148. Emergencia
educativa y ética de urgencias: Rom 6, 1-11
Todos
los que fuimos bautizados en Cristo Jesús, nos hemos sumergido en su muerte. Nuestro
hombre viejo ha sido crucificado con él, para que fuera destruido nuestro
cuerpo de pecado; y así como Cristo resucitó, también nosotros llevemos una
Vida nueva. Por la muerte redentora de Jesús el hombre es liberado del
dominio del pecado y es reconciliado con el Padre; por su resurrección el
hombre es salvado de la muerte eterna y obtiene la victoria sobre el Maligno en
el dinamismo del Espíritu. Esa es la alegría de ser cristianos y de pertenecer
a la Iglesia. Es la alegría que brota de la conciencia de haber recibido el don
de la fe, que ninguno puede merecer, sino que nos ha sido dado en pura
gratuidad y al cual hemos respondido con nuestro propio Hágase en mí según tu Palabra, de María. Es la alegría de
reconocernos hijos de Dios, de descubrir que estamos en sus manos y somos
acogidos en el abrazo de su Infinito Amor. Esta alegría orienta el camino ético,
liberados del pecado, hacia la felicidad de una Vida nueva fundada en una
relación personal con Jesús, los hermanos y la naturaleza, con buenas
costumbres que respetan la sana convivencia.
Al enfrentar hoy la Emergencia educativa, por el cambio de época, de sociedad, y de lo
qué significa educar y formar para transfigurar, nos enfrentamos también con una Ética de urgencia, Savater, Fernando, Ariel, México, 2012, 163 p.
La libertad de elección y vulnerabilidad de nuestra fugaz vida mortal, con sus
gozos, dolores y fragilidades nos imponen derechos y deberes. Y debido a que
los problemas humanos se renuevan a diario hay que reflexionar nuestras nuevas
obligaciones y responsabilidades. Aristóteles escribió mucho sobre ética, pero
no se hizo ni una pregunta sobre biogenética, internet o robótica, pues en su
mundo y en el de nuestros abuelos, no se sabía qué eran; pero nosotros tenemos
urgente necesidad de saber qué hacemos, comenzando por internet, pensando en
especial en que no se dañe a nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
México está, en números redondos, por los 113.000.000 de habitantes, de los cuales 22.000.000, el 16%, adolescentes entre los 10 y 19 años. Son trapecistas meciéndose en columpios a gran altura, de pronto se sueltan y saltan por el aire en búsqueda de otros columpios. Es el momento dramático y arriesgado de la adolescencia, entre la niñez y la juventud. Pablo Mier y Terán Sierra, Adolescencia riesgo total Si no los acompañamos en su desarrollo interrelacional real y virtual, la tragedia puede ser inminente.
México está, en números redondos, por los 113.000.000 de habitantes, de los cuales 22.000.000, el 16%, adolescentes entre los 10 y 19 años. Son trapecistas meciéndose en columpios a gran altura, de pronto se sueltan y saltan por el aire en búsqueda de otros columpios. Es el momento dramático y arriesgado de la adolescencia, entre la niñez y la juventud. Pablo Mier y Terán Sierra, Adolescencia riesgo total Si no los acompañamos en su desarrollo interrelacional real y virtual, la tragedia puede ser inminente.
La realidad virtual nos va invadiendo.
Antes si tú ibas a comer a un restaurant con un amigo y éste a los 5 minutos se
ponía a leer una revista, a los 10 un periódico y a los 15 un libro, deducías
que no tenía ni el más mínimo interés de concentrarse en un diálogo. Hoy ese
amigo habla contigo, interrumpe a cada instante para atender sus celulares, mientras
controla por cámara lo que pasa en su oficina o departamento, tiene no pocas
llamadas íntimas que antes nos hubieran llenado de vergüenza susurrarlas pero
él lo hace gritando a pleno pulmón, consulta noticias en internet y sigue de
reojo lo que están pasando por una pantallita en Blue Ray, conecta su iPad para
cerciorarse qué hora es en Pekín, París y Ciudad del Cabo antes de mandar un
mail a Kioto, y en cualquier momento se levanta y te deja plantado pues tiene
que atender una inesperada, muy esperada videoconferencia. Deberás mantenerte impávido, de lo
contrario eres un troglodita inadaptado con el síndrome de la Belle Époque. Eso sí, no se te dé por
molestar a tu amigo si él decide estar concentrado en mandar un mensaje de
texto, está en Twitter, Facebook o Youtube. La concentración sigue siendo un valor pero manipulable. Tendremos que aprender cómo utilizar Internet a favor de la
educación y la ciudadanía.
La comida se realiza entre la realidad
virtual y la realidad presente y es cada vez más complejo distinguir una de
otra. Internet puede introducirte en catedrales bellísimas de ciencias, artes,
buena información y formación; o en antros putrefactos de mensajes impunes que hacen
sufrir a miles, redes siniestras de secuestros, terrorismo, crimen organizado, alias
que esconden o roban tu identidad, pornografía y trata de personas, códigos
siniestros con engaños falsificaciones mentiras y tergiversaciones, virus y gusanos, espionaje,
bribonadas piratas bajando libros películas música o lo que se te cante sin
pagar lo debido, difundir orgías captadas con cámaras ocultas, secretos de
estado del Vaticano VatiLeaks, de EU WikiLeaks, o de quien sea. Que
cualquiera que tenga habilidades de hacker decida en un garaje, o en una empresa mafiosa, qué debe
mantenerse o no en secreto, o qué archivos confidenciales o top Secret sacar a
luz, es un peligro mundial que ya nos
amenaza. Los sitios maliciosos de Internet o malnets
se duplicaron en 2012, hay ya 1.500 exclusivos, y seguirán creciendo. Intentan suplantar
la identidad de empresas o entidades gubernamentales para incautarse datos o
cometer fraudes, con el objetivo de inducir a los cándidos usuarios a que
compartan información confidencial, financiera, tarjetas o cash.
Internet es demasiado bueno para que pueda ser censurado con inequidades arbitrarias, pero debe ser regulado por leyes justas estatales, nacionales
e internacionales, que corrijan comportamientos inadecuados; igual que se regula
cualquier tecnociencia, la energía nuclear, la clonación o el uso de robots. Ya
se le pasó el tiempo de ser la inocente Red
de la fraternidad universal, todos en contacto virtual con todos sin
intervención de nadie. La www del CERN de 1990, el salir de manos del ejército
de EU y el levantar la prohibición de su uso comercial en 1992, son historia
remota. Hay decenas de fórmulas para regular Internet, evitar robos e incursiones
indeseables de curiosos y copiadores malévolos, prohibir la difusión de material
pernicioso y evitar la impunidad que es corrupción. Es tan absurdo dejar a la
autoridad sin control democrático, como prohibirles que dicten leyes, que habrá
que mejorar, para que incriminen tanto a las páginas web como a sus usuarios.
El hombre viejo y el nuevo luchan en
nuestro interior y en Internet hecho a
nuestra imagen y semejanza. No podemos permitir que el pecado reine en
nuestros cuerpos mortales obedeciendo a sus malos deseos, ni hacer de Internet
un instrumento al servicio del pecado. Sepamos ya morir al pecado y vivir
felices por los Caminos de Dios.
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