La Madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante Él para pedirle algo. Jesús le preguntó que quería. Ella le dijo, manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. No saben lo que piden, respondió Jesús, deberán beber el cáliz que yo beberé. El que quiera ser grande que se haga servidor de ustedes; con el Hijo del hombre, que no vino para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud. Bienvenidos
al Hogar, después de un largo camino de 28 años, iniciado en Metepec en
1985, hoy Casa de Silencio y Camino Contemplativo Nazaret, se asocia, adhiere o relaciona, cual Comunidad Autónoma, no en dependencia civil o
canónica, sino en comunión espiritual monástica, con la Abadía Cisterciense
Madre de Dios El Encuentro, de Rincón de San Jerónimo, en la Municipalidad de
Ciudad Hidalgo, diócesis de Morelia. No quedan pues bajo la dirección jurídica
de este monasterio sino sólo vinculados o adheridos, con sus propios Estatutos ad experimentum, en el carisma monástico
mariano, en su caso para laicos, y según lo que en diálogo con sus obispos
vayan determinando. c. 305
Lo hacen en esta Eucaristía de la Memoria
de la Virgen y Conmemoración del nieto de Carlomagno, san Enrique II, 973-1024 patrono de los oblatos benedictinos, educado
en un monasterio, rey de Alemania y coronado emperador por Benedicto VIII el 14 de febrero de 1014
del Sacro Imperio Romano Germánico. 962-1806
Vivió con su esposa Gunegundis una vida impregnada del carisma monástico sin
descuidar sus deberes matrimoniales, familiares, políticos y eclesiales. Autoritario
y sin hijos por una enfermedad suya, fue amigo de san Odilón abad de Cluny. Impulsó
la liturgia, los estudios, la fundación de monasterios y el servicio a los
marginados, a veces imponiendo a diócesis ricas que entregaran gran parte de sus bienes a los descartados. Lo canonizó el papa cisterciense Eugenio III en 1146; y a su
esposa, el papa Inocencio III en el 1200. Los dos están en un sarcófago de la Catedral
de Bamberg, que en ese momento tenía adosada un inmenso monasterio benedictino.
Cual audaces Santiago y Juan, ustedes piden ir por
este sendero particular a sentarse con
Jesús resucitado en su Reino. 19 reciben la Medalla de María de Guadalupe,
Madre del Dios por quien vivimos, con la Cruz de san Benito, Luz de la fe,
Francisco para deshacer los entuertos del demonio, del pecado y del mal; y
otros 40 se preparan con el Escapulario. No
saben lo que piden, pero lo atisban. Tendrán que beber el cáliz de la pasión y
muerte de Cristo como combustible de su transfiguración para la Nueva
Evangelización. Ustedes han creído que Dios es Amor, 1 Jn 4, 16 saben que el sufrimiento no puede ser eliminado, y
Jesús le ha dado un sentido supremo convirtiéndolo, por el Espíritu, en una
entrega servicial en las manos del Padre. El fruto de lo que hoy iniciamos
podrá ser apreciado dentro de 70 ó 100 años. Dios no les dará vanos razonamientos
explicativos, no los quiere teledirigidos sino libres en su Presencia que acompaña y abre un resquicio de Luz en la Noche de la fe, que vive unida a la
esperanza y el amor. No se dejen robar jamás las tres virtudes teologales, no banalicen
el camino de la Pascua en la Trinidad, vivan ocultos en la Tumba, Anástasis de Cristo.
Les aconsejaría tres compromisos prácticos.
Tomar cada vez más consciencia del vínculo que asumen con el Monacato ayer hoy mañana, Blogs 126 y 161 que ya lleva ahondando una
huella ininterrumpida de 5.000 años. Tendrán que hacer un profundo estudio
orante en especial del monacato universal, de la Regla de san Benito, nuestras
Constituciones y el descomunal y encantador Patrimonio cisterciense. El carisma monástico, no obstante, sólo se
transmite por entrega de los que lo viven en el fervor de Jesús amor humilde. Habrá que venir más al monasterio, no
a platicar sino a huir, callar y
aquietarse en el no lugar de la tempiternidad contemplativa. No a hacer
Power Point sino a orar con la Biblia en la clausura, el silencio, la soledad y
la koinonía del desierto. En la Capilla, los bosques y las celdas, cual laicas
y laicos, solteros o casados, que sin perder nada de su condición laical, sino
potenciándola busquen la santificación gestionando un inicio de mundo nuevo
desde dentro de él mismo. Puede que así se cumpla my Mexican dream, que la Iglesia los reconozca como a una
Asociación laical cuyo apostolado es la contemplación y su irradiación. Y como
hemos visto en estos cinco últimos años siguiendo a Aparecida, no bastan los cursos de formación
permanente para tocar al Dios Viviente, hay que ir a las periferias, por
nuestras calles y Rancherías; salir al encuentro del Otro, que no es un extraño sino un Tú, mi hermano. La
oración, sola solipsista autocentrada en uno mismo, aburre asfixia y encierra. Hay tres salidas, o trascendencias de nosotros, que
nos dan la Liberación Orante o la Oración Liberadora. Una hacia las llagas de Jesús. Otra hacia las
llagas de nuestros hermanos necesitados, ignorantes, pobres, Gal 2, 10 y explotados. La última hacia las llagas que hieren
nuestro planeta. Éste es el camino de la auténtica oración continua.
El postmodernismo globalizado de
la indiferencia, lo provisorio, el relativismo y la búsqueda maníaco depresiva de mi propio bienestar nos vuelve
insensibles al llanto de Dios, los hermanos y el cosmos. Pidan con respeto a los
ricos que se solidaricen con los descartados, 1 Tim 6, 18 transmitiéndoles a todos el Misterio
del Orar Leer Trabajar consagrándose
a Jesús, María y José orantes en Nazaret la escuela donde se entiende la vida de Jesús, cuya primera lección es el Silencio de donde
procede la Palabra y el Encuentro.
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