miércoles, 25 de junio de 2014

201. Benito, humildad y exaltación, de Babilonia al Cenáculo, Hech 2, 5-11, Jn 7, 54-57
 

    Todos los oímos proclamar en nuestras propias lenguas las maravillas del Señor. El Cenáculo se ha transfigurado en un inicio de la Nueva Jerusalén. Entre Babilonia, adonde después del cainismo y el diluvio, lleva el drama del pecado original, y la Ciudad de la transhistoria, está el Cenáculo. Con el servicio mutuo del lavado de los pies más allá de toda exclusión antipatía y fastidio, el mandamiento nuevo del amor, el sacerdocio, la Eucaristía, las apariciones del Resucitado y la visita del Paráclito que descendió sobre María y los 120 discípulos, dando lugar a la Iglesia en Salida. Todo rompecabezas de diferentes se recompone, en la alegre coincidencia de los opuestos.
    Babilonia es la confusión y dispersión en desunión debido a la soberbia e ignorancia desastrada que nos hace imaginar que nuestros lenguajes, ideologías y tecnociencias nos pueden levantar al Cielo. En la Revelación primero debe caer Babilonia, refugio de demonios, que con sus encantos y prostituciones sedujo a todos los pueblos, Ap 18 antes que se realice la boda del Cordero con la Nueva Jerusalén que baja del Cielo cual puro Regalo de Jesús. En el entretiempo de nuestras pequeñas y humildes obras, c. 7 eso lo comienza a hacer el Cenáculo de la cultura del Encuentro. En vez de oponernos y contradecirnos por nuestros dimes y diretes, el Espíritu crea la Unipluriformidad. Diversas lenguas convergen por el Verbo en un solo Padre. El pecado, no los rascacielos como el de Dubái de 828 m, sino las torres que quieren por sí mismas meterse en el Cielo. Como esto es imposible para nuestra naturaleza, hemos de pedirle al Señor que nos conceda la asistencia de su Gracia. Pról., 41 Ésta incluye, nunca excluye. Por el pecado todo lo desconciliamos. Jesús Hagnós Inmaculado vuelve a reconciliarlo en los Tres.
    Si no fuera por todos, nadie sería nada. Pero lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre. Mafalda de Quino Contra esta tiranía del poder injusto, Jesús es claro. A nadie en esta Tierra llamen Padre, o Madre, porque no tienen sino uno solo, el Padre que está en el Cielo. Y ustedes son todos hermanos. Mt 23, 8-9 Nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Mt 11, 27 La misión conjunta del Paráclito lo refuerza. La prueba de que somos hijos, y en consecuencia todos hermanos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo, Abba, Padre. Ya no somos esclavos sino hijos. Gal 4, 6-7 Querer ser padre patrón es enzarzarse en imponer mis propias voluntades de tirano iluminado sobre los otros. En vez de buscar todos juntos en comunión y discernimiento crítico el hágase Padre tu Voluntad en la tierra y en el cielo. Esto no quita el servicio de los superiores, quienes deben ser notables por su discreción y claridad de lenguaje. Diálogos, 3   
    Cada comunidad monástica es figura de la Iglesia, signo e instrumento de la unión de los hermanos con la Trinidad, entre ellos y con el universo. Nadie es cristiano a título individual, sino en pertenencia eclesial. No se puede conocer a Jesús sin conocer y amar a su Iglesia y a mi familia o comunidad concreta. Evangelizar al Resucitado pide preparar, discernir, desaparecer. Benito, que después de comulgar muere de pie, sabe que tiene prohibido anunciarse a sí mismo. Sólo debe prepararle el camino a la Totalidad de Cristo. Enseñar a distinguir la verdad de la mentira, con el discernimiento madre de todas las virtudes. Y abajarse, disminuir y desaparecer para que el Señor crezca en sus hijos. Creer Discernir Evangelizar.
