sábado, 26 de noviembre de 2011

51. Adviento en la vida monástica, abrir la puerta de la fe con el Palabra: Ef 6, 16-24


    Tengan en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Mal. Eleven sin cesar toda clase de oraciones animados por el Espíritu. E intercedan también por mí a fin de que al abrir mi boca encuentre la palabra para que con audacia dé a conocer el Misterio del Evangelio. Pablo nos muestra como la existencia cristiana no está libre de la astucia del diablo y sus secuaces. Hay que defenderse del Mal, ponerós, malo, perverso, cobarde, vil con la fe, la oración en el Espíritu como nos enseñó Jesús en el Padrenuestro, y anunciar la Palabra Escatológica para abrir la Puerta de la fe al corazón que escucha. La lucha pascual entre muerte y vida sigue en los monasterios y fuera de ellos.  
    Por eso el Centro absoluto del Año litúrgico el Año de Gracia del Señor, Lc, 4, 19  es el Triduo Pascual, la pasión muerte y resurrección del Verbo del Padre hecha carne por el Espíritu, Fuente de Luz que llena el tiempo con su Energía, transfigurándolo por el kairós del Mundo Nuevo, Este Centro tiene un ciclo, círculo o sucesión de Palabras y Hechos Cristológicos que forman un todo, que llamamos Cuaresma-Pascua-Pentecostés. Alrededor de este Centro Ciclo Singular hay otros tres ciclos, primicias o plenitudes del Triduo. Adviento-Navidad-Epifanía, Santoral de María en la comunión de los santos, y Tiempo Durante el Año que es preparación y prolongación del Único Misterio Pascual. CEC 1168-1173
    El Adviento de Jesús es el comienzo del Año cristiano vivido en la Originalidad de Cristo, que es un perpetuo Sí vuelvo pronto, Ap 22 como necesidad y esperanza de salvación, clave de nuestra verdadera identidad o Sí mismo que desbarata los engaños del falso yo, y percepción del dinamismo de la Vida Eterna en la Trinidad que será un Adviento sine Fine.
    De ahí que el Adviento tenga un pasado, un presente y un futuro. El Adviento histórico es la espera de la encarnación de la Palabra desde Eva y Adán hasta María y José, nos muestra como la actitud fundamental es la de los anawim, la de Juan Bautista, los humildes y pobres de Espíritu, a la escucha de la Palabra que prepara la entrada de Dios en la historia. El Adviento eclesial es la toma de conciencia de que el Encuentro con el Resucitado nunca es completo, aun cuando participe todos los días de la Eucaristía y esté en formación permanente mistagógica. Hay zonas de mi ser contrarias a Cristo que necesitan recibir su transformación, para irme aproximando a María la Inmaculada ya que el Padre nos ha elegido a todos en Cristo, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e inmaculados. Amómous Ef 1, 4 El Adviento escatológico es el retorno glorioso del mismo Resucitado, el Juicio y la Tierra Nueva, que da sentido a nuestra peregrinación y al proceso de desarrollo creativo eterno en Cristo, la Nueva Creación en las Bodas del Cordero.
    En su pedagogía litúrgica el Adviento nos pide una enorme apertura a toda nuestra humanidad en el cosmos, la antropología y la ecología, a la divinización cosmoteándrica que realiza el Hombre Dios, en un triple plano dogmático, ético y místico. En la perspectiva de la Verdad el Adviento nos enfrenta con la naturaleza caída de todo hombre necesitado de salvación, redención y liberación. Estamos tarados con el pecado original, nuestros pecados personales y el pecado estructural. Toda antropolatría de autorealización, o humanismo autorreferente narcisista, o soberbia de autosuficiencia salvífica del serán como dioses, que no me permite escuchar el Proyecto de Dios, son lo opuesto a la docibilidad al puro regalo de la Gracia del Adviento. En la perspectiva del Amor, el Adviento es un grito de esperanza salvífica para hacerme responsable de mis vicios y dejarme llenar con las virtudes, dones y carismas del Espíritu Santo que desciende sobre mí. En la perspectiva de la Vida que lleva a su realización la mística, el Adviento debe ser el memorial del sentido de la tempiternidad hacia la Parusía, desapegarnos desilusionarnos desacondicionarnos, vaciarnos de todo para abrazar a Dios en todo. Dejándolo todo, lo siguieron, recibiendo el ciento por uno. Lc 5; Mt 19
    El Adviento del Esjatón Dios hombre, realiza según Soloviev, +1900 la Unidad integral de todas las realidades, en la Unitotalidad, la Sabiduría, y la Theandría o Divinohumanidad; aunque sea imposible su realización histórica total, y esa Unidad en la Pluriformidad quede para la transhistoria, mientras sigue el combate que la Iglesia ha de librar en este mundo, contra el espíritu del Mal, del Diábolos, contra el Símbolos de Cristo en María. Lc 2, 19 y 51
    Aquí se unen Adviento eterno y Monacato contemplativo. La monja o el monje, monos, único, es aquella persona llamada por el Resucitado a alcanzar desde esta vida en anticipo, en su soledad silencio y oración, el Adviento de esa Unitotalidad Cosmoteándrica, que deja todo por el Todo y se une a todo en el Todo. No va de todos al Todo, sino del Todo a todos.
    Dios nos concede la experiencia de que todo es sombra de la única Realidad que es el Cuerpo resucitado de Cristo. Col, 2, 17 Nos regala el recapitular todas las cosas en Jesús que, con el Padre y el Espíritu, habitan por la fe en nuestros corazones. Nos grita lo que le gritó a Teresa, búscame en ti, y búscate en Mí. El falso yo salta hecho pedazos y se hace presente nuestra única identidad, la Trinidad. La Totalidad de Cristo, por quien todo fue creado, nos inunda con esa Luz que, al advenir al mundo, ilumina a todo hombre que la recibe. Jn 1, 9
    La monja o el monje se hacen manifestación de este arquetipo fundamental que es la dimensión constitutiva más profunda de toda vida humana. El misterio del hombre no es el hombre sino las Tres Personas de Dios que lo inhabitan, en comunión con toda la humanidad y el cosmos. Esta experiencia, de que el monje no es su yo sino el Ellos de la Totalidad Cosmoteándrica que lo posee, es tan rara que nos hace extraños a la mundanidad diabólica puesta bajo el poder del Mal caótico, 1 Jn 5, 19 al que tenemos que renunciar, de ahí el nombre de Renunciantes que nos dió el monacato primitivo para expresar nuestro anhelo de vivir cara a Dios, renunciando al mundo. Casiano, Instituta, IV: De institutis renuntiantium
    Cada ser humano es una parte pequeñísima, nada, en relación con el Infinito Metafísico del Dios Viviente, inseparable de los ángeles, la humanidad y el cosmos. Por eso al monje le está permitido vivir en la Casa de Dios, en estricta clausura, C.29 pero nunca separado o aislado, sino sólo apartado, secessio o secesión retirado para copensar con otros en la soledad enamorada propia de la vida contemplativa, en matrimonio y familia místicos con el Todo y con todos, hacia la transfiguración universal que prefigura el Año litúrgico. PC, 7
    Monja o monje es quien siente el llamado apremiante del Adviento del fin de este mundo, 1 Cor 10, 11; cuyo esquema, sjêma o anteproyecto pronto pasará, los que lloran como si no lloraran, los que se alegran como si no se alegraran, 1 Cor 7, 29-31 iniciado pero no consumado en su Totalidad, en el Adviento del Verbo hecho Cuerpo Resucitado, Libro, Sacramento, Iglesia y Cosmos. Monja o monje es quien se siente no sólo identificado con el c VI, Los religiosos, de la Lumen gentium, La Luz de todos los Pueblos que es Cristo, sino y sobre todo con La índole escatológica de la Iglesia peregrinante y su unión con la Iglesia celestial del c VII  El fin de los siglos ha llegado a nosotros, y la renovación del mundo está decretada de manera irrevocable, y se anticipa en realidad en este siglo, pues la Iglesia, ya aquí en la tierra está adornada de verdadera santidad, aunque todavía imperfecta hasta que lleguen los cielos nuevos y la tierra nueva donde habita la Justicia que nos hace a todos santos. 2 Pe 3, 13 Monja o monje es el que con inmenso Conocimiento del Sí mismo de la Palabra de Cristo que vive en vez de su yo, se vuelve Compasivo con el don de lágrimas por toda antropología y ecología, entra en la Contemplación, san Bernardo, De gradibus humilitatis et superbiae de la Unitotalidad Sapiencial de la Theandría, y abre la Puerta de la fe a la Palabra Escatológica de Jesús, para que cada monje se expanda con el arquetipo dinámico del huésped, y cada huésped se centre en el arquetipo fundamental de estabilidad imparable que es el monje, apartado en su Paraíso Claustral para atraer a la fe en el Misterio del Adviento del Esjatón de Cristo, que vino, viene y vendrá a llevarnos al Gozo de la Otra Dimensión.

sábado, 19 de noviembre de 2011

50. Mariología y Teología de la Palabra profética: Jer 7, 21-27



    Este es el mandato que les di, escuchen mi voz, y Yo seré su Dios y ustedes serán mi Pueblo. Pero ellos no escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que obraron según la pertinacia de su corazón malo. Les envié a mis profetas, pero ellos no me escucharon. Jeremías, como otros muchos a través de la Biblia, nos reprocha que en vez de tener un corazón que escucha, Leb shoméa 1 Rey 3, 9 los designios de Dios, tenemos un corazón malo, Leb hará’ a la búsqueda de que las cosas nos salgan como deseamos y no según la voluntad del Padre, manifestada en su Palabra y a través de nuestra historia de salvación. 1 Mac 6, 8-17
    Es que existe una estrecha relación entre la Palabra del Señor, la fe, el pecado, y María Inmaculada modelo y arquetipo de la Iglesia; entre Verbum Domini, Porta fidei y la Mater Verbi Dei et Mater fidei, entre el Logos o Palabra de María y el Logos o Palabra de Dios. La soberbia, el pensar que yo puedo decidir cuáles son los caminos supremos de la verdad y de la ética, y no Dios, me lleva a la desobediencia de la fe, a no escuchar sus proyectos. Cuando el Padre nos revela su Misterio, que es Cristo y su Espíritu, por medio de los escritos proféticos hay que prestarle la obediencia, ob-audire de la fe, abrir el oído del corazón para escuchar su Plan y entregarnos con toda libertad a Él mismo que es el Amante, el Amado y el Amor. La respuesta del hombre a Dios que habla es la fe que adquiere la forma de un encuentro luminoso con Jesús resucitado, por el Espíritu que nos abre la inteligencia para comprender las Escrituras; que ahora la Iglesia, Cuerpo de Cristo en el tiempo, nos proclama al anunciarnos el Evangelio de la liberación. La fe nace de la escucha, y la escucha se realiza a través de la Palabra de Cristo. Pero no todos escuchamos la Buena Noticia, o la aceptamos en parte, la olvidamos o no la ponemos en práctica. Rom 10, 14-21 Es importante educarnos y formarnos para reconocer que la raíz del pecado está en la negativa a escuchar la Palabra del Señor quien por su perdón, nos libera del mal del pecado.
    Tenemos que renovar la fe de cada Comunidad eclesial en la Palabra de Dios y en la lectura cotidiana de la Biblia; y por eso hay que redescubrir ese ser humano donde la reciprocidad entre Palabra del Señor y fe han encontrado su plenitud, o sea la Inmaculada que cumplió a la perfección la vocación divina de toda la humanidad, y al estar exenta de pecado fue la Virgen oyente, la Mujer en total disposición, docibilidad y docilidad, a obedecer en fe la voluntad de Dios, y hacer de Jesús el cumplimiento de todo afán y de todo anhelo del corazón que escucha, y hace cosmos en la belleza de un mosaico todo lo caótico.
    Por la fe, María recibió la palabra anunciada por el Ángel y creyó que sería Madre de Dios. Al visitar a Isabel entonó el Magnificat, un entretejido de citas bíblicas, mostrando su compenetración con la Sagrada Escritura, Verbo encartado. Penetrada por la Palabra profética dio a luz a la Palabra hecha carne, y confiada en José la llevó a Egipto y a Nazaret. Siguió a Jesús en su predicación y permaneció junto a su Cruz. Saboreó el fruto de su Resurrección y, guardando el Memorial de sus palabras las transmitió a los discípulos, reunidos con ella en Pentecostés. Así es el paradigma de la Iglesia, en la actitud de escucha orante de la Palabra, como del compromiso en la misión de anunciarla a los Otros distintos.
    Supo bien que la madre y los hermanos de la Palabra encarnada son los que la escuchan y la practican. Lc 8, 19-21 y que en cierta manera todos los cristianos, que junto a ella, única Madre de Cristo según la carne; en la comunión de los santos rodeamos al Resucitado, podemos ser madres de Cristo según la fe, engendrándolo y entregándolo a los demás. Sábelo bien y ten por cierto hijo mío, el más pequeño, que yo soy la Perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del Verdaderísimo Dios por quien se vive. Mucho quiero, mucho deseo que aquí me levanten mi Casita sagrada en donde mostraré a Jesús y lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto. Lo daré a las personas, con todo mi amor, en mi mirada compasiva, en mi auxilio, en mi salvación. Porque soy la Madre de todos los seres humanos, y aquí escucharé su llanto y su tristeza, para remediar y curar sus penas, miserias y dolores. Anda al obispo de México y dile que yo te envío, hijo mío el menor, mi aliento, mi palabra. Anda, y haz lo que esté de tu parte. Tú eres mi embajador muy digno de confianza, y yo estoy aquí, que soy tu Madre. Tú estás bajo mi sombra y resguardo. Yo soy la fuente de tu alegría. Tú estás en el hueco de mi mano y en el cruce de mis brazos. No tienes necesidad de ninguna otra cosa. Nican mopohua, María de Guadalupe a san Juan Diego Cuauhtlatoatzin
    Sí, se pedirá cuenta de la sangre de todos los profetas desde la creación del mundo. Lc 11, 49-50 La Inmaculada y la Iglesia profetizas pertenecen a la esencia del Misterio de la Totalidad de Cristo, pues el obrar de Dios en este mundo implica, desde nuestra pobreza limitación y vulnerabilidad, nuestra libre y gozosa cooperación como signos e instrumentos, para que por la fe conservemos, permanezcamos y cumplamos su Palabra cotidiana, leída meditada orada y contemplada en el Espíritu, y la refusionemos cual nuevos profetas bíblicos, en millones que esperan les abramos las Puertas del Reino manifestado en Jesús, Alegría del Mundo. Col 4, 3;  Lc 11, 20  

