jueves, 25 de agosto de 2011

7. Algunos aspectos de la espiritualidad de Jesús para convivir en Él: Rom 8, 31-38

 


    Nada podrá apartarnos del amor de Cristo. Como dice el salmo 44, por tu causa somos entregados sin cesar a la muerte; se nos considera como ovejas destinadas al matadero. Pero, aun en todo esto, obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó. Si nos enamoramos del Resucitado, que está en medio nuestro y tánto nos ama, y tratamos conformarnos con los aspectos más relevantes de su espiritualidad, nos será más fácil vivir en comunidad. Puede parecer extraño considerar la espiritualidad del Hombre Dios, pero el Verbo no se mezcló ni confundió con su humanidad, cuya espiritualidad dependió de la  unión con el Verbo que la llenó de gracia. Además la espiritualidad no es una abstracción fuera del espaciotiempo; se va modificando con las culturas, teologías y ciencias que la encarnan. La gracia, los caminos para desarrollarla, y las fases por las que pasa a medida que crece son parecidos. No así en cada persona en el proceso de su historia. Y no todos los que seguimos a Jesús somos conscientes de su espiritualidad humana, y podemos deformarla, estar lejos de ella, desconocerla, o confundirla con otra espiritualidad. 
    La humanidad de Jesús poseyó la gracia santificante, o sea la participación en la naturaleza de las tres Personas de Dios. Summa, III, 7 y 8 Es la gracia más plena, y en el máximo grado posible, que jamás una naturaleza humana podría tener, sin limitación alguna, lleno de santidad y verdad aun para volcarla en los seres humanos de todos los siglos. De ahí que poseyera también todas las virtudes, dones y carismas del Espíritu. Y al mismo tiempo estuvo marcada por las características sociales, políticas y económicas del judaísmo, el helenismo y el imperio romano en Galilea y Jerusalén. Jesús era un artesano campesino, que no había estudiado en Jerusalén, Atenas o Alejandría; un artista y poeta inspirado que supo hablar a las multitudes en geniales comparaciones que reflejaban que Él era la suprema Parábola de la Trinidad. Y lo hizo cuando el judaísmo rabínico y el cristianismo no se habían escindido. Los seguidores de Jesús eran una opción dentro del pluralismo judío, ramas de olivo silvestre injertadas en el santo olivo de Israel. Rom 11 Después del año 70, comenzará la separación de estos hermanos gemelos nacidos de los mismos padres.
    Su espiritualidad dinámica, creativa y vivificante, inseparable de María y José, cada vez más explicitada por la Iglesia; para seguirla, no para copiarla; es el referente absoluto del Pueblo de Dios. Damos diez aspectos de esa gracia de la Cabeza de los ángeles, los hombres y el universo. 1. Jesús, el Misterio de Dios, fue un contemplativo y místico singular. Casi toda su existencia, 37 ó 39 años, la pasó en el escondimiento de una minúscula ranchería de 300 habitantes rodeada de bosques y montañas, con una sola fuente de agua, en el silencio familiar, creciendo en humanidad, gracia y sabiduría. Nunca hombre alguno experimentó tal intimidad con su Abba y su Espíritu, al formar las palabras, que como Verbo carne, tenía que transmitir en un año o tres de vida pública. 2. Jesús es el Profeta que debía surgir después de Moisés. Deut 18 y 34 Habla en lugar de Dios y como Dios, discierne los signos de los tiempos, y propone una revolución espiritual, social y ecológica; no política partidista ni violenta, que invierte todos los valores, hasta ser un Mesías al revés, no el vencedor exitoso, sino la víctima fracasada. A. Nolan, Jesús hoy 3. Jesús quiere nuestra transfiguración paulatina en hijos del Padre con sus bienaventuranzas; por un proceso en el Espíritu, social y activo, de la persona en comunidad de discípulos misioneros, que no separen el Reino de la Iglesia y el Mundo. 4. Jesús fisiona oración con lectura y trabajo dentro de una opción preferencial por los pobres. 5. Jesús une salvación espiritual del pecado, con sanación psicológica y curación corporal. 6. Jesús celebra la Pascua judía y la hace una Eucaristía paradojal, cruz y resurrección son inseparables, el combustible del vivir es morir, somos entregados sin cesar a la muerte y así obtenemos una amplia victoria. 7. Jesús vive en unitotalidad con la Trinidad, los hombres y el cosmos. 8. Jesús considera que lo único importante es realizar la Voluntad del Padre, iniciar la construcción del Cielo y la Tierra nueva. 9. Jesús es el hombre más libre que haya existido, su libertad no es un fin sino un medio para realizar el Proyecto del Padre. 10. Jesús nos hace libres en comunidad, al servicio del Reino, para que convivamos en el amor divino con que Él nos amó y ama, y la Trinidad sea todo en todos.

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