domingo, 25 de septiembre de 2011

25. Dan Millman, El camino del guerrero pacífico, Peaceful Warrior, vivencia: 2 Tim 2, 1-7


     Soporta las fatigas conmigo, como buen soldado de Cristo Jesús. Nadie que se dedica a la milicia se mezcla en los asuntos de la vida civil. El atleta no recibe el premio si no compite según las reglas. Y el labrador que trabaja es el primero que tiene derecho a percibir los frutos. Entiende lo que quiero decirte, y el Señor te dará inteligencia en todo. Los caminos pastorales que da san Pablo, o quien los haya redactado inspirado en la teología de Pablo, en las dos cartas a Timoteo y la carta a Tito, toman aquí tres comparaciones proverbiales de todas las culturas, el soldado, el atleta y el labrador.
    San Benito nos invita a los cenobitas a militar bajo una regla y un abad. Y san Ignacio de Loyola, cómo Cristo llama y quiere a todos bajo su bandera, y Lucifer bajo la suya; y así como el pasear, caminar y correr son ejercicios corporales; así también abandonar los apegos, buscar el proyecto de Dios en mi vida y colaborar en la salvación del mundo, son ejercicios espirituales.
    Dan Millman, nacido en Los Ángeles en 1946 de una familia adinerada, usará esas dos categorías en sus libros, pues en sus años en el Colegio tuvo pasión por la gimnasia. A los 17 entró en la Escuela de Humanidades de la Universidad de Berkeley, donde comenzó a participar en campeonatos nacionales e internacionales; y al año siguiente, ganó el Campeonato Mundial de Trampolín en Londres, y fue admitido en el equipo olímpico de los Estados Unidos. Al tercer año de su carrera, pocas horas antes de partir para un encuentro atlético en Yugoslavia, sufrió un accidente de moto, fracturándose la pierna derecha en varias partes lo que derrumbó sus sueños olímpicos. El diagnóstico fue que no podría practicar más gimnasia, y que el accidente le dejaría secuelas de por vida. Pero se recuperó en un año a base de ejercicios psicosomáticos. Volvió a liderar el equipo atlético de su Universidad y ganó Campeonatos Nacionales. Pero su experiencia de sufrimiento en el accidente, y su posterior convalecencia, lo cambiaron y empezó a plantearse las cuestiones trascendentales de la vida y su sentido.
    Licenciado en su Universidad, pasó los años siguientes impartiendo clases en las Universidades de Oberlin, Stanford y Berkeley. Sus cursos incluían una preparación atlética, así como los aspectos mentales y emocionales que intervienen en la gimnasia. Durante ese período, viajó por Europa y Asia, enriqueciendo sus conocimientos occidentales con la sabiduría de oriente, y se inició como escritor. En su primer libro, El Atleta Guerrero, explica las lecciones del entrenamiento atlético aplicadas a la vida cotidiana. Su segundo libro, El Camino del Guerrero Pacífico, es una novela autobiográfica entrelazada con ficción, en la que describe sus experiencias en la Universidad, su inusual encuentro con su maestro Sócrates, y las lecciones que saca de la adversidad.
    Este libro con un mensaje central, en la línea del zen budista, se convirtió en un clásico de la literatura espiritual interreligiosa que engloba varias tradiciones espirituales del mundo. Superó el millón de ejemplares y ha sido traducido a 21 idiomas. En adelante Dan fue contratado por el gobierno para tratar a grupos de jóvenes drogadictos. También ha preparado a agentes de la salud, terapeutas, deportistas, psicólogos y otros en los campos de las potencialidades humanas y del desarrollo espiritual. Sus libros constituyen una serie formativa, y en Inteligencia Espiritual relata la incidencia de las Leyes de la Naturaleza en la vida cotidiana. 1. La Ley del Equilibrio. 2. La Ley de las Elecciones. 3. La Ley del Proceso. 4. La Ley de la Presencia. 5. La Ley de la Compasión. 6. La Ley de la Fe. 7. La Ley de las Expectativas. 8. La Ley de la Integridad. 9. La Ley de las Acciones. 10. La Ley de los Ciclos. 11. La Ley de la Rendición. 12. La Ley de la Unidad. Y en Intervenciones Divinas cuenta 50 relatos de misterios y milagros históricos.
    En 2008 se estrenó Peaceful Warrior con el asesoramiento de Millman; con Scott Mechlowicz, *17 de enero de 1981, como Dan Millman; y Nick Nolte, *8 de febrero de 1941, como Sócrates; bajo la dirección de Víctor Salva. Tanto el libro como la película dan pie a una fructífera Lectura y Cine espiritual en unión con la Lectio et Visio Divina ya que los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible. 1 Cor 9, 24-27
    Son numerosas las Consideraciones que nos plantean, estrellas que juntar para quedarnos con las buenas, el Reino es como una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces, cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. Mt 13, 47-50
    Verbalizo algunas. La crisis de la juventud, el pasaje de los idealismos fascinadores a la dura realidad con sus verdaderos ideales. La importancia del acompañamiento espiritual para madurar. El regalo y la tarea de encontrar a un hombre sabio que nos transmita el arte de aprender a vivir con plenitud. Las premoniciones psíquicas, como las pesadillas y sueños recurrentes obsesivos. El paso de la euforia a la depresión. El poder curativo de las crisis. Stanislav y Christina Grof El decidirse por Dios o por el Oro de Mamona. La competitividad malsana que destruye vidas y amistades. La valía de la soledad y la meditación retornando a la intimidad de mi interioridad donde comienzo a encontrar mis respuestas creativas personales, y la inspiración. Aprender a escuchar en silencio. La adquisición de caminos no sólo intelectuales sino vivenciales que nos transfiguran. El instante presente, aquí, ahora, este momento. Todo está en proceso, la vida es un misterio paradójico, sentido del humor, no hay cosas ordinarias, todo es maravilloso. Vaciarse de la basura de las preocupaciones pues mi sí mismo no es lo que mi falso yo piensa, imagina o siente. Despojarse de todo ante los ladrones y darles el manto cuando te piden la túnica, tema recurrente en los padres del desierto. No somos mejores ni peores que los demás sino iguales y complementarios. El viaje es lo que nos hace feliz, no la meta. El encuentro del joven con el anciano. Todo tiene un propósito en la vida, también el mal. Las presencias y ausencias del acompañante espiritual. La primera realización de un guerrero es no saber. La aparición del Doble Oscuro y su superación. La relación entre ejercicios corporales, psicológicos y espirituales. El que los sabios sean simples servidores, ya algo decrépitos, escondidos en gasolineras. No dejar de perseguir lo que se ama y encontrar la felicidad en lo que se hace, con absoluta vulnerabilidad. La gozosa seriedad de formalizar un matrimonio, una familia y un servicio.
    Los ejercicios corporales sirven para poco; en cambio la piedad es provechosa para todo, pues tiene la promesa de la Vida. 1 Tim 4, 8 Sin quitar importancia al cuidado del cuerpo, Millman establece una escala de valores sana y atrayente donde lo espiritual está en la cumbre. Aunque Jesús no aparezca explícito, recorre el film con la exclamación americana Jesus. Sería una mala práctica querer que cada libro o maestro espiritual me lo ofrezcan todo, su fragmento injertado en el Resucitado irá construyendo el Vitraux de la Totalidad de Cristo. Y así como las Filosofías, las Ciencias y las Humanidades nos ayudan mucho a entender al Misterio de la revelación cristiana, así estos planteos de la razón, y de las religiones y sabidurías del mundo, complementan nuestra fe y nos dan nuevas comprensiones y lenguajes. Es la fe a la búsqueda de inteligibilidad en el aquí y ahora histórico que nos ha tocado en la Providencia amorosa de la Trinidad. Para los Padres de la Iglesia seguir la ley natural y seguir a Cristo no son opuestos. La ley natural proporciona una base a completar con la moral bíblica, con la Nueva Ley que nos hace libres, Sant 1, 25 al servicio del Amor. Gal 5, 13. Comisión teológica Internacional, En busca de una ética universal, nueva mirada sobre la ley natural, Libreria Editrice Vaticana, 2009
    Apenas llegué a México para servir en la Capellanía de El Encuentro, el 22 de julio de 2008, dormí pocas horas en un Hotel del DF y me levanté a las 5 de la madrugada. Debía esperar a dos Hermanas que me acompañarían a celebrar la Eucaristía en La Villa junto a María de Guadalupe. Tomé el control remoto y al oprimir Power apareció Peaceful Warrior. Su música, su enseñanza, su penetración en el sacramento del momento presente en Jesús, tan vivido en Spencer en la década de los 60, fueron como un signo de Dios para iniciar mi nueva misión. El pasado es historia, el futuro es misterio, sólo este momento es un regalo, y por eso lo llamamos a Present. Releer a Eckhart Tolle y Anthony de Mello me ayudaron a seguir profundizando. El zen es el arte de ver dentro de la naturaleza del propio ser y de señalar el camino que conduce de la esclavitud a la libertad. El zen libera las energías acumuladas en nosotros, que de ordinario las tenemos obstaculizadas o deformadas, sin canal adecuado para su expresión, por eso el zen nos salva de la locura de la parálisis. Da libertad a los impulsos creadores y benevolentes que yacen en nuestro corazón. Por lo general estamos ciegos ante el hecho de que ya estamos en posesión de todas las facultades necesarias para ser felices y amarnos los unos a los otros. D.T. Suzuki y Erich Fromm, Budismo Zen y Psicoanálisis Millman y Tolle, que se conocen bien y se apoyan, estarían de acuerdo.

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