    El Cenobio es una Escuela al servicio de Jesucristo. Vengan a mi Escuela, carguen con mi yugo, y aprendan de Mí que soy manso y humilde de corazón y encontrarán el descanso para sus psiquis. Mt 11, 28-30 Sin descuidar las relaciones horizontales, cc. 63 y 69-72, Blog 4 el acento está puesto en la verticalidad. En Jesús Maestro, Señor y Padre de quien hay que aprender, a quien hay que servir cual la Imagen de Dios Padre. Para Benito la paternidad del abad o la maternidad de la abadesa, vicarios de Cristo para el monasterio, están muy por encima de toda fraternidad fácil. Sin Padre y Madre no hay posibilidad de hijos ni de hermanos. Esta es la gravitas, el peso del carisma benedictino, contra toda levitas o frivolidad, toda insoportable levedad del ser. Milan Kundera
    El paternalismo tiene peligros, cuando es castrador, deja en la inmadurez y codependencia a los hermanos, o se vuelve despótico. El peligro del fraternalismo, diferente de la fraternidad rodeando en koinonía al Resucitado, es hacer de la comunidad una consulta psicológica, una empresa u ONG humana sin una antropología seria trascendental y relacional en la Trinidad. El ser humano, varón y mujer, no es un espíritu encerrado en un cuerpo, y menos uno más en el conjunto de la naturaleza, pura materia en evolución. Sus relaciones y su trascendentalidad superan todo el universo creado. El Dios de Abraham de Isaac y de Jacob, el Padre de Jesucristo, se ha hecho en el Espíritu Santo, el Misterio Supremo del hombre. Eso es lo que Benito deja claro.
    Por ello el Prólogo comienza con el Escucha, hijo, los preceptos del maestro. Cumple con eficacia la admonición del padre piadoso, a fin de que retornes por el trabajo de la obediencia a Cristo de quien te habías apartado por la desidia de la desobediencia. Ese maestro y padre es Benito, el abad. Pero termina, por el proceso de la politéia monástica y la fe, dilatado el corazón, se corre con la inenarrable dulzura del amor, por el camino de los mandamientos de Dios. De modo que no apartándonos jamás del Magisterio de Jesús, perseverando en su doctrina hasta la muerte en el monasterio, participemos en su Pasión por la paciencia, y merezcamos acompañarle en su Reino. San Benito ha desaparecido, sólo queda la Luz del Crucificado Resucitado.
    Resplandecen las tres virtudes teologales. Desaparecer creyendo, fundamento de la espiritualidad. Desaparecer amando, su total elevación. Desaparecer esperando en Dios y en su Gracia. 4, 41, 7, 39  Porque al Orar Leer Trabajar, huyendo de la ociosidad que es enemiga del alma, 48, 1 llegaremos a las más altas cumbres, pervenies. Su última palabra, reafirmada con un rotundo Amén.
    Como su enfermedad se agravaba, al sexto día se hizo llevar por sus discípulos al Oratorio. Allí se fortaleció para la salida de este mundo, con el Cuerpo y la Sangre del Señor. Y apoyando sus débiles miembros en manos de sus discípulos, permaneció de pie con las manos levantadas al cielo. Y exhaló el último espíritu entre las palabras de la oración. Diálogos, 37
    El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y Yo en él. Así como Yo vivo por mi Padre, el que me come vivirá por mí. La Eucaristía revela el proyecto de Amor que guía toda la historia de la salvación. En Ella el Dios Trinidad, que es el Amor, se une a nuestra humanidad pecadora herida de soberbia. Bajo las apariencias de pan y vino, Jesús se nos entrega en la cena pascual, en muerte resurrección y Retorno Final. Nos comunica su Vida Divina en este Misterio de la Fe que no es otro que el Misterio del Amante del Amado y del Amor en el que participamos por Gracia.
    Al autorevelarse en la Eucaristía, al darse a comer y beber Él mismo, Jesús nos revela nuestro propio Misterio. Ese que nunca podrá darnos una antropología inmanente centrada en el hombre y en las criaturas, en las solas ciencias psicologías y filosofías humanas. La soberbia de preferir comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, Gen 2, 9 decidir por mí mismo qué es bueno y que es malo sin preguntar a Dios y a su Pueblo al que pertenezco, siga tan activa en nosotros como en Adán y Eva.  El séptimo grado de humildad consiste en que no sólo se proclame con su lengua el último y más vil de todos, sino que lo crea así con íntimo sentimiento del corazón, diciéndose soy un gusano no un hombre, oprobio de todos y deshecho del pueblo. Bueno fue aprender la humildad, así encontré los Mandamientos de Dios.
