domingo, 25 de septiembre de 2011

24. El camino del ADN, la ingeniería genética y la biblioteca histórica que nos forma: Gen 5, 1 – 6, 8



    Adán vivió en total novecientos treinta años, y al cabo de ellos murió. Cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la tierra y le nacieron hijas, los hijos de Dios vieron que estas eran hermosas, y tomaron como mujeres a todas las que quisieron, y nacieron los gigantes, héroes famosos de la antigüedad. Y el Señor se arrepintió de haber hecho al hombre y sintió pesar en su corazón; y dijo, voy a eliminar al hombre, junto con las bestias, los reptiles y los pájaros del cielo. Pero Noé fue agradable a los ojos del Señor. Azul, 26 de Junio de 2001, Hago un viaje bosquejado por el genoma humano, para decodificar nuestra historia, al año del anuncio de Clinton y Blair de que se había completado el borrador preliminar de la primera especie que leyó su propio manual de instrucciones para construir y hacer funcionar el cuerpo humano.
    Hace 15.000 millones de años, se produjo el big bang. Hace 5.000 millones de años una supernova explotó y dio origen a la estrella sol, los nueve planetas y sus satélites. Hace 4.000 millones de años nació LUCA: Last Universal Common Ancestor, que sigue presente en nuestros genes, de cuyas 120 letras  es el gen más pequeño. Durante 3.000 millones de años, billones y billones de unicelulares se reproducen y mueren cada pocos días. Hace 1.000 millones de años comienzan los multicelulares, y cuando hay cerebro éste se hace cada vez más complejo; insectos, peces, dinosaurios. Hace 10 millones de años dos especies de simios vivían en África, el ancestro del gorila y el ancestro del chimpancé y del ser humano. Hace 5 millones de años nacieron el chimpancé con 24 pares de cromosomas, y el ser humano con 23 pares de cromosomas. El hombre se produjo por una fusión de dos cromosomas de tamaño medio del chimpancé, correspondientes al cromosoma 2 del ser humano. De allí la broma genética de que el alma estaría en el centrómero del 2, debida al mensaje de Juan Pablo II, en 1996, a la Academia Pontificia de Ciencias de que entre los monos ancestrales y el ser humano hay una discontinuidad ontológica pues Dios infundió el alma en el animal. Somos chimpancés en un 98 %.
    El cuerpo humano tiene cien billones de células de menos de una décima de milímetro. Dentro de cada célula está el núcleo y dentro del núcleo dos series completas de 23 cromosomas: 22 autosomas y 1 sexuales: XX: mujer, XY: varón; menos en los óvulos, X y espermatozoides, X ó Y donde hay una sola serie, y en los hematíes, donde no hay ninguna. El cromosoma 1 es el más grande, el X está entre el 7 y el 8, y el Y es el más pequeño. El genoma es como un libro, en el principio fue la palabra o código, hay 23 capítulos llamados cromosomas, 2 metros si los extendemos y unimos extremo con extremo; cada capítulo o cromosoma contiene varios miles de historias llamadas genes.
    Cada historia o gen está compuesta de párrafos llamados exones con anuncios intercalados llamados intrones. Cada párrafo-exón está compuesta de palabras llamadas codones. Cada palabra-codón está escrita con letras llamadas bases. En realidad es un idioma de cuatro letras-bases que utiliza sólo tres para cada palabra: A o Adenina, C o Citosina, G o Guanina, y T o Timina. Hay mil millones de palabras en este libro, 800 Biblias. Es el libro más gigante más pequeño. Varias decenas caben en la cabeza de un alfiler.
    El genoma es muy inteligente, se replica por copias de ADN o ácido desoxirribonucleico. Las dos cadenas helicoidales de ADN se ajustan entre sí como la mano al guante, entonces se separan y la mano pasa a actuar como molde en la formación de un nuevo guante, mientras que el guante actúa como molde de una nueva mano. A se une con T y C con G;  y traduce, por medio del ARN o ácido ribonucleico, el arquiarquetipo de la vida que une el ADN con las proteínas, en vez de T o Timina tiene U o Uracilo, y logra montar los veinte aminoácidos  para todas las proteínas que forman la estructura de nuestro cuerpo.
    Cuando los genes se replican, a veces se producen errores, se pasa por alto una letra-base o se introduce otra. Se duplican, omiten o invierten párrafos-exones completos. Esto se conoce como mutación. Acumulamos cien mutaciones por generación. En el proceso de cambio, desde el ancestro del chimpancé y el ser humano, al ser humano actual, los genes dejan un registro de nuestra biografía de unos 5 millones de años. En nuestros genes está grabado el registro de todo nuestro pasado. Esta biblioteca muestra que las diferencias entre el chimpancé y el ser humano son, ante todo, diferencias genéticas. Los genes son como recetas de proteínas, las mutaciones, naturales o artificiales con rayos X, son proteínas alteradas fabricadas por genes alterados.
