domingo, 27 de julio de 2014

204. Contemplación y Enseñanza Social de la Iglesia, Sal 113
   
    Desde la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el Nombre de Yahveh. Él está sobre todas las naciones. Se inclina para mirar el cielo y la tierra. Levanta del polvo al desvalido. Alza al pobre del estiércol, para hacerlo sentar entre los líderes de su Pueblo. Y hacer también sentar a la mujer estéril en su hogar como madre feliz de hijos. El salmo tiene relación con el Cántico de Ana, 1 Sam 2, 1-10 y el Magnificat de María. Lc 1, 46-55  Inicia uno de los Tres Hallel. Aleluyáticos, 113-118 que se cantaban sobre todo en Pascua. Trascendencia amorosa de Dios que cuida de los desvalidos, pobres y estériles.    
    La Enseñanza social de la Primera y Nueva Alianza no es una ideología o un código de laudables conductas ciudadanas. Es el Proyecto de Dios para arreglar un Mundo roto. Es una teología que surge del Amor Infinito de la Trinidad que Sale al Encuentro de hombres pecadores. Así habla Yahveh. Ustedes venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias. Pisotean sobre el polvo de la tierra la cabeza de los débiles. Desvían el camino de los humildes. anawim El hijo y el padre se acuestan con la misma joven. Se tienden sobre ropas tomadas en prenda. Y beben en la Casa de Dios, el vino confiscado con injusticia. Por eso los voy a aplastar. Am 2, 6-16 Sin esta Gratuidad incondicional del Amor en la Verdad que nos llena de Vida en abundancia, la Justicia es ininteligible. Surge de la contemplación de la Trinidad, y de sus criterios de acción en la historia de la salvación. Un saber iluminado por la fe, en diálogo cordial con todas las filosofías, ciencias culturas y pueblos, del que se deriva una ética social de la conducta humana, ecológica y mundial. Sin este Encuentro del Amor de Jesús con el amor del hombre, en comunión con toda la humanidad y el universo, no hay Enseñanza Católica sino sectorial. Allí no hay fe unida a la razón, a las ciencias y al oído en el Pueblo. Contemplativo del Verbo y contemplativo de los Pueblos. Privilegiando a los pobres.
    No hay rama de la teología que necesite más del Principio de Totalidad que la Enseñanza Social de la Iglesia. Si me atrevo a abordarla, no en sus innumerables cuestiones, sino cual minúscula Introducción para monjes y laicos comprometidos con el monacato, es debido a las circunstancias de ser un anciano que ha vivido en 7 países, viajado a 34, y desde hace 54 años dialoga con toda clase de personas. A pesar de ser introvertido y silencioso jovial, eso le permite, con sus limitaciones repletas de Dissected Files searching for what lies Below, without Cortexiphan Fringe, orar estudiar tomar distancias y sacar conclusiones con lentitud. Nuestros cuerpos son bodegas donde nuestras psiquis adquieren sabiduría y madurez. Como vino en antiguos toneles. Nuestras almas sazonan con mayor profundidad cuando envejecemos y nuestros cuerpos empiezan a mostrar roturas. Mucho más que cuando están enteros y jóvenes. Del mismo modo hay un camino de honda maduración en los enfermos. Camino que permanece escondido a los que gozan de buena salud. J. Hillman, La fuerza del carácter De todas formas, un inexperto píxel al lado de los gigantes cual Hillary Clinton con sus  incontables Memorias en Living History. La teología no se limita a ser un discurso sobre la fe definida o el Magisterio de la Iglesia. No es repetición fundamentalista. Es un carisma distinto, lugar creativo de la autointeligibilidad humana. Un modo de vivir, conocer y liberarse, abierto a la Palabra y el Espíritu hacia la Casa del Padre en comunión orante. Hay enormes enseñanzas sociales expresadas en lenguajes teológicos diferentes y complementarios.

