miércoles, 28 de diciembre de 2011

60. Caminos sin senderos fijos para transfigurarnos en Jesús el Hombre Dios: Hech 24



    Pablo dijo a Felix, sí te confieso que siguiendo el Camino que ellos llaman secta, sirvo al Dios de mis padres y creo en todo lo que está  escrito en la Ley y los Profetas. Felix que estaba bien informado de lo concerniente al Camino, postergó la causa hasta que viniera el tribuno Lisias de Jerusalén. Felix, del año 52 al 60 bajo los emperadores Claudio y Nerón, fue el sexto sucesor de Poncio Pilato, como procurador de Judea. Pablo, arrestado en el 58 en el Templo, es llevado a Cesarea marítima y comparece ante él, quien lo deja en la cárcel dos años hasta la llegada de Festo, cuando Pablo apelará al emperador.
    Jesús, la Nueva Torah en el Espíritu, marcó un Camino a sus seguidores y los que lo hollaban eran llamados gente del Camino, nazarenos o cristianos no separados del judaísmo sino formando un grupo de los tantos que lo constituía. Esto significa que, además de la conversión al Jesús pascual y el bautismo en el Reino de la Trinidad, el cristiano debía enfrentar un largo Itinerario sin fin para irse conformando con el Verbo Hecho carne. No se trata de un Camino con mojones bien marcados u objetivos a alcanzar para pasar a los siguientes, como ocurre en las diferentes espiritualidades que surgen a lo largo de los siglos. Es algo más real y liberador pues es el Camino revelado, al cual todo se debe referir, como todas las Reglas, Estatutos y Constituciones están subordinados a la Biblia, ya que la Norma última y Regla suprema es el seguimiento de Cristo, como se propone en el Evangelio. PC, 2 Cada seguidor será un camino único en evolución con sus propios senderos.
    Y el primer camino es el Encuentro con el mismo Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre en la unidad de la única Subsistencia del Verbo. Único Camino que por el Espíritu nos lleva al Padre. Jesús no es 50% hombre y 50% Dios, sino 100% Dios y 100% hombre sin mezcla ni confusión alguna. Engendrado por el Padre antes de los siglos, según la divinidad; y en los últimos días, por nosotros y por nuestra salvación, nacido por obra del Espíritu, de la Virgen Madre de Dios. El hombre aunque pecador, no está opuesto a Dios, sino que al estar creado, redimido y glorificado por Dios es un profundo Misterio a la búsqueda de la Trinidad. Dios no es lo contrario del hombre sino el Misterio del Amante, del Amado y del Amor que se vacía kénosis en la profundidad del hombre. Dios no anula al hombre ni el hombre anula a  Dios. Nunca en Cristo hubo dos personas o hijos, como pensaban los nestorianos, sino una Persona Divina que une en Armonía a las dos naturalezas, la divina y la humana. En consecuencia, la Theandría es la reconciliación Singular y Absoluta de todas las realidades.
    Por eso, la más grande paradoja es la Encarnación, y resulta difícil mantener unidos los extremos de esta tensión Infinita. Ya en la Biblia, para unos Jesús es sólo un hombre que merece la muerte por blasfemar al afirmar que es Dios. Y para otros es sólo Dios, no hubo encarnación, su humanidad era una apariencia. No tuvo hambre, no sudó, no sufrió, no se cansó ni pensó. Y esto sigue a lo largo de los siglos. Los arrianos lo despojaron de su divinidad y los docetas, monofisitas, monoteletas de su cuerpo de varón, o de su voluntad,  o de su alma, como si Dios fuera el adversario del hombre y lo quisiera absorber y destruir.
    Esto no lo enseñó la Iglesia. En Calcedonia en el año 451, definió que hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesucristo, perfecto en la divinidad, y perfecto en la humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre, compuesto de alma racional y cuerpo; consubstancial homooúsion con el Padre según la divinidad, y consubstancial con nosotros según la humanidad, en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado. La diferencia de naturalezas de ningún modo queda suprimida por su unión, sino que quedan a salvo las propiedades de cada una, y confluyen en la única Hipóstasis del Verbo. No partido o dividido en dos personas, sino uno solo y el mismo Hijo Unigénito, Dios Verbo Señor Jesucristo, como de antiguo acerca de Él nos enseñaron los Profetas, y el mismo Jesucristo, y nos lo ha transmitido el Símbolo o Credo de los Padres de la Iglesia.
    Ireneo de Lyon dijo en el sII, la gloria de Dios es que el hombre viva en plenitud y esa plenitud de vida del hombre consiste en la visión de Dios. Y Rahner en el sXX, la proximidad de Dios y la auténtica autonomía humana crecen en relación directa, no inversa. Pero aunque confesemos la verdadera fe, cuanto más humanos, más divinos; y cuanto más divinos más humanos; nuestra vivencia espiritual puede llevarnos a pensar que si me entrego a Dios peligra mi felicidad humana; y  si exalto mi humanidad peligra mi felicidad divina. El pecado nos hace caer es la trampa del o Dios o yo. Nada que ver con la experiencia de la Inmaculada, mi alma engrandece al Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque miró la humildad de su esclava, por eso me llamarán bienaventurada todas las generaciones. Jesús Único Camino, nos muestra que la realización humana va de la mano con la divina, y viceversa. Nunca existió un hombre más feliz, libre y lleno de Dios que Él. Vale la pena jugarse por este Camino, aunque nos lleven al CERESO, Centro de Rehabilitación Social que nos humaniza divinizándonos y nos diviniza humanizándonos, como a Pablo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario