lunes, 13 de mayo de 2013


165. El Espíritu Amor pone en relacionalidad servicial a la Totalidad: Rom 5, 1-8



    Por Jesús hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Nos dice Agustín que el Espíritu es una cierta comunión inefable entre el Padre y el Hijo, De Trinitate, 5, 11, 12 distinto e inseparable de ellos por proceder como Communio o Koinonía del Uno y del Otro, cual vínculo que siendo la Persona Amor une a la Persona Amante del Padre con la Persona Amada del Verbo. Este Amor Personal Increado e Infinito que es el mismo Espíritu Santo, quien todo lo pone en relación de comunión amorosa; 2 Cor 13, 13 Él que realiza la unión del Yo con el Tú, formando un Nosotros con Ustedes y Ellos; no debe confundirse con el Amor que es también la misma esencia o sustancia divina del Dios que es Amor. 1 Jn 4, 8 La Unidad de Dios es indesligable de la Trinidad de Personas. Lo múltiple es uno en la relación de Amor.
    La Persona Amor del Espíritu; que podemos visualizar como la Unción de Cristo penetrado con el Óleo de la Alegría, y el Rostro Brillante por el Aceite que va de su cabeza al borde de sus vestiduras, Heb 1, 9; Sal 104; 133 y Mc 5, 30  indespegable de su Cuerpo transparencia del Padre; Jn 14, 9, Rublev percibe la Trinidad como tres personas alrededor de la Eucaristía es quien, con su propia indivisa especificidad en complementariedad, consigue el Encuentro entre el Padre del Silencio y el Hijo de la Palabra, en la Historia de las Procesiones Eternas. En la Historia de las Misiones temporales indesglosables del Hijo y del Espíritu, logra el Encuentro y la ligamentación entre los ángeles, angelología interrelacional; entre los hombres, antropología interrelacional; y entre todo el universo, ecología interrelacional, con Dios Trino, en el Misterio Ecohumanoangélicodivino. La Tercera Persona hace posible nuestra historia de liberación en procesos interminables de interpersonalización total.
    El Papa Francisco utiliza fórmulas como, la Iglesia no puede ser una ONG sino una historia de amor. Las oficinas son necesarias como ayuda a esta historia de amor. Dios Spray, un Dios impersonal que está en todas partes pero no se sabe qué es. Iglesia baby sister, la niñera que cuida al niño para que se duerma, en lugar de despertarlo como una madre para educarlo. Cristianos satélites que se mueven por la prudencia mundana en vez de la que proviene del Espíritu. En términos literarios es un pastiche, mezcla de palabras de distinto nivel o registro con efectos expresionistas; propio de las redes y del postmodernismo. Se trata de asociaciones inéditas en la historia del magisterio petrino, conectado de lejos con el Sermo humilis de san Agustín. Stefania Falasca, Avvenire, 23/IV/2013 
    Los que conocemos a Bergoglio desde hace años sabemos que esa es su forma pastoral de hablar, de llegar a los porteños con sorpresivas expresiones en la dinámica de la Nueva Evangelización, en el asombro de las Lenguas de Fuego que todo lo relacionan. Hay que recrear nuevos legítimos pastiches, seguir combinando motivos de la Tradición, Biblia, Magisterio, teólogos, artistas, medios de la cultura y de comunicación, y el buen lenguaje del pueblo sin populismos baratos, para que la Fuerte Ráfaga de Viento sea un Terremoto de Buena Noticia, Hech 4, 31 cuyo ruido congregue a las Naciones alrededor de la Iglesia que habla su propia lengua.
    Así la Fuente Increada u Origen del Silencio del Padre reconcilia al mundo consigo por medio del Hijo de la Palabra. 2 Cor 5, 19 Jesús es el Sumo Sacerdote de los Bienes Futuros a través de su carne resucitada, Heb 9, 11-12 el Pontífice que ha reconstruido el Puente, con lenguaje revelado, entre Dios y el Universo. Pero el Encuentro entre Dios y los hombres sólo puede realizarlo el Espíritu Santo. Nadie puede decir Jesús es Dios sino por impulso del Espíritu; 1 Cor 12. 3 y Dios envía a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama, Abba Padre. Gal 4, 6 El conocimiento propio de la fe es imposible sin la intervención de la Persona del Espíritu. Encontrarse no es rozarse, toparse o ver de lejos a alguien. Encontrarse es entrar en comunión, abrazarse, sentirse, dialogar, entenderse.
    El mismo encuentro entre el Padre y el Verbo que son Personas diferentes al Infinito no se podría realizar sin esa Tercera Persona Divina, el Vínculo del Amor Eterno, que procede de ambos y los une en el Único Dios. Y menos nosotros, ángeles u hombres o cosas, podríamos reconocer los Rostros del Padre y del Hijo sin la asistencia del Espíritu. No entenderíamos ni el Silencio Sonoro del Padre, ni el lenguaje del Verbo Inefable. El Espíritu, con su Gracia, es el primero que nos despierta a la fe. El Puente está hecho pero el Encuentro entre nosotros y el Padre por Cristo sólo se nos hace posible porque el Espíritu nos abre el Camino hacia el Padre.
    Con una comparación. Si nos encontráramos con un E.T. podríamos captar algo, igual que captamos la historia de Jesús por lo que la Biblia u otras fuentes nos dicen como literatura. Pero no conoceríamos su Misterio, que es el Misterio de la Totalidad en Interconexión e Intercambios Ilimitados, hasta que algo común, el Espíritu, estuviera en los dos. Así entenderíamos su Vida, Silencio; sus Palabras, Verdad; y su Amor, Encuentro; abrazándonos a su Divinidad. Tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, Él los guiará por el Camino de la Verdad Total. Porque no hablará por sí mismo, sino que les dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo, a los largo de milenios sobre mi Misterio. Todo lo que es del Padre es mío, por eso el Espíritu recibirá de lo mío y se los anunciará. Jn 16, 12-15
   Las letras solas matan, el Espíritu es el que las vivifica. 2 Cor 3, 6 Si no trascendemos las letras, grámma palabras y gestos caemos en la trampa de la ley del pecado que da la muerte y perdemos la Ley del Espíritu que nos regala la Vida. Rom 8, 2 Sólo el Espíritu produce el Encuentro entre las letras, palabras y gestos, y el Camino Nuevo y Viviente que abraza al Abba. Sin el Espíritu, la vida en comunidad fraterna es un desencuentro constante, en vez de una comunión vivificante; un cuerpo muerto sin alma, le falta el Alma del Cuerpo Místico. Y olvidémonos de que podríamos custodiar la biodiversidad, la ecología, Amazonia, Antártida, y tantos otros lugares en violentada desertificación.
    El Espíritu del Encuentro en el Amor nos revela que sólo existimos como personas en relación para la misión que cada uno tiene, y lo logra. Jesús nos transmitió las palabras de su Padre y es el Espíritu el que nos sigue enseñando y recordando lo que Él nos dijo. Jn 14, 26 Él forja misioneros decididos y valientes, señala los lugares que  deben ser evangelizados y elige a quienes deben hacerlo. Aparecida, 150 Nos despierta de la disfuncionalidad del aislacionismo que es suicidarse, y nos regala senderos operativos para copensar, cosentir y contactar en funcionalidad interpersonal sobrenatural; cual personas para los demás que dialogamos, amamos y nos entregamos en éxodo de donaciones gratuitas hasta morir; hechas de silencios, palabras y encuentros pequeños y limitados sí, pero a imagen y semejanza de los Tres. 
    El Espíritu nos lleva a autotrascendernos, autoexpropiarnos y autodonarnos, desde la Eucaristía Pascual, para ser pobres y asistir, educar e integrar con justo trabajo a los pobres, sin miedos cobardes; con la fuerza del amor forma de todas las virtudes verdaderas fuerzas. Sin buscar intereses vanidosos espúreos, que nada tienen que ver con nuestra identidad en autocontención sobrenatural en el Amor Relacional derramado en nuestros corazones por el Espíritu de Pura Interrelacionalidad que nos ha sido dado y seamos instrumentos de su Ternura para con todos y todo; pues nuestra problemática no está en ser pecadores sino en  no dejarnos transfigurar por ese Amor Increado.

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