sábado, 8 de octubre de 2011

35. No hay comunión sin soledad y viceversa: 1 Jn 4, 17 – 5, 5



    El que dice que ama a Dios y no ama a su hermano es un mentiroso. Y conocemos que amamos a los hermanos, y a las cosas vasos sagrados del altar, Gen 1, 28-31 en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos o Proyectos. Juan sintetiza toda la espiritualidad de Jesús en el amor a Dios, en el amor fraterno y en el amor ecológico. Un único y triple amor cosmoteándrico de amistad con la Trinidad, de fraternidad con los seres humanos, y de cuidado con la naturaleza; o amor a la oración, al cenobio y al trabajo. Es una espiritualidad relacional ya que la Relación es un trascendental y está en las Tres Personas de Dios.
    Equivocamos, por lo tanto, el camino si pensamos que esta relacionalidad se agota en lo humano y laboral, cosa que ha calado hondo en millones de cristianos y en la desaparición del tiempo libre en algunos monasterios, donde todos y todas buscan ser abejitas hacendosas. El zángano no es complementario, es un pecado o complejo de culpabilidad. Jamás hay que perder el tiempo que es oro o mamona, sólo la actividad incansable salva al mundo, tenemos vergüenza que nos encuentren sin hacer algo, e irse de retiro es camuflada vagancia. Los mismos psicólogos están dando el alerta como Anthony Storr en Solitude, donde sostiene que desear encontrar la realización en las relaciones humanas es un error garrafal pues la ciencia comprueba que todas las personas equilibradas sabias y geniales han logrado equilibrar la convivencia con la soledad para reflexionar, reponerse u orar.
    Quien no sabe estar solo con Dios, no sabrá relacionarse con sus prójimos. Nunca lo olvidemos, la soledad es la otra cara del encuentro. Verdad que la soledad no pocas veces se nos vuelve aislamiento, depresión y aburrimiento, pero esa bazofia es el campo del mal espíritu, del pecado, de la acedia y la tentación. La soledad y el silencio para las monjas y los monjes es otro asombroso tipo de Encuentro con los Tres Otros muy distintos de mí. La característica cardinal de una auténtica relación es la de saber apreciar, sostener y respetar a la otra persona como a alguien que jamás será como yo. Querer homologarse con uno o varios miembros de mi comunidad es fatal. Peor es no poder percibir al hermano como alguien al máximo separado de mi identidad.  El falso ego se hace el centro del universo, se niega la teología del cuerpo, surge el narcicismo, el complejo de Edipo y el culto a la propia personalidad, que busca regular a los demás según sus berrinches. Lo compruebo bastante con los matrimonios que se llevan mal, y lo podemos trasladar a quien no va bien con su comunidad. Cuando nace un hijo, llega una nueva vocación o surge una amistad extra comunitaria, la esposa o la monja frustrada descarga su afectividad sobre el niño, y el padre o el monje malogrado sobre la niña; que no es ninguna niña sino otra bella Angelina Jolie casada o consagrada para colmo de males. Menos delito habría con una soltera.
    La poesía no es sino un sueño al que estando en vigilia lo solidificamos en palabras. Tomas Tranströmer La soledad es parte del continuo de nuestra vida que nos permite soñar al arrojarnos hacia la intimidad del misterio de nuestra interioridad vuelta hacia Tres Personas diferentes al Infinito de mi yo. Y así en lugar de querer resolver los problemas del otro, que es factible no tenga ni las más mínima intención de cambiar, lo mejor está en curar mis heridas y resolver mis propios problemas. Esa fue la técnica de Jesús, el Verbo hecho carne, a la búsqueda incesante de su Abba y de su Espíritu.
    El Padre nada tiene que ver con lo masculino, ni con el patriarcado ni el machismo, sino con la Intimidad enamorada de alguien que me ama y acepta tal como soy, santo y pecador, que tiene Proyectos muy distintos de los míos, por más verborragia que emplee en rebatírselos. Y el Espíritu o La Ruaj nada tiene que ver con lo femenino, ni con el matriarcado ni el feminismo, sino con la experiencia de Unión mística de Alguien que facilita todo Encuentro con el Abba y me energetiza, consuela y ayuda a seguir sus Designios o mandamientos. Por esa Ruaj Eterna Jesús pudo subir a la Cruz que sintió la tentación de rechazar en Getsemaní. Heb 9, 14 Por eso nos ama tanto en forma propositiva, y nosotros podemos amarnos y amar todas las cosas, porque nunca estamos solos sino que como María, el primer ser humano en entrar en comunión con la Trinidad desde la Anunciación, vivimos incluidos en las Procesiones de las Tres Personas de Dios. Jn 16, 32

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