sábado, 1 de noviembre de 2014

209. Interpenetración de las tres Ciudades con las personas, sociedades y actividades, Ef 1, 3-14

    Bendito sea Dios, Padre de Jesucristo, que nos eligió en Él, antes de la creación de mundo, para que fuéramos santos por el amor. En Jesús nos redimió por su sangre, dándonos el perdón de los pecados, y el conocimiento del misterio de su proyecto. Volver a poner la Totalidad bajo una sola Cabeza que es Cristo. El Espíritu con que nos ha sellado, es el anticipo de nuestra herencia. Esta bendición litúrgica une la Trinidad y Cristo con la creación, la redención y la gloria presente y futura.
    La creación, la redención y la glorificación, las tres Ciudades del Proyecto de Dios, existen interpenetradas, sin por eso confundirse. Por interpenetración entendemos la relación de mutua introducción de dos como mínimo, cuando uno penetra dentro de otro y viceversa. Se producen zonas que corresponden a más de un componente. Permaneciendo y vistas en el todo, pueden permanecer y verse en forma separada. Es la integración de elementos diferentes en unidad sin dejar la diferencia. Esto provoca saludable tensión entre las partes. Si éstas se hallan bien relacionadas da como resultado una sola configuración en función de variopintas comuniones. Aun entre lo Increado y lo creado. Si los niños no tienen infancia, o los jóvenes no tienen proyectos, este planeta tendrá un futuro oscuro.
    Esta interpenetración de las tres Ciudades, o conjuntos infinitos al estilo del cálculo infinitesimal de  Georg Cantor cual parábolas, sólo puede ser percibida por la fe, y más iluminados por los dones de inteligencia y ciencia. Constituye el misterio permanente de la historia perturbada por el pecado. Hasta que advenga la plena manifestación de la claridad de los hijos de Dios. La Iglesia, sacramento e instrumento de la Trinidad, ilumina tres aspectos con su doctrina social. Sana y eleva la dignidad de la persona, consolida la sociedad, da sentido y significado más profundo a su diaria actividad. Fue nuestra hermenéutica artesanal, personas en sociedad para servir, con la que sintetizamos las tres fases de Joaquín de Fiore. Blog 207. Esperanza y responsabilidad en la historia desde, en y hacia, la Trinidad Son los valores o áreas de la vocación del hombre que poseen una bondad extraordinaria pero, por la corrupción de su corazón, tienen desviaciones contrarias a su debida ordenación, y necesitan de purificación. G et S 11-39 Las desarrollaremos rumiando alrededor de recientes intervenciones del Magisterio de la Iglesia.

     En La evolución del concepto de naturaleza, Dios y Cristo caminan con nosotros, y están presentes en ella. Cuando leemos en el Génesis el relato de la creación, podemos imaginar que Dios es una especie de mago, que con su varita ha hecho todas las cosas. No es así. Él ha creado a los seres y les ha dejado desarrollarse según las leyes internas que dio a cada uno, para que alcanzasen su propio desarrollo. Dio la autonomía a los seres del universo al mismo tiempo que les aseguraba su continua presencia, dando el ser a toda realidad. Y así la creación ha proseguido su marcha por milenios y milenios hasta que se ha convertido en lo que hoy conocemos, porque Dios no es un mago sino el Creador que da el ser a todas las cosas. El inicio del mundo no es obra del caos que debe a otro su origen, sino que se deriva de un Principio Supremo que crea por Amor. El Big Bang, que hoy se sitúa en el origen del mundo, no contradice la intervención de un Creador divino, al contrario, la requiere. La evolución de la naturaleza no contrasta con la noción de creación, porque la evolución presupone la creación de los seres que evolucionan. En cuanto al ser humano, hay un cambio y una novedad. Cuando al sexto día en el relato del Génesis, llega la creación del hombre, Dios da al ser humano otra autonomía, una autonomía diferente a la de la naturaleza. Es la libertad. Y dice al hombre que ponga nombre a todas las cosas y siga hacia delante en el curso de la historia. Le hace responsable para que domine la creación, la desarrolle y así hasta el final de los tiempos. Por eso al científico, y sobre todo al científico cristiano corresponde la actitud de interrogarse sobre el futuro de la humanidad y de la tierra. Como ser libre y responsable, de contribuir a prepararlo, a defenderlo, y a eliminar los riesgos del medio ambiente, sean naturales que humanos. Al mismo tiempo, el científico debe estar movido por la confianza en que la naturaleza esconda, en sus mecanismos evolutivos, potenciales que toca a la inteligencia y a la libertad descubrir y poner en práctica para llegar al desarrollo que está en el diseño del Creador. Entonces, por muy limitada que sea, la acción del hombre participa de la potencia de Dios y es capaz de construir un mundo apropiado para su doble vida corporal y espiritual. Construir un mundo humano para todos los seres humanos y no para un grupo o clase de personas privilegiadas. Esta esperanza y confianza en Dios, Autor de la naturaleza, y en la capacidad del espíritu humano, pueden proporcionar al investigador una nueva energía y una serenidad profunda. Pero también es cierto que la acción del hombre, cuando su libertad se convierte en autonomía, que no es libertad sino autocentramiento, destruye la creación y el hombre usurpa el lugar del Creador. Este es el gran pecado contra Dios Creador. Papa Francisco a la Academia de Ciencias, 27 octubre 2014