    Diferenciemos entre humildad, humillar y humillado. La humildad es una virtud o energía muy propia de Jesús que consiste en la moderación del deseo desordenado por mi propio ego o excelencia. Humillar es un pecado sádico, y a nadie le está permitido cometerlo. El humillado es un neurótico alfombra masoquista, le gusta que lo pisen, rechacen, castiguen y lo muelan a palos injustos. La humildad que nos pide la pertenencia al Pueblo de Dios es estar contento de ocupar el último lugar, ceder el sitio a los otros para que crezcan, yo disminuya y Dios se manifieste, y vivir bien con las diferencias generacionales, jóvenes Promesa, adultos Servidores, Ancianos Memorial. La Eucaristía, el Hombre Dios lavándonos los pies y alimentándonos, nos hace a todos esclavos inútiles, cooperadores con el plan de Dios. Blogs, 180, 181, 182
    Cristo nos muestra la verdadera antropología teológica trascendental. Mi misterio no soy yo, sino el Padre el Verbo y el Espíritu inhabitándome. El varón y la mujer, distintos y complementarios, en relación con Dios los ángeles los hombres y el cosmos somos imágenes y semejanzas de la Trinidad. En consecuencia nuestro alimento no puede ser sólo el pan material. Tiene que ser el Pan de la autocomunicación de las Tres Personas en el Verbo hecho carne, la Imagen Suprema del Dios Invisible, el Primogénito de toda la creación, en quien y para quien conexisten todas las creaturas. Col 1, 15-17 Vivo por Él. La humildad es el olvido de mi egolatría reemplazada por la Presencia de la Trinidad, mi verdadera identidad y misterio. Lo más contrario a la humildad es la preocupación por mi egoísmo. Dado que en el monacato no hay otro fin que la búsqueda de Dios, si no hay humildad enloqueceré tarde o temprano.
    La Eucaristía nos libera de las idolatrías e ilusiones de pensar que mi felicidad puede venir de afuera, de las creaturas, cuando yo ya soy la fuente viva de toda felicidad. Al tenerlo a Jesús por la fe en mi corazón, de mi seno brotan torrentes de Agua Viva. De ahí que la Felicidad perfecta no puede obtenerse en esta vida, sino en la Vida Eterna, en la Luz del Resucitado. Mientras peregrinamos podemos, sin embargo, alcanzar una felicidad imperfecta que consiste en la vida verdad y amor de la Trinidad en Todo y en ser virtuoso. Y de manera instrumental, añadiduras prótesis, en la salud del cuerpopsiquis y en los bienes creados, ninguno esencial sino accidental.
    Son instrumentos creados de la Infinita Melodía de Dios. Pianos, tambores, trompetas sobran, y a ninguno de ellos debo apegarme. Pobre de mí si cada vez que una persona o una cosa añorada se van, mi orquesta dejara de sonar. Cuando te amo, te quiero independiente de mí, no pegado a mí sino enamorado de la Eucaristía. Necesidades pecaminosas nos hacen equivocar el Camino. Yo en Cristo, ya soy la felicidad, la vida la verdad y el amor. Si me duermo en el pecado, entonces nacen las fantasías, las ilusiones y las miserias de que soy infeliz porque me falta esto o aquello. Si oprimen el botón de la alabanza, estoy eufórico. Si el de la crítica, caigo en la depre. La Eucaristía nos despierta de ese sueño, pesadilla de tinieblas y sombras de muerte. Despierta tú que duermes. Come la Carne y bebe la Sangre. Tienes la Totalidad de la Felicidad. Benito nos muestra que la única bienaventuranza está en tomar por guía el Evangelio, al mismo Jesús, caminando de Babilonia al Cenáculo, y del Cenáculo de la cultura del Encuentro, al Reino de los Cielos. Pról., 21
    

sábado, 14 de junio de 2014

200. Las flores del cerezo, parábola de Transfiguración, 2 Cor 5, 16-21 y Ap 21, 1-8

    Quien vive en Cristo, que por nosotros murió y resucitó, es una Nueva Creación, lo viejo ha desparecido. La Totalidad se ha hecho Nueva. La Biblia insiste con la Categoría de lo Nuevo, repitiéndolo de mil formas. Nueva Alianza, Nuevo Adán, Nueva Jerusalén, Nuevo Mandamiento, Nueva Creación, Nuevo Cántico, Nuevo Corazón, Nuevo Espíritu, Nuevo Hombre, Nuevo Vino, Nuevo Cielo, Nueva Tierra, Nueva Enseñanza, Nuevos Odres, Nuevas Lenguas, Nueva Vida, Todo Nuevo. Jesús Dios es la Singularidad Absoluta que transfigura Todo en Nuevo.
