martes, 23 de septiembre de 2014

207. Esperanza y responsabilidad en la historia desde, en y hacia, la Trinidad, Ap 22, 10-17

    Ángel. No selles las palabras proféticas de este Libro porque el kairós, tiempo salvífico en que intervine Dios de forma directa, está cerca. El injusto que siga cometiendo injusticias. El que ensucia que siga ensuciando. El justo que se justifique más. Y que el santo se santifique más. Cristo. Pronto vendré, trayendo mi salario para pagar a cada uno según sus trabajos. Yo, el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin. Bienaventurados lo que lavan sus ropas y así puedan ser dignos del árbol de la Vida y entrar por las Puertas de la Ciudad. Fuera los perros, los lujuriosos, los asesinos, los idólatras y los mentirosos. El Apocalipsis, la Revelación que nos hace el Resucitado en la Eucaristía, y su mensaje evangélico, es la madre de toda teología que nunca se aparta de la Historia de la Trinidad, la Encarnación, los ángeles, los hombres y el cosmos. Eso es lo propio de la apocalíptica, observar hechos concretos de la historia para interpretarlos en la Luz de las Tres Personas que son la Justicia, y convencernos de que en la indestructible esperanza, inseparable de la fe y el amor, ya pero todavía no del todo, estamos salvados del terror de las injusticias. Pasado, presente y futuro, están en las Manos de Dios y de nuestra responsabilidad. Los dolores y las alegrías, tienen sentido, es decir un significado y un fin. La Trinidad es el Origen, el Camino y la Meta de Todo.
    Joaquín, 1130-1202 es una de las figuras más manipuladas y extorsionadas en la historia del pensamiento occidental. De Lubac, Henri, La posterité spirituelle de Joachim de Flore, Lethielleux, Paris, 1981, 2 vol Su trinitología ensamblada en una peculiar teología de la historia, constituye uno de los capítulos más interesantes y vigorosos de la teología monástica cisterciense, hasta el punto de haber traspasado las fronteras del medioevo, desembarcando en la ilustración, el romanticismo y en varios teólogos y pensadores del siglo XX y XXI.

    Su único libro reprobado por el IV Concilio de Letrán en 1215, fue De unitate seu essentia Trinitatis. Libro perdido y nunca encontrado mas seguro de su autoría. Joaquín no estaba de acuerdo con lo expresado por Pedro Lombardo, 1100-1170 en sus Sententiae. Resumiendo aquel debate de enorme  calado teológico, habría que aclarar que se enfrentaban dos concepciones teológicas distintas, contrapuestas en aquel tiempo, hoy complementarias, la griega y la latina. Joaquín acusaba de cuaternarista a Pedro, por enseñar que en Dios hay tres Personas y una Esencia. Entendía que tres Personas y Una Esencia son cuatro Realidades. Joaquín habría tenido una profunda experiencia espiritual en Constantinopla o en Tierra Santa. Habitaba el sur de Italia influido por la teología bizantina. No podía aceptar la posición lombardiana. El Concilio Lateranense, como debía, dio la razón a Pedro Lombardo. El florense no había entendido los tecnicismos del Maestro de las Sentencias. En el caso de la Trinidad, no podía pensarse que las Personas divinas fuesen accidentes o manifestaciones de la esencia divina, porque se incurriría en el modalismo. Quedaba sólo una salida al dilema, que cada Persona divina fuese ella misma su Esencia. En aquel horizonte hiperrealista en el que las esencias eran subsistentes en las cosas, establecer que el misterio trinitario consiste en confesar la trinidad de personas en la unidad de la esencia, equivalía a introducir cuaternidad en Dios. Cada persona debía ser su esencia, y además, la esencia misma tenía que ser un subsistente aparte. Por consiguiente, las Personas divinas solo podían constituir una unidad moral o un colectivo. Esa era la crítica del florense. Josep Ignasi Saranyana
    Nosotros creemos y confesamos con Pedro Lombardo que hay cierta Realidad suprema, Incomprensible e Inefable que es Padre e Hijo y Espíritu Santo, las Tres Personas juntas, y en particular cualquiera de ellas. Por eso en Dios hay sólo Trinidad y no cuaternidad, porque cualquiera de las Tres Personas es aquella Realidad, y son consubstanciales. Cuando la Verdad ora por sus fieles al Padre, diciendo, quiero que ellos sean uno en nosotros, como nosotros somos Uno. El nombre uno, en cuanto a los fieles, se toma para dar a entender la unión de caridad en la gracia. Pero, en cuanto a las Personas Divinas, para dar a entender la Unidad de identidad en la misma Naturaleza. Porque no puede afirmarse tanta semejanza entre el Creador y la criatura, sin que haya de afirmarse mayor desemejanza. En nada queremos con esto, derogar el monasterio de Fiore, fundado por Joaquín, quien mandó que todos sus escritos nos fueran remitidos para ser aprobados o corregidos por el juicio de la Sede Apostólica, dictando una carta escrita en el 1200, que firmó por su mano. En la misma profesa con firmeza mantener aquella fe que mantiene la Iglesia de Roma, la cual por disposición del Señor es Madre y Maestra de todos los fieles. Denzinger Hünermann, 803-807 No habría que olvidar las recomendaciones del sínodo provincial de Arles. 1260-1263
    Sus estudios sobre el Apocalipsis llevaron a Joaquín a preocuparse por la Iglesia y el Mundo. Dialogó con los Papas Lucio III, 1181-1185 en Veroli  y Urbano III, 1185-1187 en Verona. Una carta del Papa Clemente III, 1187-1191 le solicita concluir su Exposición del Apocalipsis y mandarle sus escritos. El monasterio San Juan in Fiore fue confirmado por Celestino III. 1191-1198 Su Protestatio fidei, citada por el Concilio, fue enviada a Inocencio III. 1198-1216 Joaquín no era un desconocido para cinco Papas seguidos durante 21 años. Uno se interroga por qué sus libros no fueron revisados, de acuerdo al deseo de Joaquín, antes del Concilio. Honorio III, 1216-1227 escribe en una Bula que no afecta en absoluto la condena la reputación del Abad Joaquín, reconocido varón católico. El venerable abad, su causa de canonización está introducida, cometió errores como todos los pecadores los cometemos, pero no fue hereje, decisión de la voluntad libre que se opone al Magisterio y no se retracta y corrige cuando éste se lo solicita. Denunciaba, sin perdonarse a sí mismo, los pecados y delitos de los presbíteros y obispos. Pero los amaba igual que al obispo de Roma y pontífice de la Iglesia Universal. Temía, como los demás cistercienses, el exceso de intelectualismo aplicado a la Revelación. Como si pudiéramos convencer a los demás con argumentos científicos y racionalismos teológicos, olvidándonos que somos plantadores y regadores inútiles en sinergía. Dios es el Único que da el crecimiento. 1 Cor 1, 5-9
    Sin el Evangelio Eterno, la Energía de lo que el Espíritu dice a las Iglesias, es imposible aceptar la Palabra de Dios. Vi a otro Ángel que volaba por el medio del cielo. Tenía un Evangelio Eterno que anunciar a los habitantes de la Tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo. Clamaba con voz potente, teman a Dios y glorifíquenlo porque ha llegado la Hora del Juicio. Ap 14, 6-7 Pero no hay metánoia, nadie se convierte. 16, 9 La Palabra de Dios no es igual a una palabra humana, a una palabra filosófica o científica. No está en la dimensión natural sino en la sobrenatural. Nos llega de otro modo. Los cristianos hablamos no con palabras sugeridas por la sabiduría humana. Nuestra predicación no es eficaz porque hemos hecho cursos en Universidades Pontificias. Pablo predicaba con la unción del Espíritu, expresando cosas del Espíritu en términos espirituales. El hombre dejado a sus fuerzas no comprende las cosas del Espíritu de Dios. Debemos tener el pensamiento de Cristo y el dinamismo del Espíritu. Ésa es la identidad cristiana. No es la psiquis del pensar y juzgar mundano. Podemos tener varios doctorados en teología, pero no tener el Espíritu Santo. Quizá seamos grandes pensadores, pero no teólogos cristianos, pues nos falta el Espíritu de Dios. Lo que hace crecer, lo que nos da identidad Crística, es la unción del Otro Paráclito. Papa Francisco, Santa Marta, 02,IX,2014


    Otros tres libros de Joaquín cayeron en descrédito, Concordia Novi et Veteris Testamenti, Expositio in Apocalypsim y Psalterio decem chordarum. Fueron publicados por sus discípulos como Evangelium Aeternum. No nos introducimos en los Movimientos joaquinistas y espiritualistas, con los cual él nada tuvo que ver. El franciscano Gerardo de Borgo escribió su Liber introductorius in Evangelium Aeternum en 1254 cual comentario al Evangelium Aeternum. Esto preocupó a los teólogos de París, y el Papa Alejandro IV, 1254-1261 hizo desaprobar la Concordia y el Liber introductorius.  
    Joaquín, con una trabajo orante sereno y lleno de lecturas, tardó 19 años en escribir su Expositio in Apocalypsim, entre 1181 y 1199. Esta obra muestra que se ha producido una discontinuidad entre el Joaquín de la historia y el joaquinismo. Joaquín se convirtió en un imaginario popular en el que se han proyectado varias de las aspiraciones de la humanidad a lo largo de los siglos. Sin embargo es preciso reconocer que sus escritos han podido dar pie para ese proceso histórico de relecturas. Pero se ha producido una disociación entre la verdadera doctrina del cisterciense florense y la recepción que de ella ha hecho un sector radicalizado de los franciscanos espirituales y los fraticelos. La mitificación de Joaquín ha dado lugar al joaquinismo. No está probada la tesis que adscribe a Joaquín el milenarismo, sosteniendo que Cristo vendrá para reinar mil años, en un transcurso histórico previo a la resurrección final y universal de los muertos. Los libros de Joaquín hablan por sí mismos y desmienten las posteriores interpretaciones. Es inútil nadar contracorriente, los libros tienen vida propia una vez entregados a la hermenéutica de los lectores. Siguen derroteros que dejarían pasmados a sus autores, si pudieran aclarar o retractarse. Hay que leer la edición crítica de las Opera omnia de Joaquín de Fiore de Kurt Victor Selge. Y si hacemos deseables y legítimas relecturas será para mejorarlo, catando con veneración vinos antiguos como hace Jesús, no para empeorarlo con fruslerías amoscadas.

    Joaquín parte de san Agustín, la Ciudad de Dios y la ciudad del pecado. Lo relee a partir de la interpretación espiritual de las Escrituras. La Palabra de Dios nunca está presente en la simple literalidad del texto. Para alcanzarla hace falta trascender. Y un proceso de comprensión que se deja guiar por el movimiento interior del conjunto que se convierte en un proceso vital, en el Espíritu y en la Iglesia. Verbum Domini, 38 El sentido literal funda los demás sentidos, pero la Palabra no reside sólo en la letra, sino en el Espíritu. La letra mata. El Espíritu da Vida. 2 Cor 3, 6 Sólo el Paráclito nos hace escuchar la Palabra del Padre.
    No se queda sólo en cristología, le agrega la trinitología. Para él la Biblia es un cosmos de símbolos, un gran Código para todas las culturas. Hay que ir más allá de los hechos de la letra para llegar a su significado espiritual. Ir a la revelación  contenida en los enigmas de la historia pasada presente y futura. La letra que se detiene en el hecho e ignora el Espíritu es letra muerta. A través de la Lectio Meditatio Oratio Contemplatio de la Biblia, Joaquín revela los paralelismos, la similitud, la concordia entre la Primera y la Nueva Alianza. Los personajes y acontecimientos del Antiguo Testamento son el prototipo, la prefiguración del Nuevo. Lo que acontece en el Antiguo Testamento es figura de una realidad futura y va más allá de sus efectos históricos. La Primera Alianza contiene los signos. La Nueva los significados, si tenemos en nosotros el significante del Espíritu. El pasado está preñado de presente y éste de futuro y los tres se solapan.
    La concordia es cual un sendero que del desierto se extiende hacia la ciudad. Está sembrado por rancherías y aldeas, en las cuales el peregrino se detiene incierto sobre el camino a elegir. Hay también montañas desde las cuales puede mirar el camino andado y a partir del camino recorrido, medir con precisión el restante que le queda por hacer. La concordia mira al pasado como modelo del porvenir. Lo que se ha hecho de modo  imperfecto es lo que se hará. El camino de la historia cristiana es un sendero continuo y difícil hacia un fin que es alcanzable en inicio por los laicos clérigos y monjes sobre esta Tierra. No acepta el cartel de profeta que le colgarían. Il calavrese abate Gioacchino di spirito profetico dotato. Dante Alighieri La iluminación del mensaje del Gran Tiempo humano y cósmico no es fruto de un rapto profético sino de la oración sobre las Escrituras. La Trinidad con sus Procesiones y Misiones se refleja en el proceso histórico que es el Camino hacia la Ciudad de Dios. Protología Hodología Escatología.
 
