162. Amor
Misericordia y Compasión en la Justicia de Dios: Mt 18, 23-35
Siervo
malvado, me suplicaste y te perdoné la deuda. Tú debías tener misericordia de
tu compañero, como yo tuve misericordia de ti. La
misericordia cambia nuestra perspectiva de Dios, de los hermanos y de la
naturaleza. La Trinidad no sólo nos ama, haciéndonos el Bien, sino que por
nuestros pecados su amor se hace misericordia, un Corazón que se conmueve ante
nuestras indigencias; y compasión, un sentir Él lo que sentimos nosotros, y
viceversa con audacia creatural. Viene en auxilio de nuestras miserias, se compadece
de nuestras culpas y nos perdona. Jamás se cansará de perdonarnos, pero
nosotros podemos cansarnos de confesarnos; sobre todo si nuestras caídas son
reiterativas en la misma materia; y de no tener misericordia de nuestros
hermanos y la naturaleza como Él la tiene de todos. Así empiezan y terminan los
74 instrumentos de las buenas obras. RB, 4 Amar a Dios de todo corazón y al próximo como a sí mismo. Retornar a
estar en paz antes del ocaso con quien se haya tenido alguna discordia. Y nunca
desesperar de la misericordia de Dios, et de Dei misericordia numquam desperare.
Podemos reconocer que es Pascua en el
Cuerpo del Resucitado o en su Cuerpo Eucarístico, pero no exclamar con san
Benito ante el sacerdote que nos visita diciéndonos que hoy es Pascua, sé que es Pascua porque he sido digno de
verte. Gregorio Magno, L.II Diálogos, I Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán
perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que
ustedes se los retengan. Jn 20, 19-23 Trento definió que con estas palabras Cristo instituyó el sacramento de
la reconciliación, siéndole comunicada a los sacerdotes la potestad de perdonar
y retener los pecados, cuando el fiel cristiano tiene contrición o detestación del pecado cometido y se con-vierte a Dios con el propósito de no
pecar en adelante, o sea no volverse a apegar o con-vertirse a las creaturas de manera desordenada, yendo contra
sus mandamientos; se confiesa ante
los sacerdotes que son sus vicarios en este mundo; hace satisfacción por sus pecados conformándonos a Jesús,
padeciendo con Él para ser con Él glorificados; Rm 8, 17 y recibiendo
la absolución que es la forma
esencial de este sacramento, Yo te
absuelvo.
La misericordia del perdón no es bromear
con Dios, peco pues seré perdonado; o disolver la justicia estableciendo la
impunidad de la corrupción del derecho, cosa que clama al cielo; o que los
delitos, hechos ilícitos sancionados por la ley civil o canónica con una pena
grave, no deberían ser castigados aunque se llegue, a veces, a perdonar con el corazón y hasta indultar al delincuente en ciertos
casos leves o necesitados de ayuda humanitaria.
El Papa Francisco recibió el 5 de abril al
obispo Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, quien
dijo que en la audiencia, en la que se habían abordado diversos temas de
competencia del Dicasterio, el Papa había recomendado en particular que la Congregación,
prosiguiendo la línea deseada por Benedicto XVI, actuara con decisión en todo
lo que se refiere a los casos de abuso sexual, promoviendo ante todo medidas de
protección de los menores, ayuda para los que en el pasado han sufrido
violencia, las medidas debidas hacia los culpables, el compromiso de las
conferencias episcopales en la formulación y actuación de las directrices necesarias
en este ámbito tan importante para el testimonio y la credibilidad de la
Iglesia. El Papa ha asegurado que las víctimas de abusos están presentes, en su
atención para con los que sufren, y en sus oraciones por ellos.
No hay situación que Dios no pueda cambiar,
ni pecado que no pueda perdonar, lo cual no significa que siempre desaparece la
pena. De Dios nadie se burla. Se recoge
lo que se siembra. El que siembra para satisfacer su carne, su pecado, de la
carne recogerá sólo corrupción. El que siembra según el Espíritu, del Espíritu
recogerá la Vida Eterna. Gal 6, 7-8
Dios es el Juez y la Justicia Infinita con Amor y Compasión. El amor humano es una madeja de contrariedades,
es la infinita mutabilidad del mundo; las mentiras, el odio, incluso el
asesinato, están entretejidos en él. Es el florecimiento de los opuestos, una
rosa bellísima que huele a sangre. T. Kushner,
*1956, The Illusion Si no lo
purificamos y lo iluminamos con distinciones y donaciones de amor puro, equivocarenos el Camino; no habremos unido la parábola del Padre misericordioso y sus dos hijos, Lc 15, 11-32 con la del servidor malvado que estamos considerando.
Aunque exista analogía, no podemos confundir el amor humano con el Dios que es Amor; y menos prendarnos de algunos de sus atributos y solapar otros. Si malinterpretamos la misericordia y caemos en la impunidad de los delitos cometidos, porque no se deberían por compasión aplicar penas y castigos justos, dejaríamos a las víctimas inocentes en manos de delincuentes peligrosos a quienes tenemos que llevar a juicio, sin juzgar su interioridad, Mt 7, 1-5 respetando sus derechos humanos, y ayudándolos para que encuentren el Camino de la Vida terrena y celestial. Dios nos sigue amando y quiere que todos los hombres se salven, reintegrándonos a la libertad. Jesús se identifica también con los encarcelados.
Aunque exista analogía, no podemos confundir el amor humano con el Dios que es Amor; y menos prendarnos de algunos de sus atributos y solapar otros. Si malinterpretamos la misericordia y caemos en la impunidad de los delitos cometidos, porque no se deberían por compasión aplicar penas y castigos justos, dejaríamos a las víctimas inocentes en manos de delincuentes peligrosos a quienes tenemos que llevar a juicio, sin juzgar su interioridad, Mt 7, 1-5 respetando sus derechos humanos, y ayudándolos para que encuentren el Camino de la Vida terrena y celestial. Dios nos sigue amando y quiere que todos los hombres se salven, reintegrándonos a la libertad. Jesús se identifica también con los encarcelados.
La Misericordia es Camino de
transfiguración, integración y maduración, en el Resucitado. Signo de que puedo vivir sereno en una
comunidad de pecadores perdonados, sanando y expiando nuestras heridas. Hemos roto los hielos y navegamos seguros en el Agua Viva hacia el Hogar de la Trinidad; por Gracia tengo misericordia de mi hermano, y de toda
creatura, como el Padre la tiene de mí.
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