    Se cuenta que, hace mucho tiempo, los hombres pensaban sin cesar en la muerte. No disfrutaban de lo que comían, ni de lo que bebían, obsesionados día y noche con la idea de la muerte. Es que desconocían el amplio mundo de las ideas. Los pensamientos que nos preocupan hoy no existían en aquella época. A medida que ellos envejecían, sus cuerpos iban quedando cada vez más descarnados. Es sabido que las reflexiones sobre la muerte consumen la carne del hombre. Y cuando morían los gusanos no encontraban nada para comer en las tumbas de los seres humanos. Por ello decidieron quejarse ante el Señor Dios. Le dijeron. Cuando nos creaste, Dueño del Universo, nos dijiste que comeríamos carne. Pero los hombres mueren delgados como tornillos. No podemos alimentarnos de sus esqueletos. Tienen razón, queridos gusanos, les dijo el Señor Dios. Voy a pedir consejo a los ángeles. Éstos reflexionaron sobre la queja de los gusanos. Llegaron a la conclusión de que tenían toda la razón. Que habían sido creados para comer carne de cadáveres bien gordos. Dios escuchó entonces la queja de los gusanos, e introdujo el dinero en el mundo. Y el hombre se puso a comprar, y a vender por doscientos lo que había conseguido por cien. Se apasionó por la compra y la venta, hasta olvidarse de la muerte. La preocupación se volcó en el dinero. Estudiar y trabajar para ganar dinero. Salir para gastar dinero. Hacer guerras para tener más dinero. Vender lo que fuese y a quien fuese para conseguir más dinero. Y con los dineros ganados, el hombre empleaba la mitad en comprar mercancías y la otra mitad en adquirir alimentos. Y el hombre comía y engordaba. Se divertía y engordaba. Compraba de todo y engordaba.  Al mismo tiempo el alma se encogía, se disolvía, y en muchos casos desaparecía. Tanto, que en la actualidad, cuando muere un hombre, los gusanos se aplauden y dan gracias a Dios por su gran misericordia. Ben Zimet, Cuentos del pueblo judío
    Es tanto el poder del dinero, que te desvía, y hasta te quita la fe. El dinero idolátrico puede enfermar el pensar tu fe, y hacerte tomar un sendero equivocado. Palabras ociosas, discusiones inútiles, envidias, litigios, maledicencias, sospechas infundadas, conflictos entre hombres corruptos que consideran la religión como una fuente de ingresos. Soy católico voy a Misa, porque eso me da estatus. Me miran bien. Luego yo tengo mis negocios, soy amante del dinero. Si eliges el camino del dinero al final serás un corrupto. El dinero te seduce y te hace resbalar hacia la perdición. Jesús es tajante en este tema. No puedes servir a Dios y al dinero, al demonio mamona. No se puede, o el uno o el otro. El dinero te ofrece un cierto bienestar al inicio. Después te sientes importante y viene la vanidad. Y de la vanidad se pasa al orgullo y a la soberbia. Son tres escalones, riqueza, vanidad y orgullo. San Ignacio El diablo toma ese camino para tentarte. La riqueza, para sentirte suficiente. La vanidad, para sentirte importante. El orgullo y la soberbia para separarte de Dios. Al servir al dinero se peca de idolatría. Porque el dinero se convierte en un ídolo y tú le das culto. Por esto Jesús dice que no se puede servir al ídolo dinero y al Dios viviente. Los Padres de la Iglesia del siglo III, decían algo muy fuerte. El dinero mal usado es el estiércol del diablo. Porque nos hace idólatras y envenena nuestra fe. Nos hace maníacos de cuestiones ociosas y nos aleja de los pobres. Nos corrompe. Papa Francisco, Homilía en Santa Marta, 20, IX, 2013

    La salvación cristiana es una liberación integral del hombre, liberación de necesidades y posesiones inútiles. Porque la raíz de todos los males es la avaricia, y algunos al dejarse llevar por ella, perdieron la fe.1 Tim 6, 10 Quien desarrolla una actividad económica y posee bienes, debe considerarse administrador de cuanto Dios le ha confiado. Las riquezas son un bien que viene de Dios, quien lo posee debe hacerlo circular, de manera que también los necesitados puedan gozar de él. El mal se encuentra en el apego desordenado a las riquezas. En el deseo de acapararlas en exclusividad. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 328-329
    Seamos o no conscientes siempre estamos haciendo teología. La mayor amenaza del mundo globalizado no está en que uno crea o no crea en Dios, sino en el Dios en que uno cree. Dios es aquello a lo que le ofrecemos la devoción del corazón, lo que más valoramos y por lo que más nos sacrificamos. Uno de los retos fundamentales de los seres humanos no es el ateísmo, sino la idolatría. Ésta contribuye al desorden social actual, y el camino hacia la paz incluye un reto a la conversión al verdadero Dios. La causa más profunda de la injusticia global está vinculada a un error teológico y antropológico llamado moneyteísmo. Se identifica con la idolatría  del dinero y del capital. Se expresa en la adoración de los bienes de consumo del mercado, y se practica en rituales financieros. Los salarios de un CEO, Chief Executive Officer de las multinacionales, son 500 veces mayores que las de sus trabajadores. Las personas se miden por su capital neto, por las propiedades que acumulan y por sus ingresos, no por sus valores humanos o por la profundidad espiritual que ellas tienen. El dinero es está en el centro, no la persona. D.G. Groody, Globalización, espiritualidad y justicia