    Lo viejo, no la ancianidad ni lo antiguo, es el mal, el demonio, el pecado, la corrupción y la muerte. La Fuente el Camino y el Fin de todo lo Nuevo es el mismo Dios hecho carne, crucificado y resucitado. El deseo del Hombre Nuevo está enraizado en nosotros. Peregrinamos en medio de innumerables deficiencias, entre el Paraíso perdido y la Consumación Universal que anhelamos. Nada nos exime de la vigilancia frente al demonio y a la relajación secularizante que pueden atravesar el matrimonio, la familia y el monacato. Todos estamos expuestos al desgaste, al mal y la traición. Advertimos la desproporción entre la grandeza de nuestra vocación y de nuestras miserias. Entre la sublimidad de la misión y nuestra fragilidad humana. Los católicos deberíamos manifestar algo más un inicio de lo Nuevo. Conascendidos con el Resucitado ya estamos entrando en su Nueva Dimensión. Participando en su naturaleza humana que está en su Nueva Transfiguración. Invisibilizado en el Seno del Padre y donándonos la Sabiduría y el Amor del Espíritu.
    Para nuestra desdicha solemos mostrar caras de viejos escarificados por los chaquetazos de la vida. Hay un peso de sombras que nos jala hacia el abismo de los vicios y la mundanidad. Dicen que el hombre es un animal de costumbres, más bien de costumbre el hombre es un animal. Sería más progresista preguntar adónde vamos a seguir, en vez de adónde vamos a parar. Si no, paren al mundo, que yo me quiero bajar. Mafalda No nos dejemos robar el subir, el volar hacia lo virtuoso y celestial. Sentir que el Nuevo Viviente nos llama a entrar por la Puerta abierta en el Cielo. Ap 4, 1 Ser el joven neanískon que en Marcos anuncia al Resucitado. Y desde Jesús Sol, como pálidas luces de lunas que reciben de Él la Luz, obrar para transformar. Al menos mi pequeño jardincito en lo Nuevo. 
    La teología dogmática entiende que su tarea más importante consiste en actuar de intermediaria entre la automanifestación libre de Dios en Jesús de Nazareth y las orientaciones éticas y espirituales del hombre en las circunstancias concretas de su mundo. El interminable proceso de la apropiación de la fe por el entendimiento humano está marcado por esa tensión entre la validez definitiva de la autodonación y autocomunicación de Dios en la historia y los intentos, una y otra vez renovados, por traducirla a los cambiantes horizontes de comprensión, y a los diferentes contextos de los destinatarios de la revelación. Müller, Gerhard Ludwig, Dogmática. Teoría y práctica de la teología, Herder, Barcelona, 2009, 921 p. Es lo que tratamos de hacer cual simples artistas. Teólogos copistas de Retazos. Unir Ipsa Persona Veritatis, san Agustín con el Logos teológico de los pueblos.
    Las flores del cerezo, 2008, Kirschblüten, Hanami es una película de la polifacética alemana Doris Dörrie, *Hannover, 1955 escritora, guionista, directora de cine, teatro, televisión, ópera, Così fan tutte de Mozart con Barenboim, Turandot con Pagano, Madame Butterfly con Stahl, Rigoletto con Mehta, La finta giardiniera con Bolton  y docente de Dramaturgia y Guión en la  Hochschule für Fernsehen und Film München. Estudiosa de psicología, filosofía y cultura japonesa, tiende a centrarse en las interrelaciones hombre mujer, matrimonio y familia, homosexualidad, la evolución del yo, y la transformación generacional y humana a través de los años.
    Los esposos católicos Trudi und Rudi Angermeier viven en una aldea al sur de Baviera, cerca de Weilheim y la frontera con Suiza, Liechtenstein y Austria. Al borde de la vejez, él está a un año de jubilarse en un puesto burocrático y anodino. Metódico y serio hace todos los días lo mismo. An apple a day keeps the doctor away. Preferiría que nada cambiase. Es Director del Departamento de desechos. Prestar atención a la escoba con la que comienza su liberación al bailar Butoh, las aspiradoras, separación de metal papel plástico. Y en el crematorio, el barrer de un hueso calcinado de sus cenizas, caído sin querer. Sus tres hijos, Karolin lesbiana en pareja con Franzi, y Klaus casado con Emma que tienen dos niños, viven en Berlín. Karl, el mayor idealizado, es un workaholic como su padre, está en Tokio, soltero.


