martes, 5 de febrero de 2013


152. Los monasterios, laboratorios de estudio diálogo y cultura: Ap 22, 6-21



    El Ángel me dijo, Dios que inspira a los profetas envió a su mensajero para mostrar a sus siervos lo que ha de suceder pronto. Cristo, sí volveré pronto. Bienaventurado el que guarde las palabras profética de este Libro. Juan, yo fui el que vio y oyó todo esto. Asamblea litúrgica, el Espíritu y la Esposa dicen, Ven; y el que escucha debe decir, Ven. Cristo, el que da testimonio de todo esto afirma, sí, vengo pronto. Asamblea, Amén, ven, Señor Jesús. Juan y el lector, la Gracia del Señor Jesús permanezca con todos. Amén. El epílogo apocalíptico es un diálogo litúrgico que muestra cómo la Asamblea, congregada por el Señor en su Día, escuchó la Palabra, la asimiló para vivir el ya pero todavía no de la Venida de Jesús según la Revelación, tiene la actitud fundamental, Ven, Señor Jesús; y mientras, que la Gracia del Señor permanezca con todos.
    La vida monástica sigue este modo apocalíptico de existir y es necesario conservarla con fidelidad en su espíritu genuino, manteniendo su oficio principal en la Escuela al servicio humilde de Jesucristo dentro de los muros del monasterio; sea consagrados de manera íntegra al culto divino in umbratili vita o asumiendo algún apostolado u obras de caridad; y renovando sus antiguas tradiciones para adaptarla a las actuales necesidades del hombre contemporáneo. PC, 9 Los monasterios han sido y siguen siendo, en el corazón de la Iglesia y del mundo, signo elocuente de comunión, lugar acogedor para quienes buscan a Dios y las realidades del Espíritu, escuelas de fe y verdaderos laboratorios de estudio, de diálogo y de cultura para la edificación de la vida eclesial y de la ciudad terrena, en espera de la celestial. VC, 6
    Un laboratorio puede ser una dependencia en cualquier centro docente para aprender lo que otros nos legaron, o un edificio especial habilitado, controlado, normalizado y asegurado, para investigaciones, experimentos, análisis, síntesis, y todo aquello que avance el desarrollo integral y creativo del hombre. Hay laboratorios de muchas especies, psicológicos, meteorológicos, clínicos, lingüísticos, nucleares, artísticos, informáticos. Al monasterio se le pide ser uno que, desde el Ven Señor Jesús escatológico y su Gracia en el tiempo, una la fe de la Escuela al servicio de Jesucristo con el estudio, el diálogo y la cultura; tanto para la edificación de la Iglesia como del Mundo, sin dejar de apuntar hacia la Jerusalén celestial.
    Nuestra historia ya ha tenido diferentes y complementarios. Comenzamos en los Laboratorios de Molesmes, Citeaûx, Julie y Tart. Fieles a la relectura que hicieron de la forma de vida monástica, los primeros cistercienses dieron un lugar peculiar e iridiscente a tres dimensiones. Fidelidad al espíritu y a la letra de la Regla de san Benito, una estricta soledad personal y comunitaria para favorecer la oración contemplativa, y el amor a Jesús pobre y humilde. El Verbo hecho carne, la Biblia De veritate hebraica, la Escuela del Amor, la libertad de quien es imagen de la Trinidad, la antropología De anima, la amistad espiritual, los Tratados de espiritualidad, el esplendor de la arquitectura y la ecología; hablan por sí mismos.
    Octavio Arnolfini, con Étienne Maugier y Abraham Largentier firmando el documento en 1606, la Regla sin ninguna dispensa, en el Collegium de San Bernardo en Paris. De Rancé y la Trapa del siglo XVII. Los abades Vital Lehodey de Bricquebec, 1893-1929 con Los Caminos de la oración mental y El santo abandono. Jean-Baptiste Chautard de Sept-Fons, 1858-1935 con El alma de todo apostolado, tan querido de san Pío X. Anselm Le Bail, 1878-1956 de Scourmont infatigable formador monástico, promotor entre otros de los Padres cistercienses. Thomas Merton, 1915-1968 impulsando el diálogo interreligioso y el anuncio y denuncia social, se sintió frustrado ante la pérdida de la contemplación que estaba ocurriendo por los años 60’s debido a la preocupación por los asuntos económicos y materiales; poner un sobre énfasis en costumbres insignificantes; y las diferencias de opiniones con su abad. Spencer y Getsemaní con Obrecht y su amistad con las tres hermanas de santa Teresita. REMILA despuntará de la Región Americana en 1976. Alexis Presse, abad de Tamié y fundador de Boquen. Pfanner, El rebelde obediente y Baba de Marianhill en Sudáfrica, W. Hünermann, Combonianas, Madrid, 1965, 390 p.  Charles Dumont, André Louf, Armand Veilleux, Martha Driscoll, Michael Casey, Juan María de la Torre y los abades generales desde Wyart a Sortais y a Fitzgerald; como la irradiación cultural de importantes revistas, libros, institutos, la Carta europea de las abadías, los Congresos Internacionales; los laicos cistercienses; Augusta Tescari y los santos y santas trapenses.
    No es algo del todo nuevo el ser semilleros que somos edificados y edificamos. Lo que pasa es que el desafío actual de la Nueva Evangelización, a partir del memorial, debe transfigurar en esperanza cierta la novedad ambigua del cambio de época. Opinamos que nuestros laboratorios tienen que reinventar tres contornos, un monacato total místico conciente. Total, que abarque, manteniendo la identidad propia de cada tradición, al monacato de oriente y de occidente ortodoxo, reformado y católico, en todas su formas, enriqueciéndose con el de las demás religiones, hacia un Ordo monasticus universalis que tiene más de 5.000 años. Místico, una experiencia del Misterio de Dios, el hombre y el cosmos, que nos transfigure en la Pascua de Cristo, stauróforos y pneumatóforos. Conciente, de la consciencia cual el más profundo centro de unión con la Trinidad, en el desapego, por Gracia de Jesús, del tráfago esclavizante de nuestras facultades.

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