sábado, 29 de octubre de 2011

42. El Encuentro nupcial con la Trinidad en la Vida Eterna: Ap 19, 1-8


    Oí el clamor de una enorme multitud que estaba en el cielo y exclamaba, Dios ha condenado a la famosa Prostituta que corrompía la tierra con su lujuria, estableciendo su Reino; porque han llegado las bodas del Cordero y su esposa se ha preparado. Bienaventurados los que son invitados al banquete de bodas del Cordero. La Prostituta es Babilonia, y es ayudada por la bestia escarlata de las Finanzas y el Estado ateo, a la que el Dragón satánico le da su poder; y la bestia del falso profeta o la propaganda mentirosa, el 666 ó 616 del César es Dios. Es la ciudad sumergida en el secularismo salvaje que excluye a Dios y a los Padres, los Profesores y los Pastores; y entroniza a los Poderes, los Politizantes y los Publicistas. Las tres P de los expertos en Aparecida Se llama también Roma, Sodoma, Egipto, Jerusalén donde Dios es crucificado; y cualquier ciudad santa y pecadora, donde Cristo con sus misioneros son excluidos hasta el paroxismo. Los cristianos no podemos identificarnos con esos cotilleos superconsumistas y habrá que resistir hasta el martirio.
    Dios nos revela que Babilonia madre del pecado estructural, que influye en el personal y viene de la rayadura en el ADN del original, concentración inmensa del Mal, tarde o temprano será destruida, y surgirá la Mujer Pura, la Jerusalén Celestial, la Esposa del Cordero que se unirá para siempre con Él por el Banquete de bodas. Los ángeles, los mártires y los santos, comprometidos con la Iglesia peregrina, cantan cuatro veces un Aleluya triunfal, Alabad a Yahveh, única vez que se da en la Nueva Alianza. Porque los Proyectos de Dios son verdaderos y justos y la Iglesia llena de tribulaciones, ve el cumplimiento de esas Promesas en que no cejó de colocar su esperanza, y ahora los santos se visten de lino deslumbrante de blancura, el signo de sus buenas obras. No hay aislamiento en la Comunión de todos los santos peregrinos, purgantes y celestiales.
    Se nos da un anticipo de cómo será el Encuentro con la Trinidad más allá de la muerte. No se trata de un aburrido ver estático de un objeto que estaríamos obligados a contemplar; sino de la beatificante, dinámica y vital comunión entre Sujetos, Personas que se conocen, se aman y se interpenetran en una generatividad matrimonial y familiar cada vez más creativa y novedosa en epéktasis sin fin. La visión beatífica de las Tres Personas de Dios cara a cara o tal como son, sin mediación de ninguna criatura que tenga razón de objeto visto, sino mostrándose Dios de modo inmediato y desnudo de manera clara y patente, Definición dogmática Benedictus Deus, Benedicto XII, año 1336, Denzinger-Hünermann 1000-1012 es una interrelación yo-tú-él-nosotros-ustedes-ellos, que participa en la conducción  divina del Universo que ejerce Jesús resucitado. El trabajo es parte esencial de Dios, y en el Cielo trabajar será una explosión de Gozo. Mi Padre trabaja y yo también trabajo. Jn 5, 17 Unidos al Cristo glorioso en la energía del Espíritu y en diálogo ininterrumpido con nuestro Abba, influiremos en el Mundo y su historia para que alcance su Consumación Total. Una eternidad sin trabajo sería un eterno bostezo.
  La trilogía yo-tú-él nunca será anulada. No hay fusión ni fisión alguna en el Cielo, no desapareceremos ni en la Nada ni en el Todo impersonales; sino que las Tres Personas del Único Dios se nos entregarán, permaneciendo siempre al Infinito trascendentes, y se nos irán desvelando más y más con una alegría indecible, a medida que penetremos en su Vida Eterna. Y cada ángel, cada ser humano y cada cosa guardará su parte de misterio tal como aquí en la tierra; aun nuestros parientes, amigos y enemigos que se regocijarán con nosotros. Eso, lejos de ser un sufrimiento lacerante, imposible en el Cielo, será un estupendo regocijo, el redescubrimiento incesante de la realidad y dignidad de la persona subsistente, que está de pié con su secreto por debajo y guarda su misterio procedente del mismo Misterio de Cristo. Algo que agotaríamos lo desecharíamos y Dios no es descartable.
    El Resucitado, hecho Cuerpo Espiritual en las Bodas del Cordero, ejercerá una función especial en reunir a todos los ángeles y los seres humanos con el universo, ya que Él reconcilia en Sí mismo todo lo que hay en la tierra y en el cielo restableciendo la Paz. Col 1, 20 Si el infierno es el aislamiento absoluto, y el condenado está convencido que es el único que por su libre decisión cortó toda comunión y está allí él solo; el Cielo no es vivir a solas, ni menos a solas con Dios, sino en una Danza revitalizante, con música callada y soledad sonora, de una muchedumbre inmensa, con el ruido de grandes aguas y el fragor de fuertes truenos. Introducidos por el Costado abierto del Corazón de Jesús, en los Tres Círculos Infinitos de la Trinidad, nos adentraremos, de luz en luz y de gloria en gloria, en la Espesura Dinámica de la Vida Total.

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