martes, 16 de octubre de 2012


124. Ligamentos que nos energetizan en fe para Evangelizar: Is 40, 27-31



     Por qué dices Jacob, y lo repites tú Israel, a Yahveh se le oculta mi camino y mi derecho pasa desapercibido a mi Dios. Acaso no lo sabes o nunca lo has escuchado. Yahveh es un Dios Eterno, Él crea los confines de la tierra. No se fatiga ni se agota, su inteligencia es inescrutable. Da fuerza al hombre cansado y acrecienta la energía del débil, y los que esperan en Él renuevan su pujanza. Confesamos creer en un Dios Todopoderoso o Pantokrator, que está en contacto directo e inmediato con nosotros; y sin embargo es doloroso comprobar cómo nuestras energías espirituales, y las de no pocos que nos rodean, disminuyen o desaparecen, hasta la incapacidad de irradiar la Fe en la Gracia.
    Olvidamos las Energías Increadas y creadas con que la Trinidad nos hace volar como águilas, correr sin agotarnos y avanzar sin fatigarnos. El Resucitado plenifica la Totalidad, y crecemos en esa Totalidad hacia Cristo, que es la Cabeza, de quien todo el cuerpo recibe trabazón y cohesión, gracias a todos los ligamentos, páses hafês que lo nutren, según la actividad propia de cada miembro. Ef 4, 16 Jesús resucitado con su Pascua Trinitaria es el Principio y el Fin, el Centro y la Esfera Infinita que contiene toda la creación angélica, humana, cósmica, y los Misterios que seguirán. Él triunfa sobre el vacío angustioso aislado en que nos deja la desertificación espiritual de la cultura que nos rodea, triunfa sobre la ruptura de la comunión con las partes ordenadas de la Totalidad en que existimos, que por nuestra desintegración puede ser descoincidencia de inagotables opuestos que nos trituran y torturan. Cristo Cabeza logra en consecuencia que todo mi Cuerpo Universal, reciba trabazón y cohesión, interrelacionando la infinidad de sus miembros o partes con ligamentos, junturas, articulaciones, redes neuronales, vasculares, cuerdas o supercuerdas cósmicas, agujeros de gusanos intra o inter universo.
    Atención, algunas de las parábolas de esas interconexiones son metáforas que ni están demostradas, dado que la consistencia, la sofisticación y la belleza nunca son suficientes en la investigación científica. La teoría de cuerdas es sospechosa de pseudociencia. Parece científica porque aborda un problema abierto que es a la vez importante y difícil, el de construir una teoría cuántica de la gravitación. Pero postula que el espacio físico tiene siete dimensiones, para asegurarse consistencia matemática. Puesto que estas extra dimensiones son inobservables e indemostrables después de 40 años, parece ciencia ficción que escapa al falsacionismo. M. Bunge, Skeptical Inquirer, julio agosto 2006
    Las reales interconexiones de las que habla la Revelación se refieren al Misterio de los Ligamentos del Espíritu Santo que todo lo penetra, mantiene entrelazadas todas las cosas, y conoce cada voz. Sab 1, 7 Todos somos sumergidos en solo Espíritu para formar un solo Cuerpo 1 Cor 12, 13 y nos integramos cual fragmentos de la Eucaristía que nos origina, sustenta y lleva a la perfección del Padre. Jesús resucitado es la Raíz de todos los seres, y sus Raíces sostienen el existir y hacer de las realidades interconectadas entre sí. Estamos ligados con la Trinidad, los ángeles, los hombres, el cosmos, y lo que desconocemos. Nunca estamos aislados, aunque a veces estemos tentados y sintamos el aislacionismo. La fe no es un sentimiento sino un asentimiento que escucha la Palabra. La fe detona esa mística comunión. Me dice dónde debo enchufarme para recibir esa fuerza energética Infinita de la interconectividad en Dios que es Todo, Padre Hijo Espíritu. Allí vivimos en la fe del Amor que nos abraza divinizándonos.
    Una persona con gozosa energía vital tiene un efecto cautivador con su sola presencia. Energía que se refleja en su postura, su voz, su silencio, su sonrisa, su habilidad de irradiar procesos creativos de desarrollo. Comida y aire sanos, ejercicios y natación, caminatas al sol junto al mar o por campos montañas y bosques, diálogos comprensivos, sueño reparador bajo la luna y las estrellas, buena integración sexual emotiva e intelectual, trabajo y lectura, cine teatro y arte, amor y amistad, descanso turístico, armonía con la sociedad y el universo, y dolores y dramas bien asumidos, nos llenan de alegre y expansiva vitalidad. La hermosura del bosque se presentaba excepcional durante las frescas horas de la mañana cuando nadie había allí más que él mismo. Los troncos de los pinos, se elevaban en apretadas filas como columnas en amplio salón cubierto con una cúpula verde azul. Hans, extenuado de estudios y exámenes, se tendió sobre el musgo, tomó y comió algunos arándanos, escuchó el picotear de un pájaro carpintero y llegó hasta sus oídos el reclamo de un celoso cuclillo; en tanto que una leve brisa soplaba por la arboleda. Cómo se relajaba todo su organismo al respirar ese aire. Hermann Hesse, Bajo la rueda
    Sí, pero sin contacto orante con el Misterio del Dios Trino y sus Proyectos, que interconectan la Totalidad, serán una energía mínima y exangüe de Evangelio Eterno. Los fragmentos seguirán dispersos. Entre el TrinoUno Dios, y la muerte en la locura, tertium non datur. Entre la Vida Eterna en las profundidades de la Trinidad, y la muerte segunda no hay término medio. O la Trinidad o el infierno. Pavel Florenskij, científico, teólogo y sacerdote ruso fusilado el 08/XII/1937 
     Eso es introducirse en la Totalidad de la Cabeza unida al cuerpo, de los sarmientos unidos a la Vid. Eso es creer en la comunión de todos los fieles cristianos, de los que peregrinan en la tierra, de los que se purifican después de muertos y de los que gozan de la bienaventuranza celeste. Eso es introducirse en la experiencia del Dios Uno en Tres Personas. No en la experiencia sobre Dios, sino en la misma experiencia que Dios tiene de Sí mismo, participada al abrirse la Puerta de la Fe, en el Cuerpo de Cristo Interconexionado que constituye el núcleo envolvente de mi ser personal en comunión para la misión. O existimos en comunión o no existimos. En la fe, que es de lo que no vemos, esta comunión puede parecernos fantasmagórica y huidiza, en la Parusía la palparemos y entraremos. Amo porque soy amado por la Trinidad, encuentro porque he sido encontrado por la Trinidad, conozco porque soy conocido por la Trinidad. Gal 2, 20; 1 Jn 4, 10; Gal 1, 15 y 1 Cor 13, 12

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