    Trudi es una bailarina de Butoh que Rudi le pidió dejar. Más sensible, fuerte y romántica, se acopla a su esposo, lo ama, lo entiende. El matrimonio se lleva bien con delicados signos de cariño. Provincianos que no han captado que es mejor ir a un hotel y no a estorbar en la casa de sus hijos cuando van a visitarlos. Éstos ya son independientes y lejanos. No malos, sí algo desamorados y postmodernistas autocentrados en su bienestar. Un besito y adiós. Tenemos otras cosas que hacer, mucho más importantes que estar con ustedes. Son la generación de los celulares, los trabajos estresados, con diversiones y opciones muy distintas. A los padres les parecen seres desconocidos. Los contemplan desde lejos, extrañados, con respeto y ojos enrojecidos. Están sanos, basta. Se da un parecido con Everybody's Fine, 2009 de Kik Jones, un remake melancólico de la triste e irónica Stanno Tutti Bene, 1990 de Giuseppe Tornatore. No obstante la alemana se centra más en el trascender del matrimonio, que en la reconciliación con los hijos que se alejan de las expectativas por las que se sacrificaron sus padres. Frank Goode, Robert De Niro revistió de PVC un millón de kilómetros de cables para darles la educación que cada uno quiso elegir, y en la que están fracasando. Es contraproducente molestar a los hijos. Suficiente con atenderlos cuando lo piden.
    La inclusión literaria es 富士山, el volcán de 3.776 metros, Fujisan. Símbolo de Japón. Con ese Monte sagrado empieza y termina. Tanto en las  Cien Vistas de Hokusai y otras, como en la realidad. Otros varios símbolos del drama dibujan la pantalla. Las flores del cerezo y el festival del Hanami. Lo efímero de la vida y la mortalidad. La moderna y discutida danza japonesa Butoh inspirada en los cuerpos deformados por la bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. L,os trenes desde el Shinkansen a los metros. Y sus sonidos cercanos o lejanos. Los patos, gatos y peluches. Las moscas que viven pocos días. Los desencuentros en las Estaciones. Los semidesnudos ni eróticos ni pornográficos. El silencio y la soledad del campo y los ruidos y las aglomeraciones de las ciudades. Los enrrollados de coliflor blanco, weisskhol, que Yu ve cual la felicidad en comunión, no separated. La exclusión de los ancianos. Los nietos adictos a los videojuegos. El cuerpo danzando con sus sombras, joven o desgastado en su fugacidad, entre vida, decrepitud y muerte.
    Narra los seis últimos meses del matrimonio. Con tres partes de distinta duración bien amalgamadas. En Baviera, Berlín y el mar Báltico. El regreso de Rudi viudo a la aldea, donde encerró a Trudi, y su percepción de que debe viajar al Japón, lo que ella tanto deseaba. Tokio en primavera, un Hanami deutsche japanisch con la borrachera de Karl, papá trabajaba mucho en la oficina, el viejo tonto nunca conoció a mamá ni supo quien era, y  el viaje al Fujisan. Siempre quise ir a Japón con él. Ver el monte Fujisan y las flores del Sakura. No me imagino viendo algo sin mi esposo. Sería como no ver nada. No podría vivir sin él. No hay un instante, una expresión ni una imagen de más. Todo medido, calmo. Una obra de arte para rever, gozar cada tanto. Y exprimir variedad de mensajes evangélicos.
    A Trudi le comunican dos médicos que su esposo sufre un cáncer terminal metastaseado de los pulmones a los testículos. Aunque es factible al principio no sienta los síntomas, le quedan como máximo 180 días. Aconsejan hacer un viaje juntos. Trudi se guarda el secreto del diagnóstico. Van a Berlín. Pronto realizan que no son bienvenidos por Karolin y Klaus. Se van a una playa del Báltico y Trudi muere mientras duerme. La incineran y traen sus cenizas a Baviera donde el párroco las entierra. Rudi conversa con Franzi y decide su viaje a Tokio. Karl lo recibe con displicencia, dejándolo solo en su departamento. Él comienza a salir, atando pañuelos en esquinas para no perderse. Conoce a Yu, una joven pordiosera de 18 años, danzante de un Butoh estilizado, en un Parque repleto con flores del cerezo. Le pide que lo acompañe al Fujisan. Viajan y una noche en que suda y sufre con los dolores de su cáncer, se pinta de blanco, se pone el kimono de Trudi y mientras sale el sol baila frente al Monte sagrado. Le parece que su esposa danza con él. Yu lo encuentra muerto junto a la playa. Los restos de su incineración son colocados en un Jarrón de cerámica por Karl y Yu, con ceremonia budista. El mismo párroco sereno, sonriente y amable en sus condolencias, los entierra en el cementerio de la Iglesia en Baviera, cual había hecho con Trudi.
    Aquella Trudi que se había complementado con él, sin dejar de ser ella. No podía ver nada sino junto a él. Rudi no del todo. Sin embargo, una serie de acontecimientos simbólicos lo llevan a abandonar resistencias y rechazos. El céntrico es su inocente y límpida amistad con Yu que danza con un teléfono rosado entre Sakuras en flor. Ve que las sombras de su esposa no eran sino proyecciones de sus propias sombras. De serio burócrata alemán se arroja a la aventura. Completa, enamorados los dos, descontracturándose, bailando con la sombra hasta que la muerte los separa. Bailando Butoh ante el Fujisan con las ropas de su esposa, sin dejar de ser él.
    Deja que vuele. Hasta encontrar la muerte. Su paraíso es Eterno. El hombre muere cuando pierde la Unitotalidad. Esperamos morir, conservándola por siempre todos juntos. Porque en mi Casita del Tepeyac lo daré a Cristo en todo mi amor personal, en mi auxilio, en mi salvación. Allí les escucharé su llanto, su tristeza, para remediar, para curar todas sus diferentes penas, sus miserias, sus dolores. Nican mopohua Bailando como María de Guadalupe y José. Con el Padre el Verbo y el Espíritu. Con Jesús, transfigurado en Él sin dejar de ser yo Sí mismo. Con todos los ángeles, los hombres y el cosmos. Al amanecer junto al Monte Tabor, atisbando hacia Nazaret Belén y Jerusalén. Celebrando la Eucaristía, rodeado de Flores, Danzas y Cantos. La Totalidad se ha hecho Nueva
    

jueves, 5 de junio de 2014

199. El camino creado de las Trilogías hacia el Increado de la Trinidad, Rom 8, 14-21

  

    Todos lo que son conducidos por el Espíritu son hijos de Dios y coherederos de Cristo. La creación entera espera con ansiedad la revelación de los hijos de Dios. Para ser liberada de la esclavitud de la corrupción. Cuando hablamos de ciencia pensamos en las matemáticas, o en la capacidad que poseemos de conocer mejor la realidad y descubrir las leyes que regulan la naturaleza y el cosmos. Pero la ciencia que viene del Espíritu no se limita al solo conocimiento humano, sino que pone en relación éste con el entendimiento de la Revelación.
    Es una moción divina que nos lleva a percibir, a través de la creación, la Omnipotencia y el Amor de Dios en su relación con cada criatura. Cuando nuestros ojos son transfigurados se abren a la contemplación de la Trinidad, en la belleza de la naturaleza y su limitación destructora. Esos ojos sin escamas, llevan a descubrir que el cosmos nos habla de las Tres Personas y del Misterio de su Proyecto. Esto nos suscita gratitud ante el bien y aceptación del mal. Esa sensación la experimentamos también cuando admiramos las obras de las tecnociencias, fruto del ingenio y de la creatividad del hombre. El Espíritu nos lleva a alabar a Jesucristo, en quien y hacia quien la Totalidad fue creada. Y a reconocer lo que tenemos y somos. Un don inestimable del Padre. De modo que cada ser humano  reconoce su identidad en el Drama de la Creación Redención y Glorificación.
    El Génesis pone en evidencia que el Señor se complace en su creación. Subraya la belleza y la bondad de cada cosa. Al final de cada Día dice, Dios vio que esto era bueno. Si Dios ve que la creación es buena y bella, también nosotros tenemos que tener esa actitud. Gozar y palpar su hermosura. Con el don de ciencia alabamos a Dios, le agradecemos por habernos dado tanta belleza. Y cuando Dios creó al hombre, varón y mujer, no dijo que eso era bueno sino, en comunión con todo lo demás, que era muy bueno. A sus ojos, con los ángeles, somos lo más bello, lo más grande, lo más bueno de la creación en conjunto. Hacia la Nueva Creación en el Resucitado.