lunes, 14 de noviembre de 2011

49. El Matrimonio en Evangelio de la Gracia de Dios: Hech 20, 22-25



    No considero mi vida digna de estima, con tal que lleve a cabo mi carrera, drómon y el servicio, diakonían que he recibido del Señor Jesús; dar testimonio, diamartýrasthai del Evangelio de la Gracia de Dios. Pablo está regresando de su tercer viaje, no ha querido pasar por Éfeso para no retrasarse y estar en Jerusalén en Pentecostés. Se encuentra en Mileto, y manda llamar a los presbíteros de Éfeso; la ciudad más grande que había evangelizado durante tres años. Es su tercera predicación en los Hechos, la primera a los judíos en Antioquía de Pisidia, 13 la segunda en el Areópago de Atenas ante la flor y nata de los paganos, 17 y ahora su testamento espiritual. Estamos en el año 58, luego vendrá su cautiverio, juicio, libertad condicionada, tal vez con un viaje a España y su martirio en Roma en el 64 ó 67. El Espíritu Santo le dice que le aguardan prisiones y tribulaciones, pero a él no le interesa su vida, sino el florecimiento de la comunidad luego de su muerte, de ahí el tono personal y conmovedor, y dar testimonio de la Buena Noticia de la Gracia.
    Es que la Gracia sobrenatural, en un solo ser humano, inseparable de la inhabitación de las Tres Personas de Dios en todo nuestro ser, cuerpo psiquis espíritu; vale más que todo el mundo, sin dejar de estar a su servicio. El Fuego pentecostal quema el leño verde de nuestros vicios purificándonos iluminándonos y transfigurándonos, por participación física y formal aunque análoga y accidental, en el Trino y Uno Dios, que nos hace entrar en sus Relaciones interpersonales, abismándonos en sus Procesiones. Nuestra existencia no cesa ya nunca más de ir de comienzo en comienzo, que jamás tienen fin. CEC, 2015 Al vivir en el Resucitado se inicia nuestra transformación en nuevas criaturas, el universo viejo empieza a disiparse cual neblina, y el Nuevo se hace presente para cuidar mejor a su proyecto. 2 Cor 5, 17
    La Gracia es un Misterio de Amor apasionado entre Dios, los ángeles, los hombres y el cosmos. Nos une a la Vida y nos hace generativos de nueva vida para los hombres y la naturaleza. Cristo no es solo para los seres humanos sino para todo el Cosmos. Aquí tocamos el Misterio del Matrimonio en el Proyecto de Dios, de la Realidad del Matrimonio divino entre Dios, la humanidad y el cosmos; y del sacramento del matrimonio humano.
    La Biblia se abre con la creación del universo, y del hombre y la mujer en matrimonio generador de vida. Y se cierra con el Matrimonio del Cordero con su Esposa la Nueva Jerusalén en un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva. El Misterio del matrimonio no depende del arbitrio de disposiciones humanas sino que Dios es el mismo autor del matrimonio. La familia cristiana constituye una revelación y una actuación específicas de la comunión eclesial. Es una comunión de personas en fe, esperanza y caridad, reflejo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo. Su actividad ordenada al bien de los esposos, la procreación y la educación de los hijos es reflejo de la obra creadora de Dios. La oración cotidiana y la lectura de la Palabra de Dios fortalecen en ella la caridad. CEC 2201-2206
    El futuro del mundo se fragua en cada iglesia doméstica, porque el auténtico amor conyugal es asumido en el Amor de las Tres Personas. La salvación de cada hombre y de la sociedad humana y cristiana está ligada a la prosperidad del Hogar. El hombre no es hombre sin la mujer, y la mujer no es mujer sin el hombre, y ninguna es Total sin los hijos. Su amor sexual, afectivo y espiritual, aunque puesto bajo la esclavitud del pecado, es la llamada al amor de Dios, los hermanos y el universo. Ese amor es creado, redimido y glorificado por Dios, sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra, no la idolatren y cuiden de ella. Gn 1
    Por eso las propiedades esenciales del matrimonio son la unidad e indisolubilidad, puesto que es el signo eficaz y fiel del amor esponsal del Único Cristo por su Única Iglesia, y por toda la eternidad. Es un disparate que haya católicos que quieran separar, con medios artificiales, con o sin relación con la sana y ética regulación de la natalidad, la dimensión unitiva sexual, de la procreación, y educación de los hijos. Hacer el amor, sin verdad y sin vida, es como una similar, aunque no igual, narcisista masturbación, una esquizofrenia en la mentira y en la muerte.
    Es la trágica reedición de Onán derramando sus semillas en el látex espermaticida, en vez de ir a la búsqueda del óvulo, la otra mitad de su ser. Aunque tal vez el óvulo tampoco las espera por los anticonceptivos de mujeres autorreferentes que se declaran infecundas y divorciadas de la vida. Hay que trincar mujer, varón e hijos en una explosión de cultura y vida sobrenatural, en que el matrimonio y la familia del Evangelio de la Gracia unan a la Trinidad con el hombre y la naturaleza. Con ciencias y teología, bioética y ecología, con un Resucitado antropológico y cósmico, salvaremos la calidad de la vida de la humanidad y el planeta, que se está llenando cual tosco preservativo, de infecundas basuras procedentes de nosotros, los seres humanos, que fuimos puestos para cuidar y hacer florecer el Jardín en Edén.

