sábado, 17 de diciembre de 2011

54. In Xochitl in Cuicatl, Flores y Cantos en el Misterio de la Madre de Téotl: Cant 2, 8-14


    Ahí viene mi Amado, saltando por las montañas, brincando por las colinas, y me dice, ven hermosa mía, porque ya pasó el invierno, aparecieron las flores sobre la tierra y llegó el tiempo de las canciones. El Cantar de los Cantares, superlativo hebreo, según rabinos del siglo I, es el Santo de los santos de la revelación, ya que si Dios no hubiera dado la Torah a Israel, el Cantar sería más que suficiente para guiar al mundo, pues su tema es el amor. Con más explicitación lo dijo Jesús, amarás a Dios con todas tus fuerzas, y a tu prójimo como a ti mismo, de estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas. Mt 22 Es la triple Llama del Dios Caridad. Sexualidad, eros y amor en una pareja formada por la amada y el amado, en el cuadro vital de la primavera que significa el amor creciente entre ambos. Aquí el amado que se aproxima es como un ciervo pequeño y la amada una paloma, luego él será una azucena y ella una viña, mientras estallan las flores y comienzan los cánticos y bailes.
    Recordemos, los aztecas tenían muchos dioses o ángeles, pero un solo único y verdadero Dios, Ometéotl, Señor o Señora del Dos o de la Dualidad, a quien se le daban Mil Nombres para expresar su inefabilidad, como Quetzalcóatl, Ometecutli Omecíhuatl, y Tloque Nahuaque que usará la Virgen, y puede traducirse como el que está cerca, más íntimo que mi propia intimidad, y me rodea en su anillo o ciclo pues todo existe en Él, como en el Yo Soy el que el Soy del Éxodo y Juan evangelista. Pocos españoles entendieron esto. Para ellos un Dios Dual, femenino y masculino, era una abominación a destruir. No captaron que para el pensamiento y la lengua náhuatl el difrasismo, vida-muerte luz-noche mujer-varón, era esencial para definir cualquier realidad pues de su integración saltaba la chispa que permitía comprender el advaita, haploûs, el ojo simple del que nos habla Jesús. Mt 6, 22-23
    De la misma manera que para el Cantar sólo el amor humano, con analogías de Flor y Canto podían decir algo del Dios Amor, así de Téotl Dios, pues las flores y las canciones de invocación eran al mismo tiempo teología, filosofía, poesía, belleza y mística. El rey poeta de Texcoco, +1472 dice, el que te encuentra, tan sólo sabe esto, invocándote, a tu lado, junto a ti, se puede vivir en la tierra. Dador de la vida, sólo como si entre las flores buscáramos a alguien, así te buscamos, nosotros que vivimos en la tierra. No hay simetría entre Dios y el hombre, Dios es el Infinito Invisible, nosotros pequeños buscadores del Trascendente.
    Diez años después de la caída de Tenochtitlán, el 13 de agosto de 1521, defendida por Cuauhtémoc, que no fue ni derrota ni triunfo sino el nacer del México mestizo en comunión de culturas alrededor de la Palabra-carne; el 12 de diciembre de 1531 Ometéotl nos buscó. Y al amanecer del Sexto Sol vino al Tepeyac y a toda América, escondido en el seno de su Madre embarazada, entre flores, cantos y piedra de Jade que da Vida por la Cruz, vestida con una túnica bordada de flores y un manto de estrellas, manifestando al Señor del Cielo y de la tierra, pues no nos saca de este mundo, pero no nos deja en la mundanidad, y así de la túnica y del manto nos jalamos, cual Águilas y Jaguares sosteniéndola como Estandarte.
    María sabe que la Palabra Divina y la palabra humana son distintas pero inseparables. Que muchos conquistadores y evangelizadores no supieron escuchar lo que Dios ya había operado en México, ni tenían las palabras para revelar la Palabra de Dios que reúne a todas las culturas. Por eso con una ternura sobrehumana, sencillez y certeza, ni fuerza a los europeos, ni acepta que se le quite validez a la religión azteca. Juantzin, Juan Diegotzin, sabe y ten entendido, tú el más pequeño de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen Santa María, Madre de Téotl Dios de gran Verdad, por quien se vive, Inninantzin in Tloque Nahuaque. Quiero que se me erija aquí una Casita para mostrarlo a Él, dar todo su Amor, Compasión, Auxilio y Defensa. El Cantar se ha cantado, Tlatelolco no es el Tepeyac, su evangelización no será igual a la de ciertos misioneros que arrasaban con todo. Téotl, el Amado llegó en la noche y el silencio, traído por la Mujer estupenda discípula, saltando por las montañas, entre Flores y Cantos, entre las danzas y poesías de los pobres de Yahveh.   

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