    América latina ha pasado por tres etapas. En los años 60 la teología fue impactada por la realidad de la pobreza masiva, escandalosa e injusta, hasta la pobreza extrema de cadáveres vivientes. En los años 70 emergió en primer plano la realidad de los oprimidos, discriminados y de las víctimas. Se superó el concepto sólo economicista de pobreza y se tomó consciencia de los indios, negros, mujeres y torturados por los sistemas represivos de Seguridad Nacional. A partir de los 90, se impone una nueva categoría, los excluidos. Una creciente mayoría queda excluida de la economía de libre mercado. En cada país se yuxtaponen dos naciones, los incluidos y los excluidos. Existe la nación oficial, organizada, integrada, conducida, financiada, en proceso de desarrollo y, por otro lado, la nación no oficial, informal, desorganizada, desintegrada, sumergida en la violencia y el caos, sin ninguna capacidad de diálogo, migrantes que no saben ni el idioma. La teología pasa de la pobreza espiritual a la teología de los pobres y su Misterio, como pecado social, con su raíz  idolátrica y la cristología y eclesiología del pobre. Pablo Richard e Ignacio Ellacuría
    Como decía Hegel, toda vida razonable debe tener una conclusión. El tiempo sin conclusión lleva a la depresión, al vacío, la angustia y la locura. No tiene mensaje cierto, ni sentido pleno. Entonces queremos que pase cuanto antes, y nos llega la aceleración del zapping. No nos detenemos en nada. Entramos en el vértigo de lo siguiente. Todo pasa rápido. No hay razón para cerrar los ojos, detener la mirada y Contemplar desde el Silencio. Así es la sociedad de la hiperinformación que nunca concluye. Estamos ocupados con una noticia y ya viene otra que nos borra la anterior. La información es exponencial. Pero no ofrece una unidad de sentido ni conclusión. Las parábolas de Jesús llevan a una conclusión. Son relatos que inician y concluyen. Quien sigue a Jesús aprende el arte de concluir la torre que comenzó a edificar. Vivir es aprovechar el tiempo con ritmo y cadencia de música y unitotalidad. Ese es el espacio tiempo que nos llena y regenera. En cambio el tiempo acelerado, frenético, acumulativo nos vuelve caóticos, desmenuzados, desestructurados y contradictorios. La franja de un relato es estrecha. No se relata todo. Lo importante no es ofrecer una información excesiva, sino seleccionarla y formar unidades de sentido con una sana conclusión. J. García Paredes Agradezco a la Iglesia Jerárquica que nunca me permitió ser un teólogo de escritorio, sino un pequeño discípulo misionero contemplativo, monje y pastor, simple Enciclopedia de la ignorancia, con mucho olor a Jesús a ovejas y a tierra.