    1. Persona. Las descripciones de la condición humana que hace la literatura universal, el cine y el teatro, completan a veces más que los libros de espiritualidad, con realismos que nos sostienen para no despeñarnos por el farallón ni ensalzarnos con fanfarrias fantasmales. Expresan con otros lenguajes diferentes e inquietantes, cual légamos de la Eternidad, la misma interpenetración entre creación redención glorificación. Perfil de una ciudad, desde los ojos de un ave nocturna que vuela alto. En el amplio panorama, Tokio parece un gigantesco ser vivo. Nuestra mirada escoge una zona, allí está el local Denny’s, casi lleno. Iluminación anodina. Decoración y vajilla inexpresivas. Diseño de planta calculado hasta el menor detalle por expertos ingenieros. Música ambiental inocua. Empleados formados para seguir el manual a rajatabla. Bienvenidos a Denny’s. Nuestros ojos se posan en una chica que está sentada junto a la ventana, absorta en la lectura de un libro. La música que suena a bajo volumen es Go Away Little Girl, de Percy Faith y su orquesta. Nadie la escucha, por supuesto. Hay gente muy diversa comiendo y tomando café en Denny’s esa madrugada, pero ella está sola. El tiempo no avanza tan rápido como ella quisiera. Una mujer, Kaoru, de grandes proporciones irrumpe en el local. Es maciza, no gorda. Alta, ancha de espaldas, fuerte a ojos vistas. Lleva una gorra negra de punto calada hasta las cejas. Se acerca a la chica y le pregunta si es Mari Asai, si habla chino, y si puede venir con ella pues tiene en su casa de citas, un Love Hotel, una china con problemas que no habla japonés. Parece conectada con la mafia china. Son los que controlan la prostitución en esa zona de la ciudad. Traen a chicas de China en barco, de forma ilegal, y les hacen pagar con su cuerpo el importe del viaje. Los clientes encargan una chica por teléfono y ellos se la llevan al hotel en moto. Como si fuera una pizza recién hecha. Los yakuza, la mafia japonesa, son como bebés comparados con la mafia china, no puedes imaginarte de lo que es capaz. H. Murakami, After Dark, アフターダーク, TusQuets, México DF, 2014, 248 p.
    Dignidad deriva de digno o valioso. En el hombre dice relación a su valor inherente en cuanto ser con inteligencias, libertad y creatividad, que trata de mejorar y modelar su vida con la toma de decisiones discernidas en lo íntimo de su conciencia moral recta y formada. Todo lo que hay en la tierra debe ordenarse en función del ser humano, centro y culmen de todo. Pero el hombre es un misterio para sí mismo. Innumerables, zafias y soberbias, son las opiniones que él se da de sí mismo, según su historia cultura y estados anímicos. Se exalta cual regla absoluta o se hunde en la desesperación, el sinsentido y el suicidio. Fluye entusiasmado por el éxito o se paraliza con el rigor mortis ante el fracaso. Sufre por su irrelevancia cósmica, su querer tanto y poder tan poco, zarandeado entre ideales preclaros y realidades pedestres. La duda y la angustia lo flagelan. Los cristianos sentimos esas dificultades. La fe, escuchando y practicando la Revelación de Dios sobre el hombre puede perfilar su verdadera situación, dar explicación a sus enfermedades y muertes, y conocer con acierto la sublime vocación y la profunda miseria que experimentamos.
    Fuimos creados a imagen y semejanza del Dios Trino, no deslavazados solitarios sino hombre y mujer, expresión primera de comunión entre personas. Somos seres sociales que no podemos desplegar nuestras cualidades sino amándonos y sirviéndonos unos a otros. Nuestra dignidad viene del Señor. El compromiso nupcial de los cónyuges, se enciende con el encuentro, es un don, una gracia que se expresa, cuando dos rostros están frente a frente y se enamoran con dilección preferencial. El amor del hombre y de la mujer nos enseña que cada uno necesita del otro para llegar a ser él mismo. El itinerario, para que este encuentro sea auténtico, comienza en el noviazgo, tiempo de espera y conocimiento mutuo, no de relaciones prematrimoniales. Lo realiza el sacramento del matrimonio, donde Jesús pone su Espíritu, su Presencia y su Gracia. Este camino conoce la sexualidad, la ternura y la belleza, que perduran más allá del vigor y de la frescura juvenil. El amor por su propia naturaleza es para siempre, hasta dar la vida por la persona amada. Ese amor conyugal, único e indisoluble, persiste a pesar de las dificultades del límite humano, y es uno de los milagros más bellos. Ese amor se difunde a través de la fecundidad, que no es sólo la procreación, sino también el don de la vida divina en el bautismo, la educación y la catequesis de los hijos. Padre, regala a todas las familias la presencia de esposos fuertes y sabios, que sean manantial de una familia libre y unida. Padre, da a los padres una casa para vivir en paz con su familia. Padre, concede a los hijos que sean signos de confianza y de esperanza y a los jóvenes el coraje del compromiso estable y fiel. Padre, ayuda a todos a poder ganar el pan con sus propias manos, a gustar la serenidad del espíritu y a mantener viva la llama de la fe también en tiempos de oscuridad. Mensaje Sínodo 2014