    Al mismo tiempo el don de ciencia nos ayuda a no caer en actitudes pecaminosas. La primera es el riesgo de considerarnos dueños de la creación. La creación no es una propiedad que podemos gobernar a voluntad. Ni mucho menos es propiedad de unos pocos. La creación es un regalo que Dios nos ha dado para que lo cuidemos, custodiemos, compartamos y utilicemos en beneficio de todos, con respeto  y gratitud. Sin este don la fe no se expande, la ignorancia e inequidad crecen.
    La segunda actitud equivocada es la tentación de apegarnos a las criaturas, como si éstas pudieran ofrecer la respuesta a nuestro deseo de Total Bienaventuranza. El don de ciencia nos ayuda a no caer en esa esclavitud. No idolatrar ni adueñarnos de la creación, sino cuidarla. Es un obsequio distinto, con muchos más bienes que males, e inseparable de Jesús. Cuando la explotamos o manipulamos, destruimos el signo del Amor de Dios. Menospreciar a las creaturas es despreciar a Dios. No me gustan, son malas. Ese es el pecado que rechaza a Dios. La custodia de la creación es la solicitud por lo que pertenece a Dios. Nunca destruiré su don. Dios perdona siempre. Los hombres algunas veces. La naturaleza jamás. Si no la cuidamos nos destruirá. Él ha dicho, esto es bueno y es el regalo para lo más bueno que he creado, a tus frágiles y fugaces hermanos.
    El don de ciencia es un Arco Iris que nos da una mística connaturalidad de relacionar, por la Energía del Paráclito, las realidades Increadas con las creadas, evitando la dominación manipuladora, el rechazo o el apego. Nos lleva de la mano a las Trilogías, imágenes o vestigios de la Trinidad. La creación es obra del Único Dios. No obstante, cada una de las Personas que no son cantidades ni números ni géneros, son causa de las creaturas. En ellas está el sello de los Artistas. Una ontología triádica . Summa Theologiae, I, 45, 6 y 7, Capánaga, Victorino, San Agustín de Hipona, BAC, Madrid, 1974, pp. 439 y ss., Palabra de comunión y participación 105, 1º febrero 1991 Aquí presentamos algunas, dispersas y explicadas en nuestros escritos, sobre el carisma monástico mariano para monjes y laicos. Estudiarlas, memorizarlas y personalizarlas cual mantras o palabras del Resucitado, ayudan mucho a vivenciarlo. Son Caminos, desde entre y hacia, la Puerta y la Meta de la Trinidad. Porque Tres son los que dan testimonio, el Espíritu el Agua y la Sangre. Y los Tres son Uno. 1 Jn 5, 7-8
    01. Opción absoluta por la Trinidad, en Jesús Amor Humilde, Consepultados en su Tumba de Unitotalidad. 02. Creer Discernir Evangelizar. 03. Estabilizar Monastizar Obedecer. 04. Callar Conversar Crear. 05. Orar Leer Trabajar. 06. Copensar Cosentir Contactar. 07. Monacato Ayer Hoy Mañana. 08. Silencio Palabra Encuentro. 09. Principio Biblia Signos. 10. Vida Verdad Amor. 11. Liturgia Palabra Servicio. 12. Transfiguración por Transubstanciación  hacia la Resurrección. 13. Liturgia Lectio Labor. 14. Huir Callar Aquietarse. 15. Confesión de la Trinidad, Signo de la vida Cenobítica, Servicio de Caridad. 16. Disfuncionalidad Iluminación Funcionalidad. 17. Gracia de Creación Redención Glorificación, en Inteligibilidad Síntesis Consagración. 18. Desaparecer amando hacia Jesús Resucitado. 19. Silencio Soledad Simplicidad. 20. El Verbo Encarnado en su Pascua nos revela la Trinidad. 21. Solidaridad mutua y compartida entre ricos y pobres. 22. Austeridad Comunión Sencillez. 23. Monasterio, Clínica para el cuerpo, Psiquiátrico para el alma, Pneumátrico para el espíritu. 24. Opción preferencial por los pobres, los frágiles y los pecadores. 25. Orantes en comunión para la misión. 26. Discípulos misioneros contemplativos. 27. Monacato Total Místico Conciente. 28. Cruz Combustible de Nueva Vida. 29. Espiritualidad Teología Carisma del monacato laical interiorizado. 30. Fe amante, esperanza planificadora, amor iluminado. 31. Fe es Palabra Amor Vida. 32. Biblioteca Total de los Pueblos. 