167. Mística y Justicia para los Beati
pauperes Spiritu brotando de la Misa: 3 Jn 1-8
Ruego
a Dios para que te encuentres bien y goces de buena salud en tu cuerpo, como la
tienes en tu alma por tu adhesión a la Verdad y ponerte al servicio de los
hermanos. El judeocristianismo tiene un mensaje integral, nada se escapa a su
solicitud, este pobre, aní invocó al Señor, Él lo escuchó y los libró de sus angustias. Sal 34, 7 Hay que vivir la liturgia, Totius Christi Actio Acción
del Cristo Total, como verdaderos creyentes, más allá de todo fastidioso
ritualismo, vanidoso narcicismo o presuntuoso ceremonial; responsables de que
su Noble Sencillez no sea descuido de su Divina Belleza, atesorando la
Tradición con la Renovación; haciendo de la Eucaristía diaria nuestra máxima
experiencia mística en la justicia social. Así edificamos la comunidad monástica, donde cada uno ama
y es amado, injertado en la Familia de Dios que es la Iglesia.
Nacemos, lo que actualizamos en cada Misa,
del gesto supremo del amor del Padre que entrega a Jesús, quien por su Pascua pasa, y nos hace pasar a nosotros, del fracaso humano de
la Cruz al triunfo divino de la Resurrección. Y manifestamos el carisma monástico mariano, cuando el don
del Espíritu Santo, también en cada Misa, nos llena impulsándonos a avanzar sin
desmayos por el Camino, para anunciar la Buena Noticia del amor del Padre que
siempre nos perdona sin dejarnos impunes. Pues la satisfacción es indesligable
de la contrición y confesión. La absolución quita el pecado pero no remedia
todos los desórdenes que el pecado causó. Las penas satisfactorias, unidas a
Cristo, retraen del pecado, hacen más
cauto y vigilante al pecador, remedian las reliquias del pecado, y liberan a
los sacerdotes de hacerse partícipes de los pecados ajenos, 1, Tim 5, 22 al imponer ligerísimas penitencias
por gravísimos delitos. Trento, 1690 y 1689-1693; CEC 1459-1460
El centro de la liturgia eucarística es la
gran oración de la consagración que comienza con la invitación del Prefacio, levantemos el corazón y demos gracias al
Señor nuestro Dios, y continúa hasta la Ofrenda culminante, por Cristo a ti Dios Padre en la unidad del
Espíritu Santo, todo honor y toda gloria. En la Misa pasamos del hombre
viejo, puesto bajo la esclavitud del pecado y de la muerte, al hombre nuevo en
la dinámica resurreccional. Es
el Sacramento del desarrollo humano
integral, porque transubstancia el fruto de la tierra y del trabajo del
hombre en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y por Jesús resucitado nos diviniza
aquí, y hacia la Jerusalén celestial, en la Vida de las Tres Personas del Único
Dios.
La
Misa no es un mundo de brujería barata sino un universo místico de Gracia
cooperante. Es la convocatoria del Padre que nos congrega alrededor de Jesús
logrando el encuentro por el Espíritu. La comunidad monástica en la que debemos
tener fe, no es una asociación fundada por un acuerdo de celebridades, sino pura
obra de Dios, Totius Cristi Opus Obra del Cristo Total, en
la historia. Su fruto es el Alter
Christus, y dada su celebración pública, es nuestra obligación testimoniar
la verdad en la que creemos, como lo hicieron los santos. Si participamos de la
Misa, los otros tienen derecho a decirnos, muéstrame
qué clase de ser humano eres para que pueda creer en la Eucaristía Pascual
Transfiguradora que celebras.
Resulta que a veces los católicos tenemos más caras de funebreros aburidos y cansados que de ir a abrazar a la Trinidad en la Misa. Con depresivos,
desalentados y desanimados no se podrá hacer la Nueva Evangelización. La
tristeza nos desfigura, el gozo de la alabanza eucarística nos transfigura. Alguien
puede responderme, me atenazan males y
enfermedades. Siento sus sufrimientos, todos llevamos la cruz, pero el dolor de la cruz diaria es el mejor combustible
de la alegría de vivir en la verdad del amor, no de su cara avinagrada con
bilis derramada en malas ondas. El dolor Pascual transforma, el sufrimiento
egolátrico deforma. La Misa es un Trascenderse Místico al entrar en el Paso de Jesús de la muerte a la vida,
para ser enviados, Ite Misa est, a
ese Mundo tan amado del Padre que no cesa de ponernos en misión con su Hijo y
su Espíritu.
Desgajar la Misa del envío al servicio de los hermanos y la naturaleza,
es uno de los más grandes desajustes que amenazan nuestra espiritualidad
católica. Orar Leer Trabajar son una única
realidad. Antes de participar en la Misa tenemos que lavarle los pies a
nuestros próximos. Jn 13 Misa
sin Lavatorio, al inicio, y sin Envío, al final, es disfuncionalidad al separar
mística de la justicia social para los Beati
Pauperes Spiritu a quienes, con opción preferencial, estamos obligados a
llevarles el Reino de los Cielos. De ahí que la Misa nos hace contemplar la máxima
injusticia que se ha cometido, el asesinato de Dios, transmutado por Él en Vida.
Esa
Pascua se prolonga en su Cuerpo Místico. Volvamos a atrevernos a mirar el Mundo
con los ojos de Jesús, la comida que se tira a la basura, es el alimento que se roba a los pobres. Tweet del Papa Francisco El 68%, 2/3 de la humanidad, vive en la pobreza. La
persona más rica tiene tanto como las 57 naciones más pobres. El 2% posee la
mitad de la riqueza mundial. 50% pasan hambre y 24.000 mueren famélicos cada
día. 40% no tienen servicios sanitarios. 31% viven en covachas inhabitables. 19%
son analfabetas, 15% no tienen agua potable y el 48% sobrevive con $US 2 al
día. 215 millones de niños son víctimas del trabajo
infantil, de los cuales 115 millones en la esclavitud,
sin posibilidad de acceso a la educación. El 14% de la población mundial es atea. Los católicos somos una minoría del 17%, sólo China tiene
300 millones más que toda la Iglesia, y los pobres de Espíritu esperan ser
evangelizados, en medio de la inequidad, la inseguridad del terrorismo con
suicidas asesinos y masacres indiscriminadas del crimen organizado, y del Gran Hermano que nos vigila violando
nuestra privacidad telefónica y digital con el pretexto de contenerlo, como el programa Prism de espionaje informático, sin equilibrio
ético entre intimidad y seguridad, sin transparencia ni información debida a
los ciudadanos indefensos e inocentes. Que no se nos olvide la marginación, persecución y
muerte de millones de personas por falta de libertad religiosa. El
cristianismo parece ser hoy la religión más castigada del planeta con 100.000 muertos
al año. De Haro, Fernando, Cristianos y Leones
Las lacras que se adhieren a cualquier bien
son espeluznantes. Así el turismo, junto con las vacaciones y el tiempo libre,
una oportunidad y un derecho característico de nuestra época, está minado por
males que hay que afrontar con urgencia porque van contra la dignidad de
millones de personas. El turismo sexual es una de sus formas más abyectas. La trata
de seres humanos, usarlos para trasplantes de órganos, la explotación de
menores, su abandono en manos de delincuentes, el abuso, la violación, la
tortura y la muerte se producen en muchos contextos turísticos. Hay que pensar
en un turismo distinto, purificado por la Palabra de Dios, capaz de promover el
conocimiento recíproco y nada quite al descanso y a la sana diversión. Benedicto XVI, Mensaje
al VII Congreso de pastoral del turismo, 18/V/2012
No
perdamos la cabeza, ni el 11 de septiembre logró desorganizar New York sino por
pocas horas. Sin miedos, desde la contemplación de Jesucristo, tenemos que ir
hacia los pobres de todas las periferias existenciales con la dulce y confortadora
alegría de evangelizar, no por simple beneficencia camuflada, para reducir
impuestos. Los pobres son la carne de Cristo, todos podemos compartir lo mucho
o poco que tenemos, dando de nuestra
pobreza, una oración, un libro, un trabajo, un anuncio evangélico, un pan, una hora de escucha y
diálogo, una medicina, una clase, un tiempo gratuito diario de mi profesión.
Había estado pidiendo arroz de puerta en puerta por las calles de la ciudad, cuando desde lejos apareció el auto del hijo del rey. Pensé que era la ocasión de mi vida; y me senté abriendo bien el saco, esperando que me diera limosna sin tener que pedirla siquiera. Pero cuál no fue mi sorpresa cuando, al llegar junto a mí el carro del príncipe, éste descendió y extendiendo su mano me dijo si podía darle algo. Confuso y dubitativo tomé del saco un grano de arroz, uno solo, el más pequeño, y se lo di. Pero qué tristeza cuando, por la tarde, rebuscando en mi saco, hallé un grano de oro, solo uno, el más pequeño. Lloré por no haber tenido el valor de darle todo. Tagore El que siembra con mezquindad, tendrá una cosecha muy pobre, en cambio el que siembra con generosidad, cosechará en abundancia. 2 Cor 9, 6
El amor a los pobres es incompatible con el amor desordenado a las riquezas o su uso egoísta. Y es preciso satisfacer ante todo las exigencias de la justicia, de modo que no se ofrezca como ayuda de caridad lo que ya se debe a título de justicia equitativa. CEC, 2443- 2449 La Iglesia es de todos y nadie está excluido, pero en particular la Iglesia es de los pobres. Juan XXIII La solidaridad logra el milagro de que pobres y ricos se abracen en Cristo. Al acercarnos a los anawim, para darles lo que les pertenece, no debemos dar la impresión de querer interrogarlos si son católicos, si se confiesan o van a Misa; sino en primer lugar porque ellos son la imagen del Dios hecho hombre, personas que tienen derecho a la escucha y el respeto, a la buena relación, a la amistad universal.
Había estado pidiendo arroz de puerta en puerta por las calles de la ciudad, cuando desde lejos apareció el auto del hijo del rey. Pensé que era la ocasión de mi vida; y me senté abriendo bien el saco, esperando que me diera limosna sin tener que pedirla siquiera. Pero cuál no fue mi sorpresa cuando, al llegar junto a mí el carro del príncipe, éste descendió y extendiendo su mano me dijo si podía darle algo. Confuso y dubitativo tomé del saco un grano de arroz, uno solo, el más pequeño, y se lo di. Pero qué tristeza cuando, por la tarde, rebuscando en mi saco, hallé un grano de oro, solo uno, el más pequeño. Lloré por no haber tenido el valor de darle todo. Tagore El que siembra con mezquindad, tendrá una cosecha muy pobre, en cambio el que siembra con generosidad, cosechará en abundancia. 2 Cor 9, 6
El amor a los pobres es incompatible con el amor desordenado a las riquezas o su uso egoísta. Y es preciso satisfacer ante todo las exigencias de la justicia, de modo que no se ofrezca como ayuda de caridad lo que ya se debe a título de justicia equitativa. CEC, 2443- 2449 La Iglesia es de todos y nadie está excluido, pero en particular la Iglesia es de los pobres. Juan XXIII La solidaridad logra el milagro de que pobres y ricos se abracen en Cristo. Al acercarnos a los anawim, para darles lo que les pertenece, no debemos dar la impresión de querer interrogarlos si son católicos, si se confiesan o van a Misa; sino en primer lugar porque ellos son la imagen del Dios hecho hombre, personas que tienen derecho a la escucha y el respeto, a la buena relación, a la amistad universal.
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