martes, 25 de octubre de 2011

39. Juan Pablo II, copensar holístico en Cristo, signo de contradicción: 1 Ped 2, 13-17


    
    Procedan como hombres libres obedeciendo a Dios. Respeten a todo el mundo, amen la fraternidad, teman a Dios y honren al rey. Recuerdo cuando el cardenal de Cracovia Wojtyla, fue llamado por Pablo VI a darle los Ejercicios espirituales junto con sus colaboradores en 1976. Centró sus pláticas en que ningún ser humano, y menos los santos, se librarán de ser signos de contradicción; hechos como estamos a imagen de Jesús; y estas palabras son una particular definición de Cristo y de  su Iglesia. Simeón pasa del Signo de contradicción a su Madre, una espada  atravesará tu psiquis y así se revelarán los logismoi de muchos. O estamos en la Verdad o contra la Verdad. Lc 2, 33-35; Mt 15, 19-20 
    Karol había nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice. Cuando tenía 9 años murió su  mamá, a los 12 su hermano mayor Edmundo que era médico; su hermana Olga había fallecido recién nacida antes del nacimiento de Karol. Y su papá murió en 1940 cuando él tenía 20 años. Karol quedó solo. Es un aspecto abrumante de su rica personalidad humana y cristiana. Siempre aceptó lo planes de Dios y como autodidacta resistió cualquier tentación de aislamiento. Después de la Secundaria y Prepa pudo hacer un año de Filología en la universidad Jagelloniana antes de que los alemanes invadieran Polonia en 1939. Fue un Amante de la palabra como fuerza transfiguradora del mundo. Poeta, ensayista, dramaturgo y actor rapsódico, enrolado en las actividades secretas de la resistencia cultural polaca. No admitió que una única lectura de la realidad pudiera agotarla, se necesita ciencia, filosofía, teología, literatura, política, humanismo, arte y técnica. Trabajó en la fábrica química Solvay y entró en el seminario clandestino de Cracovia en 1942. En 1946 fue ordenado presbítero y enviado un año a la universidad de Santo Tomás en Roma para su primer doctorado con Garrigou-Lagrange sobre La doctrina de la fe según san Juan de la Cruz.        
    Al volver a Polonia relativiza la objetividad tomista cosmológica, y se sumerge en el desafío de la antropología subjetiva fenomenológica, sobre todo de Max Scheller quien había pasado del judaísmo al catolicismo, que abandonó en 1923 para involucrar a Dios en el desarrollo cósmico e histórico, mi conciencia e inconsciente, en relación con los valores, en un proceso de elección libre que me realiza como hombre. Verdad objetiva y verdad subjetiva, realismo metafísico y sensibilidad frente a cada ser humano. Estos dos polos, y su síntesis en el valor supremo de la cultura cristificada, serán esenciales en su pensar. Su segunda tesis doctoral para la Habilitación, en 1954 versará sobre Una evaluación de la posibilidad de forjar una ética cristiana basándose en el sistema de Max Scheller. Empieza a dar clases de Ética en la Universidad de Lublin, única universidad católica, en aquellos tiempos, detrás de la cortina de hierro a la que Lenin había donado una biblioteca. Seguirá como profesor aun cuando en 1958 sea ordenado obispo auxiliar de Cracovia, y en 1964 sea su arzobispo.