    Por instigación del demonio, en el exordio de la historia, el hombre abusó de su libertad, se levantó contra Dios y pretendió comprenderse y alcanzar su fin al margen de Dios. Descentrado tuvo aversión de Dios y destruyó su ordenada relación con todo lo creado. No son las criaturas las que nos separan de Dios sino nuestro apego a ellas. Juan de la Cruz, Subida, II, 8 Oscurecido su estúpido corazón, prefirió la creatura al Creador, lo finito y pasajero al Infinito Increado y Eterno. El hombre quedó así dividido en sí mismo, su periplo es una lucha dramática entre el Bien y el mal, entre la Luz y las tinieblas. De ahí la redención realizada por el Hombre Dios y el camino de la conversión en retorno a nuestro Hogar, y el Proyecto glorificador de una Creación Transfigurada.
    Sigue teniendo fugaces atisbos de la interpenetración de la tres Ciudades con la Trinidad, cual nómada que cada tanto se refresca en un oasis del desierto, donde Dios todavía no se ha eclipsado. La sabiduría nos muestra que hay tres fases en nuestro peregrinar. Unos 35 años para aprender a hacer. Unos 40 para hacerlo, y después de los 75 o antes dar un paso al costado y dejar hacer a los otros. Aprender es muy costoso. Mucho más fatigante es hacer bien las obras de Dios. Dificilísimo es dejar hacer a los demás, mientras yo me borro y los otros hacen cosas mejores que las que logré yo. No sabemos del todo cuál es el misterio del vivir. Menos sabemos cuál es el misterio del morir. Aunque la Parca esté a nuestro lado, siempre nos pilla de sorpresa, ya que nadie sabe cuando morirá. Destroza nuestra unidad de cuerpo alma y espíritu. Nos hace desaparecer de este escenario terreno y nos amenaza con que todos nos olvidarán. Sí, sabemos que hay que vivir con alegría hasta el fin anunciando fe esperanza y amor. Decirnos lo que debemos antes de partir. Pedirnos perdón, darnos las gracias, alabar a Dios por los instantes en que pasamos juntos. No nos equivocamos al afirmar que somos superiores al universo material. No somos partículas de energías que se transmutan o caen en la nada y vuelven a surgir, o no, cual bosones de Higgs. La fe nos asegura que somos únicos e irrepetibles. No anónimos miembros de una comunidad que pronto ni se acordará de nuestro pasaje por este mundo. Esté donde esté  ningún ser humano es abandonado por Jesús la Imagen del Dios Invisible, el Primogénito de toda la creación, el Primero que resucitó de entre los muertos. Ninguna Parca estará a nuestro lado en nuestra Pascua sino el Eterno Viviente. Cada uno de nosotros es amado y ama la Totalidad de Cristo por toda la Eternidad. Yo te amo para siempre, nos dice Jesús. Yo también te amo mucho, le repetimos nosotros. Ese mutuo deseo se llama oración. Por Jesús la Trinidad nos llama a adherirnos a Ella en cuerpo y alma en la perpetua e incorruptible Vida Divina, y a la comunión con todos los ángeles y los santos en una Red Infinita. En ese universo que es un Internet Real Transfigurado. Like in the Mirror of the Christian Marriage. Ef 5, 25-33

    Esta interpenetración se dio en Totalidad cuando el Verbo desembarcó y se hizo carne en el seno de la Virgen Madre, bajo el cuidado de José, en la pobreza y lejanía de Nazaret. El misterio del hombre y la sublimidad de su vocación sólo alcanzan su Pléroma en el Misterio del Verbo encarnado que se ha unido en cierto modo a todo hombre. Podemos tener más o menos semejanza con Él, huesos secos o cuerpos jóvenes repletos de vida, pero jamás perdemos la dignidad de la imagen. Toda persona humana está abierta al Infinito, a todos los seres creados, a la Totalidad del Ser y del Amor. Percibo que existo cuando me aman y amo. Demandar conocimiento interno de Dios, que por mí se ha hecho hombre, para que más le ame y le siga. Ver a todas las personas humanas sobre la faz de la tierra. En tanta diversidad, así en trajes como en gestos. Unos blancos y otros negros, unos en paz y otros en guerra, unos llorando y otros riendo, unos sanos y otros enfermos, unos naciendo y otros muriendo. Luego ver y considerar a las Tres Personas Divinas. Cómo miran toda la faz de la tierra y todas las gentes en tanta ceguera, cómo hablan y blasfeman. Y dicen los Tres, hagamos redención del género humano. Sacar provecho de las palabras del ángel a María. San Ignacio, Ejercicios Espirituales, 106-107
    En este combate no se podrá bajar la guardia entre abrirse o cerrarse, salir o quedarse. Estamos en el corazón feroz del Misterio Pascual. La malicia brega con la bondad, la ignorancia con el conocimiento, el deseo con la concupiscencia invencible sin la gracia, la fortaleza con la debilidad. La fe con la incredulidad, la desesperación con la esperanza, el odio con el amor y el miedo.  El perdón con el resentimiento rencoroso. La liberación con los apegos esclavizantes. La mentira con la veracidad. La belleza con la fealdad. La gula con la moderación, la lujuria con la castidad, la avaricia e incomunicación con el dar donarse e interrelacionarse. El coraje con la mansedumbre, la acedia con la laboriosidad el fervor y la magnanimidad, la tristeza con el gozo espiritual. La insensatez con la sabiduría, la vanagloria con la manifestación de Dios, la soberbia y el orgullo la envidia y los celos con el amor humilde a Jesús su Iglesia y el Mundo. La muerte lidiando con la Vida. En este desierto del Sahara, en Beni Abbés, deseo reconocer el animal que hay en mí. Amarlo, ofrecerle una oportunidad. Pablo d’Ors, El amigo del desierto. Relato de una vocación, Anagrama, Barcelona, 2009, 137 p.

    2. Sociedad. Los hijos de Dios no deberían tener más patria aquí abajo que el universo mismo, con la totalidad de las criaturas racionales que ha contenido, contiene y contendrá. Esa es la ciudad digna de merecer nuestro amor. Hay que ser católico, es decir, no estar ligado por un hilo a nada creado, sino a la totalidad de la creación. El mundo tiene necesidad de santos como una ciudad con peste tiene necesidad de médicos. Oculto y silencioso es el camino por el que la gracia se adentra en los corazones. Lo que me da miedo es la Iglesia como realidad sociológica institucional. Simone Weil Los valores propios de la vida social requieren la práctica de los principios fundamentales. Estos son, bien común, destino universal de los bienes, subsidiaridad, participación y solidaridad. Necesitan de los valores de la verdad, la libertad y la justicia. Nacen y se desarrollan en el camino del amor social.
    Los juristas deben adoptar instrumentos legales y políticos que no caigan en la trampa mitológica del chivo expiatorio. O sea, del individuo acusado sin justicia de las desgracias que afectan a una comunidad, y por ellos sacrificado. Y rechazar la creencia según la cual la sanción penal por sí sola consigue beneficios que requerirían, en cambio, la implementación de políticas sociales económicas educativas y de inclusión social. La pena de muerte es utilizada en los regímenes totalitarios como instrumento de supresión de la disidencia política o de persecución de las minorías religiosas o culturales. Hay que reiterar el primado de la vida y la dignidad de la persona y la condena absoluta de la pena de muerte, que para un cristiano es inadmisible. Como también rechazar las ejecuciones extrajudiciales que son homicidios deliberados cometidos por algunos estados o sus agentes y presentados como consecuencia indeseada del uso razonable, necesario y proporcional de la fuerza para aplicar la ley. Se debe cuidar de los encarcelados, entre ellos los presos sin condena y los condenados sin juicio, afirmando que la prisión preventiva, cuando se usa de forma abusiva constituye otra forma contemporánea de pena ilícita oculta, más allá de la legalidad. Mejorar al máximo las condiciones deplorables de los penitenciarios en buena parte del planeta, que si a veces se deben a una inaceptable carencia de infraestructuras, otras son el resultado del ejercicio arbitrario y despiadado del poder sobre las personas privadas de libertad. La tortura y otros tratos inhumanos y degradantes se administran no sólo como un medio para lograr un fin particular, tales como la confesión o denuncia, prácticas características de la doctrina de la seguridad nacional, sino que constituyen un horror añadido a los males propios de la detención. La misma doctrina penal tiene una importante responsabilidad en esto por haber permitido en ciertos casos, la legitimación de la tortura en determinadas condiciones, abriendo el camino para abusos posteriores. Condenar el uso de sanciones penales a los niños y ancianos. No olvidar algunas formas de criminalidad que hieren la dignidad de la persona y el bien común, entre ellas la trata de personas y la esclavitud, reconocida como crimen contra la humanidad y crimen de guerra tanto por el derecho internacional como en tantas legislaciones nacionales. Entre estas formas de criminalidad está la pobreza absoluta en que viven más de mil millones de personas y la corrupción. La escandalosa concentración de la riqueza global es posible a causa de la connivencia de los responsables de la cosa pública con los poderes fuertes. La corrupción es en sí misma un proceso de muerte, y un mal más grande que el pecado, que más que perdonar hay que curar. La cautela en la aplicación de la pena debe ser el principio regidor de los sistemas penales. Y el respeto de la dignidad humana no sólo debe actuar como límite de la arbitrariedad y los excesos de los agentes del Estado, sino como criterio de orientación para perseguir y reprimir las conductas que representan los ataques más graves a la dignidad e integridad de la persona. Papa Francisco, octubre 2014, A la delegación de la Asociación Internacional de Derecho Penal

    3. Actividad. Los miedos que despierta la otredad no sólo provienen de los crecientes flujos migratorios que erosionan las homogeneidades culturales tradicionales. Son estimulados por una compleja cosmografía de otredades míticas que describe las angustias del Occidente postmoderno. Eso que llamamos nuestra realidad política contemporánea no se puede comprender sin tomar en consideración las extensas redes imaginarias del poder. Ellas generan los mitos polares de la normalidad y la marginalidad, de la identidad y la otredad. Se trata de un proceso de estimulación y creación de franjas marginales de terroristas, sectas religiosas, enfermos mentales, desclasados, indígenas, déspotas musulmanes, minorías sexuales, guerrilleros, emigrantes ilegales exóticos, mafias de narcotraficantes y toda clase de seres anormales y liminales que amenazan, con su presencia real o imaginaria, la estabilidad de la cultura hegemónica. Los superhéroes de la normalidad deben prepararse para combatir al mal. Se trata de batallas de alto contenido imaginario y alegórico, por desgracia, no son inexistentes o irreales. Roger Bartra, Territorios de terror y la otredad, Fondo de Cultura Económica, México DF, 2013, 141 p.
    El encuentro de Movimientos Populares es un gran signo, vinieron a poner en presencia de Dios, de la Iglesia, de los pueblos, una realidad muchas veces silenciada. Los pobres no sólo padecen la injusticia sino que también luchan contra ella. No se contentan con promesas ilusorias, excusas o coartadas. Tampoco están esperando de brazos cruzados la ayuda de ONGs, planes asistenciales o soluciones que nunca llegan o, si llegan, llegan de tal manera que van en la dirección de anestesiar o de domesticar. Esto es peligroso. Los pobres ya no esperan y quieren ser protagonistas, se organizan, estudian, trabajan, reclaman y, sobre todo, practican esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren, entre los miserables, y que nuestra civilización parece haber olvidado, o al menos tiene muchas ganas de olvidar.
    Solidaridad es una palabra que no cae bien siempre, yo diría que algunas veces la hemos transformado en una mala palabra. No se puede decir. Pero es una palabra que vale más que algunos actos de generosidad esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad, de prioridad de vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos. También es luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales. Es enfrentar los destructores efectos del Imperio del dinero, los desplazamientos forzados, las emigraciones dolorosas, la trata de personas, la droga, la guerra, la violencia y todas esas realidades que muchos de ustedes sufren y que todos estamos llamados a transformar. La solidaridad, entendida en su sentido más hondo, es un modo de hacer historia y eso es lo que hacen los Movimientos Populares.
    Este encuentro no responde a una ideología. Ustedes no trabajan con ideas, trabajan con realidades como las que mencioné y muchas otras que me han contado. Tienen los pies en el barro y las manos en la carne. Tienen olor a barrio, a pueblo, a lucha. Queremos que se escuche su voz. En general, se escucha poco. Tal vez porque molesta, tal vez porque su grito incomoda. Tal vez porque se tiene miedo al cambio que ustedes reclaman. Pero sin su presencia, sin ir a las periferias, las buenas propuestas y proyectos que a menudo escuchamos en las conferencias internacionales se quedan en el reino de la idea, de un anteproyecto.
    No se puede abordar el escándalo de la pobreza promoviendo estrategias de contención que sólo tranquilicen y conviertan a los pobres en seres domesticados e inofensivos. Qué triste ver cuando detrás de supuestas obras altruistas, se reduce al otro a la pasividad, se lo niega o peor, se esconden negocios y ambiciones personales. Jesús les diría hipócritas. Qué lindo es en cambio cuando vemos en movimiento a Pueblos, sobre todo, a sus miembros más pobres y a los jóvenes. Entonces sí se siente el viento de promesa que aviva la ilusión de un inicio de mundo mejor. Que ese viento se transforme en vendaval de esperanza. Tierra, techo y trabajo, eso por lo que ustedes luchan, son derechos sagrados. Reclamar esto no es nada raro, es la doctrina social de la Iglesia.

    Tierra. Al inicio de la creación, Dios creó al hombre, custodio de su obra, encargándole de que la cultivara y la protegiera. Veo aquí a decenas de campesinos y campesinas, y quiero felicitarlos por custodiar la tierra, por cultivarla y por hacerlo en comunidad. Me preocupa la erradicación de tantos hermanos campesinos que sufren el desarraigo, y no por guerras o desastres naturales. El acaparamiento de tierras, la desforestación, la apropiación del agua, los agrotóxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan al hombre de su tierra natal. Esta dolorosa separación, que no es sólo física, sino existencial y espiritual, porque hay una relación con la tierra que está poniendo a la comunidad rural y su peculiar modo de vida en notoria decadencia. Más, hasta en riesgo de extinción.
    La otra dimensión del proceso ya global es el hambre. Cuando la especulación financiera condiciona el precio de los alimentos tratándolos como a cualquier mercancía, millones de personas sufren y mueren de hambre. Por otra parte se desechan toneladas de alimentos. Esto constituye un verdadero escándalo. El hambre es criminal, la alimentación es un derecho que no se puede negar a nadie. Sé que algunos de ustedes reclaman una reforma agraria para solucionar alguno de estos problemas, y déjenme  decirles que en ciertos países, la reforma agraria es además de una necesidad política, una obligación moral. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 300

    Techo. Una casa para cada familia. Nunca hay que olvidarse que Jesús nació en un establo porque en el hospedaje no había lugar, que su familia tuvo que abandonar su hogar y escapar a Egipto, perseguida por Herodes. Hoy hay tantas familias sin vivienda, o bien porque nunca la han tenido o bien porque la han perdido por diferentes motivos. Familia y vivienda van de la mano. Pero, además, un techo, para que sea hogar, tiene una dimensión comunitaria. Es el barrio donde se empieza a construir esa gran familia de la humanidad, desde lo más inmediato, desde la convivencia con los vecinos. Hoy vivimos en inmensas ciudades que se muestran modernas, orgullosas y hasta vanidosas. Ciudades que ofrecen innumerables placeres y bienestar para una minoría feliz. Pero se le niega el techo a miles de vecinos y hermanos nuestros, incluso niños. Se los llama, personas en situación de calle. Es curioso como en el mundo de las injusticias, abundan los eufemismos. Una persona segregada, una persona apartada, una persona que está sufriendo la miseria, el hambre, es una persona en situación de calle, palabra elegante. Ustedes busquen siempre, por ahí me equivoco en alguno, pero en general, detrás de un eufemismo hay un delito.

    Vivimos en ciudades que construyen torres, centros comerciales, hacen negocios inmobiliarios. Pero abandonan a una parte de sí en las márgenes, las periferias. Cuánto duele escuchar que a los asentamientos pobres se los margina o, peor, se los quiere erradicar. Son crueles las imágenes de los desalojos forzosos, de las topadoras derribando casillas, imágenes tan parecidas a las de la guerra. Y esto se ve hoy.
    Ustedes saben que en las barriadas populares donde muchos de ustedes viven subsisten valores ya olvidados en los centros enriquecidos. Los asentamientos están bendecidos con una rica cultura popular. Allí el espacio público no es un mero lugar de tránsito sino una extensión del propio hogar, un lugar donde generar vínculos con los vecinos. Qué hermosas son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo. Qué lindas son las ciudades que, aun en su diseño arquitectónico, están llenas de espacios que conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro. Por eso, ni erradicación ni marginación sino integración urbana. Esta palabra debe desplazar a la palabra erradicación, desde ya, pero también esos proyectos que pretenden barnizar los barrios pobres, aprolijar las periferias y maquillar las heridas sociales en vez de curarlas promoviendo una integración auténtica y respetuosa. Es una especie de arquitectura del maquillaje. Sigamos trabajando para que todas las familias tengan una vivienda y para que todos los barrios tengan una infraestructura adecuada. Cloacas, luz, gas, asfalto, escuelas, hospitales o salas de primeros auxilios, club deportivo y todas las cosas que crean vínculos y unen.
   
    Trabajo. No existe peor pobreza material que la que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo. El desempleo juvenil, la informalidad y la falta de derechos laborales no son inevitables, son resultado de una previa opción social, de un sistema económico que pone los beneficios por encima del hombre, son efectos de una cultura del descarte. Se considera al ser humano como un bien de consumo, se puede usar y luego tirar. Hoy, al fenómeno de la explotación y de la opresión se le suma una nueva dimensión, un matiz gráfico y duro de la injusticia social, los que no se pueden integrar, los excluidos son desechos, sobrantes. Esto sucede cuando al centro de un sistema económico está el dios dinero y no la persona humana. Al centro de todo sistema social o económico tiene que estar la persona, imagen de Dios. Cuando la persona es desplazada y viene el dios dinero sucede esta trastocación de los valores.
    Para graficar, recuerdo una enseñanza del año 1200. Un rabino judío explicaba a sus feligreses la historia de la torre de Babel. Contaba cómo para construirla, había que hacer mucho esfuerzo para fabricar los ladrillos. Había que hacer el barro y traer la paja. Amasar el barro con la paja, después cortarlo en cuadrados, hacerlo secar, cocinarlo. Y cuando ya estaban cocidos y fríos, subirlos para ir construyendo la torre. Si se caía un ladrillo se producía casi una tragedia nacional. Al que lo dejaba caer lo castigaban con dureza inaudita. Pero si se caía un obrero no pasaba nada.
    Hoy día también, se descartan los niños porque el nivel de natalidad en muchos países de la tierra ha disminuido. O se los descarta por no tener alimentación, o porque se les mata antes de nacer. Y se descartan los ancianos, porque no sirven, no producen. Ni chicos ni ancianos producen, entonces con sistemas más o menos sofisticados se los abandona. Y como es necesario en esta crisis recuperar un cierto equilibrio, estamos asistiendo a un tercer descarte muy doloroso, el descarte de los jóvenes. Millones de jóvenes descartados del trabajo, desocupados. En Italia el 40% de jóvenes están así. Se anula a toda una generación para mantener el equilibrio de las balanzas.
    Pese a esto, a esta cultura de los sobrantes, tantos de ustedes, trabajadores excluidos, desclasados por este sistema, fueron inventando su propio trabajo con todo aquello que parecía no poder dar más de sí mismo. Pero ustedes, con su artesanalidad que les dio Dios, con su búsqueda, con su solidaridad, con su trabajo comunitario, con su economía popular, lo han logrado y lo están logrando. Eso además de trabajo, es poesía. Todo trabajador tiene derecho a una remuneración digna, a la seguridad social y a una cobertura jubilatoria. Aquí hay cartoneros, recicladores, vendedores ambulantes, costureros, artesanos, pescadores, campesinos, constructores, mineros, obreros de empresas recuperadas, mujeres indígenas, todo tipo de cooperativistas y trabajadores de oficios populares que están excluidos de los derechos laborales, que se les niega la posibilidad de sindicalizarse, que no tienen un ingreso adecuado y estable.

    Paz y ecología. No puede haber tierra, no puede haber techo, no puede haber trabajo si no tenemos paz y si destruimos el planeta. Todos los pueblos de la tierra, tenemos que alzar la voz en defensa de estos dos preciosos dones, la paz y la ecología. La naturaleza, la hermana madre tierra. Estamos viviendo la tercera guerra mundial en cuotas. Hay sistemas económicos que para sobrevivir deben hacer la guerra. Entonces se fabrican y se venden armas y con eso, los balances de las economías que sacrifican al hombre a los pies de Mamona quedan saneados. Y no se piensa en los niños hambrientos, en los campos de refugiados, en los desplazamientos forzados, en las viviendas destruidas y en tantas vidas segadas. Nunca más la guerra, grito Pablo VI en la ONU. 4-5,X,1965
    Un sistema económico centrado en el dios dinero necesita también saquear la naturaleza, para sostener el ritmo frenético del consumismo. El cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la desforestación ya están mostrando sus efectos devastadores en los grandes cataclismos que vemos. Los que más sufren son ustedes, los humildes, los que viven cerca de las costas, o en las antes boscosas montañas, en viviendas precarias. Tan vulnerables que frente a un desastre natural lo pierden todo. La creación no es una propiedad de la cual podemos disponer a nuestro gusto, ni mucho menos es una propiedad sólo de algunos pocos. La creación es un don, un regalo maravilloso que Dios nos ha dado  para que cuidemos de él y lo utilicemos en beneficio de todos, con respeto y gratitud. Blog 57
    Hablamos de tierra, de trabajo, de techo, de paz y de ecología. Pero, por qué en vez de eso nos acostumbramos a ver como se destruye el trabajo digno, se desahucia a tantas familias, se expulsa a los campesinos, se hace la guerra y se abusa de la naturaleza. Porque en este sistema se ha sacado al hombre del centro y se lo ha reemplazado por un culto idolátrico al dinero. Porque se ha globalizado la indiferencia. A mí qué me importa lo que les pasa a otros, mientras yo defienda y tenga lo mío. El mundo se ha olvidado de Dios Padre. Se ha vuelto huérfano, falto de hermandad y amor a la tierra.
    Este sistema ya no se aguanta. Tenemos que cambiarlo, tenemos que volver a llevar la dignidad humana al centro, y que sobre ese pilar se construyan las estructuras sociales alternativas que necesitamos. Hay que hacerlo con coraje e inteligencia. Con tenacidad, pero sin fanatismos. Con pasión, pero sin violencias. Y entre todos, enfrentando los conflictos sin quedar atrapados en ellos, buscando resolver las tensiones para alcanzar un plano superior de unidad, de paz y de justicia.
    Entre los excluidos se da ese encuentro de culturas donde el conjunto no anula la particularidad. Por eso me gusta la imagen del poliedro, una figura geométrica con muchas caras distintas. El poliedro refleja la confluencia de todas las parcialidades que en él conservan la originalidad. Nada se disuelve, nada se destruye, nada se domina, todo se integra. Busquemos esa síntesis entre lo local y lo global. Sé que trabajan día tras día en lo concreto, en su barrio, su lugar de trabajo. Los invito también a continuar buscando esa perspectiva más amplia. Que nuestros sueños vuelen alto y abarquen el Todo.
    Los Movimientos Populares expresan la necesidad urgente de revitalizar nuestras democracias, a veces secuestradas por innumerables factores. Es imposible imaginar un futuro para la sociedad sin la participación protagónica de las grandes mayorías. Ese protagonismo excede los procedimientos lógicos de la democracia formal. La perspectiva de un mundo de paz y justicia duraderas reclama superar el asistencialismo paternalista. Exige crear nuevas formas de participación que incluya a los Movimientos Populares no encorsetados. Anime las estructuras de gobiernos locales, nacionales e internacionales con ese torrente de energía moral que surge de la incorporación de los excluidos en la construcción del destino común. Con ánimo constructivo, sin resentimientos, con amor. Paráfrasis del Papa Francisco, 28,10,2014, Encuentro Mundial de Movimientos Populares

    La Pobreza es ante todo, una dimensión Revelada y teológica, aunque inseparable de lo socioeconómicopolítico, de lo liberador y evangelizador. Jesús nos mostró que Dios mismo es Pobre. Tú, Dios, eres tan Pobre, tan desnudo y tan libre, que en definitiva la Pobreza eres Tú. Angelus Silesius, 1624-1677, Armut ist Göttlich. Blog 161 El amor a los pobres está al centro del Evangelio y de la Iglesia. Cualquiera sea nuestra misión en Ella, aun contemplativos segregados en Clausura viviendo una vida muerta, nuestra opción preferencial es por los pobres. Blogs 7, 170. No informar sino formar en la magnanimidad de Benito por los pobres, 171 y 191 Lo visible y lo invisible de la Iglesia se integran. Es un reflejo del misterio de Cristo, en quien la naturaleza divina es indesligable de su kenótica naturaleza humana. A través de su realidad visible, como los sacramentos, el testimonio y el anuncio, está llamada a hacerse cercana a cada persona, comenzando por los más pobres, los que sufren  y los marginados, para que todos sientan la mirada compasiva de Jesús. A pesar de sus pecados, Dios la hace símbolo visible de su amor para con toda la humanidad. Blog 151. El misterio de la vida monástica en la historia
    Jesús no vivió al estilo de los ricos. Tampoco los excluyó de la invitación a construir el Reino ni de la esperanza que Él ofrece a todos. Tiene numerosas advertencias contra la riqueza avara, hecha brecha injusta que ningunea a los pobres. Su síntesis está en las Desgracias o Ayes. Lc 6, 24-26 No condena ni echa afuera al rico, pero lo amonesta con dramática severidad, sin agresiones sino con la ternura del Buen Pastor que huele a toda clase de ovejas. Su salvación está en peligro, a no ser que se haga pobre de espíritu, justo y misericordioso. Abierto y solidario para crear puestos de trabajo, educación y salud, compartiendo lo que tiene. Los Mandamientos, la Bienaventuranzas y el Juicio final, Mt 25, 31-46 le indican, como a nosotros, el camino de su conversión. 1 Tim 6, 17-19
    Es importante evitar cualquier identificación con las formas de riquezas insensibles al dolor de los miserables y a la liberación de las injusticias. Es tentador copiar las superfluidades de los megamillonarios, adquirir sus categorías y costumbres. Predicarles un Evangelio espiritualista y adormecedor. Es tentador olvidarlos o lo que es peor marginarlos. En estos últimos años he tenido que consolar a ricos buenos y generosos que me comentaban con lágrimas como les daba vergüenza asistir a Misa donde se sentían descastados no bienvenidos. Todos, pobres y ricos, somos pecadores. No se trata de güelfos contra gibelinos, sino de hablar al corazón. Is 40 Prescindir de ellos como si no fueran discípulos misioneros de Cristo, preciosos cuando ayudan a la Evangelización de los pobres, nada tiene que ver con la Carne de Jesús que va del Amor al Camino Sapiencial de la Ley en el Espíritu. El absoluto, sin preferencias, es el Amor a la Trinidad, al prójimo y a las cosas. Si no tengo amor no soy nada, si repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. 1 Cor 13, 1-3 El entretejido de los ricos es hoy tan dispar y complejo que meritan de personas especializadas para su evangelización.
    Es tentador para los monasterios, que recibimos agradecidos tantos beneficios de ellos, terminar sin embargo, sólo atendiendo a ricos, o a la clase media alta. Hasta con hospederías y costosos ejercicios espirituales que ningún pobre podría pagar. Inimaginables para los desplazados por la violencia, el agronegocio, la minería contaminante y todas las formas de extractivismo salvaje. Los campesinos reprimidos, los migrantes criminalizados, los familiares de desaparecidos cual los 43 estudiantes mexicanos de Iguala Ayotzinapa, los pueblos originarios y los afrodescendientes sometidos a genocidios y terricidios. En la tradición monástica siempre se tuvieron lugares de recepción para los pobres, para atenderlos en sus necesidades más urgentes como a Jesús, y facilitarles sitios de oración y retiros. Blog 183. El fermento del monacato contemplativo, no al becerro de oro La Iglesia es servidora de todos. Por opción de preferencia jamás excluyente, es por esencia contemplativa, estudiosa y trabajadora a favor de los pobres, constructora de puentes que alivian la inequidad y desigualdad entre pobres y ricos. Segundo Galilea, 1928-2010 El Dios de los pobres

    Los laicos, en comunión con los clérigos y consagrados, pero sin esperar directivas concretas de ellos, deben actuar la enseñanza social en libertad según su conciencia formada y recta, aun cuando errare humanum est. Valorando también los medios pobres, humildes, populares y artesanales. Preservando los recursos naturales y transmitirlos a las generaciones futuras. Y, a través de una radical conversión a la justicia y el amor, transformar desde dentro las estructuras de la sociedad pluralista donde se encuentran diversas religiones, filosofías, ideologías y sistemas de valores. Éstos se encarnan en diferentes movimientos históricos que se proponen construir la sociedad del futuro, rechazando la tutela de cualquier instancia incuestionable. Puebla, 1206-1214, 1235-1236
    Así, Michael Hardt, *1960, Washington, DC enseña Literatura e Italiano en la Duke University, y en la European Graduate School en Saas-Fee, Suiza es Professor of Political Literature de un Intensive Annual Summer Workshop. Con el pensador y controvertido activista Antonio Negri, *1933, Padova escribió una Trilogía, Empire, 2000 Multitude. War and Democracy in the Age of Empire, 2004 y Commonwealth, 2009. Hardt insiste in the joy of political life, one has to expand the concept of love beyond the limits of the couple. Declaration, 2012 Movimientos de ocupación y campamentos Demuestran la necesidad de un partido político que tendría la forma de una horizontal network structure, sin punto alguno de centralización de decisiones ni de leadership. Se inspiraron en varias organizaciones para defender los derechos de los marginados. El poder de los grupos de Resistencia es enorme. Sus metodologías resultan innovadoras para el futuro de las democracias. Permiten a las distintas multitudes actuar con lo que están haciendo, en cierta coordinación, sin quitar su autonomía e identidad. Parecido a los monasterios autónomos con leves grados de confederación.
    La Encarnación es la comunicación o entrega de la Pobreza de la Trinidad a la humanidad y el cosmos. M. Zundel, Blog 160 No sólo somos todos pobres porque nacemos y morimos desnudos. También lo somos porque nos puede faltar la Gracia que nos transfigura en el Hombre Nuevo. Y porque entre el nacimiento y la muerte existen derechos inalienables, como fundar un hogar con casa y trabajo, aire puro agua y alimentos, servicios sociales y de salud, que se niegan a millones destrozados en favelas, slums y villas miserias. Tenemos que morir y resucitar danzando la solidaridad de los ciudadanos en la red y en la nube, con los ricos que se comprometen de forma urgente no sólo para los pobres, sino junto con y atrás de los pobres no resignados y organizados. Blogs 167-169 y 194 Los bienes de las comunidades eclesiales y su economía son instrumentos de su contemplación y misión Humana y Evangélica. Lineas orientativas para la gestión de los bienes en los Institutos de vida consagrada, 2004 Apapachados en el Resucitado, con los frutos de la tierra empobrecida, los carritos de los cartoneros y las casillas de los barrios miserables. Abrazo de Cariño entre lo Increado de los Tres y lo creado de los tres pluriversos, anticipos humildes de nuestra herencia en el Paráclito. Blog178. Edificación sólida y rocosa no líquida y arenosa. Heb 11, 13-16 

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