sábado, 15 de septiembre de 2012

117. Monje quieto ecuánime ante el misterio del mal, por el Reino y su Justicia: Mt 5, 38-42



    No le resistan antistêvai al Mal. Al contrario, si alguien les da una bofetada en la mejilla derecha, preséntenle también la otra. Si quiere quitarles la túnica, déjenle también la cogulla. El mal forma parte de nuestra realidad personal y social cotidiana, está en la misma Iglesia, comunidad de pecadores que buscamos la justificación, la santidad y la meta del Hombre Nuevo, creado según Dios en la justicia y la piedad de la verdad. Ef 4, 24 Ignorarlo es naife. No es un problema que podamos algún día resolver, sino un misterio de iniquidad que forma parte increíble de la Providencia de Dios. Él hubiera podido crear un mundo sin mal físico, pero en su Amor inescrutable e Inocencia incomprensible, creó este universo en proceso hacia una perfección definitiva que llamó Cielo Nuevo y Tierra Nueva o Resurrección Gloriosa Final. Además, los ángeles y los hombres inteligentes y libres, caminamos hacia nuestro último destino por elección libre y amor preferencial; de ahí que nos desviemos y pequemos, y el mal moral, más grave que el mal físico, hace su entrada en nuestra historia. De ese mal moral, Dios no es causa ni directa ni indirecta. Y no permitiría el mal físico o el moral si no lograra en su Omnipotente Bondad hacer surgir el bien del  mismo mal.
    El escándalo del mal puede alejarnos de Jesús, aún cuando veamos a Dios colgado de la Cruz atosigado de sufrimientos. O puede convertirse en un Lugar privilegiado de la experiencia de la Trinidad. El mal, en la Providencia de Dios que todo lo gobierna, rompe los esquemas que con ingenuidad nos hacemos de las Tres Personas. No tenemos respuesta que lo aclare. Su Misterio nos supera por los cuatro costados, nos hace humildes, vulnerables, frágiles, precarios como la hierba que florece por la mañana y se seca por la tarde.
    Después que la Voz le dice a san Arsenio, huye y Sígueme; cállate y Escúchame; le dice aquiétate y Perdóname. Jn 20, 22-23; Mat 18, 21 Quietud, hesicaze posee varios significados. Silencio, serenidad, calma; descanso, paz, tranquilidad; retiro, desierto, oración continua. Perdonar, afíemi también; soltar, dejar libre, absolver; permitir, no hacer caso, pasar por alto. Ante el mal, san Benito tiene una expresión liberadora, que le recomienda al abad, oderit vitia diligat fratres, RB, 64, 11 odie los vicios, los males y pecados, pero sin dejar jamás de respetar y amar a sus hermanos. No existe el pecado sin un pecador; no existe la mentira sino el mentiroso. Me está prohibido juzgar o condenar a alguien, y tengo mandado amar a mis enemigos. Debo tener claridad acerca de la mentira, respetando al máximo al mentiroso, y conviviendo con el pecador.
    Sin dejar de pedir al Padre que nos libre del Mal, nos dé fuerzas para combatirlo, y pasión por el Reino del Amor y su Justicia; necesito aprender a no resistir al Mal. Si existo resistiéndolo y reprimiéndolo; combatiendo a las personas malignas con odio, imprudencia, injusticias, cobardías y agresividades, o aun con virtudes sin discernir; me alejo del Evangelio, de la sana diplomacia y del sentido común. Arrancando trigo con cizaña, pierdo el gozo del Espíritu, haciendo del mal un molino de viento, una apariencia que está en el sujeto; o un dualismo ridículo e intolerable, con un dios malo con tanto como poder la Única Trinidad.
    Arsenio o como te llames, aquiétate, ora sin cesar uniéndote a la Fuente de la Vida, mantén la paz y promueve la justicia con amabilidad, respeto y perdonando setenta veces siete cada día, acogiendo y comiendo con los pecadores. Lc 15 Con audacia teológica perdónalo también a Dios, permítele ser más sabio que tú, y que en el Misterio de su Providencia Inefable nos haya sumergido, bautizado como a Jesús, Mc 10, 39 en un mundo y una historia donde el bien es superabundante, pero donde el mal lacerante, en alfilerazos o catástrofes infernales, existe y nos hiere con su abismo de sufrimientos a cada instante. Días antes de ser arrestada, en agosto de 1944 a los 15 años, con las otras siete personas con quienes vivía escondida en el ático de Amsterdam, por el único crimen de ser judíos, Ana Frank escribió en su Diario a Kitty, su imaginaria amiga, algo parecido a la mística Juliana de Norwich. A pesar de todo creo que la gente tiene una auténtica bondad de corazón. Veo al mundo convertirse en algo salvaje, escucho el trueno que se aproxima y que nos destrozará, puedo sentir el sufrimiento de millones. Sin embargo, si alzo la mirada al cielo, creo que todo terminará bien. Murió de tifus en el campo de concentración de Bergen Belsen, en marzo de 1945.
    Sin esa ecuanimidad ante el mal, sin ese desapego que no se resiste a lo inevitable, sin esa quietud orante y de hábil violencia por la justicia y paz del Reino, la bienaventuranza pascual monástica es un imposible, pues es ilusorio pensar que el monje, o el laico que internaliza el monacato, estarían libres de dolores y persecuciones. La ciencia es conocimiento organizado, la sabiduría es vida organizada. Kant 
    Organizada en la Pascua de Cristo, desde el mal hacia el Bien, desde la muerte hacia la Vida. Esa Hesijía o Quietud en la Cruz, nos salva de caer en el zelus amaritudinis, fervor Malo y amargo, RB, 72 que separa de Dios y conduce al infierno, propio del inquieto revolucionario fundamentalista que nada aguanta, y chalado cretino busca eliminar el mal con lo peor. En cambio el fervor Bueno nos separa de los vicios y conduce a la Vida Eterna. Honrándonos, tolerando con paciencia mansedumbre y humildad de corazón, nuestras debilidades, construyendo ese Mundo donde Él secará todas nuestras lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo viejo de antes ya pasó. Ap 21, 4

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