    El 22 de octubre de 1978 elegido como el 264 obispo de Roma definió su ministerio petrino cual constructor de puentes o pontífice, teniendo que tender el más importante entre Cristo y todos los seres humanos. Ese puente sería la misma Iglesia al servicio de los derechos del hombre. Las tres verdades que traería a Puebla, Jesucristo, la Iglesia y el hombre. Pues el hombre es el primer camino que la Iglesia debe recorrer. Intensificando al máximo los viajes que había comenzado Pablo VI a Palestina, Israel, Turquía, EU, la ONU, Colombia, India, Australia, Portugal, Suiza, Uganda, Indonesia, Hong Kong y Sri Lanka; peregrinará a 129 naciones, convirtiéndose en uno los líderes mundiales más mediáticos e influyentes del siglo XX, que comenzó con un Papa santo, Pío X; a la mitad tuvo otro, Juan XXIII, y terminó con su beatificación el 1º de mayo de 2011. Abrió a Cristo la sociedad, la cultura, los sistemas políticos y económicos, invirtiendo con la fuerza de un gigante, fuerza que le venía de Dios, una tendencia que podía parecer irreversible. Con su testimonio de fe, de amor y de valor apostólico, acompañado de una gran humanidad, este hijo ejemplar de la Nación polaca ayudó a los cristianos de todo el mundo a no tener miedo de llamarse cristianos, de pertenecer a la Iglesia, de hablar del Evangelio. En una palabra, ayudó a no tener miedo a la verdad, porque la verdad es garantía de libertad. Benedicto XVI, al beatificarlo el 1º de mayo de 2011
    En efecto, el 4 de Junio el Presidente de EU George Bush le entregó la Medalla presidencial de la libertad, que le llevó al Vaticano ya que el Parkinson del Papa estaba muy avanzado. Le traigo un mensaje de mi gobierno. Trabajaremos por la libertad y la dignidad humana promoviendo la paz y la compasión. Apreciamos el fuerte símbolo de libertad que usted ha supuesto, y reconocemos el poder de la libertad para cambiar el mundo.  Juan Pablo le respondió. Que el deseo de libertad, de paz y de un mundo más humano simbolizado por esta medalla inspire a hombres y mujeres de buena voluntad en todo tiempo y lugar.
    Para él la negación de la libertad del hombre, conciencia subjetiva, con el respeto de todos sus derechos y deberes que conlleva, formación objetiva, significa negar su naturaleza y caer en toda clase  de opresiones y barbaries ultrajantes. Aquí se deberían ubicar sus 130 catequesis sobre la Teología del cuerpo que ama, como parte de la dignidad de cada persona en comunión y misión. Ese es el hilo conductor de su servicio, la tensión dramática entre los falsos humanismos que degradan a los hombres y el verdadero humanismo liberador plenificado por Cristo. Weigel, George, Biografía de Juan Pablo II, testigo de esperanza, Barcelona, Plaza & Janes, 1999.
    Su opción no es original pero sí englobante y preferencial. Como ya lo habían hecho otros papas, Juan XXIII en Pacem in terris hace una enumeración exhaustiva de los derechos y deberes universales, Juan Pablo vio en esos derechos la posibilidad de una ética mundial que nos libere del miedo ante una autodestrucción inimaginable por el retraso amenazador del mundo moderno entre sus logros tecnicocientíficos y su carácter ético. Vio en la defensa de los derechos humanos la respuesta a las terribles amenazas que han convertido al siglo XX en una época de miedo y carnicerías, los cristianos con 70 millones de mártires, más que en los 19 siglos anteriores, ideologías erradas, totalitarismos de Estado, destrucción de la familia, guerras incesantes y terrorismo internacional. Y vio, como le diría en la ONU, que la Declaración universal de los derechos humanos de 1948 era su documento fundacional y no su Carta de 1945. Sólo por la definición, el reconocimiento y el respeto de los derechos inalienables de las personas, las sociedades y la comunidad internacional se puede construir la paz como obra de la justicia.
    Esta defensa liberadora de los derechos humanos debería resultar connatural a los latinoamericanos. Fuimos los primeros en hacer, en base a la Conferencia de Lima de 1938, una declaración internacional de derechos humanos el 30/04/1948 en Bogotá, que la Constitución de Argentina coloca con razón antes de la declaración universal de la ONU, hecha el 10/12/1948; y en cuya elaboración tuvimos una importancia decisiva ya que éramos el bloque más importante de naciones, 20 de 58. Teníamos clara noción de su importancia por nuestro humanismo, indígena colonial e independiente, y nuestra cultura católica que evita los extremos individualistas y colectivistas. De hecho una declaración de estilo estadounidense o soviético no hubiera alcanzado consenso entre representantes de países de culturas tan diversas. Glendon, Mary Ann, presidente de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, El crisol olvidado: Influencia latinoamericana en la idea de los derechos humanos universales, Criterio, Nº 2293.
