132. Fe y razón en la Nueva
Evangelización del Reino de Dios: Sal 149
Canten a Yahveh un Cantar Nuevo, Shir hadash alábenlo en la
Asamblea de los santos, Qajal jasidim que Israel se alegre por su Creador, y los hijos de Sión se regocijen por su Rey. Melek Este salmo postexílico muestra las luchas que
está manteniendo el pueblo para reedificar la Jerusalén terrenal, en medio de las
dificultades de los que se les oponen; y cómo Yahveh se complace con su pueblo y salva a los humildes, anawim. Rey es el monarca soberano de un reino, Jefe
de Estado y representante y símbolo de su nación. Puede tener o no poderes
ejecutivos, legislativos y judiciales, y su autoridad es para desarrollar y
hacer crecer el bien común de los ciudadanos. Al Creador se lo llama Rey por encima
de toda autoridad humana y eclesial, a las que hay que respetar y obedecer si
son legítimas y buenas. CEC, 1897-1904 Seis siglos después de este salmo, el Ap 1, 4-8 nos dirá. Llegue
a ustedes la gracia y la paz de parte de Aquel que es, que era y que viene, de
los siete Espíritus y de Jesucristo el Testigo fiel, el Primero que resucitó de
entre los muertos, el Príncipe arjón de los reyes de la tierra. El Verbo de Dios está más allá de todo
lenguaje, y aunque éste exprese la verdad, el Verbo la sobrepasa al Infinito.
Cristo es el Rey Total, la Autoridad del Amor Absoluto, opuesto a cualquier arbitrariedad, que rige el cosmos, los seres humanos y los ángeles.
Anunciar
que el Hombre Dios es Rey supone una revelación prodigiosa y liberadora de toda
tiranía y esclavitud propia o ajena. Inseparable pero distinta de toda
autoridad humana o eclesial, mi verdadero y Único Rey, que busca la redención
de mi persona, y de todas las personas y el cosmos, es la Trinidad. La
fe permite un conocimiento auténtico sobre Dios, que coenvuelve a todo mi ser. Se trata de un conocer, no racionalista, que da sabor a la vida, una forma
alegre de existir. La fe no es fideísmo o voluntad de creer en contra de la
razón. El creo porque es absurdo es
contrario a la fe católica. Dios no es ningún absurdo, sino un Misterio. El
Misterio no es irracional sino transracional. Es sobreabundancia de sentido, de
significado y de verdad. Si contemplando el Misterio, la razón ve oscuridad, no
es porque en el Misterio no haya luz, sino más bien porque hay demasiada Luz. Igual
que al mirar al sol vemos negrura por enfocar tanta luz. La fe nos permite ver el
Sol que es Padre Verbo Espíritu, quien se ha acercado al hombre, en la
encarnación pascual del Hijo, y se ha ofrecido a su conocimiento, condescendiendo
al límite creatural de su razón. Dei Verbum, 13
Dios con su gracia ilumina la razón, le
abre nuevos horizontes, inconmensurables e infinitos. Por este motivo, la fe es
un fuerte incentivo para buscar siempre, sin detenernos ni desfallecer jamás,
la verdad inagotable del Reinado de Jesús. Es falso el prejuicio de los que
aseveran que la razón humana quedaría como bloqueada por los dogmas de la fe.
Es todo lo contrario. San Agustín, antes de su conversión, buscó con inquietud
la verdad, a través de todas las filosofías disponibles y las encontró insatisfactorias.
Su fatigosa búsqueda racional es para él una pedagogía para el encuentro con Jesucristo
Rey Universal. Al decir comprende para
creer y cree para comprender es como si estuviera contando su experiencia vital.
Ante la revelación divina, la razón y la fe no son extrañas o antagonistas,
sino que ambas son condiciones para comprender su sentido, para recibir su
mensaje auténtico, acercándose al umbral del Misterio. San Anselmo dijo que la
fe es fides quaerens intellectum,
donde la búsqueda de la inteligibilidad es un acto interior al creer. Y santo Tomás
de Aquino se confrontó en el siglo XIII con la razón de los filósofos, mostrando cuánta
vitalidad racional nueva y fecunda enriquece el pensamiento humano cuando se
insertan las verdades de la fe en Cristo Rey. Benedicto XVI, Audiencia del 21/XI/2012
La fe
es razonable y nutre la confianza en la razón. Dios colgado de la Cruz con la tabella INRI, dictamen judicial de Pilato
de la causa de la pena de muerte, es ho lógos ho toû stauroû, la palabra de la cruz. 1 Cor 1, 18 Aquí logos significa tanto razón
como palabra, y alude a la palabra porque expresa con palabras lo que elabora
la razón del Misterio insondable de la fe. Sobre esta base, acerca del nexo
fecundo entre entender y creer, se funda la relación entre ciencia, arte,
filosofía, teología y fe. La investigación científica conduce al conocimiento
de verdades siempre nuevas sobre el hombre y el cosmos.
El supremo bien de la
humanidad, accesible en la fe, abre el horizonte en el que se debe desenvolver
la investigación. Deben fomentarse las investigaciones puestas al servicio de
la vida que tienen por objetivo erradicar las enfermedades; y descubrir los
secretos de nuestro planeta y del universo, a sabiendas de que el hombre está
en la cima de la creación, no para explotarla de manera insensata, sino para
custodiarla y hacerla habitable según Cristo Rey.
La fe así vivida no está en
conflicto con la ciencia, más bien coopera con ella, ofreciendo criterios
básicos que promueven el bien de todos; pidiéndole que renuncie sólo al intento
de oponerse al Proyecto de Dios y se produzcan efectos que se vuelven contra el
mismo hombre. En la gran empresa humana de tratar de desvelar los misterios del hombre y del universo, hay necesidad urgente de diálogo constante y de cooperación entre la ciencia y la fe para edificar una cultura de respeto al hombre, de su dignidad y libertad, del futuro de nuestra familia humana y del desarrollo sostenible a largo plazo de nuestro planeta. Sin esta interacción entre fe y razón, las grandes cuestiones de la humanidad dejan el ámbito de la Verdad y se abandonan a la irracionalidad, al mito o a la indiferencia, con gran detrimento de la misma humanidad, de la paz y de nuestro destino último. Benedicto XVI, Complexity and Analogy in Science. Theoretical, Methodological and Epistemological Aspects, Academia Pontificia de Ciencias, 08/XI/2012
Es razonable creer que si la ciencia es un aliado valioso de la fe para la comprensión del Plan de Dios en el universo, la fe permite al progreso científico realizarse por el bien y la verdad del hombre, fiel a este mismo Diseño. Por eso es crucial abrirse a la fe y conocer el Designio salvífico de Jesucristo Rey Total de ángeles hombres y universo, quien inaugura un nuevo humanismo, una verdadera Gramática del hombre y del cosmos, donde fe y razón se regocijan por su Rey, el Singular y Definitivo Rey de la Vida, la Verdad y el Amor.
Es razonable creer que si la ciencia es un aliado valioso de la fe para la comprensión del Plan de Dios en el universo, la fe permite al progreso científico realizarse por el bien y la verdad del hombre, fiel a este mismo Diseño. Por eso es crucial abrirse a la fe y conocer el Designio salvífico de Jesucristo Rey Total de ángeles hombres y universo, quien inaugura un nuevo humanismo, una verdadera Gramática del hombre y del cosmos, donde fe y razón se regocijan por su Rey, el Singular y Definitivo Rey de la Vida, la Verdad y el Amor.
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