16 años, con quien se casó a los 24 y tuvo cuatro hijos, uno de ellos sacerdote, y que en ese tiempo vivía, falleció en el 2003. Recién desde el 2.000 comencé con gusto a indagar en su voluminosa obra, con algunas ilustraciones de Alan Lee y John Howe.
    En su trilogía El Señor de los anillos, escrito entre 1937 y 1954, que suponen El Silmarillon, El Hobbit y Los Legendarium, Tolkien ha querido, en mi limitada apreciación que puede congeniarse con otras distintas, y teniendo en cuenta su monumental y compleja reunión de datos bíblicos, históricos, legendarios, míticos, filológicos, épicos y literarios; dar un pantallazo, con una novela de ficción, sobre el primer combate apocalíptico. Para él los mil años son épocas históricas, ésta la coloca en la Tercera Edad del Sol en la Tierra Media, norte de Europa. En cada época habrá que vencer el Mal que es liberado y vuelve a tomar fuerza. Hasta el punto de que si no retorna el Rey con sus ejércitos celestiales para combatir a la Bestia, Emperador y Estado que reúne, aparte de los propios, a millones que vienen de otros Gobernantes y Estados malvados; y al falso profeta, potencia intelectual y pseudo religiosa que convence para que se adore a la Bestia y uno se coloque su marca en la mano derecha, el 666 en hebreo César Nerón o el 616 en griego César Dios, 13, 18 y se encadena al Dragón; la Iglesia estará a punto de caer en las tinieblas o desaparecer. Son Dos Torres, Bien y mal, las que se enfrentan.
    La lucha se da a dos niveles relacionados, Aragorn con sus ejércitos, y Frodo destruyendo, en la soledad y el silencio del desierto y la tentación, el anillo diabólico. Podríamos llamarlos sociopolítico y místico. Podrían ser tres los frentes si consideramos a Gandalf enfrentándose con la serpiente antigua y el Falso Profeta Saruman, a Frodo con la Bestia del Estado a quien el Dragón le cede su poder en el Anillo, y Aragorn contra los ejércitos de la Bestia. Y en los dos, o tres niveles, las ambigüedades entre el bien y el mal, el trigo y la cizaña, son espeluznantes. Saruman aliado con Sauron; Gandalf y Galadriel y Boromir tentados por el Anillo; Gollum o Sméagol parecido al Doble Hyde de Jekill, hobbit asesino y degenerado, quien le corta al fin el dedo con el anillo a Frodo, como el codicioso Isildur se lo había cortado a Sauron hace 3.000 años, logrando así que se destruya. La Historia que repite una y otra vez que, mal y bien marchan juntos interconectados y hay que discernirlos y aprender a convivir con ellos.
    Tres anillos para los reyes elfos bajo el cielo. Siete para los señores enanos en casas de piedra. Nueve para los hombres mortales condenados a morir. Uno para el Señor oscuro, sobre el trono oscuro en la tierra de Mordor donde se extienden las Sombras. Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas en la tierra de Mordor donde se extienden las Sombras.
    El único Anillo ha venido a parar de Isildur, a través de milenios y así la historia se convierte en leyenda y la leyenda en mito, a manos del hobbit Bilbo Bolsón quien a los 111 años, con la ayuda de Gandalf se lo deja a Frodo, su heredero en la Comarca, y se va a Rivendel, la ciudad de los elfos. Gandalf, que le pide a Frodo guardar el Anillo sin tocarlo jamás, se va a estudiarlo durante años. Cuando vuelve le ordena abandonar la Comarca con su jardinero Samsagaz pues Sauron ha torturado a Gollum y sabe dónde está el Anillo, lo debe llevar a Rivendel para que los sabios decidan que hacer. A los dos se les unen Meriadoc o Merry y Peregrin o Pippin, ambos primos y amigos de Frodo quien es el protagonista de la Saga, aunque dejando amplio lugar a otros coprotagonistas, un signo de que en la Iglesia nadie es patrón, el único es el Amor Resucitado, no es la lógica del dominio ni del poder la que reina, sino la del servicio, la de arrodillarse para lavar los pies, la lógica de la Cruz, que es la base de todo ejercicio de autoridad.
    Así comienza a formarse La Comunidad salvífica o The Fellowship of the Ring, a la que se agregarán Trancos que es el rey Aragorn heredero de Isildur y con rasgos fisionómicos parecidos a los de Jesús, Gandalf el mago de la Orden de los Istari traicionado por su superior Saruman, el elfo príncipe Legolas sabios seres humanos inmortales tal vez salidos del Jardín del Edén sin pecar, el hombre Boromir primogénito de Denethor Senescal de Gondor, y el enano Gimli. Su misión es destruir el Anillo del poder de las tinieblas arrojándolo al fuego de Mordor donde fue acuñado. En su peregrinación hacia el sur van surgiendo peligros cada vez mayores. Saruman los ataca con la nieve en Caradhras, la imponente montaña de Cook en New Zealand o Aotearoa en maorí; el guardián del agua en la puerta oeste de Moria ciudad subterránea de los enanos, los Orcos y un antiguo demonio Balrog que precipita a Gandalf en el abismo. Pasan por Lothlórien, un bosque de elfos, con el espejo que presagia el aumento de las tinieblas. Al llegar a los prados de Galen, Boromir trata de arrebatarle el Anillo a Frodo para salvar de Sauron a su ciudad Minas Thirit. Frodo se lo coloca, desaparece como ya le había pasado en el Póney Pisador, con el ataque de los Nazgul allí y en Amon Sul donde es herido para siempre; y decide ir solo a destruir el anillo, dejando a la Comunidad. Boromir es asesinado por los Uruk-hai que toman prisioneros a Pippin y Merry, Sam se une a Frodo que es perseguido por Gollum, y Trancos con Legolas y Gimli tratan de ir a salvar a los dos hobbits presos. La Comunidad se ha dispersado, pero sus miembros seguirán actuando como en una secreta comunión conectada a niveles espirituales o extrasensoriales, y se cuidarán a la distancia o en la cercanía cuando eso sea posible. Tengo experiencia directa, y lo muestra la historia de la Iglesia, de que muchas veces el Proyecto de Dios es La Dispersión en Koinonía.
    En Las Dos Torres, que podrían ser las de Mordor e Isengard, las dos Bestias del Apocalipsis; o La Negra de Mordor y La Blanca de Minas Thirit, Babilonia y la Nueva Jerusalén;  se enfrentan con mayores sutilezas del Bien y del mal, los Ents con sus defensas ecológicas, Gandalf transfigurado en el Mago Blanco, Théoden y los jinetes de Rohan, el Rey Brujo, la Ciénaga de los Muertos, Ella Laraña que paraliza a Frodo, lo que hace que Sam deba llevar el Anillo y se produzca el único y triste recelo entre ambos, y la travesura de Pippin que consulta una Palantir y hace que el Mago Blanco tenga que llevarlo a Minas Thirit para defenderse de Sauron y preparar el feroz enfrentamiento final, donde es casi seguro serán vencidos.
    En El Retorno del Rey, Aragorn con Legolas y Gimli, convocan a los muertos de El Sagrario, alusión a la comunión con los difuntos que nos ayudan, para detener a los corsarios de Umbar y aliarse con los que defenderán Minas Thirit. Se oculta el sol y comienza el sitio por parte del Rey Brujo. Denethor enloquece y trata de quemar a su hijo Faramir, herido pero todavía vivo, en la pila funeraria, Gandalf lo salva pero Denethor, envuelto en llamas, se arroja al vacío desde la torre. El Rey Brujo mata a Théoden pero su sobrina Éowyn, disfrazada de varón descubre su identidad de mujer, y descarga su espada sobre él que muere. Aragorn con los soldados del sur de Gondor y los muertos logran liberar a la ciudad y se decide que para dar tiempo a Frodo, los ejércitos marchen a la Puerta Negra de Mordor. Frodo y Sam exhaustos llegan a la Grieta del Destino, pero la fuerza diabólica del Anillo se apodera de Frodo que no quiere, como Isildur a instancias de Elrond, arrojarlo al fuego volcánico del Abismo y se lo coloca. Gollum deja inconciente a Sam y lucha con el invisible Frodo, le arranca de un mordisco el dedo anular y recupera el Anillo pero al danzar de alegría se cae con él en el Abismo. La destrucción del Anillo el 25 de marzo del 3019 de la Tercera Edad, produce la caída instantánea de los guerreros del mal y el triunfo de los ejércitos de Aragorn. Sin el auxilio místico, la colaboración militar hubiera sido inútil. La Comunidad se vuelve a reunir, por primera y última vez, para la coronación y casamiento del Rey Aragorn con Arwen, la bellísima hija de Elrond que elige la mortalidad, en Minas Thirit. Los cuatro hobbits pasan por Rivendel y Bilbo, ya muy anciano, le entrega a Frodo el Libro Rojo de la Frontera Oeste para que lo termine. Al llegar a la Comarca la encuentran en ruinas y en poder de Saruman. Logran liberarla y comienza el Saneamiento que la restaura  en su esplendor de signo del Paraíso o del Reino de los que se hacen como Niños. Frodo, tiempo después, enfermo por la herida del Nazgul terminada su parte del Libro, va al encuentro de Gandalf, Elrond, Galadriel, Bilbo y una comitiva de Elfos y juntos viajan hacia los Puertos Grises. Después de una dolorosa despedida, Frodo, Bilbo, Elrond, Gandalf, Galadriel y los elfos parten en un barco a las Tierras Imperecederas, hacia el Cielo o la Eternidad, mostrando que no hay inmortalidad que valga en este mundo que pasa.
    Tolkien le dijo al jesuita americano padre Murray, perito en el Vaticano II, que El Señor de los anillos era una obra católica, tal vez  inconsciente al principio, pero consciente durante su revisión, en especial el no nos dejes caer en la tentación y líbranos del Mal del Padrenuestro. Hay varios temas filosóficos y teológicos implícitos en su narración. El Paraíso perdido y recobrado, pero que necesita de la Vida Eterna. La batalla apocalíptica del Bien y el mal. El triunfo de la humildad sobre la soberbia y el orgullo. La acción deslumbrante de la gracia de Dios. La muerte y la inmortalidad. La transfiguración de Gandalf, matando al demonio antiguo por descenso a los infiernos. La soledad del enviado para arrojar fuera al príncipe de este mundo. La Luz y las tinieblas y la Estrella. La misericordia unida a la sanación y la salvación. El perdón no separado de la justicia. La amistad y la autoridad que hacen crecer. La relación entre acción y contemplación. El hecho de que minerales, vegetales, animales y toda clase de seres humanoides se complementen tanto para el mal como para el Bien. La sana variedad salvífica y el asfixiante unicismo destructivo. El valor de lo Pequeño en la construcción de los acontecimientos históricos. Escribir en Libros la historia que nos salva del mal y alimentarse en la tribulación, con el Pan de los Inmortales.
    No obstante durante la revisión de la obra, Tolkien eliminó toda referencia demasiado explícita al cristianismo, pues quería que esos elementos quedaran absorbidos en la historia, la leyenda y el mito del pluralismo semiótico, que exaltara una inventada mitología anglosajona distinta de la judeocristiana, grecorromana y escandinava; y nosotros agregaríamos, de la asiática, americana y africana, pues parte del colonialismo es monoculturalismo.
    En 1956 se intentó filmar la Trilogía pero Tolkien rechazó el guión que modificaba su novela. En 1967 se quiso poner a los Beatles como los cuatro hobbits, pero otra vez el autor rechazó el proyecto. Peter Jackson logró estrenar en el 2001, La Comunidad del Anillo, y las otras dos partes en 2002 y 2003. Su película abrió al conocimiento del mundo interior y exterior, expresando el Misterio que rodea al hombre y su mundo, ganando 17 Óscar. Elijah Wood parece el avatar de Frodo. Alegre, puro, tentado, asustado, vulnerable, sabio, fuerte es como Este Niño, Jesús. Juan Pablo II, El cine, vehículo de espiritualidad y cultura, 1997
    Tolkien nos hace reflejar en muchos de sus personajes y darnos cuenta que el mito es tan importante como la ciencia. Sus mensajes, conectados con la revelación apocalíptica, iluminan nuestra conciencia ancestral de que hemos sido arrojados de Edén acechados por la serpiente antigua, pero no estamos solos en nuestra lucha dramática. La Comunidad del Anillo reunida alrededor de la Eucarística nos pone juntos y a la vez nos hace palpar la ausencia y la dispersión en la batalla de Las Dos Torres hasta que se produzca El Retorno del Rey.
    Celebrar la Eucaristía exige de nosotros vivir en este mundo aceptando nuestra corresponsabilidad por el mal que nos rodea y nos invade. Mientras sigamos empeñados en quejarnos de los difíciles tiempos que nos ha tocado vivir, no podremos llegar al arrepentimiento y transformación de nuestras faltas en Dios, ni menos colaborar para erradicar el insoportable destino que hemos de afrontar. Henri Nouwen
    Cada tanto, mientras la segunda muerte no tenga poder sobre nosotros y Satanás exponencial no sea otra vez liberado de su prisión, volveremos a reconstruir la Comarca, Edoras, Minas Thirit y decenas de otros legítimos sueños y posibles utopías entre la Casa-Ecología, Nosotros-Antropología y Dios-Teología; como anticipos simbólicos de la Skené. Y será porque toda nuestra esperanza apuntará hacia esa otra y concluyente Skené de Dios entre los hombres, más maravillosa que el mismo Jardín de delicias, donde las Tres Personas habitarán en suprema intimidad con nosotros. Ellas secarán todas nuestras lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque la Totalidad será hecha Nueva. Ap 21, 1-8

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