   
   Me gustaría hablar al alimón con el mismo Joaquín, completando uno la frase que el otro inicia. Al menos mantener la correspondencia que corrió entre Hannah Arendt y Mary McCarthy. Y sin alardear, a quien le quepa el sayo que se lo ponga. Según Joaquín nuestra historia se divide en tres estados interrelacionados. Los tres círculos que se interseccionan con interpenetración de Circuminsesión y Circumincesión. Liber figurarum Corresponden a las Tres Personas de acuerdo al Credo. Sub lege, ancianidad o invierno en la luz de las estrellas desde Eva y Adán a Jesucristo, bajo la guía del Padre, es de los laicos. Sub gratia,  juventud o primavera en la aurora, bajo la guía del Hijo hasta el 1260, gematría análoga de las 42 generaciones de 30 años cada una, Mt 1, 17 es de los clérigos. Sub libertate amoris, niñez espiritual o verano en el día, bajo la guía del Espíritu Santo, es de los monjes. No hay fisura entre un estado y otro. Cada tiempo contiene en sí el germen del nuevo que viene surgiendo. Cristo es el fin de la ley mosaica. Él nos hace pasar de la esclavitud de la ley a la libertad del Espíritu. Dando cumplimiento a su misión, transforma en Espíritu la letra de la ley. San Andrés de Creta, 650-726
    Pongamos lo dicho por Hillary Clinton en el foro México Siglo XXI organizado por la Fundación Telmex y Carlos Slim el 05,IX,2014. México tiene uno de los futuros más brillantes a nivel mundial gracias a los cambios que ha realizado en su economía en los últimos años. Si ese futuro se lleva a cabo o no, dependerá de los mexicanos, en especial de los jóvenes. Mira lo que se ha hecho en el pasado próximo, ve el presente, y si hay responsabilidad de parte de los mexicanos, vislumbra un futuro brillante. Nadie la considera una barata profetisa iluminista. Tanto ella como los que la escuchan tienen El libro de Manuel de Cortázar bajo el brazo. Saben que la tortura es trágica en México. Que luchar contra el crimen organizado y la corrupción en estamentos del gobierno tomará varias administraciones. Está hablando del aspecto sociopoliticoeconómico. Cumple con elevar la esperanza pequeña, en las añadiduras o prótesis. Mt 6, 33  No de la Grande en Dios. Sabe que somos personas en sociedad para servir. Con responsabilidad, asumiendo un papel más protagónico en la construcción de una vida más digna, mejoraremos hacia un inicio de mejor sociedad en el futuro. 
 
   
    Entendemos su género literario, parecido al de Obama que citó a Joaquín en su campaña electoral del 2008. Nos resulta sin embargo, dificultoso el simbólico florense del siglo XII. Se ha escrito que reemplaza a Cristo con el Espíritu. Algo similar podríamos decir de Juan 16, 7 si lo sacamos de contexto. Les conviene que Yo me vaya, porque si no me voy el Paráclito no vendrá a ustedes. Nada más lejos de Juan y de él, pero su estilo fuera de una lectura canónica dentro del monacato y de la Iglesia, daría pie para eso. Joaquín pone a la Trinidad en la historia, a la vez que en los procesos personales y en el trabajo de cada ser humano. No sólo estudió la Biblia. Escrutaba la realidad que le tocó vivir, el Misterio del Dios Unitrino solapado en el misterio del tiempo sin confusión ni separación. Teodramática antropodramática cosmodramática. El origen, el camino y la consumación del hombre y del cosmos en la Trinidad. Entre la grandiosidad de Cluny y la optimista expansión del Nuevo Monasterio. Con Italia, Bizancio, los Normandos, el Sacro Imperio alianza de emperadores y Papas. Los albigenses, los Templarios, la Inquisición, Pedro II de Aragón y los cátaros a la hoguera, los Plantagenet y los Capetos. Ricardo Corazón de León con Felipe II Augusto y la II y III cruzada.
    Los Padres cistercienses hablaron de la Trinidad, pero en general, como Benito, son cristocéntricos, en especial con el intenso amor y devoción a la Humanidad de Cristo Verbum breviatum, Rm 9, 28 para transformarnos en Él. Transformamur cum conformamur in Christo. Blog 100. Del Verbum breviatum al encuentro con la Trinidad en el Resucitado Tanto los Padres griegos, Logos pajínetai o brajínetai como los latinos entendieron esta abreviación o condensación, del Verbo encarnado como del Verbo encartado, del Cuerpo Carne y del Cuerpo Libro, aunque se puede aplicar de manera análoga al Cuerpo Sacramental, Místico y Cósmico. Lo creado será siempre muy abreviado para el Infinito Increado.  Aun antes de hacerse Verbo encarnado la Palabra divina se había hecho lenguaje humano, asumiendo los modos de expresarse de las diversas culturas, que desde Abraham hasta el Vidente del Apocalipsis ofrecieron al Misterio admirable del amor salvífico de Dios la posibilidad de hacerse accesible a las distintas generaciones, a pesar de la múltiple diversidad de situaciones históricas. Juan Pablo II a la Pontificia Comisión Bíblica, 26,IV,1979 Bajo la corteza de la letra, que a veces es como un desierto árido fatigoso e intransitable, se esconden los sentidos sapienciales. San Bernardo, SCant 47, 4
    Joaquín los completa colocando lo trinitológico, lo específico cristiano pascual, en el Centro. Sin dejar la paterología, cristología y penumatología en un contexto de Totalidad con toda la creación.  El abad calabrés no intenta explicar la Trinidad a partir del mundo. Sino de explicar el mundo a partir de la Trinidad. Y poder hablar de la Trinidad en el marco de este mundo. Karl Barth Jürgen Moltmann partiendo del pensamiento relacional y comunitario, de las Relaciones y de la Comunión perijorética entre las Tres Personas, fundamenta las relaciones del hombre con el Trino Dios, con la humanidad y el cosmos en mutuas inhabitaciones ecológicas. Trinidad y Reino de Dios, Sígueme, Salamanca, 1986, 243 p. La Trinidad es una narración de la Libertad en la Verdad y el Amor. Dios es la Libertad de sus criaturas. La Trinidad narrada pasa a ser experiencia vital de la Energía liberadora del Misterio de los Tres. Éste es el Misterio central de la confesión, celebración, vida y oración cristianas. El más fundamental y esencial en la jerarquía de las Verdades de la fe. Fuente Camino y Meta de todos los demás Misterios, a los que ilumina.
    Esa experiencia, ayudada por la doctrina explicitada del Magisterio, en la Iglesia y en el Mundo, se nos da en el Encuentro con el Verbo hecho carne crucificada y resucitada que nos revela al Padre y nos da al Otro Paráclito que nos revela al Verbo. Es el Espíritu que actuó en la creación, inspiró la Tradición y la Biblia, habló por los profetas y está enlazando  la Totalidad. Nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo revele. Nadie puede ir al Hijo si no lo atrae el Padre que lo envió. Y el Hijo es revelado por el Espíritu. Quien no habla de sí mismo, ni lo oímos, sólo nos hace escuchar la Palabra del Padre. Los Tres trabajan siempre en relación. Eso es ya una grandiosa revelación que nos libera de la atroz tiranía del pensamiento único, las dictaduras y personalismos impositivos, las exclusiones de los otros distintos de mí.
    Es imposible que por la razón natural se llegue al conocimiento de la Trinidad. Quien pretenda demostrar por la razón natural la Trinidad de Personas atenta contra la fe. I, 32, 1 Es Ella la que se nos automanifiesta cual autorevelación de Dios como Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu. Toda la economía divina es obra común de las Tres Personas Divinas. La Trinidad del mismo modo que tiene una sola y misma Naturaleza, así también tiene una sola y misma Operación. El Padre, el Hijo y el Espíritu no son tres principios de las creaturas, sino un solo Principio. No obstante cada Persona realiza la obra según su Propiedad Personal manifestadas, en plenitud, en la encarnación pascual del Verbo y el envío del Espíritu en Pentecostés.

    Los tres estados interrelacionados proceden de toda la Trinidad, cuyas obras, aunque en cierto aspecto se le atribuyen a cada una de las Personas, para confirmar la verdad de Ellas, sin embargo no pueden dividirse debido a la Suprema Unidad. Tractatus super quatuor Evangelia Sin olvidar que la teología oriental parte de la Trinidad para por Perijóresis, llegar a la Unidad, mientras que la occidental parte de la Unidad para por Procesiones, llegar a la Trinidad. La Simplicidad de la Naturaleza de Dios no se opone a la Complejidad del acontecimiento dramático del Encuentro de Dios con el hombre. En la historia de Jesús de Nazaret alcanza su suprema expresión dramática el encuentro entre la Libertad divina y la libertad humana. Lo mismo en la historia del Espíritu en la Iglesia santa y pecadora. No hay que desligar narración histórica en el tiempo, de abstracción dogmática que balbucea la Eternidad. Ambas se iluminan al unir Tradición, Biblia y Magisterio. Ni ahistoricismos, ni historicismos emanacionistas, ni modalismos, ni esencialismos  y triteísmos perimidos. Conocí y recibí la formación de Trento. Gusté las primicias de la renovación teológica pre y post Vaticano II. Sentí el remezón de las reformas y crisis que siguieron y los esfuerzos por mantener la Barca eclesial entre la desertificación espiritual y la alegría de la Evangelización. Sin miedo a los cambios de la Iglesia, ya que la Trinidad y la Pascua eran permanentes, todo fue una gracia para aprender a incluir, integrar y matizar.

    Dios Trino, cuyas Personas no son cantidades ni números ni géneros, ha dejado huellas e imágenes, trilogías creadas, Blog 199. El camino creado de las Trilogías hacia el Increado de la Trinidad de su inaccesible Intimidad Trinitaria en la creación, en las culturas y en su Revelación a lo largo de la Primera Alianza. De estos vestigios, y de la Imagen, el Nuevo Adán que sopla el Paráclito, Joaquín extrajo su ontología triádica en devenir de los tres estados interrelacionados de la historia. Tiendo un puente escatológico con el monje benedictino de Lieja, Ruperto abad de Deutz. 1075-1129 Como otros teólogos medievales, el Cur Deus homo de san Anselmo, se pregunta por qué el Verbo de Dios se hizo hombre. Algunos respondían explicando la encarnación del Verbo con la urgencia de reparar el pecado del hombre. Ruperto en cambio, con una visión cristocéntrica de la historia de la salvación, amplía la perspectiva, y en su obra La glorificación de la Trinidad sostiene la tesis de que la Encarnación, acontecimiento central de toda la historia, estaba prevista desde la Eternidad, con independencia del pecado del hombre, para que toda la creación pudiera alabar a Dios Padre y amarlo como una única familia reunida en torno a Cristo. En la mujer embarazada del Apocalipsis ve toda la historia de la humanidad, que está orientada hacia Cristo, al igual que la concepción se orienta al parto. Una perspectiva que desarrollarán otros pensadores y que valorizará la teología contemporánea, la cual afirma que toda la historia del mundo y de la humanidad es la concepción orientada al parto de Cristo. Quien está en el centro de las explicaciones exegéticas que Ruperto da en sus comentarios a los libros de la Biblia. Toda la Escritura para él, es un solo Libro, que tiende hacia el mismo fin, el Verbo Divino hecho carne, que viene de un solo Dios Padre y que ha sido escrito por un solo Espíritu.
    Según Ruperto, la creación entera, tanto el cosmos invisible de los ángeles, como el cosmos visible de los hombres y del mundo, han sido creados en atención al Hombre Dios. Y ordenados hacia Él, Cabeza Humano Divina de Todo. Así, cual Sumo Sacerdote eleve el Todo hasta Dios Padre en el sagrado drama de la Liturgia cósmica. Trinitas post hanc vitam sit Locus noster. La Trinidad después de esta vida, es nuestro Lugar. Mysterium Salutis, El cristiano en el tiempo y la consumación escatológica, t. v, p 576-577

    Y otro puente con el monje Otón. 1111-1158 Hijo de Leopoldo marqués de Austria y de Inés hija del emperador Enrique IV. Era tío del emperador Federico I Barbarroja. A los 15 años fue ya preboste de los canónigos de Klosterneuburg en las afueras de Viena. Estudió teología en Francia y en 1132 entró con los cistercienses. A los 26 años fue elegido abad de Morimond en Borgoña y enseguida obispo de Freising en Baviera. Participó en 1147, al mando de un batallón del ejército, en el fracaso de la segunda cruzada con su hermanastro el emperador Conrado III. Escribió dos obras. Chronica sive Historia de duabus civitatibus, Crónica o historia de las dos ciudades, en ocho libros a la sombra de san Agustín, 354-430 y de Paulo Orosio. 383-423 Y Gesta Friderici imperatoris, Hechos del emperador Federico. Es considerado un gran pensador de la teología medieval de la historia que se desarrolla, según él, en la dramática inescrutable analogía de la Pascua de Cristo. Tan imposible es rastrear el concatenarse de los acontecimientos como explicar el Misterio de los planes de Dios. Esto en nada disminuye nuestro deber de hacerla inteligible a la Luz de Dios. En todo el actuar del hombre está la bondad unida a la limitación y la miseria. Sus formulaciones inspiraron al papa humanista Eneas Silvio Piccolomini Pío II. 1405-1464 La etimología de historia, hístemi horáo nos obliga a contemplar o mirar el levantarse u organizarse de los hechos. Y siendo la experiencia madre de la inteligencia, cuanto más ampliamos su campo tanto más sabemos, experientia docet. La historia es la anciana consejera y orientadora del futuro. Su constante cambio, de oriente a occidente, tiene cual analogado principal y meta a la Jerusalén Celestial.
    La fe no sustituye a la propia reflexión. O al aprendizaje en compañía de los demás. Y por medio de ellos, en el conjunto de la historia. Dios no nos exime del propio esfuerzo. La fe no es un sortilegio mágico. Pero nos proporciona la clave para aprender de nosotros mismos. La persona se reconoce primero en el otro, a través del otro. Nadie puede encontrarse a sí mismo si sólo observa su intimidad e intenta comprenderse y construirse a partir de sí mismo. La persona en cuanto ser relacional, ha sido creada de tal forma que se hace en el otro, y descubre también su sentido, su misión y posibilidades vitales en los encuentros con los demás. Esta estructura fundamental de la existencia humana nos permite entender la fe y el encuentro con Jesús. La fe no es un mero sistema de conocimientos sino que es en esencia, el Encuentro con Cristo. Este Encuentro es el más decisivo y revelador de cuantos encuentros necesitamos. Todas las demás relaciones dejan en última instancia sin aclarar de dónde venimos y adónde vamos. El Encuentro con Él me proporciona la luz profunda que me permite entender a Dios, al ser humano, el mundo, la misión y su significado, de modo que así se ordenan todas las demás relaciones. Joseph Ratzinger, Dios y el mundo
    Hagamos una somera hermenéutica artesanal, Richard Sennett, The Craftsman cual personas en sociedad para servir. Empleamos tres criterios. La historicidad del ser humano a la luz de la historia de la salvación. El Esjatón Jesús Resucitado, Uno de la Trinidad, que de nuevo vendrá con gloria a juzgar a vivos y muertos, continuidad en la discontinuidad, el ya pero todavía no. El lenguaje del amor que cree y espera, porque en el pasado y el presente hay signos anticipadores del Esjatón escondido en el futuro. Juan Alfaro, Revelación cristiana, fe y teología
    La Trinidad económica o histórico salvífica, es la base del conocimiento de la Trinidad intra divina o inmanente. Y ésta es el fundamento ontológico de la económica. La  communio entre ambas se resuelve en la singular paradoja de todas las paradojas, el Drama del Hombre Dios el Cristo Total. Dios puede darse a conocer a través de los conceptos y lenguajes del ser humano y de su historia. Esto no significa que el Infinito se disuelva en lo finito o lo Trascendente en lo inmanente. De lo creado vamos por analogía a lo Increado, afirmando mayor desemejanza que semejanza. La Trinidad no puede ser expresada en Plenitud por la naturaleza creada y la historia. En ellas percibimos la libre autorrelación de Dios con el mundo y la historia. Su condescendencia o synkatábasis, hace que Dios se dé a conocer por los procesos de su creación cual Autor Trascendental Absoluto del Ser, la Vida, la Verdad, el Amor y la Belleza Infinitas. As a Trinitarian Parabola, we must be at the Fringe not only of Sciences but of the Spirit. In the dramatic Heart of the Ugly and the Beauty of this World. To exclaim by the Memory of Michael the child Observer, with Walter I love you Son, and with Peter I love you Dad. And just a little painted white Tulip is the Sign from the Lord. He works in a New Covenant of Liberty with us, to save Mankind and the Universe. 


    Laicos clérigos monjes. Hago una relectura actualizada al hoy de la Iglesia y el mundo, salvando la interpretación del autor y del lector. Gianni Vattimo, Más allá de la interpretación El primer estado se refiere al Padre, creador de todo, esposos. El segundo al Hijo que asumió nuestro polvo, clérigos. El tercero al Espíritu, pues donde está el Espíritu del Señor allí está la libertad, monjes. Liber Concordiae Novi ac Veteris Testamenti, V, 84 y II, 1  Sin afirmar que los monjes eran mejores que los clérigos y laicos, con estas fases no excluyentes pero que hoy resultan chocantes, Joaquín volvía a poner sobre el tapete un antiguo interrogante cristiano y monástico, llamado el giro constantiniano del 313. El paso de una Iglesia del Pueblo, perseguida prohibida y oprimida, a una Iglesia del emperador, favorecida aprobada y opresora. Graciano y Teodosio elevaron el cristianismo a única religión oficial, persiguiendo a los paganos, y a los cristianos que no estuvieran de acuerdo con los decretos imperiales. Atanasio, 296-373 el biógrafo de apa Antonio, será desterrado cinco veces. En el 385 se realizó el primer auto de fe del Estado, por el brazo secular de la Iglesia, en Tréveris, decapitando a Prisciliano y a seis de sus compañeros. Crueldad condenada por el papa Siricio, Ambrosio de Milan y Martín de Tour. Unos aplaudían la cristianización del imperio, otros lloraban la mundanización de la Iglesia. La seria y constructiva crítica apocalíptica a partir de la Justicia Parusíaca, parte esencial de Revelación bíblica, quedaría relegada.

    La apostolica vivendi forma de la primitiva comunidad preconstantiniana pasó a ser el ideal. Idealizado ya que la Iglesia nunca se casa con una cultura o una época. Hay que huir al desierto de las mujeres y de los obispos. Para volver a los orígenes los monjes plasmaron esta sentencia de identidad monástica. Los miembros del Cuerpo de Cristo no cumplen los mismos servicios, unos socorren a los necesitados, otros son apóstoles y otros orantes. 1 Cor 12, 27-31 Es obvio que así como los monjes cuidan su carisma, lo deben hacer los laicos y los clérigos. Francisco de Sales ya pegó el grito para que la omniabarcante espiritualidad monástica no se mezclara con la de los laicos y clérigos. Es un don reafirmado por el Vaticano II. Apa Ammonio se cortó una oreja para que no lo ordenaran obispo. Desde muy antiguo hasta hoy sigue siendo válido el apotegma de los Padres del desierto, el monje debe huir en absoluto de las mujeres y de los obispos. Y esto no puedo anunciarlo sin sonrojarme, ya que no pude huir de mi hermana, ni escapar de las manos del obispo. Ninguno de los dos dejará al que ha trabado amistad con ellos entregarse a la quietud de la celda ni adherirse con mirada pura a la contemplación de las Realidades Santas. San Juan Casiano, 360-435 Instituciones cenobíticas, 11, 18 
    Huir de los laicos, o sea del matrimonio y la familia  al que había renunciado el monje mónos o solo. Del fárrago de la gestación de las realidades de este mundo cuyo esquema es pasajero, pues sin dejar de tener repercusiones en la Plenitud el Reino, todo se encamina de la muerte universal de los hombres y del cosmos, hacia la Vida Nueva. Y huir de la ordenación sacerdotal, por el ministerio que obstaculizaría la oración incesante, la Lectio, la soledad, el silencio y la politéia monástica. Lo escribió san Gregorio Magno, 540-604 el primer papa monje. Cuando estaba en el monasterio, podía guardarme de conversaciones ociosas y estar dedicado a la oración contínua. Pero desde que he cargado sobre mis hombros la responsabilidad pastoral, me es imposible guardar el recogimiento, solicitado por tantos asuntos. Por sobre todo, huir de la hiperorganizativa mundanidad en que decaía la Iglesia martirial, de la mezcla de la política partidista con la espiritualidad, del carrerismo y de las luchas por las riquezas y el poder de ciertos clérigos devenidos cortesanos. Aún sumisos empleados de la burocracia imperial, sin preocuparse del Evangelio para el Pueblo.
    Aclaremos que salvo alguna que otra tensión esporádica, los monjes y monjas guardaron una gozosa comunión con los laicos y los clérigos, como lo hizo Joaquín. Aunque el Reino es don y tarea de todos, mientras peregrinamos corresponde a los laicos el cuidado del Mundo, a los clérigos el de la Iglesia y a los monjes, en radicalidad evangélica, el del Reino. Joaquín está diciendo que ese Reino para todos clama por un sendero de purificación, maduración en las virtudes y contemplación, de modo que nuestro vinagre sea reemplazado por la Miel de Dios. San Agustín, PL 35, 2008 Los criterios del Reino del Padre, los del Evangelio Eterno y del Espíritu, deben prevalecer sobre los contagios mundanizantes y clericalizantes, sin franquicias ni pánicos cervales. Los monjes sin desligar el Principio Mariano del Apostólico, mantuvieron su distinción y privilegiaron más el carisma del Espíritu que la organización creada. Es parte de su politéia, pero pueden infectarse con el pecado y la corrupción. Deben tender a una recta y renovada institucionalización de su carisma en diálogo con todos los hombres. Manteniendo un estilo de vida simple y frugal sin superfluidades ni injusticias. Acercándose al mundo y alejándose de la mundanidad para tender a la Meta monástica en el paradigma trinitario antropológico de la Virgen Inmaculada y Asunta. Sin Entrada en el Costado abierto no existe Salida fructífera. Mundanos y amundanos necesitados de constante transformación. En intimidad con la Trinidad, abrazados a Jesús, llenos de esperanza, cercanía y empatía con los más pobres. Te haré mi esposa para siempre. Te desposaré en la justicia y el derecho, en la misericordia  y la compasión. Os 2, 21

    Hacia dónde va nuestra sociedad y el mundo. El Apocalipsis pone en comunión el Transcosmos con el microcosmos y el macrocosmos. Hildegarda de Bingen, 1098-1179 veía, desde esa la Luz en Comunión, el desastre del pecado que se abatía sobre la Iglesia y el mundo, destinados en cambio a la reforma en el Símbolo de la Trinidad que resplandece en el Rostro del Resucitado. En su libro Scivias, Conoce los caminos escrito en 1141, con palabras en prosa y poesía, arquitectura, pinturas, música canto, herbología y medicina, dentro de una visión holística de la teología monástica, dedicaba seis visiones al Creador y la creación, siete visiones al Redentor y la redención, y trece visiones al Glorificador y el Paso del hombre viejo al Hombre Nuevo, por pura fe en la Gracia. No bromeando, jugando con Cristo, queriendo acercarnos a Él sin el esfuerzo de nuestra alma y pensamiento, negándonos a meditar qué debemos hacer. Invocándolo y velando para que nuestro cuerpo obedezca al Espíritu. Al contrario, emprendemos el camino de la santidad como en una ensoñación de ilusiones y engaños, negándonos a considerar quiénes somos, qué debemos hacer, y quién nos ha creado. Y en vez de buscar los proyectos de Dios, sólo anhelamos cumplir nuestros propios deseos. Porque en nosotros hay dos llamadas, el anhelo del Fruto de la Vida y el apetito del vacío demoníaco. Por el anhelo del Fruto somos llamados a la Vida, por el apetito del vacío, a la muerte. Por el anhelo del Fruto, deseamos realizar el bien, luchamos contra el mal y fructificamos. Por el apetito del vacío, cometemos el mal haciendo lo que nos place, una plétora de iniquidades. En vez de fundamentarnos en la Trinidad y sus virtudes, caemos en los vicios de la seducción diabólica. Blog 121
    La sociedad, como cada ser humano, lucha entre el pecado y la gracia. Entre un mundo absurdo autosuficiente sin la Trinidad, y la autorrevelación del Dios Único que no es ningún solitario. Sino la autorrevelación del Amor del Padre, del Verbo y del Espíritu que apapacha la creación y conservación, redención y glorificación del mundo. Lo que Joaquín nos comunica es el proceso paulatino por medio del cual, en la historia y en cada persona, se va experimentando ese inenarrable Abrazo de Ternura entre lo Increado de los Tres y lo creado del universo.

    La sociedad camina entre ciertos acercamientos al Evangelio Eterno, los mil años de relativo consuelo sub libertate amoris o niñez espiritual o verano en el día, bajo la guía del Espíritu Santo, y los embates de desconsuelo que producen el dragón, con las dos bestias, la política y la propagandista, contra Cristo. Ban Ki-moon dijo a los líderes de los 195 países que pertenecen a las Naciones Unidas. En el 2014 el horizonte de la esperanza se oscureció. No se habían visto semejantes niveles de violencia con tantas crisis simultáneas desde fines de la Segunda Guerra Mundial. El fantasma de la Guerra Fría ha vuelto. Mucho de la Primavera Árabe descarriló. Parece que el mundo se está derrumbando, mientras se acumulan los problemas y se extiende la enfermedad. Hoy las Naciones Unidas está intentado dar asistencia humanitaria a un número récord de personas. Pidió además, intensificar la lucha contra un gran número de amenazas, que van desde la ofensiva del Estado Islámico en Irak y Siria al riesgo que el virus del ébola supone en África occidental. Y solucionar las crisis de Ucrania, Gaza, Sudán del Sur y la República Central Sudafricana, entre otras. Hace falta liderazgo para encontrar semillas de esperanza y hacerlas crecer.
    La fe, la esperanza y el amor nunca estarán libres de ataques y claudicaciones espurias. La incredulidad, la desesperación y el odio. La vanagloria, el orgullo y la soberbia del hombre en la Iglesia y en el mundo, estarán presentes hasta el fin. No hay posibilidad que de la Tradición, la Biblia, el Magisterio y la Teología saquemos signos de milenarismo antes del acontecimiento liberador de la Parusía. Los que se dan, aparición del anticristo, Israel que reconoce al Crucificado Resucitado, el anuncio de la Alegría del Evangelio en todo el mundo, pestes y epidemias continentales, tribulaciones espantosas de la Iglesia y la humanidad, el caos del universo, seductores y falsos profetas, son plurisignificativos y se repiten una y otra vez en los dolores de parto entre Babilonia y Pentecostés. El Cenáculo se ha transfigurado en un inicio de la Nueva Jerusalén. Entre Babilonia, adonde después del cainismo y el diluvio, lleva el drama del pecado original, y la Ciudad de la transhistoria, está el Cenáculo. Con el servicio mutuo del lavado de los pies más allá de toda exclusión antipatía y fastidio, el mandamiento nuevo del amor, el sacerdocio, la Eucaristía, las apariciones del Resucitado y la visita del Paráclito que descendió sobre María y los 120 discípulos, dando lugar a la Iglesia en Entrada y Salida. Todo rompecabezas de diferentes se recompone, en la alegre coincidencia de los opuestos. Babilonia es la confusión y dispersión en desunión debido a la soberbia e ignorancia desastrada que nos hace imaginar que nuestros lenguajes, ideologías y tecnociencias nos pueden levantar al Cielo. En la Revelación primero debe caer Babilonia, refugio de demonios, que con sus encantos y prostituciones sedujo a todos los pueblos, Ap 18 antes que se realice la boda del Cordero con la Nueva Jerusalén que baja del Cielo cual puro Regalo de Jesús. En el entretiempo de nuestras pequeñas y humildes obras, RB, 7 eso lo comienza a hacer el Cenáculo de la cultura solidaria del Encuentro. En vez de oponernos y contradecirnos por nuestros dimes y diretes, el Espíritu crea la Unipluriformidad. Diversas lenguas finitas, convergen en el Verbo Infinito de un solo Padre. Orar Leer Trabajar, 132, Los monjes el fin del mundo y la oración, p. 307-308. Blog 201. Benito, humildad y exaltación, de Babilonia al Cenáculo
    Lo importante es estar alertas, nepsis, no perder la esperanza en Dios interviniendo en la historia y en el mundo más allá de las leyes que Él mismo ha establecido. Y en que Jesús, con todos sus ángeles y santos, llegará como ladrón en la noche, de sorpresa, a la hora menos pensada. La Victoria definitiva de la Trinidad sobre el absurdo social y mundial está asegurada. Se produce en la historia, cual incoación. En la otra Dimensión, cual plenitud intermedia con la que ya estamos en comunión. Hasta la Total Parusía, consumación final de la historia y al menos de una parte de este universo viejo, en Felicidad definitiva. Pero no habrá triunfo histórico de la Iglesia, creatura de Dios. Sino la Victoria de la Trinidad Increada sobre el último desencadenamiento del mal en el Juicio Final, Ap 20, 7-10 que hará descender del Cielo a su Esposa. Ap 21, 2-4 La descatologización del catolicismo es mortal. Ignorar el momento de la consumación final y cómo se transformará esta tierra, es la espera justa del Retorno del Señor que Él planificó, en el gozo y la angustia de los tiempos. El clamor del Espíritu y la Esposa, ven Señor Jesús, jamás puede caer de nuestros labios.
    Si la Promesa del Reino de Cristo hecha a Abraham se cumplió muchos siglos después, nunca debe desesperar la Iglesia de poder engendrar por medio del Espíritu, unos hijos de adopción que puedan, por el  Don de Dios, progresar hasta llegar a ser un reino espiritual. Tractatus super quatuor Evangelia, 31, 2-7  La esperanza inquebrantable de Joaquín y la nuestra está fundada en la Promesa y el auxilio omnipotente que nos otorgan las Tres Personas Divinas. Las sociedades y el mundo vienen de la Trinidad, están envueltas por Ella, y se dirigen hacia el Calor de esa Patria. En frágil libertad, heridos por el pecado, somos responsables de ese progreso material y ético, tomando interminables nuevas decisiones de reformas en continuidad. Cada ser humano y cada generación, tienen nuevos inicios imprevisibles. Pueden aceptar o rechazar el Proyecto Trinitario de ir edificando un inicio de mundo cada vez mejor. Habrá alternancias. Nadie puede prometer aquí, ahora o en el futuro, un mundo mejor para siempre. Los seguidores de satanás, numerosos como las arenas del mar, pueden hasta sitiar el campamento de los santos, la Ciudad amada. Ap 20, 9 Sería un falso profeta que ignora la libertad y el pecado, y que las estructuras por más buenas que sean no pueden ser impuestas. Negarían nuestra libertad y se tornarían malísimas.

    Creados en la historia para servir. Joaquín se toma en serio la salvación de toda la humanidad. No nos permite ser indiferentes o extraños a la suerte de nuestros hermanos, sino abiertos y solidarios con ellos. Tiene el sentido de la totalidad integral y sinfónica de la vida cristiana. Desde la Trinidad en la historia, rechaza posturas parciales o unilaterales que nos encierran en nosotros mismos. Nos libera de todo determinismo e idolatría de lo creado y de lo histórico. Percibir a la Trinidad en la historia es entrar en la libertad de los hijos de Dios. Rom 8, 21 Emancipados de la enajenación al vender lo que nos identifica, el poder trascender el fatalismo de los acontecimientos enredados en nudos paralizantes. La Virgen de Pentecostés es especialista en desatar nudos. Eso es pasar ex umbris et imaginibus in Veritatem, de las sombras e imágenes a la Verdad de los Tres que me da Cristo. De los claroscuros fluyentes de las mutaciones a la Luz Inextinguible del Amante el Amado y el Amor. Ellos no dejan de rodearnos con su Cariño, en nuestra correalización trinitaria.

    Además, nunca se alejó de la Iglesia apostólica o jerárquica. Nuestra fe amante está anclada en esa cadena que viene de Jesús y sus apóstoles. Entrando en el Corazón de Jesús y en comunión con los sucesores de sus enviados, hay que trabajar para llevar el Evangelio Eterno a toda la humanidad. Ese Evangelio es también Evangelio del trabajo, Laborem exercens. Con su trabajo el hombre ha de procurarse el pan cotidiano, contribuir al continuo progreso de las tecnociencias, y a la incesante elevación cultural y moral de la sociedad. La gracia de Dios no fue estéril en mí, sino que me he fatigado más que los demás apóstoles, no yo sino la gracia de Dios que está conmigo. 1 Cor 15, 9-11 Nadie queda exento de hacer producir sus talentos, a quien se le dio mucho se le reclamará todavía más. Eso es estar bien preparados para la Vuelta del Señor. Lc 12, 35-48 Jamás la espera de la Nueva Tierra debe debilitar sino avivar el cultivo de nuestros hogares, comunidades, patrias y de este querido planeta Tierra desgastado y pasajero. Su progreso interesa mucho al Reino de Dios y su Justicia. Las semillas buenas que habremos plantado, las encontraremos en frutos redimensionados allí donde la Trinidad será Toda en la Totalidad. La oración, la lectura, el trabajo, el sufrimiento y el juicio final son escuelas de esperanza. Y esto es para todos los hombres, hermanados en la misma imagen de Dios en menor o mayor semejanza, creyentes, agnósticos o ateos.

    No es sólo cuestión de valorizar el trabajo, sino de transfigurarnos con la laboriosidad evangélica. Los valores son creencias o apreciaciones que nos permiten orientar nuestras opciones o comportamientos en función de realizarnos como seres humanos. Nos ayudan a preferir o elegir unos bienes para mí y rechazar otros. Son fuente de satisfacción, plenitud, bienestar y felicidad. Muestran nuestros ideales éticos o artísticos, sueños, aspiraciones, intereses, sentimientos y convicciones políticas o religiosas. Pueden ser independientes de lo que hago. Aunque sea rencoroso, impuntual, burlón, ocioso e injusto. El perdón, la puntualidad, el respeto, el trabajo y la justicia siguen teniendo valor para mí, y en especial para los otros. Por eso cual buen fariseo les exijo su cumplimiento.
    Los valores son sentimientos, conceptos o metas. Sin embargo lo que más nos impacta es el comportamiento. Un hombre valioso vive de acuerdo con los valores que dice tener. Son su base para vivir en familia o sociedad. Al entrar en una comunidad que posee valores definidos, tendemos a practicar unos y rechazar otros. Pues el valor depende siempre de nuestra elección, lo que importa para nosotros como valor o bien. De ahí que los valores sean antropocéntricos, nebulosos, y no creen responsabilidades serias.
    Las virtudes cristianas tienen relación con los valores pero son muy distintas. Las virtudes son hábitos operativos que transfiguran las facultades del creyente para que actúe según la recta razón iluminada por la fe esperanzada y amante, y se conforme con Jesús Resucitado. Son energías que nos dan cualidades casi inamovibles para obrar con facilidad prontitud y gozo de acuerdo a los Mandamientos y Bienaventuranzas del Evangelio. Giran alrededor de la Trinidad, no dependen de mis gustos o disgustos, ni de lo que diga el mundo digitalizado, Facebook, Twitter, el medioevo o el postmodernismo. Hace miles de años que las conocemos. Son cuatro intelectuales, entendimiento sabiduría ciencia arte, 57 morales girando alrededor de las cardinales prudencia, justicia, templanza y fortaleza, y tres teologales, fe esperanza y caridad. Por ellas o sus contrarios viciosos, seremos juzgados en Cristo por toda la eternidad. Escuchamos al Dios Viviente, no a gustos o valores difuminados. Salvo si los valores son virtudes.

    La teología dinámica de la historia en la Trinidad, escrita por Joaquín, dio lugar a extrañas reelaboraciones y hermenéuticas 50 años después de su muerte. Nacieron movimientos heterodoxos que pretendieron hacer llegar el estado del Espíritu gracias a la devoción individual sin relación con los sacramentos y la jerarquía, al dualismo que rechazaba la belleza de la sexualidad, de nuestra carne y de la Encarnación, a la pobreza fanática y excluyente, a la llegada de un papa Súperman, o de un líder mundial cambujo del Anticristo con la fuerza de las armas invasivas, no defensivas o contenedoras de una agresión injusta.
    El contenido del Antiguo Testamento se aplica al Padre por propiedad tipológica. El contenido del Nuevo Testamento se aplica al Hijo. Y la inteligencia espiritual que procede de uno y de otro se aplica al Espíritu Santo. Como el orden conyugal, que prevaleció en la primera época se aplica al Padre y el orden de los clérigos de la segunda época se aplica al Hijo, así el orden de los monjes, a quien pertenecen los últimos grandes tiempos, se aplica al Espíritu Santo. Y siguiendo esto, el primer estado se atribuye al Padre, el segundo al Hijo y el tercero al Espíritu Santo. Aunque de una u otra manera, el estado del mundo se reputa único, y único el Pueblo de Dios, y todas las cosas en conjunto son muestra del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Expositio in Apocalypsim, Minerva, Frankfurt, 1964 Es imprescindible desglosar, y discernir entre añagazas y rectitudes de esos diversos intentos del joaquinismo. Y compulsarlos con la seria teología de la esperanza no fijada ni cristalizada, sino abierta siempre al Futuro Absoluto, que son los tres estados de Joaquín. Con la Ley Santa del Padre, la Gracia del Hijo Redentor, y la Libertad del Espíritu, la persona se transfigura, la sociedad se reforma y el trabajo se redimensiona, desde y hacia el Reino. Muchos joaquinistas recayeron en la trampa de las tentaciones de los agentes pastorales, en contradictorias cuestiones organizativas eclesiales de mundanidad espiritual, mientras que el Reino escatológico se les volvió a escapar. Evangelii Gaudium, 76-109 Muchos otros no separaron el Misterio de la relación Mundo Iglesia Reino, pero distinguieron, con mayor o menor certeza y éxito en sus expresiones, uno del otro, lo que debemos agradecerles. 

    Y pedir perdón por las torturas y la brutalidad con que, en no pocas oportunidades, fueron tratados por quienes se arrogaban una ortodoxia impositiva obcecada e intolerante, que nada tenía de evangélica convivencia entre diferentes. El Papa Inocencio IV publicó en 1252 la bula Ad extirpanda. El encargado debe obtener de todos los herejes que ha capturado una confesión por la tortura, sin dañar el cuerpo o causar peligro de muerte. Los herejes en verdad son ladrones y asesinos de almas y apóstatas de los sacramentos y de la fe cristiana. Deben confesar sus errores y denunciar a otros herejes que conozcan y sus cómplices, encubridores, correligionarios o defensores. Pues así se obliga a los granujas y ladrones de bienes mundanos a delatar a sus cómplices y confesar los males que han perpetrado. La tortura es hoy un pecado gravísimo y un delito de lesa humanidad. Pobres de nosotros católicos si la Iglesia no estuviera en desarrollo de reformas constantes. Multiplicaríamos el número de fieles que nos abandonan. El memorial de las atrocidades del pasado en la sana teología de la liberación, es fuerza de transformación presente y futura.

    A ustedes se les ha concedido conocer los Misterios del Reino de Dios, a los demás se les habla en parábolas, para que miren sin ver y oigan sin entender.  Lc 8, 9-10 No tenían clara su fe en la Trinidad que hace de la Iglesia creada, santa y pecadora, su signo e instrumento. Y cuyo único triunfo es el triunfo de Dios. Él, que estará en medio nuestro hasta el fin del mundo y de la historia. Y nunca nos abandonará. Y con nosotros por gracia cooperante responsable, hará posible que haya laicos clérigos y monjes, pocos o muchos dando la vida por amor al Amor, que sigan sembrando el Reino. Hasta que Cristo regrese en la Resurrección Universal, nuestra definitiva identidad trinitaria. No introduce ningún απò μηχανῆς θεóς o Deus ex machina. No hay maquina ni rebusque artificial que ponga a Dios en escena para resolver problemas insolubles. Las ciencias, filosofías y teologías de la historia pueden dar caminos que la hagan más llevadera. En realidad la única dinámica en que puso toda su enfática querencia el abad cisterciense florense, basado en la Revelación, fue el dinamismo del trabajo servicial. Como en la Utopía de Tomás Moro en Inglaterra y del Tata Vasco en Michoacán. Utopías, 14, Año 2014, La Nueva Evangelización y la Pastoral Cual obras por el Reino realizadas en las Energías de la Trinidad. En esta etapa final de la historia, Joaquín no escamoteó el anuncio del Evangelio Eterno, el del Hijo del Hombre que, enviado por el Padre en el Fuego del Espíritu, no vino a ser servido sino a servir, y a entregar su vida en rescate por una multitud. Mt 20, 28 Pronto vendré, trayendo mi salario para pagar a cada uno según sus trabajos. érgon