195. Luchar contra las sombras y tinieblas del mal
espíritu, Jn 13, 1-5
Cuando el diablo ya había instilado en el corazón de Judas Iscariote,
hijo de Simón, el propósito de traicionarlo, Jesús empezó a lavar los pies de sus
discípulos. Los amó hasta el fin, regalándose hasta el extremo Eucarístico. La
vida de Jesús ha sido una lucha. Vino para vencer el Mal, para vencer al príncipe
de este mundo, el demonio. Lo hace con el Amor Supremo, atacando al mal con el
bien. Esta lucha debe afrontarla todo cristiano. El demonio tentó muchas veces
a Jesús. Él experimentó en su vida las tentaciones, así como también las
persecuciones humanas. Nos advirtió que los que queremos seguirlo, debemos
conocer bien cómo resistir sus insidias. Ef 6,
10-12 El mundo entero está bajo el
poder del Maligno. Pero Cristo ha venido y nos ha dado inteligencia para que lo
conozcamos y nos cuidemos de los ídolos. 1 Jn
5, 18-21
También nosotros somos sujetos del ataque satánico, porque el espíritu del mal no quiere nuestra transfiguración. Aborrece del testimonio cristiano. Ni quiere que seamos discípulos misioneros de Jesús. Estudiemos cuales son las elucubraciones del espíritu del mal para alejarnos, con su tentación, del camino de Jesús. La tentación tiene tres características. Debemos conocerlas en el Espíritu Santo para no caer en sus trampas. Primero comienza leve pero crece. Segundo, al crecer contagia a otros, se hace comunitaria. Y tercero, para tranquilizar y hundir a los tentados, se justifica. Crece, contagia y se autojustifica.
También nosotros somos sujetos del ataque satánico, porque el espíritu del mal no quiere nuestra transfiguración. Aborrece del testimonio cristiano. Ni quiere que seamos discípulos misioneros de Jesús. Estudiemos cuales son las elucubraciones del espíritu del mal para alejarnos, con su tentación, del camino de Jesús. La tentación tiene tres características. Debemos conocerlas en el Espíritu Santo para no caer en sus trampas. Primero comienza leve pero crece. Segundo, al crecer contagia a otros, se hace comunitaria. Y tercero, para tranquilizar y hundir a los tentados, se justifica. Crece, contagia y se autojustifica.
El diablo le dice a Jesús póstrate ante mí
y adórame. Rechaza al Único Dios. Mt 4, 8-11
Cae en la idolatría y traiciona a tu Abba. Es lo mismo que hizo con Adán y Eva.
Seduce con la falsa divinización. Las personas o las cosas, creaturas, se me
trastocan en dioses. El diablo habla como si fuera un gran maestro espiritual. Se
disfraza de ángel de Luz. Hasta puede disfrazarse de Jesús. Ahuyenta a los
ángeles que quieren venir a servirme y ayudarme.
Si la tentación no es rechazada de cuajo, crece. Se vuelve
más fuerte y contagia. Jesús lo muestra bien. El espíritu impuro piensa, buscaré a otros siete peores que yo, y
volveré a mi casa. Quien se creía liberado cae en un estado peor que al
principio. Lc 11, 24-26 Crece también
implicando a otros. Así sucedió con Jesús, el demonio implica a sus enemigos. Y
lo que parecía un pequeño hilo de agua se convierte en una marea putrefacta.
La tentación en puja crece, contagia a los
demás y se justifica. Jesús predica en la Sinagoga de Nazareth. Sus enemigos lo
menosprecian y disminuyen. Es un cualquiera. Vive en una Ranchería de
morondanga. Es Hijo del carpintero y de María. Sus hermanos y hermanas viven
con nosotros. Los conocemos, son gente inculta. Él nunca fue a una Facultad de
Teología. No tiene autoridad alguna. Todos
se enfurecieron y lo empujaron para asesinarlo. Y no te apedreamos por ninguna
obra buena, sino porque blasfemas. Siendo hombre te haces Dios. Lc 4, 16-30, Mt 4, 12-17, Jn 10, 33
Pensemos ahora en una habladuría o chisme
comunitario. Una difamación o murmuración tan condenada por el octavo
mandamiento. No darás falso testimonio ni
mentirás. Por san Benito, no ser
murmurador, RB, 4, 39 obedecer sin murmurar pues Dios ve el
corazón que murmura, 5, 14 Por encima de todo es menester que no surja
la desgracia de la murmuración en cualquiera de sus formas, ni de palabra, ni
con gestos, ni por motivo alguno, 34, 6
esto amonestamos ante todo, eviten
siempre la murmuración, 40, 9 presten sus servicios sin murmurar. 53, 20 Y el Código de Derecho Canónico, 220 A
nadie le es lícito lesionar de manera ilegítima la buena fama de que alguien
goza. Ni violar el derecho de cada persona a proteger su propia intimidad. La
denostación y violación de mi intimidad corporal, psíquica y espiritual pasan a
ser delitos.
No obstante, resulta que tengo celos y
antipatías de este hermano. Celos y antipatías interiores. No salen de mi
conciencia. De pronto siento que es necesario desahogarme, compartirlos. Voy a
otro y se lo digo. Tú has visto a ese tonto. Sí, es un pobre imbécil. Un
metomentodo y no sabe nada. La tentación crece y se contagia. Es la dinámica
diabólica de las detracciones y desautorizaciones. No hablen mal los unos de los otros. Mt 7, 1-5, Sant 4, 11-12 Todos estamos tentados de caer en ellas. Comienza
con suavidad. Crece en mi interior y por contagio. Al final, se da la razón.
Hay que orar y estar alertas. Cuando en nuestro corazón impuro sentimos algo
que terminará por destruir a las personas. Detengámonos a tiempo. Si no
crecerá. Contagiará. Lo justificaremos y será una putrefacta marea difamatoria.
Una ley de la vida espiritual es la lucha entre el Buen Espíritu y el mal espíritu. El kópos de Juan el Enano. Le preguntó un Padre a abba Juan Colobos, qué es un monje. Juan contestó, la lucha. Porque el monje lucha en todo trabajo. Los Dichos de los padres del desierto, nº 352 Pareciera algo desfasado del siglo XXI. Pero el diablo existe y existirá siempre. No seamos ingenuos. Aprendamos de Jesús, y de sus santos, cómo luchar contra la Dark Matter, de Meryl Streep Aidan Quinn y Kiu Ye. Ese lado oscuro que no está sólo en las galaxias. Nos acecha a todos muy dentro. Mezclado con las sombras de nuestro cuerpo, al reprimir, asfixiar y traicionar la Energía Vital que es la Libertad en Jesús. En vez de estar en comunión con los demás distintos, me aíslo. Acorazado y tenso, comienzo a odiar. La distorsión de la realidad y de los hechos es el rasgo distintivo de la enfermedad. W. Reich
Una ley de la vida espiritual es la lucha entre el Buen Espíritu y el mal espíritu. El kópos de Juan el Enano. Le preguntó un Padre a abba Juan Colobos, qué es un monje. Juan contestó, la lucha. Porque el monje lucha en todo trabajo. Los Dichos de los padres del desierto, nº 352 Pareciera algo desfasado del siglo XXI. Pero el diablo existe y existirá siempre. No seamos ingenuos. Aprendamos de Jesús, y de sus santos, cómo luchar contra la Dark Matter, de Meryl Streep Aidan Quinn y Kiu Ye. Ese lado oscuro que no está sólo en las galaxias. Nos acecha a todos muy dentro. Mezclado con las sombras de nuestro cuerpo, al reprimir, asfixiar y traicionar la Energía Vital que es la Libertad en Jesús. En vez de estar en comunión con los demás distintos, me aíslo. Acorazado y tenso, comienzo a odiar. La distorsión de la realidad y de los hechos es el rasgo distintivo de la enfermedad. W. Reich