138. El
lenguaje de Dios está hecho de silencios y palabras: Lc 1, 26-38
Alégrate, Llena de Gracia, el Señor está contigo.
Hágase en mí según tu Palabra. Y el ángel se alejó. Tenemos que
hacer una seria y gozosa Consideración, junto al Papa, de que el momento más
decisivo para el futuro de la humanidad, en que el Verbo se hizo carne, está
rodeado de palabras y silencio. El encuentro entre el mensajero y la Mujer pasa
desapercibido; nadie sabe ni habla de ello. Es un acontecimiento que si
ocurriera hoy, no dejaría huellas en Internet, porque es un Misterio que sucede
en la soledad de nuestro Virginal Hogar
Ecohumanodivino, de ahí y entrando
hacia Ella. kaì eiselthòn pròs autèn Lo que es grande a
menudo pasa desapercibido y el silencio apacible se revela más fructífero que
la frenética agitación característica de nuestras ciudades que, con las debidas
proporciones, se vivía en las grandes de entonces, Alejandría, Atenas, Roma. Es
el activismo que nos impide detenernos, estar tranquilos, escuchar el silencio
en el que Dios hace resonar su Palabra.
María, el día que recibió el anuncio del ángel,
estaba recogida y al mismo tiempo abierta a la escucha del Verbo. En ella no
había obstáculos ni filtros, nada que la separara de Dios. Este es el
significado de su ser sin pecado
original y personal, su relación con Dios está libre del más mínimo apego, no
hay aversión de Dios ni sombra de egoísmo, sino una sintonía perfecta. Su corazón
humano está centrado en el Corazón de la Trinidad. Modelo de Centering Prayer La
voz de Dios no se reconoce, por lo general, en el ruido y la agitación. Sus
proyectos para nuestra vida personal y social no se perciben en superficie,
sino yendo a niveles profundos, donde las fuerzas no son económicas o sociopolíticas
sino éticas y espirituales. Es allí, donde la Madre nos invita a ir y a
sintonizar con la Acción de Dios.
La salvación del mundo no es obra del
hombre, ni de las ideologías y tecnociencias, sino de la Gracia. Gracia que es
el Amor Infinito en su pureza y belleza viniendo a nosotros. Dios mismo tal como
se revela en la historia de la salvación narrada en la Biblia y cumplida en Jesús.
El nombre nuevo de María es Llena de Gracia,
y esta identidad nos muestra el primado del Espíritu en nuestra vida y en la
historia universal. Nos recuerda que el poder del Amor es más fuerte que el
mal. La Trinidad puede llenar los vacíos que el egoísmo provoca en las
personas, las familias y naciones.
Estos vacíos pueden convertirse en
infiernos, donde la vida humana es como si cayéramos en la nada, perdiendo el
sentido y la Totalidad. Las falsas soluciones que ofrece el mundo para llenar
esas tinieblas, como las orgías y drogas, de hecho ensanchan el abismo. Sólo el
amor nos puede salvar de esta caída, pero no un amor cualquiera, sino el amor que
tenga la pureza de la Gracia de Dios que transfigura y renueva, que pueda poner
en los pulmones intoxicados nuevo oxígeno y energía vital. La Mujer nos dice
que, por mucho que pueda caer el hombre, nunca es demasiado hondo para Dios,
que descendió hasta los infiernos; por mucho que nuestro corazón ande por el mal
camino, Dios es más grande que nuestro
consciencia. 1 Juan 3, 20 El soplo de
la Gracia puede dispersar las nubes más tenebrosas, hacer la vida más hermosa y
llenar de significado incluso las situaciones más inhumanas.
La Virgen nos habla de alegría, Xaîre
la verdadera alegría que surge por la liberación del pecado y del miedo a las
muertes. El pecado trae consigo una tristeza negativa, que nos induce a
encerrarnos en nosotros mismos. La Gracia trae el gozo de la comunión con las
Tres Personas, los seres humanos y el cosmos, que no depende de la
codependencia patológica de creaturas, sino que tiene sus raíces en lo más
íntimo, el Centro del centro de la
persona, y que nadie ni nada puede quitar. El cristianismo es Buena Noticia,
mientras que algunos piensan que es un obstáculo a la alegría, ya que sólo ven
en él una serie de prohibiciones y reglas. En realidad, el cristianismo es el
anuncio de la victoria de la Gracia sobre el pecado, de la Vida sobre la
muerte. Y si implica algunos sacrificios y disciplinar el cuerpo y la mente, el
corazón y el comportamiento, es porque en el hombre está la raíz venenosa de la
egolatría, que lo perjudica a sí mismo y a los demás. Debemos aprender a decir
no a la voz del narcisismo aislacionista, y a decir sí a la Voz del auténtico
Amor en Comunión Cosmoteándrica.
La alegría de la Nueva Mujer es plena, porque
en su corazón no hay tinieblas de pecado, de apegos desordenados a las
creaturas con rechazo de las Tres Personas que reúnen la Totalidad. Nunca tuvo en su alma impresa forma de
alguna criatura, ni por ella se movió, sino siempre su moción fue por el
Espíritu Santo. Juan de la Cruz, Subida, L.3, C.2, 10 Esta alegría
coincide con la presencia de Jesús en su vida. Jesús concebido y llevado en su
seno, después niño confiado a sus cuidados maternos, adolescente, joven y
hombre maduro. Jesús que deja su casa, se rodea de discípulos y anuncia el
Evangelio a las multitudes. Jesús que es seguido a distancia con la fe hasta la
Pasión, Cruz y Resurrección. Ese Jesús que también, por la Gracia, está naciendo y creciendo en nosotros si
buscamos que Todo se haga según su
Palabra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario