viernes, 14 de diciembre de 2012


138. El lenguaje de Dios está hecho de silencios y palabras: Lc 1, 26-38



    Alégrate, Llena de Gracia, el Señor está contigo. Hágase en mí según tu Palabra. Y el ángel se alejó. Tenemos que hacer una seria y gozosa Consideración, junto al Papa, de que el momento más decisivo para el futuro de la humanidad, en que el Verbo se hizo carne, está rodeado de palabras y silencio. El encuentro entre el mensajero y la Mujer pasa desapercibido; nadie sabe ni habla de ello. Es un acontecimiento que si ocurriera hoy, no dejaría huellas en Internet, porque es un Misterio que sucede en la soledad de nuestro Virginal Hogar Ecohumanodivino, de ahí y entrando hacia Ella. kaì eiselthòn pròs autèn Lo que es grande a menudo pasa desapercibido y el silencio apacible se revela más fructífero que la frenética agitación característica de nuestras ciudades que, con las debidas proporciones, se vivía en las grandes de entonces, Alejandría, Atenas, Roma. Es el activismo que nos impide detenernos, estar tranquilos, escuchar el silencio en el que Dios hace resonar su Palabra.
    María, el día que recibió el anuncio del ángel, estaba recogida y al mismo tiempo abierta a la escucha del Verbo. En ella no había obstáculos ni filtros, nada que la separara de Dios. Este es el significado de su ser sin pecado original y personal, su relación con Dios está libre del más mínimo apego, no hay aversión de Dios ni sombra de egoísmo, sino una sintonía perfecta. Su corazón humano está centrado en el Corazón de la Trinidad. Modelo de Centering Prayer La voz de Dios no se reconoce, por lo general, en el ruido y la agitación. Sus proyectos para nuestra vida personal y social no se perciben en superficie, sino yendo a niveles profundos, donde las fuerzas no son económicas o sociopolíticas sino éticas y espirituales. Es allí, donde la Madre nos invita a ir y a sintonizar con la Acción de Dios.
    La salvación del mundo no es obra del hombre, ni de las ideologías y tecnociencias, sino de la Gracia. Gracia que es el Amor Infinito en su pureza y belleza viniendo a nosotros. Dios mismo tal como se revela en la historia de la salvación narrada en la Biblia y cumplida en Jesús. El nombre nuevo de María es Llena de Gracia, y esta identidad nos muestra el primado del Espíritu en nuestra vida y en la historia universal. Nos recuerda que el poder del Amor es más fuerte que el mal. La Trinidad puede llenar los vacíos que el egoísmo provoca en las personas, las familias y naciones.
    Estos vacíos pueden convertirse en infiernos, donde la vida humana es como si cayéramos en la nada, perdiendo el sentido y la Totalidad. Las falsas soluciones que ofrece el mundo para llenar esas tinieblas, como las orgías y drogas, de hecho ensanchan el abismo. Sólo el amor nos puede salvar de esta caída, pero no un amor cualquiera, sino el amor que tenga la pureza de la Gracia de Dios que transfigura y renueva, que pueda poner en los pulmones intoxicados nuevo oxígeno y energía vital. La Mujer nos dice que, por mucho que pueda caer el hombre, nunca es demasiado hondo para Dios, que descendió hasta los infiernos; por mucho que nuestro corazón ande por el mal camino, Dios es más grande que nuestro consciencia. 1 Juan 3, 20 El soplo de la Gracia puede dispersar las nubes más tenebrosas, hacer la vida más hermosa y llenar de significado incluso las situaciones más inhumanas.
    La Virgen nos habla de alegría, Xaîre la verdadera alegría que surge por la liberación del pecado y del miedo a las muertes. El pecado trae consigo una tristeza negativa, que nos induce a encerrarnos en nosotros mismos. La Gracia trae el gozo de la comunión con las Tres Personas, los seres humanos y el cosmos, que no depende de la codependencia patológica de creaturas, sino que tiene sus raíces en lo más íntimo, el Centro del centro de la persona, y que nadie ni nada puede quitar. El cristianismo es Buena Noticia, mientras que algunos piensan que es un obstáculo a la alegría, ya que sólo ven en él una serie de prohibiciones y reglas. En realidad, el cristianismo es el anuncio de la victoria de la Gracia sobre el pecado, de la Vida sobre la muerte. Y si implica algunos sacrificios y disciplinar el cuerpo y la mente, el corazón y el comportamiento, es porque en el hombre está la raíz venenosa de la egolatría, que lo perjudica a sí mismo y a los demás. Debemos aprender a decir no a la voz del narcisismo aislacionista, y a decir sí a la Voz del auténtico Amor en Comunión Cosmoteándrica.
    La alegría de la Nueva Mujer es plena, porque en su corazón no hay tinieblas de pecado, de apegos desordenados a las creaturas con rechazo de las Tres Personas que reúnen la Totalidad. Nunca tuvo en su alma impresa forma de alguna criatura, ni por ella se movió, sino siempre su moción fue por el Espíritu Santo. Juan de la Cruz, Subida, L.3, C.2, 10 Esta alegría coincide con la presencia de Jesús en su vida. Jesús concebido y llevado en su seno, después niño confiado a sus cuidados maternos, adolescente, joven y hombre maduro. Jesús que deja su casa, se rodea de discípulos y anuncia el Evangelio a las multitudes. Jesús que es seguido a distancia con la fe hasta la Pasión, Cruz y Resurrección. Ese Jesús que también, por la Gracia, está naciendo y creciendo en nosotros si buscamos que Todo se haga según su Palabra

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