    Hay que tener en cuenta  que la  genética es digital, después  del descubrimiento de Watson y Crick de la doble hélice del ADN, hemos descubierto el secreto de la vida, en 1953, el código máquina de los genes tiene un extraño parecido al de los ordenadores, o mejor nuestras PC se parecen al código genético. La genética ha revolucionado la antropología, la psicología, la medicina, la paleontología y todas las ciencias. El prestar otra vez atención a las leyes del sacerdote agustino austríaco Gregor Mendel +1822 y su jardín, ha hecho dar a la biología un salto más grande que el de la física en el siglo XX con la desintegración del átomo.
    Aunque el ser humano es más que sus genes, lo que sucede es que hasta hoy lo genes eran un completo misterio. Por ejemplo hoy sabemos que la tabula rasa de la naturaleza humana jamás existió, y así como nadie duda que los genes conforman la anatomía también conforman la conducta por el instinto, no sabemos qué porcentaje hay en nuestro lenguaje de cultural e instintivo. Somos una especie con amplio éxito numérico-ecológico, pero las especies no duran más de 10 millones de años, y nosotros tenemos sólo cinco millones, que para los 4.000 millones de años que lleva la vida en el planeta, es como una nota al pie de página. Además homínidos como los australopitecinos, 3, 6 millones de años; el homo hábilis, 1, 9 millones de años; el homo erectus, 1 millón de años;  y el homo sapiens, 200.000 años; se extinguieron no sabemos cómo, entre varios otros homínidos,  y hoy sólo tenemos al homo sapiens sapiens de 20.000 años. Somos unos recién llegados, pero no en Cristo, el Primogénito de la creación; que nos contempla con Amor, desde antes del Big Bang, en el Origen.
    Ya se han identificado los genes de más de 1.200 enfermedades. En el 1, cáncer de próstata. En el 2, cáncer colonrrectal. En el 3, demencia. En el 4, poliquistosis renal. En el 5, atrofia muscular espinal. En el 12, inflamación intestinal. En el 13, cáncer de mama y páncreas. En el 15, epilepsia juvenil. En el 18, diabetes mellitus. En el 21, Síndrome de Down. En el X, daltonismo y hemofilia. En el Y, disgenesia gonadal y ADN mitocondrial, sordera. Pero lo genes no producen sólo enfermedades. Poseen informaciones preciosas sobre vida, especie, historia, destino, ambiente, inteligencia, instinto, conflicto varón mujer, personalidad, egoísmo, inmortalidad, política, eugenesia, libre albedrío. Matt Ridley, Genoma.
    No se trata sólo de ADN recombinante, farmacología, terapia genética o clonación. En los 30.000 genes de la biblioteca que trae cada ser humano, el diálogo de esta biblioteca con la Biblioteca Bíblica y la Biblioteca Infinita, y con la ética y espiritualidad católica se acaba de iniciar recién hoy. Los descubrimientos científicos tienen lados positivos y negativos. Ya comenzamos con las plantas y los animales sin saber del todo lo que pasará con los ecosistemas. Se está pasando a unir gametos humanos y de animales; o gestando embriones humanos en úteros animales; y se está intentando la clonación del ser humano.
    La UNESCO proclamó en 1997 la Declaración universal del genoma humano, saliendo al encuentro, entre otras cosas, del peligro de discriminación. El genoma humano es la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su dignidad y diversidad intrínsecas. En sentido simbólico, el genoma humano es el patrimonio de la humanidad. En su estado natural no puede dar lugar a beneficios pecuniarios. Y cada individuo tiene el derecho al respeto de su dignidad y derechos, cualesquiera que sean sus características genéticas. Por eso nadie puede ser objeto de discriminaciones fundadas en sus características genéticas; y se deberá proteger la confidencialidad de los datos genéticos asociados a una persona identificable.
    No sabemos si terminaremos gigantes heroicos o enanos centauros, pero en el Arco Iris tenemos la certeza de que se nos ha abierto otra fabulosa biblioteca de esperanza donde no se deberían dar rupturas sino evolución homogénea. Nuestro espíritu, en el Espíritu, siempre va más bien allende que aquende. Dios no romperá su Alianza con nosotros, sea en el Más Acá o en el Más Allá.

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