    La primera encíclica del siglo XXI, su XIV, la dedicó Juan Pablo a la Eucaristía en su relación con la Iglesia para reforzar el puente entre Cristo y la Humanidad. A los gérmenes de disgregación entre los hombres, que la experiencia cotidiana muestra tan arraigada en la humanidad a causa del pecado, se contrapone la fuerza regeneradora de unidad del cuerpo de Cristo. La Eucaristía construyendo la Iglesia, crea por ello comunidad entre los hombres. Eccl. de Euch., 24 Si el Verbo ha asumido un cuerpo, si la Eucaristía, el pan y el vino transustanciados son el Cuerpo y la Sangre de Cristo, entonces esta materia de la que está hecho el mundo y el hombre no es materia condenada, sino un valor profundo que su Creador le ha atribuido, el pecado ha oscurecido, y la Redención de Cristo ha transfigurado. Bruno Forte, 14-06-2004
    Juan Pablo tuvo una personalidad original, cuando a cada hora el poder del mundo se concentra y se globaliza y la masificación ha hecho estragos, ya es difícil encontrar originalidad en las personas y un idéntico proceso se cumple en los pueblos, es la llamada globalización. Ernesto Sábato Falleció el 2 de abril de 2005, sábado de la Octava de Pascua, en las Vísperas del Domingo de la Misericordia, después de 26 años de construir puentes allí donde lo invitaron para ofrecer su amistad a todas las naciones. De inmediato se inició su proceso de canonización, santo súbito. Nos enseñó a copensar en vez de pensar en solitario, a dialogar en vez de confrontar con dialécticas y  a convivir en la totalidad de Cristo en vez de cortarme solo. Ningún hombre en toda la historia se ha reunido con tantos seres humanos. En 1995 celebró el mayor encuentro masivo, una Misa en Manila con más de 6 millones de personas. Leía, escribía, escuchaba, y dialogaba mucho, haciéndose asesorar por cientos de especialistas. Luego en oración con la Trinidad, buscando la Verdad, hacía su síntesis y tomaba su decisión en fidelidad a la Biblia, la Tradición, el Magisterio, la teología y la razón. Nunca temió ser signo de contradicción tanto si era aplaudido en Polonia o México, como si era abucheado en Nicaragua, Holanda o Alemania; nadando en su alberca privada o esquiando en los Alpes ante el asombro de Pertini, el Presidente de Italia.
    De todos los continentes llegan sin cesar informaciones inquietantes sobre la situación de los derechos del hombre, las cuales indican que algunas personas, hombres, mujeres y niños; son torturadas y heridas en su dignidad, en contra de la Declaración universal de los derechos humanos. Así se hiere y ofende a toda la humanidad. Nunca callaremos ante estos abusos intolerables. Corresponde a todos los hombres hacer todo lo posible para que se respete a todo ser humano.27-05-2004, Juan Pablo II a siete nuevos Embajadores ante la Santa Sede
    Pude conversar bastante con él en tres oportunidades, siempre en el Vaticano. Comprobé cómo percibía, en intuición orante, a Cristo transparentándose en Todo. Como cualquier ser humano tuvo sus pecados, sus límites y sus decisiones parciales, que no resguardan a la fe y la moral, y con las que podemos estar o no de acuerdo. Pero ahora ya ha sido purificado, iluminado y transfigurado por su muerte y la visión beatífica.
    No temamos acercarnos a él. Ya es un santo. Y la interpretación de la Sagrada Escritura quedaría incompleta si no estuviera también a la escucha de quienes han vivido en realidad la Palabra de Dios, es decir, los santos cuyas vidas son una Lectio Divina viviente. Verbum Domini, 48 Con Benedicto XVI, Nadar contra corriente, Planeta, México, 2001 sintamos su intercesión, su ejemplaridad y su cercanía a través de sus escritos, oyéndolo y viéndolo hablar, escuchándolo a él en un diálogo de persona a persona; en esa copensante holística singularidad que es la comunión de todos los santos entrelazados con las Tres Personas del Único Dios.

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