    La Doctrina social se puede describir como el Evangelio de nuestra vida humana en comunión, o relación ética, con Dios los hermanos y el cosmos, personas responsables en sociedad para servir. Su fundamento está en la Revelación que nos da la Tradición, la Biblia y el Magisterio junto a los teólogos filósofos científicos y el Sensus Fidei del Pueblo de Dios. Es el anuncio de la visión global de cada persona y de la humanidad arraigada en la Trinidad y en este universo a la luz de Jesucristo, Símbolo actuante y concreto de toda la realidad. Y la denuncia, dado el pecado, de las injusticias y las violencias que destruyen la convivencia en la Civilización de la justicia, la paz y el amor. Esta denuncia es juicio y defensa de los derechos y deberes ignorados y violados, en especial de los pobres miserables descartados y débiles. La Iglesia no se hace cargo de la vida en sociedad bajo todos sus aspectos sino con su competencia propia que es la proclamación de Jesús Resucitado. Él vuelve a poner en pie todo lo caído. La misión propia que Cristo confía a su Iglesia no es de orden político, económico, social, militar o cultural, sino de liberación y religación espiritual con Dios Padre Verbo y Paráclito. De esta misión derivan luces y energías que consolidan la comunidad familiar, nacional e internacional según la Ley del Espíritu que da la Vida. A la Iglesia no le competen cuestiones técnicas ni proponer sistemas o modelos de organizaciones sociopoliticoeconómicos. La centralidad del Misterio de Cristo, en su Enseñanza social, no debilita ni excluye las verdades de la razón, de las ciencias, y de la consciencia de cada uno, y por lo mismo no la priva de su plausibilidad racional y destinación universal al diálogo con todos los hombres. Las aportaciones ciertas y pluriformes de todo el Pueblo de Dios, y de todos los Pueblos, pueden ser asumidas por el Magisterio. Así desde León XIII con su Rerum Novarum de 1891, ante la revolución industrial y la clase trabajadora. La Enseñanza pasa a ser Doctrina social promulgada por el Papa y los obispos en comunión con él. Ésta no constituye un cuerpo fijo e inmutable, sino un entender progresivo en un mundo dinámico en incesantes cambios, desequilibrios e interrogantes. Al Papa y los obispos les compete discernir cuestiones, movimientos y teologías sociales. Como la Unión de Católicos Mexicanos, Asociación secreta o reservada, fundada en1915 por el obispo Luis María Martínez, a la que se oponía Rafael Guízar y Valencia. Pío XI decretó su extinción en 1929. O la Teología de la Liberación enriquecida con dos documentos Libertatis Nuntius, 1984 y Libertatis Conscientia, 1986. La Doctrina social implica responsabilidades serias con la organización y funcionamiento de la sociedad, obligaciones pedagógicas, administrativas, políticas y económicas. Éstas pertenecen no a los sacerdotes, monjes y religiosos, sino a los fieles laicos. De ahí que la Doctrina social debe entrar como parte integrante del camino formativo del laico, solo o asociado. Todos sin embargo, en nombre del desarrollo integral de la persona humana, en nombre de Dios Creador Camino y Fin del hombre, son destinatarios de la Doctrina social, dirigida no sólo a los cristianos sino a todos los seres humanos. Esta Doctrina es un Taller siempre abierto y en salida hacia la edificación de la Civilización del amor en la solidaridad, la justicia, el encuentro, la inclusión y la paz. Dios le ofrece al hombre la posibilidad real de encontrar, a veces de manera confusa oscura y dramática, cuál es el sentido de su vida, de su acción y de su muerte, superando el mal y alcanzando el Bien. La Transfiguración de la persona, en su Conformación con Cristo, es el presupuesto esencial, en conversión individual y compromiso con la comunidad y la ecología, de la Praxis social católica. Lograr el bien de todos y de cada uno. Todos responsables de Todos.

    Cada fiel, clérigo consagrado o laico, verá con prudencia qué debe o puede asumir. Lohfink en Jesús de Nazareth, describe cómo en los Evangelios la gente se relaciona con Jesús de diferentes maneras. No todos fueron apóstoles, no todos fueron discípulos y no todos los que contribuyeron a la causa de Jesús lo siguieron cual aquellos. Diferentes individuos tuvieron su propia manera de conectar con Jesús. Podemos decir que los Evangelios son conscientes de una gran variedad de formas de participación en la causa de Jesús. Estaban los Doce. Había un círculo de 72 y otro más amplio de discípulos. Multitudes que participaban de formas muy variadas. Partidarios encontrados con diferentes puntos de vista. Residentes que pusieron sus casas u otros bienes a su disposición. Gente que ayudó en situaciones particulares. Beneficiarios que gustaban de la enseñanza de Jesús, y por esa razón no hablaron contra él. Estas líneas estructurales no son accidentales. En la iglesia actual podemos encontrar todas estas formas y muchas otras. Es un modelo complejo, la apertura de los Evangelios debe avisarnos contra el hecho de juzgar a la gente como falta de fe si no es capaz de adoptar el modo de vida de los apóstoles, de los 72, o de las multitudes que lo seguían. Jesús nunca lo hizo. La iglesia contiene también una gran variedad de más o menos comprometidos. Gente que practica sólo en ocasiones, gente que acepta algunas de sus enseñanzas y no presta atención a otras. Invitados que visitan nuestras comunidades. Gente que no se compromete pero simpatiza con la iglesia y le ofrece variadas formas de apoyo. Gente que se une a Dios de modos más privatizados, esos que son espirituales pero no se institucionalizan. Esa gente está alrededor de Jesús y  eso es muy importante. Debemos ser cuidadosos en la manera de entender esta variedad. No significa que haya compartimentos piramidales con dignidades honoríficas entre los discípulos misioneros. O donde unos son llamados a una santidad más alta y otros a una más baja, como si el Evangelio se aplicara sólo a algunos. La Iglesia nunca puede ser dividida en perfectos y menos perfectos, en mejores y peores expertos, en totales y parciales participantes. El Evangelio completo se aplica a cada uno, como hace la invitación de Jesús a la intimidad con él. Jesús no llama a la gente según un más y un menos. El discipulado cristiano no admite niveles, grados, estratos gnósticos diferentes. Es como una relación de amor. Cada uno elige a qué hondura desea llegar. Algunos llegan más hondo que otros, aunque cada uno entienda que llega a lo que más pudo llegar. Siempre habrá una gran variedad en la profundidad y participación. Cada uno de nosotros tiene su propia historia de ser agraciado y herido, formado y deformado, y así todos llegamos a la adultez con diferentes capacidades para ver, entender, amar, aceptar el amor y entregarnos a alguien o algo más allá de nosotros. Ninguno es completo ni maduro en plenitud. Todos somos limitados en lo que podemos hacer. De ahí que de nadie se espera que responda a algo que está fuera de su esfera de posibilidad. Así nos reunimos alrededor de Jesús de diferentes maneras, dependiendo de nuestra capacidad de entender y entregarnos. Jesús no tuvo problema con esto. En su visión, no existía una categoría de discípulo de cafetería o light. Todos, siervos inútiles, estamos alrededor de Jesús a nuestro propio modo. En el Pueblo de Dios cada cual tiene su servicio. No nos juzgamos unos a otros. Conozco un matrimonio pobre con catorce hijos que, que vive cerca de este monasterio, y colabora en la pastoral mucho más que yo. El Donatismo acecha. Nadie puede excluir a los pecadores o menos perfectos de la Iglesia. No quedaría ni uno.

    No hay civilización del amor, solidaridad, inclusión, encuentro y paz, obra de la justicia, sin una búsqueda apasionada por la paz. Es un terrible peso que Dios ha cargado sobre nuestras espaldas. Y una maravillosa vocación que nos has dado. No hay paz sin una feroz decisión de vivir en paz. La paz necesita orantes profetas y constructores. Construirla con sabiduría sobre variados pilares. La justicia legal distributiva y conmutativa, la veracidad, la fraternidad, la libertad y el amor a Dios Padre y a nuestros enemigos. La paz es una obra en construcción abierta a todos y no sólo a especialistas, los sabios, los estrategas, los economistas y políticos. Es una responsabilidad universal. Pasa a través de los pequeños actos de cada día. Es a través de su propia manera de respetar con amabilidad a los demás que los hombres hacen su elección a favor o en contra de la paz. Lo que se hace orando por la paz, debe ser proclamado y construido hoy. Prescindir de la oración por la paz sería tan suicida como prescindir de su anuncio y de su construcción por la diplomacia, el diálogo, y la defensa legítima que pone límites a los malos y delincuentes, sin dejar de hacer el bien a nuestros enemigos, y volver a incluirlos en la sociedad.
    Sí, bendice a mis enemigos, Jesús. Yo también los bendigo y no los maldigo. Ellos me han llevado a tus brazos más que mis amigos. Mis amigos me han atado a la tierra, mis enemigos han hecho que me desprenda de ella y han destruido mis aspiraciones en este mundo. Mis enemigos han logrado que sea un extranjero y forastero en esta tierra. Bendice a mis enemigos, Jesús. Yo también los bendigo y no los maldigo. Ellos han confesado mis pecados ante todos en mi lugar. Me han castigado cuando yo he dudado en hacer penitencia. Me han atormentado, cuando he intentado huir de los sufrimientos. Me han reprendido, cuando yo me envanecía. Me han escupido, cuando yo estaba lleno de arrogancia.
    Cuando me he creído sabio, me han llamado necio. Cuando me he colocado por encima de los hombres, se han burlado de mí como si fuera un enano saparrastroso. Cuando he querido ser el primero, me han postergado. Cuando he pensado que podía dormir tranquilo, me han despertado de mis sueños. Cuando he intentado construirte una Casa, la han derruido y me han echado de ella. En verdad, mis enemigos me han liberado de falsas ataduras y han hecho que alargue la mano para tocar la orla de tu túnica. Mis enemigos me han enseñado lo que casi nadie sabe, que el único enemigo que tiene un hombre es él mismo. Uno sólo odia a sus enemigos cuando no se da cuenta de que no son enemigos, sino amigos crueles. Me resulta muy difícil decir al fin de mi vida, quién me ha hecho más bien y quien me ha hecho más mal en este mundo. Si mis amigos o mis enemigos. Por lo tanto, bendice, Jesús, tanto a mis amigos como a mis enemigos. Nikolái de Zica, obispo serbio ortodoxo
    
    Según el informe elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en el mundo hay 1.200 millones de personas que viven con menos de U$S 1,25 al día y las fortunas de las 85 personas más ricas del mundo, sumadas, equivalen a todo lo que ganan los 3.500 millones de los más pobres juntos. En 91 países en desarrollo, 500 millones de personas siguen siendo pobres y cerca de 800 millones sufren el riesgo de regresar de nuevo a esa situación. En el caso de América Latina y el Caribe señala que el 6,7% de la población es pobre y un 9,5% está cerca de esa situación. Este estudio anual mide factores como el progreso de las personas en ámbitos de salud, educación, seguridad e ingresos económicos. Asia meridional es la región que cuenta con una cantidad mayor de población pobre, unos 800 millones de personas y otros 270 millones están próximos a ese umbral. El informe refleja que la pobreza, en general, sigue disminuyendo, aunque casi 1.500 millones de personas en los 91 países en desarrollo analizados siguen siendo pobres y cerca de 800 millones sufren el riesgo de regresar de nuevo a esa situación si se producen situaciones de crisis. El documento refleja además que la desigualdad en los ingresos ha aumentado en varias regiones, incluido en países con un elevado grado de desarrollo, y América Latina y el Caribe mantiene la cota más alta a nivel mundial en ese aspecto. También persiste, en general, un alto nivel de inequidad en educación. Los índices más altos de desarrollo en el mundo lo registran cinco países europeos, entre un total de 187. Ellos son, en su orden, Noruega, Suiza, Países Bajos, Alemania y Dinamarca. Dos naciones de Oceanía, Australia y Nueva Zelandia, dos de América del Norte, Estados Unidos y Canadá, y un asiático, Singapur, son los países que complementan la lista de los 10 primeros. Los 10 países que cuentan con los índices más bajos de desarrollo se encuentran en África. Radio Santa Fe, Bogotá, 25, VII, 2014
    Con los ojos en la Familia de Jesús María y José, todos juntos en comunión, sin odios ni violencias, construyamos un inicio de Mundo sin miserables. La Misa es cosa de Pastoral Social, la comunicación de bienes es su ideal. Sobre estos bienes de que disponemos grava una hipoteca social que busca el bien de la comunidad. El momento central de la Eucaristía es de Pastoral Social. Carlos Suárez Cázares, obispo auxiliar de Morelia, 12, VII, 2014 Comencemos por promover a nuestros prójimos ninguneados y sus pequeños jardines excluidos. Oremos Leamos Trabajemos con el Principio Galilea, la identificación de Jesús con los marginados. Galilea no era ningún centro. El poder político estaba en Roma, el cultural en Alejandría, el intelectual en Atenas, el religioso en Jerusalén. El Principio Jerusalén, Jesús se enfrenta con el mal. Y el Principio Resurrección, Jesús pone en pie la Vida a partir de la muerte, Yahveh levantó al Pobre del estiércol, y nos manda reencontrarlo en Galilea. Virgilio Elizondo, Galilean Journey

                                                                                                              


No hay comentarios:

Publicar un comentario