sábado, 12 de noviembre de 2011

48. Jesús nazareno, Profeta y Basileús de la Palabra en palabras: Jn 6, 11-15


    La multitud, al ver el signo que Jesús acababa de hacer de la multiplicación de los panes decía, Éste es en verdad, el profeta que debía venir al mundo. Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, basileús, se retiró otra vez solo a la montaña. Texto luminoso dando la Palabra Increada en palabras humanas creadas, Jesús al Profeta y al Rey, al que prefiero dar la palabra griega Basileús, ya que rey para nosotros tiene tantas connotaciones humanas e históricas, positivas y negativas, que pueden desvirtuar lo que Dios desea revelarnos. En la liturgia hubo que cambiar de Cristo Rey a Jesucristo Rey del Universo por análogas razones. Su Reino no es como los reinos de este mundo, Jn 18, 36 la disimilitud de toda categoría aplicada a Dios es mucho más grande que su similitud. Basileús, en cambio, se aplica a un emperador o rey, pero también al padre de una familia, y esto está más cerca de lo que Jesús deseaba, aunque necesitará también del Espíritu que nos haga dar el salto de la palabra en el espaciotiempo a la Única Palabra Eterna, la Única que encierra el Infinito.
    Cristo dará a su Reino una significación que está en las antípodas de un imperio mundano donde los dictadores o príncipes, árjontes de los gentiles, dominan con finanzas crueles, militares vandálicos y servicios de inteligencia de esperpentos, y los superiores hacen sufrir con carámbanos de su irrebatible autoridad. No puede ser así en la Iglesia, inicio del Reino, sino que el que quiere ser mayor debe ser servidor de los demás, y el que quiera ser el primero debe ser esclavo de todos; como Jesús mismo no ha venido para ser servido, sino a servir. Mt 20, 24-28 La experiencia del Mesías es que Dios es un Padre rico en amor compasivo y misericordioso, y si es Abba Papá, lo que da a luz es una Familia, la Familia de Dios, LG 28 uno de los nombres de la Iglesia que es también Pueblo del Padre, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo. En Ella todos juntos estamos a la búsqueda del Proyecto de Dios, no sometidos a la arbitrariedad de rey humano alguno, sino a las Tres Personas de Dios en obediencia de fe, y a una jerarquía que nada le añade a la acción de Dios, sino que es el sacramento signo e instrumento de las misiones de la Trinidad en el mundo; simples hombres, esposos y padres que están dentro de la Iglesia y como ante Ella, no para destruir, conquistar y oprimir, sino para edificar y lavar los pies. 1 Cor 3, 10-16
    Su percepción del Reino y de su reinado es la de una Familia abierta al Amor, la Alegría y la Paz, donde el perdón vence a la venganza y la reconciliación a la discordia; reunida en comunión alrededor de la Mesa de la Palabra, el Sacramento y la Caridad; formando semillas del Reino futuro ya presente y escondido, levadura fermentando toda la masa, en esperanza. El Reino está hecho a imagen de la Trinidad reflejada en la Iglesia doméstica de cada hogar, pero no se trata de familia natural. La Iglesia doméstica deberá ser antepuesta y preferida a la familia con lazos de sangre. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, y no toma su cruz, no es digno de mí. Y el que pierda su vida la encontrará. Mt10, 37-39
    Por eso un padre de la Iglesia Familia abierta, para formarla, deberá ejercer ante todo un fuertísimo servicio profético propositivo. Como Pablo, oren por mí a fin de que al abrir mi boca encuentre la palabra para que con audacia, parresía dé a conocer el Misterio del Evangelio. Ef 6, 20 Es por lo que clama la nueva evangelización, encontrar nuevo fervor, metodologías y palabras. Ese es el amor que debe obsesionarnos, que la Palabra de Cristo se expanda cada vez más y mejor. No nuestro yo falso, nuestra fama o nuestras ideas. Somos simples enviados, embajadores, legados del Verbum Domini, como Jesús lo es del Padre. He venido en nombre de mi Padre y ustedes no me reciben, pero si otro viene en nombre propio, a ese sí lo reciben. Nuestra gloria no viene de los hombres. No podemos glorificarnos unos a otros; sino preocuparnos de la Gloria que viene sólo de Dios; Jn 5, 41-44 la cual nos abre la Puerta de la Palabra para anunciar el Misterio de Cristo, por cuya causa estamos encarcelados. Col 4, 3-4  
    Jesús el Basileús fracasado huye solo a la montaña, envolviendo su Luz en un fanal de soledad abierta al Hogar de la comunión trinitaria con la humanidad y el cosmos. No han entendido su signo de la inasible profundidad del pan temporal y eterno, de la mesa y el altar. Jn 6, 26-29 Los que entiendan, como Pedro, Jn 6, 68-69 tendrán las llaves de este gozoso y nuevo Reino al revés.

