domingo, 16 de diciembre de 2012


139. El apego a las formas creadas obstaculiza la Presencia Ecohumanodivina: Lc 14, 25-35

   
    Si alguno viene a Mí y no odia, miseî a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas, a sí mismo y a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo. Quien no cargue con su cruz y me siga, no puede ser mi discípulo. La revelación de Dios está en la comunicación que Él hace de sí mismo, y en su proyecto Liberador de nuestras esclavitudes. Esta revelación se inserta en el tiempo de la historia, que se convierte así en el lugar donde podemos constatar la acción de Dios en favor nuestro. Allí donde nos es más familiar y fácil de verificar, porque pertenece a nuestro diario contexto. Sin esa Manifestación dentro y fuera de nosotros no nos comprenderíamos.
    La historia no es sólo una sucesión cronológica de días, años y siglos sino el tiempo kairós, de una Presencia Suprema que la gobierna. Adviene del pasado, transfigura el presente y se lanza con audacia hacia el futuro, dándole a todo pleno sentido y abriéndonos a una esperanza inaudita. Dios ha llamado al hombre desde el principio a una comunión íntima con Él, e incluso cuando el hombre, por su desobediencia, perdió su amistad, nunca lo abandonó al poder de la muerte, sino que le ofreció muchas veces su Alianza. CEC, 54-67  y Pleg. Euc. IV Es un único plan de salvación dirigido a toda la humanidad, revelado poco a poco y realizado por la Gracia de Dios, que está atento a las respuestas del hombre y encuentra nuevos inicios para su Alianza cuando nos perdemos. En Jesús esa Alianza alcanzó su zenit. La Trinidad nos muestra sus Rostros, y nos pide la decisión de reconocerlo y seguirlo por el Misterio Pascual, vidas que surgen de muertes, dándole un nuevo significado a toda la historia y la experiencia humana.
    El Pléroma Total del Hombre Dios, que está Resucitado en medio de nuestra cotidianidad, nos pide un nuevo despertar para que nos ilumine Cristo, una consciencia mística, un desprendimiento de todo lo creado para abrazarlo en las Relaciones Trinitarias. De ahí el pedido tan radical de Jesús al desapego absoluto para encontrarlo en Todo y encontrar a Todo desde y en Él. La mentalidad semítica y griega es la de los opuestos, luz y tinieblas, verdad y falsedad, amor y odio. No hay términos medios, al discípulo misionero se le pide un desapego, una entrega y desprendimiento completo e inmediato.
    Y, por si uno no logra captar la seriedad de esta exigencia, y el peligro inminente de perder a la Trinidad, a su Iglesia y Todo, Cristo le agrega tres comparaciones. Las parábolas en metáforas y analogías que utiliza con tanta abundancia muestran la creatividad divina de su pedagogía, ya que son instrumentos fructíferos que nos facilitan entender realidades complejas, abstractas y trascendentales, al establecer una relación de semejanza entre cosas muy distintas. Su eficacia bordea la genialidad mágica. Así, es claro que nadie podrá llevar a buen término el seguimiento de Jesús sino calcula bien los gastos que tendrá que hacer para construirlo. Fracasará si sale con diez mil al encuentro del que viene contra él con veinte mil. Y cual sal sinsabor no servirá ni para abono, sino que lo tirarán afuera.
    Los más grandes condicionamientos genéticos y sociológicos neurocerebrales, los apegos emocionales y volitivos, y las ilusiones imaginativas, intelectuales y de la memoria; provienen de la concupiscencia, invencible sin la Gracia, que nos deja el pecado original, se agranda por los pecados personales y estructurales; y nos convence que nuestra felicidad está en la creaturas sin relación con el Creador. En consecuencia mi falso ego se identifica con ellas, mi consciencia se identifica con mis pensamientos, deseos y memorias. Si no logro vaciarme de esta connivencia diabólica, Dios y la Totalidad no pueden llenarme. Yo no soy lo que pienso, ni lo que deseo, ni lo que recuerdo. Yo Soy mi sí mismo o Self en el Misterio de la Trinidad que Todo lo contiene. Si Dios no me despierta de ese sueño mortífero, seré un esclavo desgraciado arrastrado por toda clase de engaños.
    De todas estas noticias y formas se ha de desnudar y vaciar la persona, y procurar perder la aprehensión de ellas, de manera que no le dejen impresa noticia de rastro de cosa, sino que se quede calma y rasa, como si no hubiese pasado por ella, olvidada y suspendida de todo. Y no puede ser menos sino que acerca de todas las formas se aniquile la inteligencia, la memoria y la voluntad, si se ha de unir con Dios. Nadie puede servir a dos señores, pues odiará a uno y amará al otro, no se puede servir a Dios y a mamona. Mt 6, 24 No puede la memoria estar unida al Dios Increado y a las formas y noticias creadas. Dios no tiene forma ni imagen que pueda ser comprendida por la memoria, de aquí que cuando está unida a Dios se queda sin forma y sin figura, embebida en el Sumo Bien, en grande olvido, sin recuerdo de nada, pues la unión con Dios la vacía de todas las formas, y la sube de lo natural a lo sobrenatural, con igualdad de olvido e igualdad de amor. Juan de la Cruz, Subida, L.3, c.2, 4 Habrá que vaciarse de Todo, para encontrarlo Todo Ordenado en la Unidad de la Presencia Ecohumanodivina Increada y creada de los Tres.

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