viernes, 16 de marzo de 2012

81. Quinto aspecto de la New Age, su psicología transpersonal no es Trascendental: Mt 2, 19-23


    Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo, toma al Niño y a su Madre y regresa a Israel. El camino de retorno de Jesús desde Belén a Nazaret pasó por Egipto; del mismo modo que Israel tomó el camino del Éxodo en condición de esclavo, Fil 2, 7 para iniciar la Alianza de la Libertad en la Ley, José el varón justo, anèr díkaios, esposo de María, Virgen y Madre por el Espíritu, hecho santo y depositario del Misterio de la Trinidad para la humanidad y el mundo, custodió en el Exilio a Jesús que realiza la Nueva Alianza en su carne y en su sangre. José aparece como un hombre maduro, realizado y libre, oyente y hacedor en el silencio de la Palabra de Dios. Es un santo gigantesco, Patrono de la Iglesia Católica, pues del mismo modo que tuteló con sabiduría y ternura varoniles, en complementariedad con la femineidad de María, a la Familia de Nazaret ahora tutela con su celeste patrocinio a la Iglesia de Cristo para la nueva evangelización de los que se han alejado de su Regazo maternal, aun por nuestros pecados, falta de una fe recia, una esperanza alegre y un amor ferviente.
    Su realización humana de varón, esposo y padre, con terminología de A. Maslow; 1908-1970 madurez sexual y afectiva, buen trabajador, excelente afiliación, resolución audaz de problemas, aceptación de los hechos, falta de prejuicios, espontaneidad, creatividad y alta moralidad; no viene de su autorealización sino de su heterorealización en Dios. Maslow fue un psicólogo eminente para los sanos, fundador con otros colegas, de la psicología transpersonal. Invitado por Esalen, Instituto para la Exploración del potencial humano en Big Sur, en una charla de 1967 en la First Unitarian Church de San Francisco, The farther reaches of human nature; y siendo presidente de la American Psychology Association, hizo la primera presentación pública, en 1969, de la cuarta fuerza en el campo de la psicología con la creación del Journal of Transpersonal Psychology en un seminario de aquel Instituto.
    Esta tendencia a confundir la psicología con la espiritualidad fue más retomada por Esalen. La psicología transpersonal, influida por las religiones orientales y Jung, ofrece un camino contemplativo donde la ciencia se encontraría con la mística. El énfasis que se pone en la corporeidad, la búsqueda de métodos para expandir la conciencia y el cultivo de los mitos del inconsciente colectivo eran todos acicates para buscar al dios interior dentro de uno mismo. Para realizar el propio potencial había que ir más allá del ego individual a fin de convertirse en el dios que uno es en lo más hondo de su self o sí mismo. Esto se lleva a cabo escogiendo la terapia adecuada, meditación, pruebas parapsicológicas o con drogas alucinógenas. Todos estos eran los caminos para lograr experiencias de fusión con dios, los hombres y el cosmos.
    De esta manera el cosmos se ve como un todo orgánico; animado por una energía, que también se identifica con el alma divina o espíritu; se cree en la mediación de varias entidades espirituales. Los seres humanos son capaces de ascender a esferas superiores invisibles y de controlar sus propias vidas más allá de la muerte; se defiende la existencia de un conocimiento gnóstico perenne que es previo y superior a todas las religiones y culturas; las personas siguen a maestros ascendidos o iluminados. Cada individuo es considerado fuente creadora del universo. Pero necesitamos hacer un viaje para comprender dónde encajamos dentro de la unidad del cosmos. El viaje es la psicoterapia, el reconocimiento de la conciencia universal y la autosalvación. No existe el pecado, sólo hay conocimiento imperfecto o errado. La identidad de cada ser humano se diluye en el ser universal y en el proceso de sucesivas reencarnaciones. Los hombres están sometidos al influjo determinante de las estrellas, pero pueden abrirse a la divinidad que vive en su interior, en una búsqueda continua de una armonía cada vez mayor entre el yo y la energía cósmica divina. No se necesita Revelación o Salvación que vengan desde fuera, basta experimentar la salvación escondida en el propio interior o autosalvación, dominando las técnicas psicofísicas que conducen a la iluminación definitiva.
    Transpersonal significa así más allá o a través de lo personal, y se refiere a motivaciones, estadios evolutivos o modos de ser que incluyen y trascienden la esfera del individuo o ego. Sus intereses son los procesos y estados transpersonales, la conciencia unitiva, las experiencias cumbre, el éxtasis, la mística, las teorías y prácticas de la meditación, los caminos espirituales. Pero todo es parte del potencial humano sin casi relación con el mal, cual autocreadores y autoredentores pelagianos, sin referencia al Evangelio de la Gracia del Resucitado, cuyo Custodio es José no por la sola psicología transpersonal, sino por el Dios Infinito que lo guiaba en sus designios por sueños no psicológicos sino pneumatológicos.
    No es nuestra intención dejar de reconocer que la misma psicología transpersonal está avanzando y hay quienes la separan ya de la penumatología. La clave está en que respetemos la importancia de toda psicología seria científica y ética, como ciencia distinta de otra ciencia y sabiduría llamada Pneumatología, inseparable de la psicología y somatología. La Espiritualidad Trascendental, investiga y experimenta desde hace milenios, no sólo el potencial humano de 120 voltios, sino del Potencial Divino de infinitos voltios increados  que transfigura a todo ser humano que se abre a la Trinidad.

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