lunes, 7 de noviembre de 2011

47. El Servicio profético de laicas y laicos en la Iglesia de hoy: Hech 11, 27-30


    Unos profetas llegaron de Jerusalén a Antioquía. Uno de ellos, llamado Ágabo, movido por el Espíritu anunció que el hambre asolaría toda la tierra. Esto ocurrió bajo el reinado de Claudio. Emperador entre el 41 y 54 Los discípulos se decidieron a enviar una ayuda a los hermanos de Judea y lo hicieron por medio de Bernabé y Saulo. Ágabo muestra bien la diferencia entre un adivino u oráculo y un profeta auténtico. Anuncia una hambruna, que se produce, pero en la perspectiva del retorno de Cristo hace soportable las tragedias que nunca faltarán en el tiempo cronológico, y nos remite al kairós divino o tiempo salvífico, moviendo a los discípulos a enviar los socorros necesarios. Tuve hambre y me alimentaron.
    De este modo se movió Jesús cual Singular profeta que Dios debía enviar al mundo después de Moisés. Itinerante, Él mismo va al encuentro de los hombres maltrechos y explotados, excluidos y despojados de todo derecho, y comienza a recorrer las aldeas de Galilea, proponiendo entrar en el Reino que Él enseña y encarna en totalidad. Libera de los malos espíritus, cura y sana, comiendo con ellos como en un Banquete Nupcial. Es libre, no tiene casa ni trabajo remunerado, Pobre al servicio de los pobres, muestra que el Reino no tiene centro humano alguno de comando, desde el cual debe ser dirigido. El malkutá di’Elahá o basileía toû Theoû es la meta de toda Buena Noticia en la Esperanza, que ya empieza y es a la vez Promesa, como en la 1º Alianza, del Retorno del Mesías en su Gloria.
    De esta manera Jesús nos libra de tres peligrosos engaños. Creer que la Promesa es inmanente, con mejores estructuras de progreso y prestaciones sociales, a las expectativas del hombre ya aquí y ahora. Proyectar el Reino sólo hacia una trascendencia más allá de la muerte, sin repercusiones en esta vida crucificante. O hundirnos en especulaciones pseudo apocalípticas que nunca se realizan sobre un inminente fin del mundo. La intimidad mística del profeta con el Padre, implica trabajar duro con Cristo, en la misión del Espíritu, por un mundo mejor, semilla del Reino de los Cielos. Contemplata aliis tradere. Tomás de Aquino
    La sierva de Dios Medeleine Delbrel, *1904 perdió la fe y se hizo agnóstica y comunista en su adolescencia. Para colmo de males a los 18 años se enamoró de un muchacho brillante del Politécnico, Jean Maydieu, que de pronto la dejó y entró con los dominicos. Se rebela más contra ese extraño Dios que le quitó al amor de su vida. Pero, a partir de ese duelo, comienza su regreso a la Iglesia. Estudia Asistencia social, se consagra a Dios permaneciendo laica, y se enfrenta a la violencia y el ateísmo comunista. El folleto, Lenin y la religión, le termina de abrir los ojos. Jesús habla sólo del Padre y del amor mutuo, no de violencia. De ahí en adelante los marxistas serán sus amigos, pero rechazará sus enseñanzas. A los 29 años se va a vivir a Ivry el cinturón Rojo de París, trabajando 30 años con los pobres, colaborando con los sacerdotes obreros, dando conferencias, publicando poesías y el libro Ciudad marxista, tierra de misión. Cae muerta de extenuación en 1964. Escribirá, nosotros, gente de la calle, creemos que esa calle donde Dios nos ha puesto, es el lugar de nuestra santidad. Si crees que Jesús está contigo, allí donde estés, podrás orar.
    El místico y profeta auténtico se manifiesta en el sufrimiento orante estudioso y trabajador, en la obediencia gozosa a la Iglesia, en alzar la voz en denuncia y en anuncio sin miedo a nadie, y en su capacidad insospechable para soportar en silencio las persecuciones y tribulaciones. Pero el Pueblo de Dios, y en especial los Clérigos y la Congregación para la doctrina de la fe, siguiendo a la Iglesia Madre de Jerusalén con sus profetas en Antioquía; apartando toda charlatanería, sensacionalismo fantasioso y supersticioso, no haciendo lo que quieran sino según el Depositum Fidei de Cristo, deben evitar apagar el Espíritu místico y profético, de tantos magníficos laicos y laicas que hoy unen liberación espiritual y política, como Ágabo y Madeleine. AA, 3 y 1 Tes 5 No sea que merezcan aquel reproche de Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados. Mt 23, 37
    Cuando muchos callan, por cobardía u otras razones, ay si nos quedamos sin profetas que levanten su voz, para decirnos lo que piensa Dios de nuestros pueblos. Ay cuando todos nos elogien, de la misma manera nuestros antepasados, elogiaron a los falsos profetas. Lc 6, 22-26

sábado, 5 de noviembre de 2011

46. Místicas y profetas abriendo la Puerta de la fe: 1 Cor 12, 8-11


    El Espíritu da a uno la Palabra de sabiduría. A este le da el don de curar y a aquel el don de profecía. Con toda naturalidad se habla de los profetas en las comunidades cristianas primitivas, que se ponen así en continuidad con la tradición profética de la 1º Alianza. Opino que esto no ocurre ya hoy. Si nos llaman profetas es que somos raros, disconformes y sospechosos de no estar adheridos a los sucesores de los apóstoles, que están antes que los profetas. 1 Cor, 12, 28 Primero los apóstoles, luego los profetas y después los que enseñan. Viene de sí que todos los bautizados, y más los clérigos, tienen una función profética, pero aquí hablamos de ese carisma diferente, que nunca ha faltado en la historia del judeocristianismo, que transmite un mensaje de parte de Dios y que puede ser aceptado o no, a veces después que el profeta ha muerto o ha desaparecido como Henoc, de quien desciende Jesús, hijo de Adán e Hijo de Dios. Lc 2, 37-38; Gn 5, 21-24  
    La palabra profeta en griego significa hablar antes, en nombre de, o manifestar una predicción por inspiración divina a partir de los signos de los tiempos. En hebreo, nabí es llamado por Dios. En todos los pueblos, de una u otra forma, existen hombres y mujeres que son reconocidos aptos para recibir mensajes del Cielo. En la Biblia tomarán una característica especial. Se trata de un carisma bien definido, distinto de otros, que da a conocer al que se le regala lo que nunca podría por sus propias fuerzas y su fin es único, aunque presente diversos aspectos a lo largo del tiempo, proclamar por iluminación del Espíritu, el Proyecto de salvación y curación de Dios Padre para la historia, en Cristo.
    Por otra parte, el profeta tiene su lugar peculiar dentro de los tres Canales que nos transmiten ese Proyecto. La Ley de los sacerdotes, el consejo de los Sabios y la Palabra de los profetas. Jer 18, 18 El profeta no es un adivino que predice el futuro por el vuelo de los pájaros, las entrañas de los animales muertos o las cartas del Tarot; sino alguien que entra por gracia en contacto con la Verdad de Dios y nos habla para que la captemos hoy y en el futuro, pues nuestra fe está orientada por la esperanza y el amor hacia el Futuro Absoluto.
    Aún cuando son carismas separables, no es extraño que Pablo nombre antes de la profecía, la palabra de sabiduría, Lógos sofías  un regalo místico que nos permite experimentar el Misterio de Dios, y algo de sus insondables designios, guardados en secreto desde la eternidad y que se manifiestan por los escritos proféticos. Rom 16, 25-27 Antes de hablar, el profeta tendrá que comulgar y digerir el Cuerpo Libro que el mismo Dios le dará. Ese Dios que hablaba cara a cara con Moisés, como lo hace un hombre con su amigo, aunque podía ver sólo su espalda, no su Rostro. Ex 33, 11 Nunca más surgió un profeta igual a Moisés, Deut 34, 10 hasta que llegó el Profeta que debía venir al mundo, el Verbo hecho carne. Jn 6, 14 De ahí que todo profeta verdadero debe estar en comunión con el Sinaí y el Tabor; explicitando cada vez con mayor creatividad y dinamismo la Palabra de Dios, al Infinito mayor que toda palabra humana, la Buena Noticia de Jesús. Porque el mundo escéptico y pesimista no escucha a profetas de calamidades, ni a maestros intelectuales, sino al Gozo del Evangelio.
    Abrir la Puerta de la fe implicará también reencender el carisma profético. La Iglesia no tiene su único punto de referencia en los apóstoles y sus sucesores, que es el carisma supremo para discernir y decidir en el amor, sino que estamos edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es Cristo. Ef 2, 20 y 4, 11 Profetismo que no debe ser institucionalizado, lo que no significa que los clérigos no sean profetas, sino que además de ellos la Trinidad tiene plena libertad para suscitar  mujeres y hombres carismáticos, dentro y fuera de la Iglesia, para que nos zamarreen, despierten y nos hagan emprender nuevos caminos de liberación en el Resucitado. Dios no se ata las manos con nadie. Bástenos con mirar a María en su Magnificat, Amiga de Dios y Profetisa. Elizabeth Johnson, Verdadera hermana nuestra Y al monacato surgido de profetas, santos y santas, que desde la Palabra renovaron a la Iglesia y el Mundo. Hasta el punto que es dado encontrar detrás de cada gran teólogo o legislador monástico a una mística o a un profeta iluminados, en directo como Pablo, por la Luz del Resucitado.

martes, 1 de noviembre de 2011

45. La fe al encuentro en la verdad, la justicia y la paz, con todos los hombres: Heb 12, 1-4

 
    Tengamos los ojos fijos en Jesús, el que inicia y consuma nuestra fe. Jesús es para los ángeles, los seres humanos y el cosmos, por tanto la apertura de la Puerta de la fe, indisociable de la razón y en diálogo propositivo, va dirigida a todos, santos y pecadores, cristianos o no, creyentes o no creyentes, y en especial para los otros muy distintos de nosotros. Todavía siento las palabras en francés de Pablo VI a la ONU, que escuché por radio de rodillas el 04/X/1965: Soy portador de un mensaje para toda la humanidad. Estoy en camino desde hace muchos siglos, celebro el epílogo de una laboriosa peregrinación en busca de un coloquio con el mundo entero, desde que se nos ordenó, vayan y lleven la Buena Noticia a todas las naciones. Ustedes representan a todas las naciones, y son el camino obligado hacia la paz universal. Pensar que la fe es sólo para los católicos, es suicidarla. La fe, Paz contra toda violencia, habla con todos los hombres y es para todos los sectores de la humanidad.
    Benedicto en la II Jornada de Asís el 27/X/2011, sobre El diálogo y la oración por la paz y la justicia en el mundo, con el tema Peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz, evocó que se pueden identificar dos tipos diferentes de nuevas formas de violencias opuestas por su motivación. Ante todo el terrorismo, en el cual, en lugar de una gran guerra, se emplean ataques precisos que deben golpear al adversario, sin respeto por las vidas humanas inocentes que resultan mal heridas o asesinadas. El terrorismo a menudo por desgracia, es motivado por la religión que no está al servicio de la paz y llega a justificar la violencia.
    A partir de la Ilustración, 1688-1830 se ha sostenido que la religión es causa de violencia, y con eso se ha fomentado la hostilidad contra las religiones. Que la religión motive de hecho la violencia es algo que debe preocupar a los creyentes en profundidad. Los representantes de las religiones reunidos en Asís en 1986 dijeron, y nosotros lo repetimos con vigor, que esta no es la verdadera naturaleza de la religión. Es su deformación y contribuye a su destrucción. Aquí se coloca una tarea fundamental del diálogo interreligioso. También en nombre de la fe cristiana se ha recurrido a la violencia, lo reconocemos llenos de vergüenza, y pedimos perdón por este uso abusivo de la fe cristiana, en contraste con su verdadera naturaleza. El Dios en que los cristianos creemos es el Creador y Padre de todos los hombres, por el cual todos somos entre sí hermanos y formamos una única familia.
    Una segunda tipología de violencia de aspecto multiforme tiene una motivación opuesta, es la consecuencia de la ausencia de Dios, de su negación, que va a la par con la pérdida de humanidad. El no a Dios ha producido una crueldad y una violencia sin medida, que ha sido posible sólo porque el hombre ya no reconocía norma alguna ni juez alguno por encima de sí, sino que sólo se tomaba como norma a sí mismo. Los horrores de los campos de concentración muestran con toda claridad las consecuencias de la ausencia de Dios.
    Junto a estas dos formas de religión y anti-religión, existe también en el mundo, donde se expande el agnosticismo, otra orientación de fondo. Personas a las que no les ha sido dado el don de poder creer y que, sin embargo, buscan la verdad y a Dios. Estos hombres no afirman que no Dios no existe. Sufren a causa de su ausencia y, buscando lo auténtico y lo bueno, están en camino hacia él, cuya Imagen en las religiones, por el modo en que muchas veces se practican, queda a veces oculta. Por eso en Asís hay representantes de este tercer grupo, que no sólo reúne a representantes de instituciones religiosas. Se trata de reunirnos, creyentes y no creyentes en camino hacia la verdad, con el compromiso por la dignidad del hombre, haciéndonos cargo en común de la causa de la paz, contra todo tipo de violencia.
    El Espíritu de Asís representa a millones de hombres y mujeres que participan en la promoción de la justicia y la paz. Es un signo de la amistad que ha florecido cual fruto de los esfuerzos de tantos pioneros en este tipo de diálogo. Fijos los ojos en Jesús, recordemos que Dios no es propiedad de los creyentes y nadie en su nombre puede sentirse autorizado a la violencia respecto a los demás. Trabajemos para que fraternidad universal siga creciendo entre los seguidores de las religiones del mundo, y entre los seres humanos que aunque no siguen tradición religiosa alguna, están a la búsqueda de la Verdad. Quien sospeche o haga de la fe católica una religión cerrada, que se lance a la Totalidad de Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, impregnándose del espíritu del Vaticano, la ONU y Asís.