jueves, 21 de febrero de 2013


156. Presencias y ausencias de la experiencia del Dios Trinidad: Cant 2, 2-5

    Reconfórtenme con pasteles de pasas, reanímenme con manzanas, porque estoy enferma jodoth de amor. San Bernardo explica este contacto con Dios diciendo, la persona que ha tocado la presencia de Dios, su Amado, siente ahora su ausencia. Tomó incremento el amor porque tuvo ocasión no sólo de verlo sino de dialogar con él. Además la hizo entrar en la casa del vino, de donde es imposible que haya salido sedienta, pero a pesar de todo quedó con sed, porque los que beben de Dios siempre tendrán más sed. Cuando, según su costumbre, el Amado se ausenta, la persona enferma de amor. Cuando más llena de Gracia es la experiencia de su presencia, tanto más molesta será su ausencia. El amor es fuerte cuando Dios está cerca; cuando se ausenta, se debilita,  desfallece, enferma cual enferma a los enamorados. SCant, 51
    Somos seres finitos, pecadores, con múltiples pulsiones corporales, psicológicas, espirituales, familiares, comunitarias y mundiales. Estamos inacabados e insatisfechos, en eterno Deseo peregrinante hacia la Trinidad. Y Dios Padre, en el Misterio de sus proyectos no tiene porqué hacer que los dones de su Espíritu operen modo divino de idéntica forma y en todo momento con nosotros. No puede resultarnos extraño entonces que se produzcan presencias y ausencias más o menos prolongadas e intensas, y que ambas tengan sus objetivos de crecimiento espiritual aunque nos hagan sufrir. Aprender a vivir sumisos ypomoné a estos vaivenes, por más dramático que sea, es emprender el Camino Místico del Misterio Pascual de Jesús, donde vida y muerte se enfrentan sin parar. Donde hay que subir a la montaña de la transfiguración y bajar para fracasar al querer curar a un epiléptico por nuestra falta de oración. Donde las ausencias están previstas para que Marta retome el evangelio del trabajo y no se quede abstraída en éxtasis con María. Somos tan complicados y retorcidos que podemos hacernos adictos y manipuladores de las presencias, olvidando a los pobres, al Cuerpo Místico doliente de Cristo, indesligable de su Cuerpo Resucitado.
    Las alternancias experimentables de presencias y ausencias de la Trinidad, de quien nada ni nadie podrá separarnos, son así parte de la pedagogía bíblica de Jesús que, en su humanidad, las sufrió más que nosotros. Son desarrollos saludables del Deseo y del Gozo de Dios en la Fe Esperanza y Amor. Lo enfermizo estaría en no buscar las presencias o no mantener la sabiduría en las ausencias. Ambas alternancias no son sólo personales sino que pueden abarcar épocas y países enteros. Karl Rahner pensaba que occidente tiene que madurar probando el trago amargo de la ausencia de Dios. Tal como en nosotros, al Día en que Dios está al alcance de la mano, sucede la Noche de los sentidos y del alma; eso mismo puede pasar en la historia de los pueblos. Y el hecho de que esto ocurra por nuestros pecados, podría resultar en la felix culpa del Pregón Pascual. 
     Dios parece estar cada vez más ausente de las ciudades y del campo manejado con maquinaria computarizada, de las ciencias y de las artes, de las leyes, de los gobiernos y universidades, y hasta de los fieles que no tienen interés en sus presencias, pues nunca han sido llevados a la Luz del Tabor, del Calvario y de la Tumba vacía. No sabemos bien cuándo el Espíritu está más Presente, si en la desolación que nos deja su ausencia, o en consolación de su presencia. Lo importante es seguir firmes en la voluntad del Padre.
    Relata el padre Paicio del Monte Athos. 1924-1998 Una vez durante la oración nocturna, me comenzó a llenar una inigualable alegría celestial. Mi celda, cuya oscuridad era iluminada por el trémulo pabilo de una vela, comenzó a llenarse poco a poco de una bella y misteriosa Luz muy fuerte y distinta. Pero sentía que mis ojos aguantaban su intensidad. Era la Luz Divina increada, que vieron tantos monjes. Muchas horas estuve en el brillo de ese Sol, no sintiendo los objetos terrenales y encontrándome en el mundo espiritual. Cuando cesó y salí afuera desolado eran las 10 de una mañana bien soleada, mas a mí me parecía una noche de plenilunio.
     En Camille Claudel 1864-1943, se hace patética la mística en su lenguaje secular de la situación humana, lo desconocido y la búsqueda de la felicidad, donde todo placer quiere eternidad. Panikkar Apasionada de la escultura, hermana de Paul Claudel, +1955 embajador en Estados Unidos, Japón y Bélgica, dramaturgo y poeta, convertido al catolicismo; se encontró con Rodin a los 19 años y a los 20 empezó a trabajar en su taller. Camille colaboró en sus trabajos, posó para él y fue su conflictiva amante y codependiente por varios años. Su obra es parecida a la de Rodin, pero nunca una copia. Rodin no dejó a su pareja Rose Beuret con quien se casaría en 1917 poco antes de la muerte de ambos. Probó otra relación amorosa con Debussy, quien tampoco dejó a su pareja, y de ambos quedó embarazada. Esto desequilibró a Camille, se encerró en su taller, y en 1905 realizó su última exposición. Sufrió sucesivas crisis nerviosas cada vez más agudas y destruyó 90 de sus obras. En 1912, mientras sus esculturas en bronce eran expuestas en Roma, ella vivía en la miseria vestida de harapos junto al Sena. Su padre, que la apoyaba y quería, se negó a internarla. Pero al morir en 1913, Paul por quien su hermana sentía adoración, la hizo encerrar en un psiquiátrico. Su familia nunca fue a verla y prohibió que recibiera visitas. A pesar de su lucidez y ruegos para que la sacaran permaneció encerrada durante 30 años hasta su muerte a los 78 años. Fue enterrada en una tumba sin nombre con el número 1943-n392, en el mismo psiquiátrico. Su tumba desapareció por remodelaciones. Todos vamos al silencioso funeral, al funeral de nadie, pues no hay nadie a quien enterrar. Y ahora calla y deja sobre ti la tiniebla, que será la tiniebla de Dios. Eliot
     Santa Teresita narra cómo Dios permitió que, al final de su vida, se viera invadida por densas tinieblas que le gritaban, burlándose de ella, sueñas con la Luz y el Creador de Ella. Crees que podrás salir un día de las negras brumas que te rodean. Adelante, gózate con la muerte que te dará, no la Patria que esperas, sino una noche más tenebrosa todavía, la noche de la nada. 
     Motovilov, el discípulo de san Serafín de Sarov, cuenta cuando éste lo tomó por los hombros y le dijo, mírame. Motovilov replicó, no puedo hacerlo padre, relámpagos salen de tus ojos; tu rostro se ha vuelto más radiante que el sol, y mis ojos no pueden aguantar el dolor. Serafín respondió, no tengas miedo, tú también estás tan radiante como yo, envuelto en la Luz del Espíritu Santo, de otra manera no podrías percibir en mí su Luz.
    Realistas, soñadores y nihilistas, cuya fe sólo Dios conoce; en medio de malestares y fracasos,  bienestares y éxitos; no son ajenos al Misterio Pascual. Paicio, Camille, Teresita y Serafín con Motovilov exploraron su espacio interior o conciencia llena de realidades, sueños y nada, donde anida la Trinidad interconectada con todo el cosmos, eran enamorados enfermos de Amor con las presencias y ausencias de Jesús.  

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