33. Colcha Maternal de Retazos. 34. Evangelización Total en Salida. 35. Anuncio Diálogo Concamino, ecuménico, interreligioso e increyentes. 36. Doctrina social de la Iglesia, Inicio de Mundo Mejor. 37. Cristificar Unitotalizar Transfigurar. 38. Nuestro Hogar para un Nuevo Mundo, Cuidar del Jardincito cercano a la Cruz. 39. Un Cristo Cosmoteándrico. 40. Trinitariogalaxia Cristogalaxia Angelicogalaxia, Antropogalaxia Biogalaxia Inorganicogalaxia. 41. Dios los hermanos las cosas, en Teoegoecosistemas. 42. Principio de Anástasis, poner en pie desde el Resucitado todo lo que se destruye o mata, idesligable de los Principios de Encarnación, de Totalidad, Pequeñez, Novedad y Salida. 43. Apóstoles de la intercesión orante en la Singularidad Absoluta del Corazón de Jesús. 44. Amantes de Cristo, los hermanos y el lugar. 45. El Verbo hecho Cuerpo Libro, Cuerpo en María bajo el cuidado de José, Cuerpo Resucitado, Cuerpo Eucarístico, Cuerpo Místico, Cuerpo Canto y Cuerpo Cósmico. 46. Distintos pero inseparables en koinonía, Mundo Iglesia Reino. 47. Guadalupe, Niña mestiza en reconciliación de opuestos, Madre Inmaculada, Virgen embarazada Saliendo al Encuentro de Juantzin Juan Diegotzin y de toda América. 48. Puros de corazón, con Jesús Hagnós, lavando los pies a los descartados. 49. Tierra Santa, el Quinto Evangelio, Biblia de piedras, Belén Egipto Nazaret Jerusalén Jardín. 50. Metánoia Transformación Misión intransferible humilde y magnánima.
    La Regla de san Benito es el camino real para no desviarse ni a la izquierda ni a la derecha, Num 20, 17 del monacato. Para san Bernardo, hacer profesión según la Regla y vivir según ella, significa adoptar sus orientaciones mayores, no de observar a la letra todas su prescripciones. Él ha captado hasta que punto la Regla es Bíblica, centrada en Cristo. Es la Regla, tomada en su conjunto y sobre todo en su doctrina espiritual, a la que san Bernardo debe el carácter equilibrado de su enseñanza monástica. Nada más extraño a su mentalidad que el literalismo que se ha desarrollado en épocas siguientes. El verdadero Espíritu de la Regla, el Espíritu Santo, está en guardar en todo la justa medida, la discreción, no separando el texto de la tradición viva que lo expresa. Con el corazón dilatado, se corre por el Camino de los mandamientos de Dios con la inerrable dulzura del Amor. RB, pról. 49, JeanLeclercq, San Bernardo y la Regla de san Benito, 94 Cuadernos Monásticos, 307-321
    El Espíritu nos da un Rebozo que apapacha a Cristo en el Padre, con el Centro y Toda la Circunferencia de lo creado. Ícono de la Trinidad, Ícono de los hermanos, Ícono del Universo.
    Deténganse la Tierra, los universos, y todos los seres. Abajo todos los corazones, todas las mentes, todas las vidas, todas las inmortalidades y eternidades. Todo eso sin Cristo, para mí es un infierno. Un infierno al lado de otro. La vida sin Cristo, la muerte sin Cristo, la verdad sin Cristo, el mundo sin Cristo, el Sol sin Cristo y el Universo sin Cristo, todo es un terrible sinsentido, un martirio insoportable, un sufrimiento infructuoso, un infierno.
    No quiero ni la vida, ni la muerte sin Jesús. No quiero ni la verdad, ni la justicia, ni el paraíso, ni la eternidad sin Cristo. A ti sólo Jesucristo te quiero. Que Tú estés en la Totalidad, por encima de todo y en todo. La verdad, si no está Cristo, no me hace falta, es sólo un infierno. Lo mismo son el infierno la justicia, el amor, el bien, la felicidad e incluso Dios mismo, a quien no conozco por completo sino en Cristo.
    Si Cristo está ausente todo es un infierno. No quiero ni la verdad sin Cristo, ni la justicia sin Cristo, ni el amor sin Cristo, ni a Dios sin Cristo. No quiero nada de esto de ningún modo. Acepto cualquier tipo de muerte. Mátenme del modo que quieran. Sin Cristo no quiero nada. Ni a mí mismo, ni a Dios, ni a cualquier otro existente. Jamás los querré. Justin Popovic, 1894-1979, monje ortodoxo serbio