domingo, 25 de noviembre de 2012


132. Fe y razón en la Nueva Evangelización del Reino de Dios: Sal 149


    Canten a Yahveh un Cantar Nuevo, Shir hadash alábenlo en la Asamblea de los santos, Qajal jasidim que Israel se alegre por su Creador, y los hijos de Sión se regocijen por su Rey. Melek Este salmo postexílico muestra las luchas que está manteniendo el pueblo para reedificar la Jerusalén terrenal, en medio de las dificultades de los que se les oponen; y cómo Yahveh se complace con su pueblo y salva a los humildes, anawim. Rey es el monarca soberano de un reino, Jefe de Estado y representante y símbolo de su nación. Puede tener o no poderes ejecutivos, legislativos y judiciales, y su autoridad es para desarrollar y hacer crecer el bien común de los ciudadanos. Al Creador se lo llama Rey por encima de toda autoridad humana y eclesial, a las que hay que respetar y obedecer si son legítimas y buenas. CEC, 1897-1904 Seis siglos después de este salmo, el Ap 1, 4-8  nos dirá. Llegue a ustedes la gracia y la paz de parte de Aquel que es, que era y que viene, de los siete Espíritus y de Jesucristo el Testigo fiel, el Primero que resucitó de entre los muertos, el Príncipe arjón de los reyes de la tierra. El Verbo de Dios está más allá de todo lenguaje, y aunque éste exprese la verdad, el Verbo la sobrepasa al Infinito. Cristo es el Rey Total, la Autoridad del Amor Absoluto, opuesto a cualquier arbitrariedad, que rige el cosmos, los seres humanos y los ángeles.  
    Anunciar que el Hombre Dios es Rey supone una revelación prodigiosa y liberadora de toda tiranía y esclavitud propia o ajena. Inseparable pero distinta de toda autoridad humana o eclesial, mi verdadero y Único Rey, que busca la redención de mi persona, y de todas las personas y el cosmos, es la Trinidad. La fe permite un conocimiento auténtico sobre Dios, que coenvuelve a todo mi ser. Se trata de un conocer, no racionalista, que da sabor a la vida, una forma alegre de existir. La fe no es fideísmo o voluntad de creer en contra de la razón. El creo porque es absurdo es contrario a la fe católica. Dios no es ningún absurdo, sino un Misterio. El Misterio no es irracional sino transracional. Es sobreabundancia de sentido, de significado y de verdad. Si contemplando el Misterio, la razón ve oscuridad, no es porque en el Misterio no haya luz, sino más bien porque hay demasiada Luz. Igual que al mirar al sol vemos negrura por enfocar tanta luz. La fe nos permite ver el Sol que es Padre Verbo Espíritu, quien se ha acercado al hombre, en la encarnación pascual del Hijo, y se ha ofrecido a su conocimiento, condescendiendo al límite creatural de su razón. Dei Verbum, 13
    Dios con su gracia ilumina la razón, le abre nuevos horizontes, inconmensurables e infinitos. Por este motivo, la fe es un fuerte incentivo para buscar siempre, sin detenernos ni desfallecer jamás, la verdad inagotable del Reinado de Jesús. Es falso el prejuicio de los que aseveran que la razón humana quedaría como bloqueada por los dogmas de la fe. Es todo lo contrario. San Agustín, antes de su conversión, buscó con inquietud la verdad, a través de todas las filosofías disponibles y las encontró insatisfactorias. Su fatigosa búsqueda racional es para él una pedagogía para el encuentro con Jesucristo Rey Universal. Al decir comprende para creer y cree para comprender es como si estuviera contando su experiencia vital. Ante la revelación divina, la razón y la fe no son extrañas o antagonistas, sino que ambas son condiciones para comprender su sentido, para recibir su mensaje auténtico, acercándose al umbral del Misterio. San Anselmo dijo que la fe es fides quaerens intellectum, donde la búsqueda de la inteligibilidad es un acto interior al creer. Y santo Tomás de Aquino se confrontó en el siglo XIII con la razón de los filósofos, mostrando cuánta vitalidad racional nueva y fecunda enriquece el pensamiento humano cuando se insertan las verdades de la fe en Cristo Rey. Benedicto XVI, Audiencia del 21/XI/2012
    La fe es razonable y nutre la confianza en la razón. Dios colgado de la Cruz con la tabella INRI, dictamen judicial de Pilato de la  causa de la pena de muerte, es ho lógos ho toû stauroû, la palabra de la cruz. 1 Cor 1, 18 Aquí logos significa tanto razón como palabra, y alude a la palabra porque expresa con palabras lo que elabora la razón del Misterio insondable de la fe. Sobre esta base, acerca del nexo fecundo entre entender y creer, se funda la relación entre ciencia, arte, filosofía, teología y fe. La investigación científica conduce al conocimiento de verdades siempre nuevas sobre el hombre y el cosmos. 
     El supremo bien de la humanidad, accesible en la fe, abre el horizonte en el que se debe desenvolver la investigación. Deben fomentarse las investigaciones puestas al servicio de la vida que tienen por objetivo erradicar las enfermedades; y descubrir los secretos de nuestro planeta y del universo, a sabiendas de que el hombre está en la cima de la creación, no para explotarla de manera insensata, sino para custodiarla y hacerla habitable según Cristo Rey. 
     La fe así vivida no está en conflicto con la ciencia, más bien coopera con ella, ofreciendo criterios básicos que promueven el bien de todos; pidiéndole que renuncie sólo al intento de oponerse al Proyecto de Dios y se produzcan efectos que se vuelven contra el mismo hombre. En la gran empresa humana de tratar de desvelar los misterios del hombre y del universo, hay necesidad urgente de diálogo constante y de cooperación entre la ciencia y la fe para edificar una cultura de respeto al hombre, de su dignidad y libertad, del futuro de nuestra familia humana y del desarrollo sostenible a largo plazo de nuestro planeta. Sin esta interacción entre fe y razón, las grandes cuestiones de la humanidad dejan el ámbito de la Verdad y se abandonan a la irracionalidad, al mito o a la indiferencia, con gran detrimento de la misma humanidad, de la paz y de nuestro destino último. Benedicto XVI, Complexity and Analogy in Science. Theoretical, Methodological and Epistemological Aspects, Academia Pontificia de Ciencias, 08/XI/2012
     Es razonable creer que si la ciencia es un aliado valioso de la fe para la comprensión del Plan de Dios en el universo, la fe permite al progreso científico realizarse por el bien y la verdad del hombre, fiel a este mismo Diseño. Por eso es crucial abrirse a la fe y conocer el Designio salvífico de Jesucristo Rey Total de ángeles hombres y universo, quien inaugura un nuevo humanismo, una verdadera Gramática del hombre y del cosmos, donde fe y razón se regocijan por su Rey, el Singular y Definitivo Rey  de la Vida, la Verdad y el Amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario