125. Conocernos en fe razonada desde la Trinidad y mis hermanos: 1 Cor 13, 11-13
Cuando me hice
hombre, dejé a un lado las cosas de niño. Ahora vemos como en un espejo, de
manera borrosa y enigmática, después cara a cara. Ahora conozco en parte, mérous después conoceré como Dios me
conoce. Entrar
en comunión para la misión implica darme
a conocer sin miedos ni exhibicionismos, y buscar el conocimiento tan amplio como sea
posible de mis hermanos alrededor de Jesús resucitado. Tendré que encontrar
algunas dinámicas que mejoran las interrelaciones personales, para mostrar mi
yo y ver el de los otros muy diferentes de mí. Una herramienta de psicología
cognitiva, acomodada a la espiritualidad, que nos enseñó desde 1973 el padre
Julio Li, un sacerdote jesuita chino peruano, es la Ventana de Joseph Luft
& Harry Ingham o de Johari uniendo sus dos nombres. Fritzen, S.
José, La Ventana de Johari. Ejercicios
dinámica de grupo, de relaciones humanas y de sensibilización Sal Terrae,
Bilbao, 1987, 133 p. Da 45 Ejercicios que uniría a Torralba, Francesc, Inteligencia espiritual, Plataforma, Barcelona, 2010, 338 p.
El
espacio interpersonal está dividido en cuatro áreas. Las dos columnas
representan al yo y las dos franjas representan la comunidad. La primera
columna contiene lo que yo sé de mí, la segunda lo que desconozco de mí. La
franja superior contiene lo que la comunidad sabe de mí, la franja inferior lo
que la comunidad desconoce de mí. Las informaciones contenidas en las franjas y
columnas no son estáticas, se desplazan de un cuadrante a otro, en la medida en
que varían dentro de la comunidad los grados de realimentación y confianza o
desconfianza, y así las áreas se achican o se agrandan. El ideal está en ir
ampliando el área libre de modo que se reduzcan de forma legítima las tres
áreas escondidas, tanto en los demás como en mí, y la comunidad se haga más
transparente, serena y solidaria. Lograr que la comunidad aprenda a dar y
recibir feedback; alertarnos que las
áreas escondidas son las que pueden predominar y hacer peligrar la comunión; y
sensibilizarnos sobre sanas relaciones interpersonales.
Área Libre. Se encuentran los datos conocidos
por mí y mi comunidad, en intercambio libre y abierto entre el yo y los demás.
Es comportamiento accesible a todos. Modo público de orar, leer o trabajar.
Área Ciega. Contiene informaciones de mi
yo que ignoro, pero que la comunidad conoce. Modo de cantar, hablar claro o
entre dientes, tics nerviosos, espalda derecha o cargada, tendencia a
defenderme.
Área Oculta o Íntima. Son cosas que
conozco de mí pero oculto a los demás por miedo al rechazo, al ataque, al
juicio negativo, para manipular a los demás, secretos o intimidades que no debo
publicar.
Área Desconocida. Factores inconscientes
que desconozco y desconoce la comunidad. Hechos de mis padres o abuelos, de mi
infancia, talentos ocultos y potencialidades por descubrir y realizarse.
El
animador tiene que poseer tres cualidades. Auténtico sin máscaras ni fachadas,
con larga experiencia en dinámica grupal, espiritualidad de comunión, y los
límites que el pecado le opone a la convivencia sólo salvables por la locura de
la Cruz. Empático con los sentimientos de cada uno, sana con sus llagas sin
caer en la trampa de convertirse en paciente
y no estimular el crecimiento psicosomático espiritual. Respetuoso con una
actitud propositiva que no impone, afectuoso y aceptador de cada individuo. La
Ventana por donde miramos y nos miran con lenguaje
total se desequilibra al poner mayor o menor énfasis en el proceso de dar o
recibir realimentación. Se describen cuatro tipos.
Ideal. El área libre aumenta hasta casi
ocupar la Ventana en la medida en que los miembros de la comunidad tienen mayor
familiaridad y aprenden a dar y recibir realimentación con libertad y amor.
Entrevistador. El área oculta o íntima
es enorme. La persona pregunta a otro miembro o a toda la comunidad sin cesar,
pero ella no da un solo dato sobre sí misma. Solicita informaciones e irrita.
Matraca. La que se desborda es el área
ciega. Le dice a la comunidad su opinión sobre ella, pero no da oídos a lo que
le dicen los demás. Mal oyente, en nada crece y termina por no ser realimentado.
Tortuga. Se hipertrofia el área
desconocida. Se trata de personas que muy poco saben de sí mismas y la
comunidad menos. Participantes sordomudos que ni dan ni reciben realimentación, su
caparazón y encerramiento lo impiden.
No es nada fácil dar y recibir realimentación, sin que se perciban amenazas a mi ego o egolatría. Se requiere una filosofía y una teología de aceptación de sí mismo y de los demás, un saber que crecemos no en el aislamiento sino en la koinonía. Tener fe en el Señor no es algo que interesa sólo al área del
conocimiento intelectual, sino que es un cambio que implica toda nuestra vida;
sentimiento, corazón, intelecto, voluntad, corporeidad, emociones, relaciones
humanas. La fe en Dios que es Amor, y que se ha hecho cercano al hombre
encarnándose y entregándose a sí mismo en la cruz para salvarnos y reabrirnos
las puertas del Cielo, indica de modo luminoso, que solo en el amor está la
plenitud del hombre. Es necesario repetirlo con claridad, que mientras las
transformaciones culturales de hoy muestran a menudo muchas formas de barbarie,
que pasan bajo el signo de conquistas de la civilización; la fe afirma que no
existe una verdadera humanidad si no es en los lugares, en los gestos, dentro
del plazo y en la forma en la que el hombre está animado por el amor que viene
de Dios; que se expresa como un don, se manifiesta en relaciones llenas de amor,
de compasión, de atención y de servicio desinteresado frente a los demás. Donde
hay dominación, posesión, explotación, mercantilización del otro para el propio
egoísmo, donde está la arrogancia del yo encerrado en sí mismo, el hombre
termina empobrecido, desfigurado, degradado. La fe cristiana, activa en el amor
y fuerte en la esperanza, no limita, sino que humaniza la vida, más aún, la
vuelve humana en plenitud. Benedicto XVI, Catequesis del 17/X/2012
Cuando me conozco cual Cristo y sus Cuerpos me conocen, ya no soy niño, tengo la liberación del Eureka de Arquímedes, y hasta una
introvisión del Espíritu. La comunidad del Padre es evangelizada, me voy haciendo Hombre Maduro en la Fe que obra por medio del Amor. Gal 5, 6 Muéstrame si puedes, tu fe sin las obras; yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi fe. Sant 2, 18
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